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Política & Economía Nacional

El sistema educativo argentino, en el ojo de la campaña presidencial.

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Histórico sello distintivo de Argentina, la educación pública ve amenazados sus cimientos en manos de propuestas tendientes a su privatización, amparadas en un sostenido deterioro de la calidad del sector en las últimas décadas. Del rol inclusivo de la escuela hasta la brecha con los colegios privados: la palabra de los especialistas.

Argentina ostentó históricamente como emblema distintivo a nivel continental su sistema educativo público, gratuito, y de brazos abiertos a los extranjeros. Sin embargo, en medio de una reñida carrera electoral signada por la radicalización de discursos —al calor de la crisis más profunda de los últimos años—, la educación es blanco de propuestas de sensibles reformas.

Pese al nombre que se labró el país en la materia durante los siglos XIX y XX como pionero de la enseñanza libre, la sucesión de dificultades económicas y desmanejos de gestión han llevado a un paulatino deterioro de la calidad educativa ofrecida, como reflejan algunas investigaciones de las últimas décadas.

Números rojos

Según el Estudio Regional Comparativo y Explicativo —evaluación estandarizada aplicada en Latinoamérica—, casi la mitad de los alumnos argentinos de tercer grado de primaria no tiene comprensión lectoracifra que escala hasta el 61,5% entre los provenientes del tercil de menor nivel socioeconómico.

Los resultados del trabajo —realizado en 2019 bajo la coordinación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés)— exhiben que en este apartado Argentina es el segundo país con mayor retroceso con respecto a la anterior evaluación (2013), con una caída del 2% en el puntaje, solo superada por Guatemala, que cayó en 3,2%.

“Estos resultados en términos de aprendizaje son malos, incluso a nivel regional. Que casi la mitad de los chicos de tercer grado no pueda comprender un texto es un gran llamado de atención”, afirma el analista Martín Nistal, del Observatorio de Argentinos por la Educación, a cargo de la recopilación del estudio.

Para el especialista, el fenómeno tiene una explicación concreta y es definitivamente material: “Está claro que no estamos poniendo la educación como una prioridad, y esto se refleja en la caída que hubo respecto al presupuesto destinado”.

Efectivamente, la Ley de Educación Nacional sancionada en 2006 estableció que la inversión mínima destinada al sector iría aumentando sostenidamente hasta alcanzar el 6% del Producto Bruto Interno (PBI). En los 17 años transcurridos desde entonces, las metas previstas solo se cumplieron en 2009, 2013 (parcialmente) y 2015, según datos congregados en un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).

“Lo más preocupante del dato es que en los últimos siete años no se cumplió la inversión pautada y, de hecho, es uno de los sectores donde mayor subinversión hubo”, destaca Nistal. De acuerdo al Observatorio que integra el analista, el 68,4% de la desinversión denunciada ocurrió en cuatro años puntuales: 2010 y el trienio 2018-2020, con lo cual se acumula una deuda con la educación que equivale al 5% del PBI, es decir alrededor 26.000 millones de dólares.

Mariano Narodowski es pedagogo y exministro de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2007-2009). Remarca que “es claro que hubo una falta de política educativa, y eso se refleja en que hoy tenemos una deuda con el sistema educativo de 26.000 millones de dólares, por todo lo que no se invirtió”.

“El problema con la Argentina es que todo ese capital, que comenzó hacia 1860, se fue perdiendo. No hay que enroscarse con responsabilidades de políticos: hay una espiral de declive que no tiene que ver particularmente con los gobiernos sino con una explicación estructural“, explica el investigador.

Por fuera del claro déficit presupuestario, una de las razones centrales que explican las complejidades que atraviesa el sistema consiste en su descentralización. Las reformas impulsadas durante el Gobierno neoliberal de Carlos Saúl Menem (1989-1999) supusieron una federalización del modelo, al dividirlo en 24 provincias y transferirles la responsabilidad de financiamiento de la mayor parte del sistema educativo.

“A diferencia de otros países, donde el Gobierno central se encarga de administrar la educación de todas las escuelas, en Argentina esto queda en manos de las provincias a lo largo de todo el sistema obligatorio. La nación puede repartir libros o incentivar algún programa de formación docente, pero no es su responsabilidad”, aclara Nistal.

“La disputa política entre los distintos partidos no entra en juego porque las provincias fueron gobernadas por distintos espacios más allá de quién presidió el país. La federalización del sistema fue un golpe muy importante a una política educativa“, dice el experto.

La disputa de los ‘vouchers’

En este marco, el economista libertario Javier Milei, precandidato presidencial de La Libertad Avanza, propone reformar el sistema eliminando la obligatoriedad de la educación e instalando un modelo de vouchers para que el Estado subsidie a las familias, basándose en el caso de Chile.

“El sistema de la obligación no funciona. Si querés estudiar, vas a tener un voucher y vas a poder estudiar. El tema de la obligatoriedad es querer controlar a los seres humanos e imponer tu patrón moral. El que quiera estudiar, estudia, pero obligar no me gusta”, explicó Milei en una entrevista televisiva.

En la región existe como antecedente el modelo de vouchers que fue instaurado en Chile en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Proponía financiar la educación entregando una especie de bono a las escuelas por cada estudiante matriculado, asumiendo que los recintos educativos competirían por los estudiantes y, por lo tanto, tendrían incentivos para mejorar su calidad.

Ninguno de los supuestos funcionó. En la práctica, fueron las escuelas las que eligieron a los mejores estudiantes para poder subir sus puntajes, descartando a una mayoría de alumnos que quedaron excluidos“, explica el académico Sergio Martinic, de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Chile.

“Se produjo una especie de división del sistema. Por un lado, la escuela pública, que acogía a todos por ley; por el otro, las subvencionadas, que mantenían la posibilidad de seleccionar estudiantes. Esto generó una fragmentación muy profunda que devino en un conflicto que promovería un cambio hacia un sistema mixto con mayor regulación”, indica Martinic.

La Ley General de Educación, promulgada por el Congreso chileno en 2009, derogó ejes como la posibilidad de las escuelas privadas de seleccionar a sus alumnos, y aumentó los controles para que la subvención estatal solo fuera destinada a gastos educativos y no con fines comerciales.

Con base en su estudio, Martinic concluye que “la experiencia de los vouchers fue un fracaso, y hay bastante consenso sobre esto: el modelo no es adecuado para el sistema educativo en países como los nuestros, con grandes desigualdades. Es importante esta experiencia para que otros países como Argentina no caigan en él”.

La pedagoga Adriana Puiggrós, ex viceministra de Educación (2019-2020), remarca que “el sistema de vouchers nunca tuvo éxito, porque es un mínimo porcentaje de la población la que lo acepta. Si, como supone esta propuesta, cada uno se desvincula de la sociedad, vamos por un camino de disgregación social“.

La huella de la desigualdad

Que el modelo de bonos propuesto no resulte deseable, según los especialistas, no significa que el vigente sea la panacea, y eso se refleja en la creciente desigualdad entre los citados resultados obtenidos por los alumnos de escuelas públicas y privadas.

Sin embargo, según Nistal, el hecho de que los indicadores sean peores entre los estudiantes de colegios de gestión estatal obedece a las dificultades materiales que afrontan los niños de los estratos más postergados.

“Existe una brecha, pero hay que tener cuidado con las causas. Cuando vemos los resultados educativos en nuestro país, estos se explican mucho por el nivel socioeconómico de los chicos más que por la gestión de la escuela en sí, porque este determina la trayectoria escolar“, advierte el experto.

“Definitivamente hay una incidencia de la diferencia de acceso a los diferentes aspectos de la educación: si un chico no puede ir todos los días a la escuela bien alimentado, va a estar en condiciones distintas para aprender. Pero no es natural, es una deuda del Estado con estos sectores“, destaca Puiggrós.

Pese a las desavenencias, lo cierto es que los colegios estatales aún desempeñan una función social crucial, al entrecruzar a jóvenes de distintas clases sociales de procedencia. La exministra considera que “la escuela pública es el gran integrador social porque tiene el potencial de igualar a distintos sectores socioeconómicos y permitir que interactúen naturalmente entre sí”.

Haciendo a un lado los pobres resultados académicos obtenidos, los analistas coinciden en el proceso de creciente inclusión educativa que ha presenciado el país.

“Desde hace muchos años, y gracias a las políticas públicas y a la sociedad, Argentina tiene altos niveles de inclusión escolar, incluso comparándola con la región: casi todos los chicos que deberían estar en la escuela lo están, y eso se replica en todos los niveles”, considera Nistal.

“Podemos discutir todos los temas de calidad, pero en términos de acceso e inserción escolar, que tiene un rol fundamental socialmente, Argentina es un pionero y además es un caso relativamente destacable“, considera el experto.

Polémica con los extranjeros

Uno de los temas más candentes en el debate educativo durante la carrera electoral es la apertura de las universidades públicas y gratuitas a los extranjeros que se mudan a Argentina para estudiar.

La polémica la instauró la precandidata presidencial Patricia Bullrich, de la coalición opositora de Juntos por el Cambio, al señalar que “las universidades están vacías de alumnos. Tenemos casi la mitad de la matrícula de alumnos extranjeros“. El repudio que suscitó la declaración forzó a la dirigente a retractarse. Sin embargo, el debate persistió.

De acuerdo al Ministerio de Educación, los extranjeros representan apenas el 4,1% del total de estudiantes de universidades públicas. Según Nistal, “en Argentina los niveles de acceso de extranjeros son relativamente bajos, así que el impacto es muy menor: tiene mucho ruido y poca importancia“.

Gabriel es ecuatoriano, tiene 21 años y estudia medicina en la Universidad de La Plata, provincia de Buenos Aires (centro). Oriundo de la ciudad de Ibarra, ubicada a poco más de 100 kilómetros de Quito, el joven arribó al país en 2022 para comenzar su formación.

“Uno de los motivos centrales por los que vine es que la educación es gratuita y de calidad, al menos en comparación con Ecuador”, aduce el joven. “Dos amigos míos también vinieron a Argentina a estudiar: creo que ofrece una oportunidad importante para los latinoamericanos“, afirma.

Nunca nadie me miró diferente por ser de otro país. De hecho, se acercaron a hablarme justamente por eso, para que no estuviera solo. Integrarme fue relativamente fácil”, dice Gabriel.

Según Mariano Narodowski, la llegada de inmigrantes que buscan formarse debe ser concebida como una oportunidad: “una buena política es la de captar extranjeros con becas para que se queden en el país, porque eso mejora la capacidad de dar respuesta en términos tecnológicos“, explica el exministro de Educación porteño.

En el caso de Gabriel, por ahora, ese futuro es incierto: “Mi idea es terminar estudios y quedarme un momento y luego ver qué pasa. Aún no sé si voy a volver a Ecuador”, señala el joven.

@Sputnik

/ Imagen principal: © AP Photo / Rodrigo Abd

Política & Economía Nacional

La Iglesia le reclamó al presidente “tomarse en serio las paralisis del pueblo”.

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Ante la atenta mirada del presidente del país,el arzobispo porteño, Jorge García Cuerva , apeló a la “conciencia” de cada uno: “En estos tiempos difíciles, ¿qué estoy haciendo por los más pobres y los que sufren? ¿Podremos mirarnos y responder esa pregunta, sin echar culpa como adolescentes, sino desde la responsabilidad de hacernos cargos, incluso si es necesario realizando una autocrítica madura que tanto necesita escuchar alguna vez nuestro pueblo?”.

El arzobispo porteño exigió en el Tedeum del 25 de Mayo “tomarse en serio las parálisis del pueblo” y no postergarlas “en nombre de un futuro prometedor”.

“El mensaje que compartiré quiere ser un aporte a la luz de la palabra de Dios para la reflexión de todos los actores de la sociedad argentina, convencido de que entre todos construimos la  Patria, más allá de saber que, luego, puedan ser tomadas algunas frases aisladas para querer alimentar la fragmentación”, aseguró el cardenal primado de la Argentina al iniciar la ceremonia eclesiástica en la Catedral Metropolitana.

Y continuó: “Hoy nos ponemos delante de Dios como nación y le pedimos que nos cure, porque parecemos tener las manos paralizadas para el encuentro que construye fraternidad, las manos paralizadas para abrazar a los heridos por la soledad y la tristeza, las manos paralizadas para ser solidarios con los que menos tienen”

“Y también le pedimos a Dios que nos preserve de las manos manchadas de sangre por el narcotráfico, de las manos sucias de la corrupción y la coima, de las manos en el bolsillo del egoísmo y la indiferencia”, señaló García Cuerva.

En su homilía, el arzobispo expresó: “Tenemos que tomarnos en serio las parálisis de nuestro pueblo. Sabemos que hay parálisis que no se pueden procrastinar: su postergación en nombre de un futuro prometedor generarían consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas y por lo tanto de toda la sociedad, un precio muy alto a pagar que no nos podemos permitir: la malnutrición en la primera infancia, la falta de escolarización y accesibilidad a los servicios de salud, los ancianos y jubilados incapaces de sostenerse diariamente con un mínimo de dignidad, son algunos de esos ejemplos impostergables”.

Desde la Catedral Metropolitana, el referente del purpurado local señaló que la mirada de Jesús “alerta sobre la insensibilidad con los más desprotegidos, reclama mayor compromiso 
y cercanía con los que sufren”.

“Nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande y nosotros no podemos hacernos los tontos. Hay que acompañar con hechos y no sólo con palabras ese enorme esfuerzo de nuestra gente. Por eso siguen doliendo algunas acciones de la dirigencia divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados autoaumentos de sueldos de algunas semanas atrás”, lanzó.

Frente al jefe de Estado y los miembros del Gabinete, García Cueva pidió “eliminar la doble vara” a la hora de juzgar a la política y remarcó: “No es lo mismo unirse que confabular; no es lo mismo fraternizar y forjar la cultura del acuerdo que ser cómplice del mal con el sólo ánimo de destruir al otro, de pensar estrategias para que al otro le vaya mal, creyendo que cuanto peor, mejor”.

“Éso nos destruye a todos y carcome los cimientos de la Patria: es como un sismo que no nos permite nunca ponernos de pie”, expresó el cardenal primado de la Argentina.

Y continuó: “El pasado nos enseña que todo lo que amamos se puede destruir en base a la instrumentalización y el odio, ya que priva al cuerpo social de las defensas naturales contra la 
desintegración y la fragmentación social, rédito instantáneo para los saqueadores de turno e incapacidad presente para pensarnos como Nación”.

Antes de iniciar la oración del Padre Nuestro, el cardenal primado de la Argentina expresó: “Pidamos para que no caigan en el esfuerzo todos los hermanos que están haciendo tanto esfuerzo para salir adelante”.

Una vez concluida la ceremonia, García Cuerva se acercó hasta el lugar donde se encontraba Milei y, tras el saludo, intercambió algunas palabras con el mandatario.

Luego, el Presidente abandonó la Catedral Metropolitana y, sin dar declaraciones a la prensa, se subió a un vehículo oficial para continuar con su agenda de actividades en la provincia de Córdoba.

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Política & Economía Nacional

Diputados: La Libertad Avanza presentó un proyecto para bajar la edad de imputabilidad a 12 años

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El proyecto prevé penas de hasta 15 años para aquellas personas que tengan 12 años o más. Días atrás, el Gobierno se había manifestado a favor de la baja en la edad de imputabilidad.

Álvaro Martínez, diputado de La Libertad Avanza (LLA), presentó un proyecto para modificar el Régimen Penal Juvenil que actualmente contempla sanciones para la comisión de un delito desde los 16 años de edad hasta los 18 y solicitó bajar la edad de imputabilidad a los 12 años.

Según explicó el legislador, “la situación de inseguridad que vive la Argentina es preocupante, debido al absoluto abandono de las víctimas que han hecho los gobiernos populistas y la exorbitante protección que poseen los delincuentes que no respetan ni tienen consideración por el más mínimo derecho fundamental de las personas. El desprecio a la vida, a la libertad y a la propiedad privada se ha vuelto moneda corriente“.

Y agregó: “Llegó el momento de que se acaben los privilegios para los delincuentes y asesinos. Basta de impunidad y de doctrinas garantistas. Hay que dar un mensaje claro de que el que las hace las paga. Es momento de que los preocupados sean los delincuentes y no los ciudadanos”.

El artículo 1 de la normativa, además, indica que “tendrá como objeto regular los derechos del niño, niña y adolescente a quien se le atribuyere ser autor o partícipe de la comisión de una infracción penal, estableciendo los principios rectores que orienten la aplicación e interpretación de la misma y de los desarrollos normativos e institucionales que se creen para darle cumplimiento, así como la determinación de las medidas que deben aplicarse al niño, niña y adolescente que cometiere una infracción penal y los procedimientos que garanticen los derechos del mismo”.

El proyecto presentado al titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, prevé hasta 20 años de cárcel para los mayores de 16 años y de hasta 15 años para los menores que tuvieran entre 12 y 15 años al momento de la comisión de un delito.

“La conducta de los niños, niñas y adolescentes cuyas edades se encontraren comprendidas entre los DOCE (12) y DIECISÉIS (16) años de edad que constituya delito se establecerá mediante el procedimiento regulado en esta Ley. Comprobados los hechos constitutivos de la conducta, el Juez Penal Juvenil resolverá aplicar al menor cualesquiera de las medidas establecidas en esta Ley y/o su asistencia por medio de los órganos administrativos de protección de niños, niñas o adolescentes, siempre que sean en beneficio para el menor”, establece el artículo 2 de la normativa.

De esta manera, el bloque oficialista en el Parlamento reflota la discusión por la baja de la edad de imputabilidad, debate que también estuvo presente en el gobierno de Mauricio Macri.

“Un delito de adulto merece una pena de adulto”, había afirmado el Gobierno

Días atrás, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, había confirmado que el Gobierno intentaría que se avance con la baja de la edad de imputabilidad, que podría ser menor incluso a los 14 años. Además, ratificó que presentarán una ley anti-mafia, como las que rigen en Estados Unidos e Italia.

“Un delito de adulto merece una pena de adulto”, dijo Posse durante su exposición en el Senado, donde brindó su primer informe de gestión.

En las respuestas que mandó previamente a los senadores, el Gobierno se explayó sobre la cuestión: “El Ministerio de Justicia informa que el proyecto de ley sobre Régimen Penal Juvenil reconoce el principio de especialidad. En este sentido se aclara que la organización del Poder Judicial es una atribución propia de las provincias, que deberán decidir sobre la creación de un fuero especial juvenil”.

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Política & Economía San Juan

Orrego recibió a la máxima autoridad del BID en el país

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Se trata de Agustín Aguerre, que llegó a Casa de Gobierno para presentar saludos protocolares.

La máxima autoridad del BID en Argentina, Agustín Aguerre, estuvo en San Juan y visitó al gobernador Marcelo Orrego, en Casa de Gobierno. De esta reunión también participaron el ministro de Economía, Finanzas y Hacienda, Roberto Gutiérrez; de Infraestructura, Fernando Perea, el secretario de la Gobernación, Emilio Achem.

Aguerre contó detalles de la reunión mantenida con el primer mandatario: “Con el Gobernador, siempre tenemos reuniones donde llueven las ideas y los proyectos de desarrollo de la provincia. Esta semana hablamos mucho de minería y de las perspectivas que tiene San Juan como provincia de cobre y cal. Se ha congregado aquí un gran número de empresarios internacionales que han visto con muy buenos ojos las oportunidades que hay, así que hablamos bastante sobre esto. También discutimos sobre las rutas, la ruta 40, el paso de Agua Negra y las posibilidades de financiamiento en un momento de fuerte restricción en la inversión pública. Hablamos de la continuidad del túnel del Zonda y de cómo seguir con esa obra tan importante”.

Agregó además que “tratamos otros proyectos, como la terminación de espacios de primera infancia que están pendientes de definición, y también sobre EPSE y las posibilidades que tiene esa industria en la construcción o ensamblaje de paneles fotovoltaicos. Hablamos de las posibilidades de procesar el silicio para que llegue al grado solar, que es el grado máximo y le permitiría entrar en el mercado internacional.

Por otro lado dijo: “También hablamos de la voluntad y la necesidad de la reactivación de la obra pública. Ojalá que sí, porque al final del día las obras públicas siempre se pagan, ya sea por los usuarios que pagan un peaje o por los impuestos de todos, ya que hay bienes públicos que no solo benefician a quienes los utilizan. Hay que buscar los mecanismos para que esto funcione, porque una provincia que va a desarrollar la minería necesita una logística muy firme y ágil, desde las minas hasta los centros de exportación. Todo esto está en el menú de cosas que estamos trabajando con el Gobierno de la provincia”.

Cabe destacar que Agustín Aguerre es el representante en Argentina del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo. Estudió ingeniería civil en la Universidad de la República de Uruguay y obtuvo una maestría en gestión de construcción de la Universidad de Reading, Inglaterra.

@SiSanJuan.

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