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Opinión

Milei, del Estado de Bienestar al Estado Totalitario y Represor.

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NOTA de OPINIÓN por Rafael Ibañez

Se habla mucho de Estado presente o ausente, de que hay que achicarlo o defenderlo, se habla mucho, pero: ¿qué es el Estado?.
En general podemos aceptar que es un conjunto de instituciones que tienen la autoridad de regular una sociedad determinada en un territorio determinado. Uno de sus elementos centrales es que tiene el “monopolio del uso de la fuerza aplicada a una población dentro de los límites territoriales establecidos”.
Es decir, el Estado es una maquinaria que regula, dicta, castiga, beneficia, oprime o libera en todas las sociedades modernas del planeta y que está piloteado por un gobierno, que puede o no ser elegido democráticamente.

El Estado siempre está presente: ¿para quienes?.

Es una falacia hablar de Estado presente o ausente, no es cierto. El Estado está SIEMPRE presente, el punto no es ese. 
Lo que se dirime no es la presencia o no del aparato estatal, sino a favor de quienes está y cuáles son los intereses que representan los que manejan esta maquinaria.

Cuando el actual presidente Milei le dijo en una entrevista a Novaresio en América24 de que el “El Estado es el pedófilo en el jardín de infantes con los nenes encadenados y bañados en vaselina” y que “los políticos son los que ejecutan el Estado. Entonces, nuestros verdaderos enemigos son los políticos”  hablaba en contra de un tipo de Estado, conducido por “políticos” a los cuales había que castigar, destruir y desterrar.


Las derechas han logrado instalar que Estado es igual a despilfarro para los vagos y que los políticos son los corruptos que conducen eso.
¿A cuál Estado odian tanto y con tan demencial violencia?. Al Estado de Bienestar; es decir a aquel que brinda a toda la población de forma gratuita e independientemente del gobierno de turno, educación, salud, seguridad, protección a los asalariados, beneficios a las pequeñas empresas, defensa de la producción argentina y promoción de nuestra cultura, por decir algunas de las más relevantes.

Los que odian a las mayorías han logrado instalar que esto es malo, que es caro y que Estado es muy mala palabra.
Desde este lado ayudamos mucho de manera cómplice o por omisión a que esto ocurriese. En otros escritos doy mi opinión sobre esto.

El Estado Totalitario y Represor como herramienta

No hay desmembramiento del Estado, no es cierto, lo que hay es una reconfiguración en curso del aparato estatal para destruir lo más rápido y brutal posible el Estado de Bienestar y Protector para fortalecer uno absolutamente Totalitario y Represor.
La propaganda está para justificar esta destrucción y los números electorales indican que han logrado ganar la batalla de ideas en este lugar, que luego se choquen las personas que fueron engañadas con la realidad es otra cosa.

Hoy con el DNU y la “ley ómnibus”, las medidas de fuerzas desmedidas sobre cortes y movilizaciones, la brutal  condena mediática a quienes piensen diferente del discurso oficial y la persecución judicial a quien promocione el legítimo disenso en protesta, vemos que este señor que hoy preside sí cree en un Estado, en un muy fuerte y muy poderoso. Su propaganda lo ubica a él conduciéndolo, porque posee la única y absoluta verdad y tiene la bendición mística de las fuerzas ocultas.

¿Para qué un Estado Totalitario y Represor?

El totalitarismo implica que no hay cabida al disenso, no es factible otra opinión. No se puede difundir nada que vaya en contra del discurso único oficial. Quienes así lo hagan deben ser perseguidos, desterrados o encarcelados. Si estas personas además osan salir a la calle a protestar deben ser reprimidas y no importa si hay heridos o muertos, “el orden de la ley” está por encima de las personas.

¿Por qué lo hacen?. ¿Por sadismo?. No, todo es mucho más simple y las derechas han logrado generar miles de cortinas de humo de fácil consumo para tapar lo importante.
No pueden decir abiertamente que lo que quieren es que el Estado libere por completo de cualquier compromiso u obligación a favor de las personas que habitan la Argentina a los poderes económicos y financieros extranjeros y sus colegas y cómplices locales.
La avaricia de los poderosos no tiene límite, es la esencia del capitalismo ultraconcentrado y globalista; tienen todo pero quieren más.
Para ello nos deben hambrear para vender afuera nuestra comida, quedarse con todos los beneficios, pagarnos miserias y robar las tierras públicas y empresas estatales.
Ese es el plan, y para que ello se pueda hacer debe haber un Estado muy fuerte que proteja esos intereses y que no dude en reprimir y usar toda la fuerza para defenderlos. Es decir hacer, un uso indiscriminado del “monopolio del uso de la fuerza aplicada a una población dentro de los límites territoriales establecidos” para satisfacer a los amos.

¿Y si dejamos de jugar con los espejitos que nos tiran y hablamos lo que hay que hablar?

Las derechas son tan inteligentes que ponen un bazar de juguetitos para que nos entretengamos mientras el verdadero elefante al que hay que atacar pasa tranquilo por nuestro lado.
No se trata de si Milei está loco, es sucio o perverso, o si Villarruel lo sucederá o Bullrich es borracha e inepta. Nos llevan a enfocarnos en los títeres – que son fácilmente reemplazables –  y dejamos pasar a los titiriteros, a los verdaderos dueños y padres de la criatura.
Llegamos a este punto porque los que estuvieron al mando del Estado de Bienestar no tuvieron la decisión que la derecha si tiene para defender los intereses.
Llegamos a este punto de orfandad política total de las mayorías por culpa de una dirigencia peronista y progresista que cree que una sardina puede negociar con un tiburón



LAS DECLARACIONES Y OPINIONES EXPRESADAS EN ESTE ARTÍCULO SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DE SU AUTOR Y NO REPRESENTAN NECESARIAMENTE EL PUNTO DE VISTA DE AHORA SAN JUAN.

Opinión

Jorge Elbaum cuestionó el apoyo de Javier Milei a Israel: “Está involucrándose de forma irresponsable”

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“En vez de ser neutral, está sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, añadió el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio.

El Presidente Javier Milei mostró su completo apoyo hacia Israel tras el ataque sufrido desde irán, sin embargo, hay varias cuestiones a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo lo que se refiere a un alineamiento bélico. Es por eso que para desarrollar este tema en profundidad, Canal E se comunicó con el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio, Jorge Elbaum.

“La justicia argentina, específicamente la sala de la Cámara de Casación, no se expidió sobre la causa del atentado, sino sobre la causa del ocultamiento del mismo, en el cual fue llevado a juicio y condenado el juez de instrucción de la causa Galeano”, comentó Jorge Elbaum. “Esa es la causa en la cual 3 jueces de casación se expidieron”, agregó.

No se llevaron a cabo las testimoniales del caso AMIA

Posteriormente, Elbaum planteó: “Uno de ellos sugirió, por fuera de la causa de su tratamiento, referirse a otra causa, específica del atentado, que no ha habido juicio hasta ahora porque no se llevaron a cabo las testimoniales de los 8 acusados”. Luego, manifestó que, “estamos viendo un alineamiento político estratégico muy irresponsable por parte del Gobierno argentino, ya que cualquier vinculación estratégica bélica tiene que ser decidida por el Congreso”.

El Gobierno argentino hace un alineamiento y una sobrevaloración muy irresponsable, llamando al representante diplomático de Israel a presenciar una reunión de gabinete, en el marco de un alineamiento que Argentina históricamente no posee”, sostuvo el entrevistado. “Argentina, tradicionalmente, busca la paz, ha sido un ejemplo de no alineamiento, salvo en la época de Menem”, complementó.

El desconocimiento de Milei sobre lo establecido en la Constitución

Por otro lado, el sociólogo señaló: “El tema no es si Milei toma la decisión como Presidente de hacer una alianza diplomática, el problema es que está participando de una situación de guerra y no estaría mal en el caso de que fuese una decisión tomada por el Congreso”. A su vez, remarcó que, “lamentablemente, el Presidente desconoce la Constitución y se toma atribuciones que tendrán que ser juzgadas”.

El Presidente no puede establecer los alineamientos que está realizando en términos bélicos, apoyando a aquellos países como Israel y Estados Unidos, que son los que votan en contra de Argentina en los foros internacionales relativos a Malvinas”, expresó Elbaum. “En vez de ser neutral, está involucrándose de forma irresponsable, sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, concluyó.

@Perfil.

/Imagen principal: Archivo/

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Opinión

La misión es responsabilidad de todos. 

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Así lo entendieron y vivieron los primeros cristianos.

En la Biblia, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra a quienes abrazaban la fe poniendo todo en común y atendiendo a las necesidades de los más pobres y excluidos. El testimonio de vida acompañaba la predicación, ya que “la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos (…) Ninguno padecía necesidad”. (Hechos 4, 32)

Y esta práctica no solo era promovida entre las personas de la misma comunidad, sino también entre las de diversas geografías. De este modo, vemos a San Pablo organizando una colecta entre las iglesias ubicadas en ciudades más prósperas para auxiliar a las más pobres de Jerusalén.

Con el tiempo se ha ido perdiendo esa conciencia, junto al abandono de la intensa actividad misionera y la disponibilidad a la entrega generosa de la vida. Una manera más cómoda e inocua de vivir la fe en algunas regiones del mundo, fue reemplazando a la audacia y la confianza en la Providencia de Dios.

A los obispos, sacerdotes, diáconos y otros agentes pastorales nos cuesta hablar con franqueza de las cuestiones económicas. Nos da cierto pudor o vergüenza, pero tampoco damos cabida a los laicos para que lo hagan.

A esto se suma que más de la mitad de las Parroquias de la Arquidiócesis (me animo a decir que del país) no tienen formado el Consejo de Asuntos Económicos, y las que sí lo han convocado, no siempre logran que funcione de modo adecuado.

La falta de Catequesis sobre el Precepto del sostenimiento del culto hace que se instalen algunos mitos. Entre ellos, los más frecuentes son que los sacerdotes reciben su sueldo del Estado o del Vaticano; que las parroquias no tienen los gastos habituales de las familias en energía eléctrica, gas, internet y otros servicios; que los libros de catequesis son gratuitos; que el combustible que utilizan para recorrer las capillas va de regalo; y otras cosas más en las cuales no abundo en razón de la brevedad.

Una de las actitudes evasivas que a veces he escuchado es “que primero pongan otros”. La avaricia de los ricos no puede ser excusa que justifique la falta de compromiso personal.

Es bueno preguntarnos: ¿cómo es mi vínculo con el dinero?

San Pablo nos dice que debemos cuidarnos de la avaricia para no caer en la idolatría del dinero. Es bueno dejarnos interpelar por las enseñanzas en la Palabra de Dios acerca de lo económico. “Dios bendice al que da con alegría.” “Hay más alegría en dar que en recibir.” “Lo tenían todo en común.” “La avaricia es una idolatría.” “No se puede servir a Dios y al dinero.”

Este fin de semana en todas las iglesias de la Argentina estamos realizando esta campaña de conciencia y compromiso con el sostenimiento de la misión evangelizadora que todos tenemos por ser bautizados. Lo llamamos “Domingo del compartir”.

Como dice el mensaje de la Conferencia Episcopal para este año 2024, “es necesario fortalecer la pastoral económica en nuestras comunidades, impulsar la catequesis sobre el sostenimiento económico de la misión de la Iglesia, buscar una gestión eficiente de nuestros recursos y animar la transparencia y rendición de cuentas”.

Te propongo preguntar qué necesidad concreta hay en tu comunidad. 

Sostengamos entre todos lo que es de todos, compartiendo el compromiso por la misión evangelizadora de la Iglesia. 

Durante la semana que comienza estaremos reunidos en Pilar, Provincia de Buenos Aires, todos los obispos de la Argentina. Acompañanos con tu oración para que en las deliberaciones y decisiones nos dejemos mover por el Espíritu Santo.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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Las heridas abiertas de Jesús

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Rezamos en el Salmo 62: “Tengo sed de Ti como tierra reseca, agotada y sin agua”.

Todos tenemos heridas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Hablo de las del alma, aquellas que se producen por amar y no ser amados. Recuerdo la letra del tango tan expresivo: “de cada amor que tuve tengo heridas/ heridas que no cierran y sangran todavía”. (Julio Sosa, “Tarde”)

En este sentido, me conmueve también el poema de Miguel Hernández que con suma belleza y hondura nos comparte “llegó con tres heridas, la del amor, la de la muerte, la de la vida”.

Acojamos nuestras experiencias.
La herida de la soledad, del abandono.
Herida de la pobreza y el hambre del desamparo.
Heridas de la guerra que mutila, destruye y mata, no sólo los cuerpos; también los sueños, los proyectos…

Heridas en la familia por historias no resueltas, en que el egoísmo, la avaricia por la herencia, la traición, provocan golpes muy hondos y dolorosos.
Heridas en la Iglesia o con la Iglesia. No haber sido recibidos, ni acompañados, ni escuchados. Experiencia de negación de consuelo y aliento. Lo que te cobran en algunos lugares por bautizar un niño.
Heridas en la fe. Le pedí a Dios y no me respondió.
Heridas con los amigos porque juzgan sin escuchar.
La herida de la indiferencia y la no comprensión.

Y seguramente vos podrías sumar unas cuántas heridas más de tu propia vida, y realizar un largo elenco de las llagas que siempre quedaría incompleto. 

Sabernos heridos es algo muy común. Sin embargo, nos cuesta hablar de lo que nos lastima. Solemos conversar acerca de los logros, talvez de algunos fracasos, pero no de las heridas. Pensamos que nos hace vulnerables, débiles ante los demás.

Te comparto una experiencia que he atesorado especialmente en los Santuarios. Allí podemos acercarnos como peregrinos heridos o simplemente como turistas curiosos. Los peregrinos buscan consuelo y, si se puede, respuesta a cuestionamientos existenciales. 

En el Evangelio que proclamamos este fin de semana se presenta Jesús Resucitado ante sus discípulos, pero está ausente el Apóstol Tomás que se negaba a creer en el testimonio de los demás. Les dijo: “Si no veo la marcade los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. (Juan 20, 25) A la semana siguiente Jesús se aparece nuevamente y cumple el deseo de Tomás.

A Jesús lo encontramos vivo en sus llagas, ellas representan distintas formas de sufrimiento y exclusión. Por eso quise iniciar esta reflexión volviendo la mirada a nuestras heridas, para reconocer en ellas al Señor. Lo llamamos Jesús Misericordioso porque Él sabe lo que es sufrir, y se presenta mostrando sus heridas luminosas y su costado abierto por la lanza del soldado.

Miremos nuevamente a Jesús en la cruz. Recordemos sus Palabras.
Aparta de mí este cáliz. 
Uno de ustedes me entregará.
Tengo sed.
Por qué me has abandonado.
Todo se ha cumplido.

Te propongo que hablemos con los amigos más cercanos de las heridas que habitualmente escuchamos, que recibimos, ¿qué actitud tomamos? ¿Damos espacio? ¿Encontramos espacio? ¿Reconozco con humildad que soy indigente? ¿Qué me dice la fe?

Aprendamos, como nos enseña San Pablo, llorar con el que llora y reír con el que ríe. (Rm 12, 15)

Comentando el Evangelio de este domingo, nos dice San Agustín que Jesús “sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, y para sanarlas conservó las cicatrices de su cuerpo”.

Como canta Cristóbal Fones, “al final de la vida llegaremos, con la herida convertida en cicatriz”.

¡Feliz Pascua, nuevamente!


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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