La crisis vitivinícola y la falta de planificación, el reclamo de Alfredo Olivera a la COVIAR. Señaló que la falta de previsión ha profundizado los problemas de los productores, quienes enfrentan sobrestocks, bajos precios y costos crecientes
La crisis que atraviesa el sector vitivinícola en la provincia ha encendido las alarmas entre los productores, quienes enfrentan un escenario adverso tanto por factores climáticos como por la falta de previsibilidad en el mercado. En este contexto, Alfredo Olivera, presidente de la Federación de Viñateros, cuestionó duramente el rol de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), entidad creada para planificar el desarrollo de la industria, pero que, según el dirigente, no está cumpliendo con su objetivo.
Un año crítico para el sector
Olivera detalló que los productores enfrentan uno de los peores años de la historia reciente, marcado por el impacto de enfermedades como la peronóspera, la podredumbre y la Lobesia Botrana, además de fenómenos climáticos extremos como granizos atípicos que afectaron distintas zonas productivas. A esto se suma la caída de los precios, que, según el dirigente, se mantienen en los mismos valores básicos que el año pasado, a pesar de la creciente inflación y el aumento en los costos de producción.
«No nos acompañan los precios para nada. Hay promesas de que se actualizarán, pero la realidad es que estamos terminando la cosecha y seguimos sin certezas. En el pasado, al menos sabíamos que la uva aumentaría un 80% o 100% respecto al año anterior, pero ahora ni siquiera eso«.
Bodegas con sobrestock y precios inciertos
Uno de los problemas centrales se da en la comercialización de la uva. Según el dirigente, las bodegas continúan con la práctica de recibir la uva sin fijar un precio definido, generando incertidumbre en los productores. «Te dicen «dejá la uva y después arreglamos», pero al final el precio termina siendo irrisorio», denunció.
Además, indicó que el sector enfrenta un sobrestock de vino y mosto que agrava la situación, ya que muchos productores no encuentran compradores. «El mosto también tiene los mismos problemas. No se vende y hay gente que lo tiene y no lo puede colocar», sostuvo.
Crítica a la falta de planificación de la COVIAR
Para Olivera, la problemática central radica en la falta de planificación estratégica por parte de la COVIAR. «Si la COVIAR trabajara correctamente, este año no estaría pasando esto. Su función es establecer una política a largo plazo que le dé previsibilidad al sector. Pero si estamos en esta situación, significa que no lo está haciendo», remarcó.
El dirigente enfatizó la necesidad de que el Estado intervenga para ordenar el mercado y garantizar la sustentabilidad de los productores. «Es fundamental que se unifiquen políticas públicas y que se realicen estudios claros sobre qué variedades se necesitan y cuáles sobran, para poder comercializar correctamente. Además, los viñateros necesitan líneas de crédito para modernizar su maquinaria y reducir costos», explicó.
Las dudas reinantes
La posibilidad de importar vinos desde Chile también es un tema de preocupación. Aunque Olivera señaló que no está claro si sería conveniente para las bodegas, alertó que la simple discusión sobre esta opción refleja el nivel de desorden en el mercado local.
«Es un año muy complicado. Las bodegas formadoras de precios dicen que tienen demasiado stock, lo que nos pone en una situación crítica», advirtió el dirigente.
La falta de medidas concretas para resolver estos problemas pone en riesgo la continuidad de muchos pequeños y medianos viñateros, quienes podrían verse obligados a abandonar la actividad. Sin políticas claras y una planificación efectiva, que es algo que se viene acarreando desde hace mucho tiempo, el futuro de la vitivinicultura en la provincia y en el país sigue siendo incierto, de acuerdo a la visión del dirigente viñatero.
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