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Opinión

Despolitización: ¿causa o efecto?

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NOTA de OPINIÓN por Hugo Saquilan Quiroz, desde España.

Desde España el Sociólogo y Consultor, Hugo Saquilán Quiroz nos trae un análisis sobre el rol del estado, la sociedad política y la sociedad civil en estos momentos de procesos electorales, tanto en Europa como en Latinoamérica. El papel de la represión y el autoritarismo. Cuestiones como la emocionalidad, la despolitización y cómo ciertos discursos y relaciones se instalan en nuestra conciencia, en nuestro espacio mental.

Las cuestiones del Estado y la despolitización.

Asistimos en esta ultima parte del año 2023 a varios procesos electorales, tanto en Europa como en Latinoamérica. Hay varios elementos del debate que son comunes y otros particulares de cada región y país.

En artículos anteriores, donde se hizo referencia a fundamentos del laboratorio de ideas IPPE, se pretendió reflexionar el marco ideológico que desea imponer la ultraderecha. En el contexto de la guerra cultural como la define Vox, Milei, como lo realizo Jair Bolsonaro, Donald Trump, y otros.

Estado y superestructura política y social

Sería importante señalar la base principal en que se realizan esos procesos electorales. Esto es los vértices de un triángulo institucional y superestructural que permite en esta sociedad de corte capitalista, se organice y funcione. Esta referido a la combinación de sociedad llamada política y la sociedad civil. Y el Estado como vértice superior que reproduce esas relaciones.

Se toma los fundamentos teóricos del pensador italiano Antonio Gramsci, donde en sus “Cuadernos” y otros escritos, señala que “la sociedad política es el aparato de coerción y dominación que usa la fuerza para mantener el orden social”. A partir de que hemos definido a la sociedad política, se puede señalar que la sociedad civil sería “el conjunto de instituciones, organizaciones y medios que generan consenso y hegemonía entre las clases sociales” que habitan determinada sociedad. En esa sociedad política encontramos a presidentes, gobernadores, jueces, diputados, alcaldes, intendentes, etc. Y en la civil, entre otros, a los partidos políticos, sindicatos, organizaciones religiosas, ONGs.

Por lo que, en base a estos conceptos, podemos decir que el Estado tiene el conjunto legal para organizar la sociedad, lo que da pie al llamado Estado de Derecho. Y que debe ejercer coerción y consenso para mantener la reproducción social. Es decir, la estructura legal debería permitir el consenso mediante la transmisión de las principales ideas, valores y símbolos para organizar la sociedad civil mediante las decisiones de la sociedad política. Y la coerción, mantenida por las fuerzas policiales y militares que cada Estado decida. Las Constituciones nacionales y regionales son las principales bases de ese derecho.

Todo este triangulo, denso, difícil muchas veces de ver y dilucidar sus componentes, y que mediante movimientos dialecticos y dinámicos son el motor de la organización social, adquieren en los momentos electorales una intensidad tal que todo se mezcla, todo se combina, todo debería ver con todo, cuando en esencia no es así. En los debates electorales, últimamente exacerbados por el combate cultural de la ultraderecha surgen los fetiches, apariencias que ocultan las relaciones dinámicas antes señaladas. Esos debates fetiches nos pretenden llevar a discutir de cosas materiales, de nuestro vivir, cuando lo que esta en el fondo son las relaciones sociales en la sociedad civil.

Ejemplo, el trabajo, con éxito electoral parcial por ahora, que realizan los grupos de ultraderecha entre los sectores mas pobres, para enfrentarse a los que están más abajo, los más marginados. Con lenguajes sobre seguridad, género, inmigración y pérdida de lo poco que tienen, que, en teoría, se los quitarían los de más abajo. El fetiche de la organización del gallinero, la lucha de los que poquísimo tienen contra los que no tienen nada.  

Nos llevan a un debate de las cosas que se tienen y se pueden perder, cuando la desigualdad a veces es tan brutal que todos los afectados merecen derechos y bienestar por igual. Este fetiche disfraza la tremenda falta de equidad social.

Este ejemplo, se podrían mencionar muchos más, muestran cómo se desvirtúa el rol del Estado como elemento de cohesión y se convierte, cuando la ultraderecha llega al poder, como un elemento para disciplinar a los más desposeídos. Brasil, hasta hace poco, fue un ejemplo vivo de esto: coerción, violencia, represión como acción concreta de su política desde el Estado. Usar los enfrentamientos entre los más pobres para recolectar miles de votos, para luego ordenar y someter a sus antiguos votantes. Los aparatos de dominación del Estado superan a los de organizar la cohesión social.

La llamada socialdemocracia, en general auto titulada como la mejor defensora del Estado de Bienestar, eso es tener como prioridad los derechos laborales y salariales de los mas humildes, la educación, la salud y vivienda, tuvo un giro en la época de Tony Blair con la llamada Tercera Vía. De allí nació el socio liberalismo, es decir plena libertad al capital y recortes de derechos sociales. Hasta el día de hoy impregna gran parte de política en estados de Latinoamérica. ¿Argentina hoy es un caso así?

Está claro que el justicialismo desde el gobierno poco o nada ha hecho por la equidad social, con mas del 40% de la población en pobreza. Y esas no eran las banderas del Peronismo. Y diferencio el Justicialismo desde el gobierno con el peronismo enclavado en los sectores mas humildes. No hay espacio hoy para escribir sobre esto, pero podría hacer referencia a escritos y estudios de Ezequiel Adamovsky y Eusebio Dojorti (Buenaventura Luna) y otros. La izquierda, desde puesto claves en varios gobiernos, no ha podido modificar los niveles de equidad, dando prioridad muchas veces a temas de derechos sociales (feminismo, LGTB, parejas del mismo sexo, trans, etc.) con ser muy importantes y valiosos, no han logrado luego vertebrar con apoyo electoral a los mismos.

En este proceso dialectico, el Estado aplica los trabajos de sus aparatos represivos, y generar consenso en los sectores sociales altos, los más activos electoralmente, y van reproduciendo esas relaciones sociales en perfiles de estados autoritarios, quizás basados en elecciones cada tanto, pero donde los que caen en esa parte de la disciplina social, se alejan en su interés en el Estado, en la organización social y en la sociedad política. Aquella que debería defender y representar a los mas humildes, pero que logran que estos den la espalda a lo que se cuece y como se organiza un estado autoritario. Y si es necesario con eliminación física de muchos de ellos, Ecuador nos viene a la memoria muy reciente.

Es lo que se llama despolitización. Visto así es consecuencia de esa política desde el Estado. Pero también es causa para romper el consenso de vastos sectores sociales más humildes.

No hay nada fuera de este triángulo, las redes sociales juegan su papel de imposición, lo mismo que los principales medios de comunicación. Para todo esto es necesario un lenguaje llano, directo, de tú a tú, donde parece que hablan como un vecino, pero que están adaptado el lenguaje, los discursos y el relato de vaciar el estado de cohesión y llevar a imponer su parte coercitiva y represiva. Con un fuerte marketing y técnicas de disuasión, con paz social para luego desde el Estado imponer sus políticas de exclusión bajo la coerción.

No nos engañemos, esta etapa del capitalismo socio liberal necesita conservar las formas legales de elecciones, pero necesita dar vueltas de tuercas para imponer los nuevos modelos de dominación. Y el modelo de crisis permanente está también en la esencia, desocupación, inflación, carestía de vida, no van a ser resueltos por parte de la derecha y ultraderecha. Al contrario, lo necesitan para reproducir el sistema. La derecha compra el discurso y el relato de la ultra derecha para conquistar sus votos. Y esto es quizás el mayor peligro. El ejemplo mas reciente es en España, que, si se van a nuevas elecciones, la derecha hará uso del lenguaje sobre machismo, genero, inmigración, LGTBI, etc. Compra valores para conquistar votos.

Emocionalidad, Estado y despolitización

En esta parte de las reflexiones sobre estado y procesos electorales, sería útil hacer referencia a los estudios del pensador francés David Muhlmann. Sociólogo y psicoanalista, experto en temas organizacionales, miembro de la consultora estadounidense McKinsey, En uno de sus últimos libros, Capitalismo y colonización mental, hace referencia a la actual etapa del capitalismo. Afirma que se caracteriza “por una combinación entre los nuevos modos de funcionamiento organizativos y físicos en la empresa y su despliegue social”. Sostiene que el modelo de organización capitalista se ha logrado imponer porque “en el interior de la empresa la movilización de la subjetividad se ha convertido en el recurso esencial del rendimiento económico”.

Hemos dado un salto en el presente escrito, de la alta complejidad del Estado, a lo micro de la organización social. Lo importante es que este autor sostiene que la empresa, a través de sus agentes económicos, simboliza el puente entre el ámbito de la producción y el resto de la vida social. Así el capitalismo no solo conquisto territorios, sino principalmente a colonizado las conciencias. Se ha producido así una mutación antropológica en la relación que tenemos en primer lugar con nosotros mismo. Luego con los demás. Y posteriormente con la autoridad. Y aquí esta el enlace con la primera parte del escrito.

En el documento fundacional del IPPE, desarrollamos en su momento este proceso de mutación antropológica. En los estudios de este pensador lo resumen con el termino de colonización mental. La coerción cede el puesto a coacciones organizativas objetivadas. Con un autocontrol subjetivo, más individualidad, con miedo a una autoexclusión social, con estrés, agotamiento, angustia. Convirtiendo a los demás como competidores y reduciendo la vida cotidiana como contable y utilitaria.

Estamos en un periodo de subordinación salarial, de convertir a los otros como competidores en la lucha por la sobrevivencia. Y en una carrera permanente detrás de los objetos del consumo. Hay una forma de violencia contra uno mismo y hacia los demás con competición, agresividad. La movilización de la subjetividad se ha convertido en el recurso esencial del rendimiento económico.

A partir de las relaciones sociales hoy de la empresa, se traslada a la vida social, y también a los procesos electorales esa forma de intercambio y negociación dentro de ella. Al espíritu de cálculo, utilidad, sus instrumentos, todo ello coordina nuestra forma de actuar, pensar e interactuar con los demás. Nos extendemos a la sociedad con acciones basadas en valores y afectos. Nuestra conciencia es reflejo de la hegemonía de ese desarrollo económico. La vida capitalista y ese impacto en las relaciones sociales, determinan la vida cotidiana y el espacio mental. La sociedad capitalista termina así por imponer su modelo de organización.

Por lo que, en este marco de la etapa actual del capitalismo, los debates electorales juegan en esa situación de “colonización mental” y con una brutal dosis de violencia interior y social. Por lo que no podemos perder de vista en los análisis electorales esa situación en lo subjetivo, en la emocionalidad. Y muchos más aquellos que desean exacerbarlos, como la ultraderecha, para imponer su modelo de estado autoritario, vacío de políticas sociales para los mas humildes, y llenos de mecanismos de represión y coerción.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

*Hugo Saquilan Quiroz es sociólogo, comunicador y consultor residente en España. También es Presidente del Instituto de Pensamiento Político Equidad (IPPE).

/ Imagen principal: Represión en asalto al Planato en Brasilia por bolsonaristas / © AFP 2023 / Ton Molina

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Nos gusta recibir visitas.

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Escribe Monseñor Jorge Eduardo Lozano.

Ser visitados por los amigos nos alegra el corazón. Compartimos historias vividas en común, situaciones que nos pueden estar afligiendo, logros personales y de la familia. Abrirnos con confianza nos hace mucho bien. Cuando alguien está enfermo la visita tienen un gran valor de consuelo, de paz. Y ni te digo si la visita es a un preso, donde hay que sortear una serie de barreras.

Pienso también en tantas personas mayores que están en geriátricos sin el contacto periódico de la familia. La vocación misionera de la Iglesia es un llamado a ir al encuentro de otros para compartir la cercanía de Dios con su Pueblo. Habitualmente lo
plasmamos en ir de dos en dos, casa por casa, para llevar el amor de Jesús. El Papa Francisco nos presenta un sencillo esquema a desarrollar en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium número 128. Lo primero es saludar con amabilidad, presentándonos si no nos conocen, diciendo a qué Comunidad pertenecemos. Conversar acerca de los miembros de la familia, dando espacio a compartir “sus alegrías, sus esperanzas, las inquietudes por sus seres queridos y tantas cosas que llenan su corazón”. No se trata de entregar un folleto como haciendo propaganda. Vamos sin apuro. Muchas personas —y nos puede suceder a nosotros— están muy solas y tienen necesidad de contar lo que les pasa, ser escuchados con atención.

Después de esta conversación se les puede presentar la Palabra que ilumina, sea leyendo algún párrafo o narrando un pasaje conocido, “pero siempre recordando el anuncio fundamental: el amor personal de Dios que se hizo hombre, se entregó por nosotros y está vivo ofreciendo su salvación y su amistad”.

Será importante también compartir el testimonio personal. La misión nos involucra; no se trata de decir un discurso de memoria, el mismo en cada familia y época del año. Buscamos llevar la alegría y el consuelo de Dios. Por eso decimos con certeza que el principal protagonista de la misión es el Espíritu Santo. “Si parece prudente y se dan las condiciones, es bueno que este encuentro fraterno y misionero termine con una breve oración” relacionada con lo que hayamos conversado. También se pueden anotar intenciones para ofrecer en la misa de la Parroquia o la Capilla. Aunque parezca obvio, nunca recibir dinero; si la gente quiere colaborar que vaya personalmente a la Parroquia o Capilla.

Este sábado 4 y domingo 5 de mayo estamos realizando una misión en el Departamento de Albardón; en Campo Afuera para ser más precisos. Desde distintas Parroquias y Movimientos acudimos para sumarnos en la alegría de compartir la fe con los vecinos. Es una primera experiencia que hacemos en San Juan y en varias diócesis del país. Cuando voy a las Comunidades a celebrar Fiestas Patronales o Confirmaciones la gente me suele decir “vuelva pronto”.

El Evangelio que proclamamos este Domingo nos motiva a perseverar en este camino. Por un lado, Jesús nos muestra cómo nos considera: “Ustedes son mis amigos”. (Jn 15, 14) Y por eso nos da la medida de su amor: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Jn 15, 13). Es importante que aceptemos con todas las consecuencias la afirmación de Jesús: “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero”. (Jn 15, 16) Jesús nos elige y nos llama: “permanezcan en mi amor”; y nos envía “vayan y den fruto”.

La misión no es una carga que cumplir ni un requisito burocrático. No es la sopa que hay que tomar para poder comer lo que nos gusta. Lo expresa claramente Jesús: “Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto” (Jn 15, 11).
Respondamos con generosidad al llamado del Señor de la Vida.

@MonseñorJorgeEduardoLozano

/Fuente de imagen: Archivo Google

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Trump: propaganda electoral y delito

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El juicio penal que se desarrolla en Nueva York, en el que se acusa a Donald Trump (foto) de 34 delitos, expone el deterioro de las instituciones estadounidenses y la crisis del sistema político con el que pretenden aleccionar al resto del mundo. La trama del litigio exhibe las evidencias más explícitas del derecho a la impunidad y las combina con las licencias para mentir, corromper y engañar. La presentación de cargos realizada por la fiscalía de Nueva York, una semana atrás, busca ser utilizada por el precandidato republicano para victimizarse y transformar su lugar de acusado en un insumo para su campaña electoral. El sistema político estadounidense y el entramado judicial, mediático y de inteligencia que le dan cobertura se esmeran en ocular la tríada del poder real sobre el que se estructura su institucionalidad corporativa: el complejo militar-industrial, las trasnacionales y los fondos de inversión. Esos tres actores colectivos son los que –en última instancia– estarán encargados de rechazar o habilitar su candidatura.

Trump acumula más de treinta cargos en cuatro juicios. Dos de índole federal, uno en Georgia y el otro en Nueva York, donde se iniciaron las comparecencias de los testigos, la última semana, bajo la acusación de encubrimiento y falsificación de registros contables con el objetivo de ocultar sus vínculos extramatrimoniales con una actriz de cine porno y una modelo de la revista Playboy. La querella contra Trump, que se desarrolla en Manhattan frente a la presencia de doce jurados (siete varones y cinco mujeres), se inició con la jura de estos últimos el viernes 19 de abril. El asistente del fiscal Matthew Colangelo fue el encargado, el lunes subsiguiente, de presentar los cargos ante el juez y el jurado, advirtiendo que: “El acusado orquestó una trama criminal para adulterar las elecciones presidenciales de 2016. Luego encubrió esa conspiración criminal falsificando sus registros comerciales para sobornar y silenciar a quienes podían ensuciar su campaña electoral en 2016”.

La acusación contra el ex mandatario incluye la compra de voluntades mediáticas para tapar irregularidades propias, y operaciones para mancillar la reputación de sus competidores políticos. En la última semana, declaró como testigo el ex director de la revista National Enquirer, David Pecker, quien asumió la responsabilidad de haber sobornado a la modelo de Playboy Karen McDougal para encubrir su romance con el entonces candidato republicano. El mismo director de la publicación fue el encargado de asumir la responsabilidad por abonar 30 mil dólares al portero de la Trump Tower, para evitar que trascendieran los encuentros con dos docenas de mujeres.

En otro tramo del juicio, el magistrado Juan Manuel Merchán tomó nota de cómo el entonces abogado del acusado, Michael Cohen, transfirió 130 mil dólares a la actriz de cine pornográfico Stormy Daniels para garantizar su silencio. Pecker asumió frente al jurado que sus publicaciones ejecutaban el denominado “periodismo de chequera”, consistente en ensalzar o encumbrar a los aportantes y, al mismo tiempo, demonizar a sus contendientes, una operación naturalizada y usual al interior de las corporaciones propagandísticas de Occidente, que no pareció causar estupefacción entre los periodistas acreditados ante el tribunal.

La tergiversación informativa sobre la que se monta gran parte del show mediático estadounidense –del que América Latina también es tributario– incluye el protagonismo de las redes sociales. El magistrado dispuso varias órdenes de silencio a Trump para evitar el hostigamiento y el asedio a los jurados, los fiscales y sus familiares, impulsado desde su plataforma Truth Social. Trump atacó en dos oportunidades a la hija del juez Merchan y –según la fiscalía– violó en diez oportunidades la discreción exigida. La defensa del acusado, ejercida por Todd Blanche, apeló la medida argumentando que su cliente solo había reposteado textos de terceros.

Trump fue declarado culpable, durante el último año, en tres juicios civiles, sin que estos procesamientos interfirieran en su candidatura: se lo condenó a pagar 355 millones de dólares por inflar el valor de sus propiedades, se le impuso el pago de cinco millones de dólares de indemnización por abuso sexual contra la columnista Jean Carroll, y se lo multó en 85 millones de dólares por difamación y calumnias contra esta última periodista.

Donald Trump se jactó años atrás de que podía dispararle a alguien en la Quinta Avenida sin que eso llevara a la pérdida de capital electoral. A fines de la década del 20 del siglo pasado, un cabo del ejército alemán escribió: “No importa en absoluto si se ríen de nosotros o nos vilipendian… si nos representan como payasos o criminales; lo principal es que nos mencionen, que se preocupen por nosotros una y otra vez…” . Sin embargo, fue Marco Tulio Cicerón quien probablemente caracterizó con mayor precisión la etapa histórica que atravesamos: “Cuanto más cerca está la caída de un imperio, más locas son sus leyes”. 

@Página12

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Una vid con frutos asegurados

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Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Un diálogo imaginario con una flor nos puede conducir a reflexiones profundas. Te copio unos pocos renglones del Capítulo 18 del libro El Principito, de Saint-Exupery.

“—¿Dónde están los hombres? —preguntó cortésmente el principito.

La flor, un día, había visto pasar una caravana.

—¿Los hombres? No existen más que seis o siete, me parece. Los he visto hace ya años y nunca se sabe dónde encontrarlos. El viento los pasea. Les faltan las raíces. Esto les molesta.”

Este diálogo, ambientado en el desierto, entre la flor y el Principito, nos muestra una ponderación acerca de la carencia de raíces. La flor había visto pasar una caravana y pensaba que los hombres iban de un lado y para el otro llevados por el viento. Podríamos decir estar sin Patria; “y esto les molesta”, observa la flor. En la Biblia muchas veces aparece la peregrinación en contraposición con lo que es andar errante, sin rumbo. El castigo de Caín por haber matado a su hermano consistió en caminar sin sentido fijo. En la peregrinación, en la procesión hay una meta, un lugar adonde llegar para un encuentro. Y, en definitiva, para nosotros es la Vida eterna.

Echar raíces nos da pertenencia. El Evangelio que proclamamos este fin de semana nos presenta la alegoría de “la vid y los sarmientos” (Jn. 15, 1-8). Esta imagen que utiliza Jesús es para hablarnos de Él, y de nosotros en relación con Él. Nos describe una realidad muy cercana a la tierra sanjuanina. Vemos viñedos en forma habitual en nuestros caminos y al contemplarlos podemos entender bien la enseñanza de Jesús.

Él nos dice: “Yo soy la Vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer”. (Jn. 15, 5)

Fijémonos entonces, que hay una mutua permanencia. El Señor permanece en nosotros por medio de la fuerza del Espíritu Santo y nosotros en Él por adhesión también del amor. En esta imagen de la vid y los sarmientos, puedo entender que yo soy con otros, y con otros en el Otro.

Pero no es una cuestión estática, como si se tratara de colocar un jarrón sobre la mesa. Es un permanecer vital, dinámico, con el movimiento que nos da el amor.

Podríamos decir que esta imagen de la vid y los sarmientos complementa la que veíamos el fin de semana pasado del vínculo entre el Pastor y el rebaño. Ambos pasajes evangélicos nos muestran cómo la fe rompe la soledad. La Pascua nos lleva a establecer vínculos con otros, nos libera del aislamiento.

La Palabra de este domingo tiene una fuerte impronta comunitaria y, a su vez también, nos muestra que separados del Señor y de la comunidad, caemos en la esterilidad, en no dar frutos al secarse la vitalidad de la rama. 

Jesús Resucitado nos reanima en la misión de la Iglesia. El Espíritu Santo nos impulsa a la comunión y a la cercanía cordial con todos los que sufren.

El próximo miércoles celebramos a los hombres y mujeres del mundo del trabajo. Te comparto unos párrafos escritos por el Beato obispo y mártir Enrique Angelelli el 1 de mayo de 1975: “Se hace muy doloroso ganar el pan de cada día; nos cuesta arrancar del corazón el egoísmo para hacernos plenamente hermanos; nos cuesta mucho poder sumar todas las manos, como pueblo, para construir juntos esta tierra de bendición (…) Cristo quiere una Rioja no resignada sino plenamente libre y feliz. La Rioja reclama de todos nosotros, gobernantes y pueblo, superar toda división y todo egoísmo individual y de grupos para hacerla una tierra donde el amor no sea una palabra para enamorados simplemente, sino la meta de nuestro trabajo concienzudo por lograr ser verdaderamente un pueblo que se quiere, es solidario y nadie abusa del otro”.

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