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Política & Economía Nacional

Alberto Fernández anunció las medidas contra la inflación.

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El presidente Alberto Fernández presentó la declaración de “guerra contra la inflación”, con un paquete de medidas económicas, y convocó a empresarios y gremios a apoyar el plan contra la suba de precios. En su discurso, que fue grabado desde Olivos, apuntó a los especuladores, criticó en endeudamiento externo que tomó la gestión de Mauricio Macri, y dio lineamientos generales de lo que será el programa anti inflación.

A continuación el mensaje completo.

Querido Pueblo Argentino:

Anoche hemos dado un paso muy importante para empezar a solucionar otro de los enormes problemas de los que tuvimos que hacernos cargo. El Congreso de la Nación convirtió en Ley el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Ha sido un momento histórico. Por primera vez la refinanciación de una deuda con el FMI se discute y se aprueba en el Congreso. Fue una decisión de mi gobierno que me enorgullece: nunca más un presidente podrá endeudarse a espaldas de los argentinos y las argentinas.

Es también un día especial porque llegamos a esta ley con el consenso de legisladores de distintas fuerzas políticas que lograron encontrar los puntos de acuerdo para responder con responsabilidad democrática a una situación que así lo requería.

El acuerdo obtuvo una abrumadora mayoría en las dos cámaras del Congreso. Pero llegamos hasta aquí también con el consenso y apoyo de gobernadores y gobernadores, empresarios, sindicatos, organizaciones sociales y dirigentes de muchos sectores que comprendieron la gravedad del momento y unieron su esfuerzo para hacerlo posible.

A todos y todas, mi sincero reconocimiento.

Una vez más, la convicción y el trabajo responsable ha servido para superar desafíos que se nos imponen.

Así lo hicimos también cuando debimos enfrentar la pandemia, cuidando la salud de los argentinos y argentinas y llevando adelante el plan de vacunación más grande de la historia. Hoy el mundo observa el enorme esfuerzo que fuimos capaces de hacer.

De la misma manera estamos actuando cada día en pos de la recuperación de la economía que viene demostrando un crecimiento sostenido del empleo registrado, de la producción, de las exportaciones y del consumo.

Nos ha tocado gobernar en un contexto muy adverso. Hemos podido superar los obstáculos que se nos han cruzado. Pero sabiendo de todo lo que hemos logrado, tengo la certeza de que nos encontramos en un momento bisagra de la historia argentina y mundial. Me doy cuenta que hoy se suman nuevas tensiones a viejos desafíos que no supimos o pudimos encarar.

La inflación es un fenómeno histórico en la Argentina, casi una maldición con la que muchos y muchas hemos crecido. Ha sido un callejón recurrente del que pareciera ser imposible salir. Hemos visto paquetes, planes, grandes anuncios. También los vimos fracasar una y otra vez.

Llevamos diez años consecutivos con una inflación de dos dígitos. Cuando asumí mis funciones en diciembre de 2019, Argentina registraba una inflación que orillaba el 54 % anual.

En el 2015, quien me precedió en la Presidencia, aseguraba poder resolver el problema de la inflación de un día para el otro. Aseguraba que era muy sencillo hacerlo. Lo cierto es que se equivocó, profundizó notablemente el problema y dejó su cargo revelando una inflación anual promedio de casi el 41 %.

Resolver el problema de la inflación en Argentina nos exige revisar nuestra experiencia, comprender la complejidad que tiene y darnos un camino de salida en el que todos nos comprometamos.

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional nos permite comenzar a ordenar las variables macroeconómicas centrales en la lucha contra la inflación que es, como lo decimos siempre, un fenómeno multicausal. Para atacarla debemos acumular reservas, mejorar el crédito público, desacoplar los precios internos de los internacionales, trabajar sobre las políticas de ingresos y precios al mismo tiempo y tomar una batería de medidas en las que múltiples actores son imprescindibles.

Este punto de partida nos permite que Argentina pueda contar con más reservas y calmar las expectativas de devaluación que algunos generan solo mirando su propio provecho. Fortaleceremos nuestras reservas y podremos terminar con los que siembran expectativas devaluatorias que solo aceleran la inflación.

El acuerdo también nos permite mejorar la posición de nuestro país con el resto del mundo y fortalecer proyectos de inversión que ayuden a la inserción de nuestras empresas en el mundo global.

En estos dos primeros años de gestión, en cada país que visité, se encargaron de advertirme la importancia que tenía que Argentina tuviera regularizada su deuda con el Fondo Monetario Internacional. Eso era necesario para que las empresas argentinas pudieran acceder al crédito. Ahora podemos desatar todas las oportunidades productivas de nuestro país. Además, podremos financiar el gasto de capital de nuestro gobierno, con organismos internacionales y bilaterales, así como también seguir fortaleciendo el financiamiento interno. Esto nos permitirá depender menos de la emisión monetaria y hacer que nuestro Banco Central se fortalezca.

Pero esto no será suficiente. Necesitamos también fortalecer las expectativas. Esto solo lo conseguiremos si somos capaces de sentarnos en torno a una misma mesa, construyendo los entendimientos necesarios para construir el futuro. No podemos hacerlo mientras sigamos viviendo en un país en el que algunos, por las dudas, suben los precios con total desdén. No podemos seguir permitiendo que algunos aprovechen un momento de excepción para acumular ganancias en desmedro de la sociedad argentina.

Para enfrentar esta batalla necesitamos del compromiso de todos y todas. Este problema nos afecta como conjunto social que somos. Afecta a las empresas que no pueden planificar. Afecta a los bolsillos de las familias que no pueden llegar a fin de mes.

Un problema que es de todos se resuelve entre todos. Todos y todas debemos ser parte de la construcción de la solución.

Además, en las últimas semanas, otra situación se ha agregado para agravar este contexto inflacionario .

El mundo se ha visto convulsionado por un hecho muy desgraciado. Todos los días vemos imágenes en la televisión de la guerra con su muerte y su devastación.

Esta guerra afecta básicamente al país que sufre esta agresión y a sus habitantes. Allí están las principales víctimas. Pero el impacto de la guerra se extiende, bajo otras formas, a todo el mundo.

Es importante que sepamos cómo nos afecta esta guerra. Sus consecuencias ya están en Argentina.

Rusia y Ucrania son dos países muy importantes en la producción mundial de cereales. Proveen casi el 30 % de las exportaciones mundiales de trigo y cerca del 80% de las exportaciones de aceite de girasol.

Entonces el conflicto termina afectando al mundo entero, porque afecta a la producción de materias primas, centrales en nuestra alimentación cotidiana. Estoy hablando de la harina, el pan, los fideos y decenas de alimentos que consumimos en nuestra vida cotidiana.

Por eso, rápidamente todos los países comienzan a procurar proveerse de ese bien y los precios rápidamente comienzan a subir.

Un dato les permitirá dimensionar la gravedad del problema. La tonelada de trigo costaba, antes del 20 de febrero, el día en que estalló la guerra, menos de 300 dólares. El inicio del conflicto inició un alza inusitada que lo llevó a niveles récords.

En la historia mundial nunca el trigo llegó a costar lo que costó en estos días, alcanzando valores superiores a los 400 dólares la tonelada.

Ningún país escapa a semejante escenario. Tampoco la Argentina.

El precio interno del trigo que se utiliza para el pan, que se estaba comercializando en torno a los 26.000 / 27.000 pesos por tonelada antes del 20 de febrero, se elevó rápidamente a valores superiores a los 30.000 pesos apenas iniciado el conflicto, y en los últimos días supera los 35.000 pesos por tonelada.

Esto claramente nos afecta y se suma a los muchos problemas que ya tenemos y que ya todos conocemos. Sería absurdo cargar en la guerra la culpa de nuestra inflación. Pero la verdad es que está incidiendo negativamente y causando mayores problemas. Tengo el deber de advertirles que este contexto internacional complica aún más las cosas.

La inflación es un serio problema para los argentinos y argentinas. La guerra lo agrava.

He escuchado decir que la Argentina no debería tener problemas por ser un país productor de alimentos. Ojalá fuera así. Nosotros producimos muchos de los alimentos que consumimos en nuestros hogares. Pero la formación de sus precios no depende, enteramente, de nosotros. Estos se forman en los mercados internacionales, cuyos valores han trepado y lo seguirán haciendo y, consecuentemente, ya están presionando sobre los precios internos.

También he oído decir que esta guerra representa para la Argentina una oportunidad. Yo creo que una guerra, sin importar dónde sea, jamás puede volverse una oportunidad. Una guerra es siempre una mala noticia. Una tragedia desde lo humano, pero también desde lo social y lo económico. Desde el punto de vista humanitario ya lo hemos visto con las crudas imágenes que provienen desde Ucrania. Desde lo social, lo vemos con la enorme crisis migratoria desde sus países vecinos. Y desde lo económico, las consecuencias ya empiezan a hacerse ver.

Es por ello que como Presidente de la Nación tengo la obligación y la responsabilidad de proteger de esas consecuencias económicas a la mesa de los argentinas. Nuestro objetivo debe ser, por un lado, garantizar la provisión de insumos para que la cadena de abastecimiento se cumpla. Y, por otro, asegurar que los precios de los productos de consumo más relevantes sean accesibles para las familias argentinas. En nuestro país ninguna familia sobra y por lo tanto ninguna familia quedará sola.

No voy a permanecer pasivo ante esta situación. No hacer nada tendría consecuencias muy claras: el aumento del trigo haría que aumenten los costos de producción del pan, de los fideos, de la harina que millones de argentinos y argentinos consumen. Y no se trata de aumentos que lamentablemente padecemos debido al desorden macroeconómico que nos tocó afrontar, sino de un impacto que golpearía aún más a los hogares con subas inusitadas en la canasta básica.

He tomado una decisión para proteger a los argentinos y argentinas de este fenómeno inesperado y que ojalá sea transitorio.

He decidido constituir un fondo de estabilización con el objetivo de evitar el traslado de esta suba del precio internacional al precio que pagan los argentinos y argentinas. He instruido a mis ministros para que tomen las medidas necesarias y ellos serán los encargados de comunicarlas a partir de mañana.

Garantizar el pan en la mesa de las argentinos es fundamental y está en el centro de las decisiones que estamos tomando ante esta emergencia. Pero es apenas una parte.

He decidido que el gabinete económico se concentre desde este momento en implementar todas las medidas necesarias para enfrentar a la inflación, en particular la que vemos en los alimentos. He dado indicaciones a mis ministros y ministras para que construyan acuerdos con los diferentes sectores pero que no duden en aplicar todas las herramientas del estado para fijar y hacer cumplir las medidas necesarias. Ellos y ellas serán los encargados de mantenerlos informados diariamente sobre las medidas que se irán implementado desde este mismo momento.

Estamos en una situación extraordinaria que requiere soluciones extraordinarias.

Por eso convocaré desde este lunes a los representantes de los sectores productivos, empresarios, trabajadores formales y de la economía popular, representantes del campo y el comercio, la pequeña y mediana empresa y la sociedad civil a una mesa de acuerdo que nos permita diseñar un mañana en la lucha contra la inflación.

Confiamos en encontrar acuerdos que ayuden a bajar la inflación y a garantizar el aumento del poder adquisitivo de los salarios. No vamos a dejar de controlar y fiscalizar precios, aplicar la ley de abastecimiento si es necesario y utilizar todos los instrumentos con los que cuenta el estado para cumplir con el objetivo de controlar los precios.

Nuestra batalla hoy es contra los especuladores. Contra los codiciosos. Contra quienes buscan aún en situaciones tan complejas sacar una renta extraordinaria. Contra los agoreros de siempre, que intentarán instalar el sálvese quien pueda o buscar culpables rápidos y respuestas sencillas.

No me cansaré de repetirlo: nadie se salva solo. Escucharé sus propuestas y sus preocupaciones y les transmitiré los caminos que estamos recorriendo. Es hora que cada sector pueda pensar cuál es su contribución a este momento crucial del mundo y de la Argentina.

En el mismo camino dialogaré con cada gobernador y gobernadora y con todos los intendentes para que las medidas que adoptemos lleguen a cada rincón de la Argentina. Necesitamos luchadores contra la especulación y la inflación en cada comercio, en cada mesa, en cada casa. Esta batalla necesita de cada uno de nosotros y nosotras.

Vamos a consolidar nuestras reservas del Banco Central. Vamos a promover la inversión y la producción nacional. Vamos a mejorar el financiamiento de las políticas públicas. Vamos a profundizar el diálogo y la búsqueda de acuerdos para contener los precios y mejorar los ingresos.

Nos pusimos al frente de este problema que nos afecta a todos y a todas. Un problema de todos se resuelve entre todos. Todos y todas debemos ser parte de la construcción de la solución.

Nos pusimos al frente de los problemas en 2020. Y salimos a combatir la pandemia con una campaña de vacunación histórica.

Nos pusimos al frente de la recuperación en 2021. Y logramos un crecimiento económico del 10% con récords en industria, construcción, turismo y metalúrgica, entre otros sectores.

Después de haber resuelto la deuda insostenible con los acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional, debemos defender nuestro desarrollo social y económico. Por eso también nos pondremos al frente en la lucha contra la inflación. Vamos a defender y proteger la mesa de las familias argentinas. Lo vamos a hacer juntos, unidos, entre todos y todas. Confiando en nuestra fuerza y nuestra perseverancia. Sabemos el rumbo, estamos en el camino.

Aunque tengamos que atravesar tiempos difíciles, vamos a construir esa Argentina que soñamos.

Política & Economía San Juan

El gobernador recibió a integrantes de la Unión Industrial de San Juan

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La visita protocolar se llevó a cabo en Casa de Gobierno.

El gobernador Marcelo Orrego recibió en la tarde a la comisión directiva de la Unión Industrial de San Juan quienes expusieron la problemática que atraviesa la industria y la continuidad del trabajo en conjunto.

La reunión se desarrolló en la sala Camus y estaban presentes además el ministro de Producción, Trabajo e Innovación Gustavo Fernández, el secretario de Industria, Comercio y Servicios, Alejandro Martín, presidente, Ricardo Palacios; vicepresidente Hugo Goransky, vicepresidente segundo Alejandro Mestre, vicepresidente tercero Adriana Martignoni, vicepresidenta cuarta Gabriela Carranza, vicepresidente quinto Leonardo de la Vega, protesorero Laura Echegaray, titular cuarta Micaela Taboada Cocal, titular revisor de cuentas Mauricio Mezquida, Guido Psaila, Lourdes Allis, Daniel Cano, Emiliano Gil, Iván Retamar, Silvana Montaña, Aimara Cortez, Martha Ramírez.

Tras dialogar sobre la realidad que atraviesa el país y la provincia, Palacios, presidente de la Unión Industrial de San Juan, dijo que “fue una reunión excelente, muy fructífera. Nosotros pudimos plantearle nuestras problemáticas, nuestras necesidades y también contarle el trabajo que hace la Unión Industrial de San Juan y, por supuesto, generar esta articulación público-privada que para nosotros es tan importante que ya lo venimos haciendo y seguramente ahora se va a acrecentar”.

Respecto a los ejes planteados en la reunión, Palacios aseguró que “trabajar fuertemente en lo que es la educación, la formación, la capacitación. Trabajar también aspectos coyunturales que tienen que ver con energía, con eficiencia energética, con la ayuda del Gobierno desde su lado hacia el sector privado en este aspecto. También apostamos a lo que es desarrollo de proveedores, todo lo que es la cadena de valor que genera la minería”.

Por su lado, el gobernador Marcelo Orrego se puso a disposición, para articular un trabajo en conjunto con el sector privado, mediante la escucha.

@SiSanJuan.

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Política & Economía Internacional

El vicepresidente iraní confirma la muerte de Ebrahim Raisi y su delegación en un accidente aéreo.

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El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, falleció en un accidente de helicóptero ocurrido este 19 de mayo en el noroeste del Estado, confirmaron las autoridades del país.

A la primera hora de la mañana del 19 de mayo, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, visitó al vecino Azerbaiyán para unirse al presidente de ese país, Ilham Aliev, en la inauguración de una presa. No obstante, el accidente de helicóptero, en el que falleció el mandatario iraní, tuvo lugar en la provincia de Azerbaiyán Oriental, ubicada al noroeste de Irán.

Tras una búsqueda que se entendió por horas, la aeronave en la que viajaban los funcionarios iraníes fue hallada. Los rescatistas que arribaron a la zona durante las primeras horas de este lunes 20 de mayo no hallaron señas de ningún sobreviviente.

La operación de rescate fue obstaculizada por las condiciones meteorológicas, así como geográficas de la zona de Azerbaiyán Oriental, donde se estrelló la aeronave del mandatario.

Gobiernos y líderes mundiales se solidarizaron con Irán y naciones como Rusia y Turquía enviaron rescatistas y equipo técnico y aéreo para ayudar con la búsqueda del presidente. Irán agradeció las muestras de apoyo y solidaridad por parte de varias naciones.

En caso de muerte del presidente, los poderes se transfieren al primer vicepresidente con la aprobación del Líder Supremo, según el artículo 131 de la Constitución iraní. Actualmente, Mohamad Mojber es primer vicepresidente.

@Sputnik

/Fuente de imagen: Sputnik

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Política & Economía Nacional

Ley Bases, podría haber una definición esta semana.

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“Si tengo que jugar la gaseosa, va a haber dictamen esta semana”, dijo el presidente previsional de la Cámara alta, Bartolomé Abdala.

Según explicó el legislador, el dictamen se demoró más de lo esperado por el Gobierno por el “extenso diálogo con varios senadores opositores”, que implicó cambios en el nuevo proyecto que, de ser dictaminado con esas modificaciones deberá volver a Diputados. De todas formas, aclaró que “más allá del tiempo, es una ley que le va a hacer bien a los argentinos”.

“Soy optimista de que va a salir, más allá de una semana más o menos, es importante que los senadores de algunas provincias tuvieran alguna creatividad a la hora de incluir modificaciones mínimas, motivo por el que va a volver a Diputados, pero si ese es el escenario final no me preocupa“, se escudó.

Si bien admitió que “el ideal libertario no se cumplió” en términos de celeridad y del articulado, debido a que hace cuatro meses que ingresó al recinto, enfatizó el oficialismo es “respetuoso” de las voces disidentes.

@Ámbito

/Fuente de imagen: Archivo Google

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