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Opinión

Latinoamérica lleva cinco siglos y nuestras venas siguen abiertas.

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Extracto de nota de Aram Aharonian.

Estaba en pleno encierro covidense, escuchando el tema de León Gieco, “cinco siglos igual”, lo que, obviamente, me llevó a recordar que hace medio siglo apareció un libro que recorrió primero América Lapobre y luego el mundo entero. Un texto que quizá se adelantó a su tiempo pero que nos contagió con el virus de ponernos a saber mucho más de nosotros mismos, de nuestra historia.

Para muchos de nosotros, veinteañeros, era una de las pocas veces que veíamos a Latinoamérica como si fuera con nuestros propios ojos. Eduardo Hughes Galeano tenía 27 años cuando comenzó la ardua labor de recolección de datos, de historias, de vivencias. Lo terminó cuatro años después, tras entrevistar a la gente real, a escuchar sus historias y las historias de sus padres y abuelos, de viajar por territorios no aptos para intelectuales de escritorio, y también tras tres meses de encierro para poder escribirlo.

Para muchos, ya el comienzo fue una bofetada: “La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder”. Y nuestro Uruguay, que soñaba con la revolución, iba a empezar ese año una de sus horas más negras, la de las medidas prontas de seguridad, la injerencia de la CIA y sus manuales de tortura, la persecución y prisión de militantes, la represión. Como si el poder hubiera leído Las Venas: “El Imperio, incapaz de multiplicar los panes, hace lo posible por suprimir a los comensales”.

No era raro que la mayor publicidad del libro no llegara de los críticos literarios sino de nuestras dictaduras y dictadores, que lo prohibieron. Y si bien alguno creyó que era un libro de medicina, otros hasta dijeron que era un instrumento de corrupción de la juventud. Y Galeano se fue del país, dejando a los amigos que, dicho sea de paso, muchos de ellos se fueron yendo en los años siguientes.

Eduardo se incorporó a la redacción de El Sol, colaboró con sus dibujos que firmaba como Gius (es Hughes en uruguayo, me explicó una tardecita) y sus notas; asistió a los cursos de formación con Enrique Broquen así como a las charlas y las discusiones con Vivián Trías por quien sentía cariño y respeto.

Cuando se le dio por empezar a garabatear Las Venas, hacía un tiempo que había dejado el periodismo. Ya no dirigía Época y sólo colaboraba en Marcha, con el viejo Quijano. Se dedicaba a viajar y escribir. Una vez le pregunté qué opinaba del mexicano Juan Rulfo, un escritor que me había sorprendido y hasta me dejó pensando.

Rulfo fue mi maestro. Me enseñó a escribir con el hacha además de con la pluma y yo te diría que escribir para mí es una persecución, una suerte de cacería de la palabra que huye, y una vez que me parece que la atrapé, la descubro muy vestida, entonces hay que desnudarla”. Una forma de explicarme que nunca el texto original que uno escribe es el definitivo: hay que releerlo mil veces, e ir podándole todas las ramas secas, las que se desvían, las feas, las abundosas, hasta que queda el texto desnudo, para ofrecérselo a los lectores..

En 1978, recuerdan sus editores, señaló que “desde la primera edición… el sistema ha multiplicado el hambre y el miedo; la riqueza continuó concentrándose y la pobreza difundiéndose. Cuando en 1970 lo escribí, el sistema toleraba más náufragos que navegantes. Hoy veo con asombro que la proporción de náufragos es mucho mayor”.

Apenas lo terminó, Galeano presentó su detallada, documentada y dramática memoria del saqueo a la Casa de las Américas, en La Habana. “Perdí. Según el jurado, el libro no era serio”, pese a que las tremendas consecuencias de las acciones de “los proxenetas de la desdicha” que denuncia en la introducción y las dos partes de Las Venas, estaban (y están) todavía vigentes: desocupación, analfabetismo, miseria, enfermedades, violencia, exclusión, colonización, explotación, dependencia, intolerables inequidades.

Las Venas fue el texto base que tuvimos varias generaciones para aprender historia nuestramericana. Y en él se nutrieron –dicen- Lula da Silva, Hugo Chávez, Evo Morales. Me consta lo de Chávez, que quedó tan impresionado que se lo regaló al presidente estadounidense Barack Obama. “Es de no creer: Chávez le regaló una edición pirata colombiana del libro en lugar de darle una edición en inglés”, me dijo cuando lo felicité por teléfono.

En un par de días el libro superó miles de puestos hasta instalarse en la lista de los cinco más pedidos en el mundo.

“Escribí Las Venas -decía- para difundir ideas ajenas y experiencias propias que quizás ayuden un poquito, en su realista medida, a despejar los interrogantes que nos persiguen desde siempre: ¿es América Latina una región del mundo condenada a la humillación y a la pobreza? ¿Condenada por quién? ¿Culpa de Dios, culpa de la naturaleza? ¿No será la desgracia un producto de la historia, hecha por los hombres y que por los hombres puede, por lo tanto, ser deshecha?”.

Decía que su intención era divulgar ciertos hechos que la historia oficial, historia contada por los vencedores, esconde o miente. “Sé que pudo resultar sacrílego que este manual de divulgación hablara de economía política en el estilo de una novela de amor o de piratas. Creo que no hay vanidad en la alegría de comprobar, al cabo del tiempo, que Las Venas no ha sido un libro mudo” .

¡Que va! Fue la verdadera biblia para aquellos que comenzábamos nuestra militancia, nuestro verdadero texto de historia americana, muy diferente a los textos que nos obligaban a leer y estudiar en el liceo y en preparatorios. Era la biblia atea –iniciática, el pasaporte para entrar definitivamente en América Lapobre- que nos prestábamos unos a otros, apurados por leerla, porque muy posiblemente la prohibirían.

Lo único que no logro asimilar hoy es que ya hayan pasado 50 años, que Las Venas haya atravesados generaciones, golpes, torturas, revoluciones, exilios, desaparecidos… No logro asimilar que Eduardo haya muerto y que ya no nos tomemos un café, una cerveza, un ron, unos vinos, en algún café céntrico montevideano, en su casa malvinera de Dalmiro Costa , en las cantinas de Buenos Aires, en Porto Alegre o en la terraza de mi apartamento de Caracas.

A Galeano le molestaba hablar siempre de Las Venas, como si el tiempo no hubiera pasado y no hubiera escrito, entre otras cosas, El libro de los abrazos.

Me fui de Uruguay porque no me gusta estar preso y de Argentina porque no me gusta estar muerto”, decía con cara de serio. Joan Manuel Serrat, uno de sus tantos amigos, lo describe mejor: “Galeano amaba reír. Practicaba la risa como una defensa contra las miserias cotidianas”.

Eduardo se paró al borde del camino el 13 de abril de 2015, hace seis años ya. Las verdaderas venas latinoamericanas siguen aún abiertas. En el siglo 15 y siguientes los filones a arrebatar eran el azúcar, el café, la banana, el oro, la plata, el caucho. Ahora son la soja, el litio, el petróleo, el agua, las tecnologías o las mismas vacunas anti-Covid que, ya sabemos y sufrimos, no serán para todos. Cinco siglos igual.

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

/nodal


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

Opinión

La soledad derrotada… ¿o casi?

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Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Recorriendo la Provincia de San Juan notamos que gran parte de nuestro territorio es desierto. El Papa Benedicto XVI utilizó con frecuencia esta imagen geográfica aplicándola a los desiertos interiores.

En ambos casos debemos cuidarnos de tres engaños peligrosos.

El primero es el espejismo. Parece que el oasis está ahí nomás. Gastamos fuerzas, nos cansamos y cuando llegamos no hay más que arena. Nos puede suceder al confiar en falsas promesas o fantasías de paraísos imaginarios. Estos nos llevan a la frustración y al fracaso.

Otro riesgo que tenemos es el del agua contaminada. Nos calma la sed, pero nos va enfermando casi sin darnos cuenta. Nos ubicamos aquí cuando entablamos relaciones tóxicas o ambiguas, aceptamos vivir de las apariencias, ocultamos la verdad a los amigos.

Y el peor es el del agua envenenada, que nos lleva prontamente a la muerte. La droga, la violencia, el rencor nos infectan la vida y son un tobogán a la destrucción.

En torno a 1882 Friedrich Nietzche escribió su obra “Así habló Zaratustra”. Fijate lo que expresa este filósofo y poeta: “El desierto crece: ¡ay de aquel que dentro de sí cobija desiertos!”. Nos habla de una realidad interior dinámica, en movimiento. Se expande, avanza, va ganando terreno.

Para él el desierto es un espacio estéril y sin esperanza, que lleva a la apatía y el adormecimiento. Si prestamos atención, mucha gente hoy experimenta esta sensación. Es necesario cuidarnos del nihilismo quejoso y escéptico, así como del desánimo y el desaliento.

Francisco nos dice que disponemos de avances tecnológicos que nos hacen estar conectados todo el tiempo, y sin embargo “estamos más solos que nunca”. Una de las mayores angustias que padece la humanidad es la soledad.

Este jueves que pasó, el Papa convocó al Jubileo del 2025 con una carta —llamada Bula— titulada “La esperanza no defrauda” tomado de una carta de San Pablo. Aquí nos dice Francisco: “En el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el mañana. Sin embargo, la imprevisibilidad del futuro hace surgir sentimientos a menudo contrapuestos: de la confianza al temor, de la serenidad al desaliento, de la certeza a la duda. Encontramos con frecuencia personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles felicidad”.

La soledad no se supera estando entre multitudes, sino más bien contando con un amigo, un confidente, un compañero de camino. Este fin de semana estamos celebrando la Solemnidad de Pentecostés, la gran fiesta del Espíritu Santo. San Basilio dice que el Espíritu Santo fue para Jesús en la vida terrena “el compañero inseparable”.

Cuando nos cuesta hablar con alguien o somos visitados por la angustia, veamos al Espíritu Santo como “suave alivio en las fatigas” y “consejero admirable”.

Él va serenando nuestro interior, “riega nuestra aridez, cura nuestras heridas”.  Por eso Jesús en el Evangelio nos hace una promesa sorprendente: “El que tenga sed, venga a mí y beba el que crea en mí. Como dice la Escritura: De su seno brotarán manantiales de agua viva. Él se refería al Espíritu que debían recibir los que creyeran en Él”. (Jn 7, 37-39)

El soplo del Espíritu Santo es expresión de comunicar lo más íntimo de Dios, que a la vez es lo más vital. Es aliento de vida. “¿Quién puede conocer lo más íntimo del hombre, sino el espíritu del mismo hombre? De la misma manera, nadie conoce los secretos de Dios, sino el Espíritu de Dios.” (I Cor 2, 11)

Vivimos atrapados por la prisa. Apurados sin sentido. El Espíritu Santo nos da quietud y nos hace disfrutar de paz interior. Nos enseña Francisco en la Bula: “Estamos acostumbrados a quererlo todo y de inmediato, en un mundo donde la prisa se ha convertido en una constante. Ya no se tiene tiempo para encontrarse, y a menudo incluso en las familias se vuelve difícil reunirse y conversar con tranquilidad”.

Podemos afirmar con toda certeza, “¡El desierto florecerá…!” (Isaías 35, 1-10)

Sabemos que “la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado”. (Rm 5,1-2.5)

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Opinión

Sanciones antirrusas llevan a la decadencia de Europa

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NOTA DE OPINIÓN POR – Dmitry Feoktistov

El Embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov, señala -con datos contundentes- que las consecuencias de las sanciones antirrusas aplicadas por Occidente colectivo están perjudicando a los países de la Unión Europea.

La formación del mundo multipolar se acompaña con la aparición y fortalecimiento de nuevos centros de poder en Asia, África y la América Latina, así como el apagamiento paulatino de las fuerzas predominantes tradicionales – los EEUU y Europa-.

Esa tendencia se refleja tanto en el ámbito político-militar, como en el económico-comercial. Tratando de mantener su liderazgo a toda costa, los países del Occidente colectivo están dispuestos a tomar medidas, que algunas veces resultan de suicidio para los mismos. El tiempo ha mostrado que la decisión de los Estados de la Unión Europea (UE) de adherirse a la guerra de sanciones desencadenada por Washington contra Rusia resultó en en contra de ellos mismos, poniendo a los europeos a dura prueba.

A partir de otoño de 2023 la economía de la región sufre estancamiento provocado por altos precios de energía y reducción de la demanda del consumo bajo las condiciones de creciente inflación y endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo. El nivel oficial de la desocupación en marzo de 2024 fue 6,5%.

Debido a la denegación de las compras directas de portadores de energía rusos la industria de la UE sufre una crisis profunda, perdiendo la rentabilidad y competitividad. El índice de la producción industrial en febrero de 2024 bajó a 6,4% en comparación con el mismo período del año pasado. Al mismo tiempo la mayoría de los países casi agotó la posibilidad de incentivar sus economías por medio de los subsidios presupuestarios. En tercer trimestre de 2023 el monto total de la deuda estatal de los países miembros de la UE alcanzó casi 83% del PIB. Mayores índices se registraron en Grecia (165,5%), Italia (alrededor de 141%), Francia (112%), España (110%), Bélgica (108%) y Portugal (107,5%).

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Se observa el descenso constante de nuevos pedidos y volúmenes de producción. En diciembre de 2023 la fabricación de bienes de consumo durable bajó a 5,4% en comparación con diciembre de 2022.

Las principales consecuencias de la “vuelta” de la UE de Rusia son sufridas por las ramas de gran consumo de energía, sobre todo la construcción de automóviles, la industria química, la producción de aluminiocementocerámicavidriometalesabonos, la industria de papel y la celulosa que en los últimos años ya sufrían las dificultades estructurales agravadas debido a la política de la UE para la transición hacia la economía climáticamente sostenible.

El Consejo Europeo de la Industria Química señala que dicha rama está bajo presión por segundo año consecutivo. Y la tendencia se está acelerando. Si a finales de 2022 el volumen de producción de este tipo de mercancías cayó en un 6,3%, en 2023 – en un 8%. Ya la desaceleración de la tasa de crecimiento es comparable al período de la pandemia del Covid-19.

El duodécimo paquete de sanciones antirrusas afectó a la UE

El duodécimo paquete de las sanciones antirrusas asestó un duro golpe a la posición de la ciudad belga de Amberes como “la capital mundial de los diamantes”, por donde pasaban entre el 80% y el 90% de las materias primas preciosas, el 50% de los diamantes pulidos y el 40% de los diamantes industriales.

Después de que los políticos occidentales decidieron extender las restricciones antirrusas a esta zona, el lobby belga de los diamantes constató la pérdida de miles de puestos de trabajo y de un tercio del volumen de negocios comercial. Con el anuncio de un embargo gradual en diciembre de 2023, la situación siguió deteriorándose. Los bancos internacionales están reestructurando sus políticas crediticias y ahora consideran como “tóxico” el negocio de los diamantes en Amberes. Bajo tales condiciones, muchas empresas prefieren trasladarse a aquellas jurisdicciones donde el mantenimiento de un clima empresarial favorable prevalece sobre las razones políticas.

Los consumidores de aluminio de la UE también tienen el estado de ánimo similar. Condenaron abiertamente la decisión del Consejo de la UE de prohibir la importación de alambre, láminas y algunos tipos de tubos rusos fabricados con este metal. Las empresas ya están bajo presión por el aumento de los costos y la disminución de la producción nacional causada por el aumento de los precios de la energía, y el alambre de aluminio de Rusia se ha utilizado mucho en la producción de cables para industria de las fuentes de energía renovables. En 2022, nuestro país cubrió un tercio de las necesidades europeas de este producto. El déficit de aluminio primario en la UE ya supera el 80%.

Según la Comisión Europea, el índice de confianza en sector industrial, que se calcula sobre la base de los pedidos totales, los inventarios actuales de productos terminados y el crecimiento planificado de los volúmenes de producción, cayó a menos nueve en diciembre de 2023. Esto refleja el grado de “confianza” de las empresas industriales en las políticas seguidas por Bruselas.

Empresas europeas cada vez mas dependientes de EEUU

Ante esta situación, los dirigentes de las empresas se enfrentan a menudo a una decisión difícil: subir los precios de los productos y ceder así su cuota de mercado a los productos más baratos, principalmente de origen chino, o optimizar y reducir parcialmente la producción. Así, en febrero de 2023 cerró la planta de amoníaco del consorcio químico alemán BASF en Ludwigshafen. Para mantener al menos una parte de la producción en Alemania ante el rechazo de Berlín a comprar gas ruso, la dirección de BASF se vio obligada a firmar un contrato a largo plazo (17 años) con el proveedor estadounidense de GNL Cheniere Energy, Inc. Sólo se puede adivinar cuánto pagará de más la empresa durante este tiempo debido a la diferencia de precios entre el gas ruso suministrado por gasoducto y el gas natural licuado estadounidense.

Las empresas europeas Automotive Cells Company, Northvolt (baterías para vehículos eléctricos) y Plastic Omnium (sistemas de combustible, equipos y componentes para el transporte) anunciaron su intención de localizar nuevos centros de ensamblaje en los Estados Unidos. En agosto de 2023, una de las mayores empresas químicas del mundo, Lanxess, presentó planes para reducir costes a gran escala por valor de 100 millones de euros, congelar las contrataciones y cerrar dos plantas productivas.

Algunos países miembros de la UE, en particular Francia, Alemania y Bélgica, se preocupan por la desindustrialización de la economía, la pérdida de inversiones potenciales y fuentes de crecimiento. Tras haber aceptado bajo la presión de los Estados Unidos imponer sanciones contra Rusia, Bruselas se ve obligada a soportar las políticas económicas discriminatorias de sus socios estadounidenses, volviéndose cada vez más dependiente de Washington. En los círculos de expertos se plantea activamente la cuestión de cuándo finalizará la marca “Hecho en la UE”.

Los agricultores europeos también fueron perjudicados

Los agricultores europeos también “despertaron” y realizaron una serie de protestas a gran escala en las capitales de sus Estados. Durante mucho tiempo se les “alimentó” de la información sobre alguna amenaza a la seguridad alimentaria en todo el mundo. Luego se dieron cuenta de que los únicos a quienes debían temer eran sus propios gobiernos, quienes después del inicio de la Operación Militar Especial, introdujeron un régimen sin precedentes de favor exclusivo a los productos agrícolas ucranianos sin tener en cuenta su calidad ni los intereses de los productores agropecuarios nacionales.

Si esto continúa, en un futuro próximo Europa podría perder su estatus como uno de los buques insignia del desarrollo económico mundial, intercambiándolo por el dudoso honor de ser un instrumento de la política estadounidense para “castigar” a Rusia por la “invasión en Ucrania”.

Cuando los intereses nacionales ceden ante la tentación de participar en los juegos geopolíticos, y un enfoque pragmático de la cooperación bilateral da paso a las prioridades ideológicas, “empaquetadas” en el envoltorio de clichés propagandísticos mordaces, pero esencialmente vacíos, es una señal segura de que el Estado se ha desviado de la ruta.

Es gratificante que nuestros socios latinoamericanos, que decidieron no sumarse a las sanciones contra Rusia, a pesar de la presión sin precedentes de Washington, lo entiendan bien. Y no están dispuestos a sacrificar su futuro por los caprichos de los Estados Unidos y sus satélites.

@DiarioPopular.

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Opinión

La tecnología avanza, la humanidad no.

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NOTA DE OPINION- Por Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Te pido disculpas si el título puede sonar despectivo. No es esa la intención. Pero pareciera algo contradictorio que cuanto más avanzadas son las herramientas tecnológicas de las cuales disponemos, más endebles resultan los vínculos sociales que establecemos. Parece mentira que se instale la irracionalidad de la guerra y se incremente la capacidad de destrucción y muerte. La tecnología ayuda a las ciencias médicas, al ahorro de energía y
tantos otros beneficios; y por otro lado multiplica la capacidad destructora del ambiente llegando al límite de desaparición de algunas especies animales.
En este tiempo marcado por la irrupción de la Inteligencia Artificial no acertamos en madurar como seres humanos. Nos volvemos primates, involucionamos en el respeto a los derechos humanos y el cuidado de la casa común. Estamos celebrando la Ascensión al cielo de Jesús Resucitado, y en este contexto, la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El Papa nos ha regalado un Mensaje cuyo título es “Inteligencia artificial y sabiduría del corazón para una comunicación plenamente humana”. En este Mensaje Francisco nos dice que “la difusión acelerada de sorprendentes inventos, cuyo funcionamiento y potencial son indescifrables para la mayoría de nosotros, suscita un asombro que oscila entre el entusiasmo y la desorientación”.
Nos advierte que “en esta época que corre el riesgo de ser rica en tecnología y pobre en humanidad, nuestra reflexión sólo puede partir del corazón humano. Sólo dotándonos de una mirada espiritual, sólo recuperando una sabiduría del corazón, podremos leer e interpretar la novedad de nuestro tiempo y redescubrir el camino de una comunicación plenamente humana”.
Tal como expresaba el Principito, “solo con el corazón se puede ver bien; lo
esencial es invisible a los ojos”.

Las computadoras son de gran ayuda, “poseen una capacidad inconmensurablemente mayor que los humanos para almacenar datos y correlacionarlos entre sí, pero corresponde al hombre, y sólo a él, descifrar su significado”. Podemos correr el riesgo de confundir el alcance de las estadísticas dándoles un valor inadecuado. Los números son importantes, pero la sabiduría del corazón humano va a las causas que están en la raíz de los problemas sociales.
Los seres humanos buscamos superarnos venciendo limitaciones, “empezando por los primeros artefactos prehistóricos, utilizados como prolongación de los brazos, pasando por los medios de comunicación empleados como prolongación de la palabra, hemos llegado hoy a las máquinas más sofisticadas que actúan como ayuda del pensamiento”. Me resulta muy expresiva esta imagen de “prolongación de la palabra”, como para que ella siga resonando una vez pronunciada. Los antiguos papiros, la imprenta, las grabaciones, las redes sociales… todo buscando que lo dicho alcance a muchos y perdure.
Los Medios de Comunicación son de gran ayuda. “Según la orientación del
corazón, todo lo que está en manos del hombre se convierte en una oportunidad o en un peligro.” El profeta Isaías inspirado por Dios avizoraba el momento en el cual los pueblos “de las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas”. (Is 2, 4)
Otra dificultad que nos plantea Francisco es la “contaminación cognitiva” que altera la realidad mostrando lo falso como si fuera verdadero. “Es decir, de la creación y difusión de imágenes que parecen perfectamente verosímiles pero que son falsas (también yo he sido objeto de ello), o de mensajes de audio que utilizan la voz de una persona para decir cosas que nunca ha dicho. La simulación, que está a la base de estos programas, puede ser útil en algunos
campos específicos, pero se vuelve perversa cuando distorsiona la relación con los demás y la realidad.” Hace falta tener una mirada crítica acerca de todo lo que se muestra, especialmente en redes sociales, y chequear la autenticidad. Se hacen circular frases y fotos que distorsionan la realidad. Con frecuencia se busca generar un clima de intolerancia, odio, rechazo de
quienes piensan distinto.

Buscamos una comunicación plenamente humana. “La información no puede
separarse de la relación existencial: implica el cuerpo, el estar en la realidad;
exige poner en relación no sólo datos, sino también las experiencias; exige el
rostro, la mirada y la compasión más que el intercambio.” El jueves pasado el Papa proclamó solemnemente el próximo Año Jubilar 2025, y publicó el Documento (llamado Bula) titulado “La esperanza no defrauda”. Te invito a leer y meditar estas enseñanzas de Francisco. Nos
recuerda que “en el corazón de cada persona habita la esperanza como
deseo y expectativa de lo bueno que vendrá, a pesar de no saber lo que nos
deparará el futuro”.
Ayer, 11 de mayo, se cumplieron 50 años del asesinato del padre Carlos Mugica.

Recemos por la paz en los corazones y la sociedad.

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