Miles de estudios han demostrado que el uso excesivo de redes sociales pueden crear falsos modelos sobre la realidad. Si bien es claro que no afecta a todos por igual, el uso de imagenes con modelos de cuerpos hegemónicos, y la falsa publicidad de «cuerpos reales» afecta a un importante porcentaje de la población.
Esta problemática se ve potenciada por la estación de la playa, trajes de baño y bronceado caribeño. Una de las cofundadores de FundaLuba, dra. Mabel Bello, dialogó con Ahora San Juan sobre una triada nada agradable para un sector de la sociedad: trastornos alimenticios, redes sociales y verano.
Todo el año las redes sociales bombardean al usuario con imagenes publicitarias, los influencers que «solo recomiendan productos que les han servido a ellos», «que buscan la verdad», el famoso «varios me han preguntado». La publicidad engañosa, el exceso de filtros y el tradicional Photoshop pueden ser armas de doble filo si el usuario no tiene la capacidad para comprender que eso que está consumiendo como real, en realidad no lo es.
La dra. en Psiquiatria Mabel Bello tuvo la amabilidad de brindar espacio de su agenda para dialogar con Ahora San Juan y tratar de explicar la otra cara de la luna, por decirlo de algún modo. Primero y principal, no es cuestion de demonizar al verano, la publicidad, las redes sociales, ni mucho menos a influencers, sino tratar de hacer entender que esta publicidad disfrazada de real, cotidiana, íntima, saludable, sin filtros, casi en vivo y en directo, no lo es.
FundaLuba (Fundación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia), lleva varias décadas trabajando con pacientes que padecen trastornos alimentarios. La trayectoria en el tiempo ha permitido poder ver como distintos factores sociales y de sociabilización influyen en esta patología.
El uso de redes sociales es una factor altamente influyente, asegura Bello. Es una nueva forma de sociabilizar la cual está teñida de «engaños» y «falsas verdades», acuerda como carácterísticas. Si bien no todas las personas que se exponen a este factor terminas padeciendo trastornos alimentarios, ese porcentaje de la población que tiene ese 30% genético sí.
El 30% genético se refiere a aquellas personalidades que están predispuestas, por su conformación, a tener este tipo de trastornos. La especialista explica que «pueden ser personas maniaco comulpusivas, controladoras, perfeccionistas pero que a la vez temen mucho a las responsabilidades, a la vida adulta».
Ahora San Juan le consultó a Bello sobre la nueva tendencia de publicidades con cuerpos reales, a la que la doctora en psiquiatria dijo «está bien mostrar las diversidades corporales, pero hay que mostrar cuerpos reales saludables. A veces se cae en normalizar cuerpos enfermos, pasa con las personas con anerexia y bulimia como así también con las personas con obesidad. Un cuerpo saludable es aquel que está en un peso acorde y permite desenvolverse naturalmente por la vida, que mantiene cuerpo y mente en equilibrio».
La directora de fundaluba fue dictaminante al establecer que existen falsas campañas de concientización, las cuales solo pretenden «vender». Esto hizo referencia a las famosas películas, novelas, series, relatos, de «supervivencia» de personas que padecen esta enfermedad. «Sólo priorizan contar los síntomas y esto es un arma de doble filo, ya que termina siendo una herramienta para que jóvenes puedan adoptar esas conductas dañinas». «Siempre y cuando tengan ese 30% de predisposición genética», aclaró.
«En un principio era la enfermedad era asociada a mujeres adolescentes, jóvenes. Luego se descubrió que hombres también la padecen. Finalmente la franja de edades se amplio hasta llegar a niños/as y adultos. ¿Cuál es la explicación desde Fundaluba de este fenómeno?», preguntó Ahora San Juan; Bello respondió: «Es cierto que en un inicio se asoció a mujeres jóvenes, adolescentes. Pero actualmente se pueden ver casos de niños/as que al ingresar al preescolar empiezan a marcar las diferencias corporales con sus pares, marcando la gordura como algo negativo a lo que no debo llegar. En cuanto a los adultos que tienen bulimia y anorexia, la cual es dignosticada en su vida adulta, se puede decir que el inicio de su padecimiento ha sido en la juventud/adolescencia, solo que ha estallado, por distintas causas, en la vida adulta».
«Varios hombres padecen anorexia y bulimia, sin embargo el porcentaje sigue siende menor al de las mujeres», afirma Bello. «¿Esto significa que tienen menos predisposición genética a los trastornos alimentarios?», se autopregunta la doctora y a la vez se responde «no, claro que no. Sucede que ese 30% genético está presionado por un 70% social de otras maneras. No se les exige ser pequeños, sino de otras maneras. Entonces padecen otros trastornos de alimentación que suelen ser engañosos bajo las condiciones de «vida saludable»».
«Desde Fundaluba hacemos campaña, vamos a las escuelas, damos charlas, pero jamás hablamos de los síntomas, nunca contamos las estrategias que utilizan las pacientes, sino nos inclinamos a contar la soledad, el desasosiego que tiene esta enfermadad, las consecuencias a largo plazo», responde Bello a la pregunta «¿Cómo deberían ser las campañas de concientización?».
Agrega a la respuesta «también trabajamos en grupos. Las pacientes más avanzadas ayudan a las que inician, así como aquellas que ya tienen el alta, pero ellas jamás hablan de su enfermedad con quienes recien inician su tratamiento, sino cómo han ido recuperando su vida, que les quitó atravesar por la bulimia, cómo pueden manejarse hoy en la vida. Hay que tener en cuenta que esta es una enfermedad crónica, y la lucha es día a día».