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Sociedad Relatos de Vida

Pedro Ferrer es un sanjuanino que entiende que “lo más importante de la vida es disfrutarla”.

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Ahora San Juan habló con un padre, esposo, trabajador, amigo y vecino rawsino por adopción. Quien se definió como una buena persona (y quienes lo conocen así lo afirman). Lleva una vida tranquila, aunque en su historial cuenta con dos momentos de quiebre, que lo hicieron replantearse la importancia de cada suspiro, cada latido. Con el alma envuelta en su labor paternal ante todo, compartió ésto y un poco más de su recorrido histórico. De su provincia natal aseguró que “le gusta su geografía, su posición privilegiada en este hermoso planeta, sus climas. Y el hecho de que se puede encontrar desde la crudeza del desierto hasta lo inhóspito de las montañas nevadas. Que existe la posibilidad de hacer desde deportes acuáticos hasta gozar de las increíbles vistas del cielo estrellado como en pocos lugares se puede”. En cuanto a planes a futuro, están “terminar de criar y formar a mis hijas, una vez que estén establecidas y ya por su cuenta, me dedicaré a disfrutar todos los años que me regale el destino. Soy muy soñador, pero sensato a la vez, no hay algo que me quite el sueño”.

Este relato, no sería un relato sino empezara como fragmento extraído de algún momento. Entonces con el lápiz afilado, graficamos una o solo algunas de las aventuras que Pedro trae en su memoria, y esto comienza de la siguiente manera:

La primavera se hizo presente en el calendario, pero en lo que hace al clima, se tomó su tiempo. Quizás no tiene prisa y camina tranquila pero segura. Así como Pedro Ferrer, que tal vez sea un laburante más que transita las calles cuyanas. Sin embargo, se distingue porque tiene un corazón donde caben sus dos hijas, su esposa y miles de sueños para ellas. Es de esos que a simple vista se ven sencillos, que pasan desapercibidos, así como esta media estación que no es invierno ni verano. Aunque al conocerlo, florecen todos esos atributos que lo hacen especial. Así es Pedro, con su sentido latente de vivir el aquí y ahora con el mero fin de ser feliz y hacer feliz a los suyos. Vivió en Concepción (Pueblo Viejo) hasta sus 13 años, cuando se mudó a Rawson, lugar donde vive actualmente. Este sanjuanino con cara de bueno, lleva esta apariencia hasta lo certero, y es muy querido entre su círculo más cercano. Es de tener la cantidad de amigos justa, ni más ni menos. Pero sabe que cualquiera de ellos jamás le faltará. La familia que formó lo es todo para él, su propósito y combustible diario. No le tiene miedo al ayer ni al mañana, el presente es su mejor momento para disfrutar de todo aquello que la vida le regala.

Estoy criando dos niñas hermosas una de 15 y otra de 8 años, junto una buena mujer de buena familia que es mi señora“, así es como arrancó una breve charla que decidió tener con la hija de un gran amigo que hacía mucho tiempo que no veía. Con quien tuvo la oportunidad de reencontrarse una tarde a través de las redes sociales, e intercambiar un poco del correr de sus historias (aclarando que hace poco uso de ellas, ya que prefiere incursionar por la realidad natural). En ese momento, entre brechas de horas de trabajos, contestó algunos mensajes y luego retomó su rutina. Las artes gráficas comprenden el oficio adquirido por Jorge, ese gran amigo, que en épocas pasadas, supo orientarlo en el rubro. “Por varios años fue mi tutor“, expresó inmerso en la nostalgia que conlleva trasladarse a momentos de una buena amistad. Hoy la imprenta, la rotulación, la cartelería, etc. Son algunas de las tareas que hacen a la mitad de su tiempo.

Cuando la chica le preguntó:

Y… ¿cómo estás ahora, qué es de tu vida?

Él sólo contestó:

-“Paso mis días entre el trabajo, hacer de mis niñas un par de personas de bien y rodar con mi bicicleta por las montañas sanjuaninas, una pasión que llevo dentro desde que tengo memoria. Amo andar en bicicleta por las montañas”.

Este es un punto a resaltar, ya que fiel a su espíritu liviano, no podía faltarle una inclinación hacia un deporte tan libre, ligero y aventurero como lo es andar en bici por los bellos paisajes sanjuaninos. Flaquito, con su cabello (ya con algunas canas) al viento, sale cuando puede a dar una vuelta para dejar volar sus pensamientos. Aunque, cuando lo piensa, dice: “No sé si es una pasión, pero ¡qué bien que me hace sentir pasear en bicicleta!. Siempre me gustó, ojalá hubiera puesto más empeño en ello”. Quizás en su camino tuvo que priorizar otras cosas, así como les pasa a muchas otras personas.

La tarde se pasaba más rápido que su dedo haciendo scroll en el chat de whatsapp. Por lo que, se despidió y terminó su jornada laboral. Luego fue a su casa y allí comenzó su jornada favorita, la familiar: “Si a algo me dedico es a ‘construir’ dos personas íntegras, independientes, con principios y fundamentos“, así es como define su grandiosa forma de ser papá.

Tal vez, todo ésto más adelante se convierta en nuevas remembranzas. Así como aquellas que atesora en su perfecta memoria: “Si recuerdos bonitos existen, pues son los de los primeros años de mi niñas. Puedo recordar cómo mi cerebro cambió el día que decidí hacerme cargo de una vida humana para construír una persona de bien”.

El sol caía, y poco antes de que termine su día, agradecido por haberlo vivido y como reminiscencia de dos importantes problemas de salud, no olvida aquellos acontecimientos que le permitieron reinventarse, re-aceptarse y seguir en pie: Nunca me ha sido difícil resolver ‘cosas’ de cualquier índole pero, si algo fue complicado (no por mi capacidad sino por la de los demás) fue la vez que me rompí la espalda y pasé 6 meses en cama con riesgo de quedar paralítico. Al igual que cuando pasé un año internado en un hospital por cáncer. Lo difícil en tales casos es dar consuelo a los demás, hacerles entender que uno ya superó la circunstancia y es capaz de asimilar lo que venga como parte de la vida misma”. Así es como se expresa quien lleva una paz interna a niveles poco entendibles para otros mortales.

Escucha buena música (“que transmite“), “casi todo el día rock matizado con varios géneros”. Y, por supuesto, “las comidas en casa compartidas con un vino y alguna conversación” son de su predilección. Seguro que pone el despertador, besa a sus pequeñas y su esposa, y se va a dormir sin temor ni ansiedad por lo que vendrá. Porque su lugar en el mundo: “es el mundo mismo“. “No soy alguien de raíces profundas, puedo levantar el campamento e ir a otro lugar cuando sea“, reflectó. Junto al hecho de que está en un punto de su línea temporal, donde entendió que lo más importante de la vida es disfrutarla”, que “todo sirve, lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo, y que hay que aprender a aprovechar cada cosa que nos sucede para descubrir lo sorprendente que es nuestra corta existencia como seres pensantes en el infinito que nos rodea”.

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Piloto le propone casamiento a su novia en el lanzamiento del Safari.

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Surgió el amor en Valle Fértil, exactamente en la simbólica largada del evento deportivo Safari Tras la Sierra. Las imagenes se viralizaron rapidamente.

El Safari Tras la Sierra reune afisionados y turistas no solo de San Juan,sino tambien de todo el país y otros paises, miles de personas llegan a la majestuasidad del rio de Valle Fértil para disfrutar los dias de este evento deportivo.

Frente a todas estas miles de personas el piloto sanjuanino Javier Marcial se arrodillo frente a su enamorada, Johana Contreras, para proponerle casamiento.

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Sociedad Relatos de Vida

“La profe”: Romina, la multifacética sanjuanina que reluce desde lo educativo y lingüístico hasta lo cultural y artístico.

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Todos los 17 de septiembre es celebrado el Día del Profesor en nuestro país y la conmemoración nace para ensalzar la labor de los docentes encargados de la educación secundaria y superior. La fecha supone un homenaje a la figura de José Manuel Estrada, un reconocido escritor e intelectual argentino que destacó por su gran dedicación y compromiso en la labor de profesor. Desde Ahora San Juan destacamos el relato de vida de la profe Romina.

Romina Pereyra, es una joven que tiene más de una disciplina que la apasiona en la vida. Comenzó siendo Profesora de Educación Física, es intérprete de lengua de señas hace más de una década, y luego se recibió de Profesora de Teatro, al mismo tiempo que practica la actuación en variados personajes y en distintas puestas. Desde Ahora San Juan hablamos con ella, para conocer acerca de estas vocaciones y de su amor por cada una de ellas.

En muchas etapas de nuestras vidas se nos intenta encasillar para una sola actividad o debemos elegir una profesión o vocación. Romina, es un caso muy especial, ella siempre ha hecho y hace todo lo que su corazón le demanda y lo que ha podido cumplir. Es una gran hacedora de sueños, que lucha por ellos. Simpática, organizada, sencilla y sobre todo una buena aprendiz y maestra.

Tiene 39 años, y nos cuenta cómo se fueron relacionando sus carreras y hobbies. ‘’En mi residencia de Eduación Física teníamos una parte, que era la de educación especial, en ese momento se llamaba así, y mi residencia me toca en la Escuela Bilingue de San Juan. Cuando llego a mis primeras observaciones de las clases, me encuentro con un mundo que yo desconocía totalmente, para todo se comunicaban con señas. Me toca el nivel inicial de la escuela y estaba frustrada, angustiada. Yo era la única en la escuela que no sabía señas y no me podía comunicar con quienes iban a ser mis alumnos por un buen tiempo‘’.

‘’El profe de ese entonces, Guillermo Basañez, nos calmó y nos dijo que ya ibamos a aprender. Me pasó las señas básicas para ir aprendiendo a comunicarme y comenzar con las intervenciones de a poquito porque esa era la estructura: observaciones de clases, intervenciones y en un tiempo más daba la clase completa para los chicos‘’.

‘’Comencé a aprender las primeras señas y después busque dónde estudiar porque me encanto. Vi la inmediatez de la comunicación, la repuesta de los chicos. Me enamore de la lengua de señas en esa instancia de mi carrera y comencé e estudiar en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan cumpliendo con los tres años de estudio. Hasta el día de hoy, me desempeño como profe y como interpréte y año a año me voy actualizando en cuanto a las señas porque van cambiando, incluso con la Pandemia, se agregaron muchas y se van actualizando‘’. Así es cómo nuestra protagonista, logra unir dos de sus grandes pasiones en una sola actividad, tan motivadora como desafiante.

Romina, se recibió de Profesora de Eduación Física en el 2007, trabajó en gimnasios, como profe de pilates y en escuelas estatales. Pero nos dice que tiene una preferencia muy particular que la une con los más pequeños.‘’Trabaje con una franja etaria bastante amplia, pero lo que más me gusta es trabajar con los chicos de primaria. En este momento y desde hace siete años, trabajo en la escuela Timoteo Maradona, en Rivadavia, con chicos desde primer año hasta sexto de la primaria.Siempre cuento que soy una afortunada de trabajar de lo que me gusta, porque amo trabajar con los niños que tienen, para mí, una energía muy especial‘’.

Lo más curioso de esta nota es saber cómo siguió sumando aprendizajes. ‘’Y lo de Teatro tiene que ver con lengua de señas, porque en el estudio de esta lengua, me hice amiga de un joven sordo y el quería estudiar teatro y no podía hacer ningún taller porque no tenía quién lo acompañase, entonces me pregunta si lo quería acompañar y comenzamos en un taller de Marcelo Meyer, que es un genio, no tuvo ningún inconveniente con que estuvieramos los dos y comencé de intérprete y me quedé como alumna. Y así empecé con esta locura del teatro”, expresó la profe.

‘’En el 2017, cuando se abre la carrera, se me ocurrió empezar para incorporar herramientas nuevas a mi carrera de docente. En lo que es Teatro, me ayudó mucho, coseché amistades muy bonitas y me abrió la cabeza, amplie mi mirada.

Y trabajo a veces como actriz también, he actuado en la Fiesta del Sol, en obras independientes, en musicales y creo que es otra cosa más para agradecer a Dios, al universo o a lo que cada uno crea‘’, nos dijo Romina.

Hay dos Fiestas del Sol que han marcado la vida de Romi, una fue ‘’Sueños de Libertad‘’ y la otra fue ‘’Evolución‘’ en la que tuvo un co-protagonico en el que actúo de mamá de un niño y considera que los personajes que les tocaron, tenían una magia muy especial.

Y a nivel nacional, tuvo una participación con una cantante de opera, Claudia Lepez, que hizó la presentación de su libro de canciones de cuna. Se combinó la interpretación teatral y la lengua de señas.

En el 2021, el prestigioso Teatro Nacional Cervantes, a través de su programa Cervantes Educación, lanzó una convocatoria abierta a personas sordas y oyentes de todo el país para su “1er Laboratorio de Actuación. Lengua de señas en escena”, y Romina no dudó en presentarse.

El proceso de postulación, que constó de tres instancias evaluadas por gente experimentada en estos campos, no era sencillo.Romina Pereyra se convirtió en la única sanjuanina dentro de un seleccionado nacional de 20 nombres (pares de Corrientes, Jujuy, San Luis, Buenos Aires, Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, Córdoba y Chaco).

Quienes la conocen, pueden definir a nuestra protagonista como empática, apasionada, detallista y muy sociable, es que dónde va deja una huella imborrable. Hoy, se encuentra pasando uno de los momentos más díficiles de su vida: la pérdida de su papá, un papá presente que marcó y forma parte aún hoy de lo que es ella como persona.

Y aún así, en la amabilidad que la caracteriza cuando le preguntamos acerca de sus próximos proyectos, no dudó en respondernos que va a seguir avanzando a pesar de que ahora le cueste pensar en algo por la situación que esta atravesando junto a su mamá, pero que en un futuro próximo desea aprender la técnica de clown y danza-teatro. ” Y un gran sueño pendiente es llevar la lengua de señas al teatro para incluir a la comunidad sorda. Son las dos cosas que me gustaría fusionar y con todas estas herramientas mejorar mi profesión de docente”, nos comentó.

Romina ha logrado mezclar su vocación profesional con sus pasiones y habilidades, sus deseos de desarrollo personal que le han permitido cambiar su mirada en todos los sentidos y también ser una profesora inclusiva. Ella se define como una persona que persigue sus sueños, que insiste para concretarlos y que es muy organizada y calma para lograrlos.

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El guardián de libros en San Juan. Ricardo Aguilera, bibliotecario de corazón.

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Hoy, 13 de septiembre es el Día del Bibliotecario, para felicitar a todos aquellos que realizan la noble labor de trabajar con nuestros libros, es que retomamos el relato de vida que realizamos a Ricardo, uno de los grandes bibliotecarios que tenemos en San Juan.

Una biblioteca es pilar fundamental para el saber y la cultura de un lugar. Y detrás de una buena biblioteca siempre hay un buen bibliotecario. Los sanjuaninos tenemos ambas cosas por suerte. Desde Ahora San Juan nos acercamos a hablar con Ricardo Aguilera, bibliotecario desde hace más de un cuarto de siglo en la Biblioteca Franklin, la biblioteca popular más antigua de América del Sur.

Ricardo lleva desde el año 1995 trabajando en la Biblioteca Franklin. Veintisiete años, que se dice pronto. La vida entre libros. Bibliotecario es una profesión que no siempre es justamente valorada, pero fundamental para el sostenimiento cultural. Una biblioteca requiere de un gran trabajo humano del que nos beneficiamos todos, Charles Medawar hacía referencia a esto cuando decía: “Los bibliotecarios son casi siempre muy útiles y a menudo casi absurdamente bien informados. Sus habilidades son probablemente muy subestimadas y en gran medida subempleadas”.

Ricardo nació en Las Flores, localidad de Iglesia. Allá empezaron a crear una biblioteca popular.  A Ricardo le quedaba cerca de su casa: “cómo no había nadie que la atendiera, me preguntaron y la atendí yo” nos cuenta. Sin nada, el presidente iba buscando, y con las donaciones que recibieron pudieron empezar con la biblioteca. Poco a poco fueron avanzando y se trasladaron de una piecita a un local más grande, donde es hoy es la Biblioteca de Las Flores, construyeron algunas estanterías e iban creciendo. Les habían donado el terreno, “todo con base a donaciones, todo era trabajo voluntariado de todo el mundo” subraya Ricardo.

“Allá, cuando te conocen, te van a buscar a tu casa hasta los días domingo para que les prestes un libro”, recuerda. Y así, un domingo llega a su casa la Directora de la Biblioteca de la Provincia, estaban censado las bibliotecas populares. Ricardo le muestra la biblioteca y el trabajo que venían haciendo. La Directora le cuenta que existe la carrera y lo anima a estudiarla. El joven se entusiasma, lo habla con sus padres y se viene a San Juan a anotarse para estudiar para Bibliotecario Nacional, hoy Bibliotecología. La Biblioteca de Las Flores no disponía de fondos para pagarle un sueldo, pero haciendo un esfuerzo el Presidente ayudaba cuando podían para pagarle algún pasaje para venir a la Capital.

Ricardo empieza a cursar a distancia. Le resulta complicado. Hay un choque cultural grande en cómo se estudiaba en Las Flores y pasar a la Capital al Colegio Superior Sarmiento. Al segundo año ya se queda en la Capital para seguir con sus estudios. Se esfuerza mucho y llega a formar parte del cuerpo de bandera. No solo eso, sino que de su promoción fue el mejor promedio. Lo que le otorga un premio por parte del Colegio de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina, y el viaje a Buenos Aires para recibirlo.

La residencia la realiza en la biblioteca de la Alianza Francesa. Posteriormente a eso, comienza a trabajar en la biblioteca Camilo Rojo. No podían pagarle mucho, “el problema de todas las bibliotecas populares es los fondos”, dice. A veces juntaba un poco más saliendo a cobrar las cuotas a los socios. Es poco tiempo después que consigue entrar en la Biblioteca Franklin, la cual era muy distinta a lo que es hoy.

Empezó como bibliotecario, pero además entre los años 2000 y 2004 fue Vicedirector. Fue una experiencia, reconoce. Aunque después de cuatro años prefirió seguir con su oficio. En el año 2011 lo becan para viajar a Estados Unidos. A través del Departamento de Estado y el Instituto de Educación de EE.UU. lo becan para el programa Bibliotecas y Museos como recursos comunitarios. Primero a visitar la Biblioteca del Congreso en Washington. No solo eso, sino que después visitó otras ciudades con sus respectivas bibliotecas: Kansas, Cincinnati, Wyoming y terminando en Los Ángeles. “Las bibliotecas eran enormes, hermosas. Muy limpias, pero excepto la de Los Ángeles, una biblioteca pública en un barrio chino, en ninguna vi a la gente como acá, estudiando”.

Ricardo es honesto, confiesa que no es un devorador de libros, pero sí que se preocupa en saber de todo lo que puede. Es imposible que hubiese leído todos los libros de la biblioteca, pero si tiene una idea sobre qué trata cada uno, como para poder aconsejar a todo aquel que venga a la Franklin, ya que como decía Borges: “ordenar bibliotecas es ejercer, de un modo modesto y silencioso, el arte de la crítica”.

La Biblioteca Franklin es la biblioteca popular más antigua de Sudamérica. Fundada por Sarmiento en 1866. Son más de 150 años abierta, sin perder ese carácter popular. Con todas las dificultades que ello implica, pero ha podido mantenerse gracias a la labor de personas como Ricardo, que entienden la importancia que tiene para la cultura de San Juan el que una gran biblioteca siga funcionando. Desde que él entro la biblioteca también ha ido cambiando. En el año 2004 finalizaron las obras de remodelación. La Franklin se ha ido acompasando a los tiempos y a las nuevas tecnologías, con las tareas de digitalización y el paso de un servicio tradicional al de biblioteca híbrida, integrando lo físico con lo electrónico.

Hoy cuenta con un gran número de servicios, que pueden consultarse a través de su página web (http://bibliotecafranklin.org.ar/) además de contar con unos 80.000 volúmenes. Hacerse socio es bastante sencillo, la cuota es trimestral y mínima. Tristemente, hoy en día, el libro en nuestro país tiene un precio que acerca la lectura a casi producto de lujo. Para un argentino comprar libros es algo prohibitivo, puesto que no se entiende como una necesidad básica y no hay ningún interés en que leamos y pensemos por nosotros mismos. Gracias al trabajo de personas como Ricardo y sus compañeros existe la Biblioteca Franklin y tenemos la oportunidad de poder leer, expandir nuestros horizontes y generar un pensamiento crítico. Para que se hagan una idea: con lo que sale la cuota de un año entero no alcanza casi ni para comprar un libro nuevo. La biblioteca ofrece todos los libros que uno sea capaz de leer en ese año.

La lucha de una biblioteca popular por mantenerse es ininterrumpida, depende de varios factores. No siempre es fácil, sobre todo si cuenta con empleados. Tal como señala Ricardo, “es lindo crear cosas nuevas, pero después hay que mantenerlas”.

De lunes a sábado uno puede acercarse por la Franklin. Allá estará Ricardo y sus compañeros trabajando. La sala suele estar llena de jóvenes estudiando y simultáneamente los diversos talleres que ofrecen, desde el rincón infantil, ajedrez, teatro, club de lectura, etc. Es un claro de luz en pleno centro sanjuanino. “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”, volviendo a citar a Borges. Nosotros tenemos el nuestro, gracias a Ricardo y muchos otros como él. Ya que, si las bibliotecas son un tipo de Paraíso, Ricardo vendría a ser uno de esos ángeles guardianes.

Tal vez, la profesión de bibliotecario no sea la más deslumbrante hoy en día para nuestra sociedad a simple vista. Al contrario de esto, es una de las más valiosas y necesarias. Por último, los dejamos con la defensa de los bibliotecarios de Umberto Eco: “El libro es una criatura frágil, se desgasta con el tiempo, teme a los roedores, resiste mal la intemperie y sufre cuando cae en manos inexpertas… Por tanto, el bibliotecario los defiende no solo de los hombres sino también de la naturaleza, y consagra su vida contra las fuerzas del olvido, que es enemigo de la verdad”.

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