Desde Ahora San Juan, compartimos la primera historia de la nueva sección: Relatos de Vida. En este caso se trata de Anita Cenacchi, una sanjuanina con un popurrí de logros y aciertos que merecen ser sacados a la luz.
Abrió sus ojos cuando el sol marcó el inicio de un nuevo día, sin saber lo que le esperaba saludó a su esposo Matías antes de que saliera a trabajar. Besó a su hijito Luca en la frente y lo arropó para que aprovechara la cama un poquito más. Ella es Anita, y cada despertar le significa una nueva osadía. Así que se dirigió a lo seguro, aquello que siempre acontece de la misma manera y nunca puede faltar: después de vestirse e higienizarse marchó a paso firme para prepararse unos buenos, tradicionales y sagrados mates.
Y en un suspiro se dijo a ella misma:
–¡Ahora sí puedo comenzar con la rutina que me espera!
Seguidamente, limpió toda la casa anticipándose a lo que vendría luego. Dejó que sus aceites aromáticos la ayudaran a darle el toque final, y preparó su colchoneta de yoga para ejercitar su cuerpo y mente antes de arrancar. El tiempo parece volar cuando su familia duerme o no está, y faltarle horas cuando se encuentran los tres y comparten sus divertidas historias. Es una mujer de múltiples títulos y labores, pero los principales son los de mamá y esposa.

–¿Hoy me tocará ser profesora, chef, emprendedora o consultora y directora de ventas?, Se preguntó en su mente en esos minutos que le quedaban antes de preparar el desayuno para Luca. Quien se levantó listo para jugar, cantar, bailar o ver dibus con su mamá. Ella deja todo cuando su pequeño la acompaña: «El tiempo de calidad con los hijos es lo primordial«, así lo establece su ley primera.

Pero antes de contarles por qué sus jornadas son siempre diferentes, y por qué se auto define como una «mujer multifacética«; creo conveniente mencionar que ella es una de esas personas que se animó a dar un giro completo a su vida en busca de la felicidad. Es alegre, soñadora, inquieta, con un corazón que rebosa amor. Tiene sus días malos, como todos, pero jamás deja que su rostro se lo haga saber a nadie. Y su alma rige a su mente bajo el mandato de: «A la vida hay que vivirla», sin tener miedo y sin dejar de intentar nuestras metas pese a lo que se nos presente. Ana piensa que debemos aceptarnos, sin presionarnos, cuidarnos y agradecernos: tanto a nuestro cuerpo como a nuestro interior.
Parece algo abstracto, sacado de un cuento, o de una película con final feliz. Muchos dirían: «En la realidad, las cosas son más difíciles de llevar«. A lo que yo respondería: «Sí, es verdad. Parece ficción. Sin embargo, Ana existe. Y al igual que muchas otras mamás, esposas, emprendedoras, trabajadoras y cualquiera que tenga ímpetu de progresar; hace muchas recetas juntas sabiendo que alguna será el plato principal que la llevará al éxito». San Juan esta semana tiene un clima raro: a veces hace calor, luego está más fresquito y hasta los vientos zonda nos visitan de vez en cuando. Así como Anita que varía en sus labores desde lo culinario, lo educativo o lo comercial. Con el rol de base establecido de mantener el orden en su hogar.

Retomando el hilo de la historia, ya casi era medio día cuando la heroína de los comics que imagina el pequeño Luca, separó los ingredientes de la comida que juntos prepararon para almorzar. Luego vino la clásica siestita, que ella aprovecha para relajarse y leer sus redes sociales. Por la tarde llegó Matías, merendaron y decidieron quién va primero y quién después al gimnasio. La cena fue y es siempre su momento de encuentro, casi como un ritual. La que se decanta en jugar a las escondidas los tres, rezar, divertirse, la última mamadera del más chiquito, besito de buenas noches y a dormir.

Aunque… no siempre se sostiene exactamente esa continuidad. Un día normal podría ser ese, solo que la normalidad está sobrevalorada en la actualidad. Una variante sería ir a dar clases de teatro para sus alumnos adolescentes, algo que tomó como desafío al tratarse de un sector social que no siempre es escuchado. O quizás vender productos de perfumería y de hogar, o hacer un curso online de pastelería. Algo así como los universos paralelos de la serie Loki de Marvel, trasladado a la verdad de muchas sanjuaninas y argentinas.

Ana pensó una vez que las letras y la literatura eran su profesión y la gastronomía su hobby. Hasta que diez años después descubrió que era exactamente al revés. Esta vuelta de página la llevó a conocer su pasión por la cocina y se convirtió en chef: de lo dulce a lo salado, chef a domicilio, viandas, tortas y comida saludable. Un popurrí de ideas la mantienen en constante innovación. Participó de eventos (algunos solidarios), conoció celebridades culinarias y del ambiente televisivo, así como también diferentes lugares del país.



Sus únicos enemigos han sido sus dificultades para ejercitarse hasta dar con algo que la haga sentirse cómoda (como el yoga o levantar pesas) y la diabetes que la acompañó a lo largo de su vida. Hoy tiene todo bajo control, pero es importante no olvidar ningún eslabón de esta larga cadena que elaboró.

No voy a decir que cerró los ojos cuando salió la luna, porque ella difícilmente se apaga.Y además esto no es un cuento, sino tan solo un conjunto de momentos sacados del día de alguien más que no es famoso, o destacado especial. Ella es humana, parte del presente que todos vivimos, con subidas y bajadas, giros y saltos distintos cada día. Al igual que muchas otras representantes femeninas con logros y una voz que merece ser escuchada.
–Capaz que todo fue un sueño, pero si me voy a dormir ahora, quisiera revivir todo de nuevo.
Se susurró bajito, en sintonía con el sonido de algunos grillos, y antes de dejar su celular en la mesita de luz.

Anita Cenacchi, 33 años, nacida en Capital, actualmente viviendo en Rivadavia. Mamá, esposa, mujer coqueta, solidaria, perseverante y divertida. Profe y tutora de teatro, chef, emprendedora, consultora y directora de ventas.
