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Sociedad Relatos de Vida

Aldo Hugo Graffigna Cantoni, parte y herencia de la historia sanjuanina.

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Sin duda este doble apellido haría girar el rostro para mirar a cualquiera: Graffigna Cantoni. Casi Montescos y Capuletos de la provincia del siglo XX. Ahora San Juan charló en profundidad con un alguien que es parte y herencia de la historia local, Aldo Hugo Graffigna Cantoni. 

Aldo Hugo Graffigna Cantoni.

Por parte de los Cantoni siempre me llamaron Aldo y por parte de los Graffigna Hugo”, revela el hombre con una picardía particular. Llegó al encuentro con una elegancia como pocos, con saco y bufanda, muy amable y servicial. 

Sin duda se siente más identificado con el progresismo de los Cantoni que con el liberalismo que abanderaron los Graffigna. Nacido el 4 de junio de 1953 “una unión entre izquierda y derecha” adelanta sobre el matrimonio de sus padres, en la que Aldo dice “yo me fui más a la izquierda”.

El encuentro con Aldo puede llegar a ser uno de los más particulares que ha tenido Ahora San Juan en sus cuatro meses de vida. Casi que fue un diálogo entre amigos, donde el mismo “entrevistado” nos paseó por la historia de la provincia, política, militancia, actualidad, educación y anécdotas familiares. 

Ursula de Cantoni junto a Aldo, Federico y Elio, “Los tres machos Cantoni”.

Claramente es difícil ordenar tan ameno relato con la intención de no dejar al azar detalles y a la vez hacerlo ligero, como los tiempos de los diarios digitales lo solicitan. 

Hoy Aldo está jubilado de sus muchísimos años de trabajo en la legislatura, fue asesor de la diputada provincial Rosalía Garro. Es importante confesar que cuando se le dijo: “y… Aldo, ¿Qué hará hoy que está jubilado?”, su cara de horror se notó de un modo amigable. “No me diga jubilado por favor”, exclamó. 

Confesó que el término jubilado no es de su agrado porque lo asocia con ser desechado de la sociedad. Sin embargo, desde la redacción de este reciente medio de comunicación nos preguntamos: ¿Cómo alguien podría desechar de la sociedad a quien tiene un “trozo” de nuestra historia en su mente, en sus anécdotas?. Aldo no sólo sabe el detrás de la vida de sus abuelos, los Cantoni-Graffigna, sino que su vida está cargada de color y de experiencias por haber vivido en épocas claves para la historia local y nacional.

Confiesa haber sido un “niño bien” en sus primeros años de vida. Fue a un colegio elitista en la provincia CABA: La Escuela Argentina Modelo. Donde cursó sus estudios primarios y secundarios, aunque su paso por  la escuela Nacional en la provincia lo hizo ver otra realidad. Una realidad que quizás era ajena a las necesidades de su entorno, pero que sin dudas lo hizo empatizar de modo inmediato. ”Ese año en El Nacional me hizo salir de la burbuja”.

Fue cofundador del Movimiento de Juventudes  Políticas en los 80′. Este Cantoni dijo al respecto: “Un día que fui a buscar a mi hermana a la escuela de Comercio me lo crucé al Chango Illanes, y él tan particular me dijo: ‘tenés que venir, para armar el Movimiento de Juventudes’”. Su vida de militante atraviesa básicamente toda su cotidianidad. En aquel entonces, también fue miembro de la Multipartidaria de San Juan y Pro Secretario del Frente de Liberación 12 de Mayo. Además, como no es para menos, presidió la Juventud Cantonista y fue apoderado del partido.

Este medio le preguntó: “¿Qué significaba militar en aquel entonces?” . A lo que Aldo respondió: “Queríamos cambiar el mundo, íbamos por el bien común”. “Hoy los intereses son individualistas, a nadie le importa el partido que representa” , entabló como diferencia de generación entre los políticos de antes y los de hoy. 

Co-fundó en 1983 la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos-San Juan, conformando la Mesa Ejecutiva de dicho organismo; investigando, recopilando denuncias y aportando los antecedentes al informe final de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP). “Íbamos a los cementerios, hablábamos con los sobrevivientes, un lado nos llevaba a otro” , advirtió en cuanto al modo de recopilar información en aquellas épocas difíciles.

Además, desde 1988 a 1991, se desempeñó como Director del Boletín Oficial e Imprenta del Estado.

En 1993 empezó a ser parte de la Cámara de Diputados de San Juan. “Siempre me interesó el bien común, ayudar a otros. Por eso lamento no haberle dado el título de médico a mi madre”, dijo casi nostálgico. No habrá estado al servicio de otros en el ámbito de la Salud, pero sí en el recinto provincial, donde con su trabajo de asesor ayudó a legislar para el pueblo de San Juan.

El reconocer la historia local, que es importante regional y nacionalmente, es un modo preciso de ayudar a reconocer la identidad de sanjuaninos/as. Por eso escuchar a este Graffigna-Cantoni aclara muchos espacios vacíos, no contados u olvidados de aquello que marcan la autenticidad local.

Tribuna del Estadio Abierto Aldo Cantoni antes del terromoto del 44.

Un hecho en particular hizo sentir a Aldo que al gobierno provincial ya no le importa el legado de los Cantoni, y eso fue cuando se derrumbó la parte del Estadio Abierto Aldo Cantoni. “Fui a hablar con Luis Rueda, subsecretario de Gobernación, y me dijo que eso se estaba cayendo a pedazos. Le dije que había que mantenerlo porque era parte de nuestra historia. Lo demolieron igual”. 

Tribuna del Estadio Abierto Aldo Cantoni tras el terremoto del 44.

Los Cantoni y el Bloquismo están íntimamente ligados en el inicio del partido de la estrella. “Ya no es bloquismo eso. Lo único que conservan es la foto que tienen en la sede”, asegura quien fue cantonista de pura cepa.

Siempre fue, y todavía lo es, un apasionado por la fotografía. Confiesa que lo que le gusta de esta actividad es retratar la “historia”. Si nos detenemos a reflexionar, la mayoría de los placeres para Aldo Hugo son referidos a la historia, la escritura, la fotografía y la militancia. 

Durante la charla con Cantoni-Graffigna se sacó como conclusión que los sanjuaninos/as no conocemos nuestro pasado, no se ha logrado forjar las raíces locales. Los vacíos en la historia son muchos. Aldo tiene el objetivo de, aunque sea, subsanar el vacío de los Cantoni en la línea temporal de la provincia. Por esto está escribiendo un libro sobre la historia de Aldo Cantoni, quien fue co-fundador del Partido Bloquista, gobernador de San Juan a principios del siglo XX quien llevó una gestión progresista, dirigente deportivo, entre otras cosas.

“Espero terminarlo”, dijo con un tinte de preocupación por lograr su meta más allá de lo netamente “bibliográfico”. Sucede que la vida del hombre de tan sólo 68 años ha pasado por muchos problemas de salud. Una falla renal hizo que tuviera que hacer diálisis durante muchos años de su vida hasta que pudo recibir un trasplante. Lejos de debilitar su temperamento activo y servicial llegó a ser vicepresidente de la Fundación Raíz: una organización que luchó para concientizar y visibilizar el trasplante de órganos de tejido, así como abogar por la contención previa y posterior de los trasplantados. 

La fundación actualmente no está funcionando de modo activo, aunque Aldo comentó que siguen en contacto, en una especie de red de contención. El hecho de que esta ya no sea necesaria socialmente es por la aprobación de la Ley Justina, ley 27.447, reglamentada en enero del 2019. La cual dispone que: “Toda persona mayor de 18 años es donante de órganos o tejidos salvo que haya dejado constancia expresa de lo contrario“. Así, las personas que deciden no donar sus órganos, quedan inscriptas en un registro de no donantes.

Aldo Hugo Graffigna Cantoni no sólo es historia en vida porque conoce muchos hechos del pasado de primera mano y tiene la habilidad de contarla como si fuera un cuento, un cuento que atrapa porque al escucharlo comprendemos aquellos “por qué” de la costumbre local. Sino que además, forja el presente de los coterráneos. Un presente que sólo logra tener sentido al ir cubriendo con conocimiento los vacíos de la historia que el poder hegemónico de ciertos períodos fueron borrando.

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Piloto le propone casamiento a su novia en el lanzamiento del Safari.

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Surgió el amor en Valle Fértil, exactamente en la simbólica largada del evento deportivo Safari Tras la Sierra. Las imagenes se viralizaron rapidamente.

El Safari Tras la Sierra reune afisionados y turistas no solo de San Juan,sino tambien de todo el país y otros paises, miles de personas llegan a la majestuasidad del rio de Valle Fértil para disfrutar los dias de este evento deportivo.

Frente a todas estas miles de personas el piloto sanjuanino Javier Marcial se arrodillo frente a su enamorada, Johana Contreras, para proponerle casamiento.

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“La profe”: Romina, la multifacética sanjuanina que reluce desde lo educativo y lingüístico hasta lo cultural y artístico.

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Todos los 17 de septiembre es celebrado el Día del Profesor en nuestro país y la conmemoración nace para ensalzar la labor de los docentes encargados de la educación secundaria y superior. La fecha supone un homenaje a la figura de José Manuel Estrada, un reconocido escritor e intelectual argentino que destacó por su gran dedicación y compromiso en la labor de profesor. Desde Ahora San Juan destacamos el relato de vida de la profe Romina.

Romina Pereyra, es una joven que tiene más de una disciplina que la apasiona en la vida. Comenzó siendo Profesora de Educación Física, es intérprete de lengua de señas hace más de una década, y luego se recibió de Profesora de Teatro, al mismo tiempo que practica la actuación en variados personajes y en distintas puestas. Desde Ahora San Juan hablamos con ella, para conocer acerca de estas vocaciones y de su amor por cada una de ellas.

En muchas etapas de nuestras vidas se nos intenta encasillar para una sola actividad o debemos elegir una profesión o vocación. Romina, es un caso muy especial, ella siempre ha hecho y hace todo lo que su corazón le demanda y lo que ha podido cumplir. Es una gran hacedora de sueños, que lucha por ellos. Simpática, organizada, sencilla y sobre todo una buena aprendiz y maestra.

Tiene 39 años, y nos cuenta cómo se fueron relacionando sus carreras y hobbies. ‘’En mi residencia de Eduación Física teníamos una parte, que era la de educación especial, en ese momento se llamaba así, y mi residencia me toca en la Escuela Bilingue de San Juan. Cuando llego a mis primeras observaciones de las clases, me encuentro con un mundo que yo desconocía totalmente, para todo se comunicaban con señas. Me toca el nivel inicial de la escuela y estaba frustrada, angustiada. Yo era la única en la escuela que no sabía señas y no me podía comunicar con quienes iban a ser mis alumnos por un buen tiempo‘’.

‘’El profe de ese entonces, Guillermo Basañez, nos calmó y nos dijo que ya ibamos a aprender. Me pasó las señas básicas para ir aprendiendo a comunicarme y comenzar con las intervenciones de a poquito porque esa era la estructura: observaciones de clases, intervenciones y en un tiempo más daba la clase completa para los chicos‘’.

‘’Comencé a aprender las primeras señas y después busque dónde estudiar porque me encanto. Vi la inmediatez de la comunicación, la repuesta de los chicos. Me enamore de la lengua de señas en esa instancia de mi carrera y comencé e estudiar en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan cumpliendo con los tres años de estudio. Hasta el día de hoy, me desempeño como profe y como interpréte y año a año me voy actualizando en cuanto a las señas porque van cambiando, incluso con la Pandemia, se agregaron muchas y se van actualizando‘’. Así es cómo nuestra protagonista, logra unir dos de sus grandes pasiones en una sola actividad, tan motivadora como desafiante.

Romina, se recibió de Profesora de Eduación Física en el 2007, trabajó en gimnasios, como profe de pilates y en escuelas estatales. Pero nos dice que tiene una preferencia muy particular que la une con los más pequeños.‘’Trabaje con una franja etaria bastante amplia, pero lo que más me gusta es trabajar con los chicos de primaria. En este momento y desde hace siete años, trabajo en la escuela Timoteo Maradona, en Rivadavia, con chicos desde primer año hasta sexto de la primaria.Siempre cuento que soy una afortunada de trabajar de lo que me gusta, porque amo trabajar con los niños que tienen, para mí, una energía muy especial‘’.

Lo más curioso de esta nota es saber cómo siguió sumando aprendizajes. ‘’Y lo de Teatro tiene que ver con lengua de señas, porque en el estudio de esta lengua, me hice amiga de un joven sordo y el quería estudiar teatro y no podía hacer ningún taller porque no tenía quién lo acompañase, entonces me pregunta si lo quería acompañar y comenzamos en un taller de Marcelo Meyer, que es un genio, no tuvo ningún inconveniente con que estuvieramos los dos y comencé de intérprete y me quedé como alumna. Y así empecé con esta locura del teatro”, expresó la profe.

‘’En el 2017, cuando se abre la carrera, se me ocurrió empezar para incorporar herramientas nuevas a mi carrera de docente. En lo que es Teatro, me ayudó mucho, coseché amistades muy bonitas y me abrió la cabeza, amplie mi mirada.

Y trabajo a veces como actriz también, he actuado en la Fiesta del Sol, en obras independientes, en musicales y creo que es otra cosa más para agradecer a Dios, al universo o a lo que cada uno crea‘’, nos dijo Romina.

Hay dos Fiestas del Sol que han marcado la vida de Romi, una fue ‘’Sueños de Libertad‘’ y la otra fue ‘’Evolución‘’ en la que tuvo un co-protagonico en el que actúo de mamá de un niño y considera que los personajes que les tocaron, tenían una magia muy especial.

Y a nivel nacional, tuvo una participación con una cantante de opera, Claudia Lepez, que hizó la presentación de su libro de canciones de cuna. Se combinó la interpretación teatral y la lengua de señas.

En el 2021, el prestigioso Teatro Nacional Cervantes, a través de su programa Cervantes Educación, lanzó una convocatoria abierta a personas sordas y oyentes de todo el país para su “1er Laboratorio de Actuación. Lengua de señas en escena”, y Romina no dudó en presentarse.

El proceso de postulación, que constó de tres instancias evaluadas por gente experimentada en estos campos, no era sencillo.Romina Pereyra se convirtió en la única sanjuanina dentro de un seleccionado nacional de 20 nombres (pares de Corrientes, Jujuy, San Luis, Buenos Aires, Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, Córdoba y Chaco).

Quienes la conocen, pueden definir a nuestra protagonista como empática, apasionada, detallista y muy sociable, es que dónde va deja una huella imborrable. Hoy, se encuentra pasando uno de los momentos más díficiles de su vida: la pérdida de su papá, un papá presente que marcó y forma parte aún hoy de lo que es ella como persona.

Y aún así, en la amabilidad que la caracteriza cuando le preguntamos acerca de sus próximos proyectos, no dudó en respondernos que va a seguir avanzando a pesar de que ahora le cueste pensar en algo por la situación que esta atravesando junto a su mamá, pero que en un futuro próximo desea aprender la técnica de clown y danza-teatro. ” Y un gran sueño pendiente es llevar la lengua de señas al teatro para incluir a la comunidad sorda. Son las dos cosas que me gustaría fusionar y con todas estas herramientas mejorar mi profesión de docente”, nos comentó.

Romina ha logrado mezclar su vocación profesional con sus pasiones y habilidades, sus deseos de desarrollo personal que le han permitido cambiar su mirada en todos los sentidos y también ser una profesora inclusiva. Ella se define como una persona que persigue sus sueños, que insiste para concretarlos y que es muy organizada y calma para lograrlos.

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El guardián de libros en San Juan. Ricardo Aguilera, bibliotecario de corazón.

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Hoy, 13 de septiembre es el Día del Bibliotecario, para felicitar a todos aquellos que realizan la noble labor de trabajar con nuestros libros, es que retomamos el relato de vida que realizamos a Ricardo, uno de los grandes bibliotecarios que tenemos en San Juan.

Una biblioteca es pilar fundamental para el saber y la cultura de un lugar. Y detrás de una buena biblioteca siempre hay un buen bibliotecario. Los sanjuaninos tenemos ambas cosas por suerte. Desde Ahora San Juan nos acercamos a hablar con Ricardo Aguilera, bibliotecario desde hace más de un cuarto de siglo en la Biblioteca Franklin, la biblioteca popular más antigua de América del Sur.

Ricardo lleva desde el año 1995 trabajando en la Biblioteca Franklin. Veintisiete años, que se dice pronto. La vida entre libros. Bibliotecario es una profesión que no siempre es justamente valorada, pero fundamental para el sostenimiento cultural. Una biblioteca requiere de un gran trabajo humano del que nos beneficiamos todos, Charles Medawar hacía referencia a esto cuando decía: “Los bibliotecarios son casi siempre muy útiles y a menudo casi absurdamente bien informados. Sus habilidades son probablemente muy subestimadas y en gran medida subempleadas”.

Ricardo nació en Las Flores, localidad de Iglesia. Allá empezaron a crear una biblioteca popular.  A Ricardo le quedaba cerca de su casa: “cómo no había nadie que la atendiera, me preguntaron y la atendí yo” nos cuenta. Sin nada, el presidente iba buscando, y con las donaciones que recibieron pudieron empezar con la biblioteca. Poco a poco fueron avanzando y se trasladaron de una piecita a un local más grande, donde es hoy es la Biblioteca de Las Flores, construyeron algunas estanterías e iban creciendo. Les habían donado el terreno, “todo con base a donaciones, todo era trabajo voluntariado de todo el mundo” subraya Ricardo.

“Allá, cuando te conocen, te van a buscar a tu casa hasta los días domingo para que les prestes un libro”, recuerda. Y así, un domingo llega a su casa la Directora de la Biblioteca de la Provincia, estaban censado las bibliotecas populares. Ricardo le muestra la biblioteca y el trabajo que venían haciendo. La Directora le cuenta que existe la carrera y lo anima a estudiarla. El joven se entusiasma, lo habla con sus padres y se viene a San Juan a anotarse para estudiar para Bibliotecario Nacional, hoy Bibliotecología. La Biblioteca de Las Flores no disponía de fondos para pagarle un sueldo, pero haciendo un esfuerzo el Presidente ayudaba cuando podían para pagarle algún pasaje para venir a la Capital.

Ricardo empieza a cursar a distancia. Le resulta complicado. Hay un choque cultural grande en cómo se estudiaba en Las Flores y pasar a la Capital al Colegio Superior Sarmiento. Al segundo año ya se queda en la Capital para seguir con sus estudios. Se esfuerza mucho y llega a formar parte del cuerpo de bandera. No solo eso, sino que de su promoción fue el mejor promedio. Lo que le otorga un premio por parte del Colegio de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina, y el viaje a Buenos Aires para recibirlo.

La residencia la realiza en la biblioteca de la Alianza Francesa. Posteriormente a eso, comienza a trabajar en la biblioteca Camilo Rojo. No podían pagarle mucho, “el problema de todas las bibliotecas populares es los fondos”, dice. A veces juntaba un poco más saliendo a cobrar las cuotas a los socios. Es poco tiempo después que consigue entrar en la Biblioteca Franklin, la cual era muy distinta a lo que es hoy.

Empezó como bibliotecario, pero además entre los años 2000 y 2004 fue Vicedirector. Fue una experiencia, reconoce. Aunque después de cuatro años prefirió seguir con su oficio. En el año 2011 lo becan para viajar a Estados Unidos. A través del Departamento de Estado y el Instituto de Educación de EE.UU. lo becan para el programa Bibliotecas y Museos como recursos comunitarios. Primero a visitar la Biblioteca del Congreso en Washington. No solo eso, sino que después visitó otras ciudades con sus respectivas bibliotecas: Kansas, Cincinnati, Wyoming y terminando en Los Ángeles. “Las bibliotecas eran enormes, hermosas. Muy limpias, pero excepto la de Los Ángeles, una biblioteca pública en un barrio chino, en ninguna vi a la gente como acá, estudiando”.

Ricardo es honesto, confiesa que no es un devorador de libros, pero sí que se preocupa en saber de todo lo que puede. Es imposible que hubiese leído todos los libros de la biblioteca, pero si tiene una idea sobre qué trata cada uno, como para poder aconsejar a todo aquel que venga a la Franklin, ya que como decía Borges: “ordenar bibliotecas es ejercer, de un modo modesto y silencioso, el arte de la crítica”.

La Biblioteca Franklin es la biblioteca popular más antigua de Sudamérica. Fundada por Sarmiento en 1866. Son más de 150 años abierta, sin perder ese carácter popular. Con todas las dificultades que ello implica, pero ha podido mantenerse gracias a la labor de personas como Ricardo, que entienden la importancia que tiene para la cultura de San Juan el que una gran biblioteca siga funcionando. Desde que él entro la biblioteca también ha ido cambiando. En el año 2004 finalizaron las obras de remodelación. La Franklin se ha ido acompasando a los tiempos y a las nuevas tecnologías, con las tareas de digitalización y el paso de un servicio tradicional al de biblioteca híbrida, integrando lo físico con lo electrónico.

Hoy cuenta con un gran número de servicios, que pueden consultarse a través de su página web (http://bibliotecafranklin.org.ar/) además de contar con unos 80.000 volúmenes. Hacerse socio es bastante sencillo, la cuota es trimestral y mínima. Tristemente, hoy en día, el libro en nuestro país tiene un precio que acerca la lectura a casi producto de lujo. Para un argentino comprar libros es algo prohibitivo, puesto que no se entiende como una necesidad básica y no hay ningún interés en que leamos y pensemos por nosotros mismos. Gracias al trabajo de personas como Ricardo y sus compañeros existe la Biblioteca Franklin y tenemos la oportunidad de poder leer, expandir nuestros horizontes y generar un pensamiento crítico. Para que se hagan una idea: con lo que sale la cuota de un año entero no alcanza casi ni para comprar un libro nuevo. La biblioteca ofrece todos los libros que uno sea capaz de leer en ese año.

La lucha de una biblioteca popular por mantenerse es ininterrumpida, depende de varios factores. No siempre es fácil, sobre todo si cuenta con empleados. Tal como señala Ricardo, “es lindo crear cosas nuevas, pero después hay que mantenerlas”.

De lunes a sábado uno puede acercarse por la Franklin. Allá estará Ricardo y sus compañeros trabajando. La sala suele estar llena de jóvenes estudiando y simultáneamente los diversos talleres que ofrecen, desde el rincón infantil, ajedrez, teatro, club de lectura, etc. Es un claro de luz en pleno centro sanjuanino. “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”, volviendo a citar a Borges. Nosotros tenemos el nuestro, gracias a Ricardo y muchos otros como él. Ya que, si las bibliotecas son un tipo de Paraíso, Ricardo vendría a ser uno de esos ángeles guardianes.

Tal vez, la profesión de bibliotecario no sea la más deslumbrante hoy en día para nuestra sociedad a simple vista. Al contrario de esto, es una de las más valiosas y necesarias. Por último, los dejamos con la defensa de los bibliotecarios de Umberto Eco: “El libro es una criatura frágil, se desgasta con el tiempo, teme a los roedores, resiste mal la intemperie y sufre cuando cae en manos inexpertas… Por tanto, el bibliotecario los defiende no solo de los hombres sino también de la naturaleza, y consagra su vida contra las fuerzas del olvido, que es enemigo de la verdad”.

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