El año 2023 estará signado por muchos acontecimientos científicos importantes, como alunizajes, vacunas de ARN y financiación a la lucha contra el cambio climático.

Vacunas de nueva generación

Tras el éxito de las vacunas de ARN durante la pandemia COVID-19, se están desarrollando muchas otras, destaca la autora. Por ejemplo, se espera que en las próximas semanas BioNTech inicie los primeros ensayos en humanos de vacunas de ARN contra la malaria, la tuberculosis y el herpes genital. La empresa también está colaborando con Pfizer para ensayar una vacuna candidata basada en ARN para reducir la tasa de herpes zóster. Moderna también tiene candidatas a vacunas de ARN contra los virus que causan el herpes genital y el herpes zóster.

Además, las compañías investigan activamente la posibilidad de administrar las vacunas COVID-19 mediante aerosoles nasales de acción rápida. Estos han sido eficaces en animales, pero el camino hasta los ensayos en humanos podría ser largo, según Naddaf.

Lista de vigilancia de patógenos

Se espera que la Organización Mundial de la Salud (OMS) publique una lista revisada de patógenos prioritarios. Alrededor de 300 científicos revisarán las pruebas sobre más de 25 familias víricas y bacterianas para identificar los patógenos que podrían causar brotes en el futuro. Las hojas de ruta de investigación y desarrollo para cada patógeno prioritario “esbozarán las lagunas de conocimiento, establecerán las prioridades de investigación y guiarán el desarrollo de vacunas, tratamientos y pruebas diagnósticas”, se enfatiza en el artículo.

Terapia Crispr

La autora indicó asimismo que en el año que acaba de empezar podría aprobarse por primera vez la terapia de edición genética Crispr, tras los prometedores resultados de los ensayos clínicos con el sistema Crispr-Cas9 para tratar la β-talasemia y la drepanocitosis, dos trastornos genéticos de la sangre. El tratamiento exagamglogene autotemcel (exa-cel) se desarrolla por las empresas de Massachusetts Vertex Pharmaceuticals y CRISPR Therapeutics. Se espera que Vertex solicite en marzo a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU la autorización para poner exa-cel a disposición de las personas con β-talasemia o anemia falciforme.

Al espacio y más alla

El ámbito espacial también tiende a lograr nuevos avances, prosiguió la periodista. Los astrónomos prometen seguir compartiendo los resultados y descubrimientos del telescopio espacial James Webb sobre la evolución de las galaxias. Otro telescopio, Euclid, orbitará alrededor del Sol durante seis años y tomará fotografías para crear un mapa tridimensional del universo. Su despegue está previsto para 2023. Lo mismo ocurre con la Misión de espectroscopia e imágenes de rayos X de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial, un satélite en órbita terrestre que detectará la radiación de rayos X de estrellas y galaxias lejanas.

El Observatorio Vera C. Rubin de Chile empezará a tomar imágenes en julio de 2023. El telescopio, que cuenta con un diseño especial de tres espejos y una cámara con más de 3.000 millones de píxeles de detectores de estado sólido, podrá escanear todo el cielo austral en solo tres noches.

También se pondrá en funcionamiento el mayor telescopio orientable del mundo: el radiotelescopio Xinjiang Qitai en China. Su antena parabólica orientable, de 110 metros de diámetro, le permitirá observar el 75% de las estrellas del cielo en cualquier momento.

Además, Naddaf recordó que en 2022 tres misiones se lanzaron hacia la Luna: el róver Rashid de los Emiratos Árabes Unidos, el Lunar Flashlight de la NASA y la misión japonesa HAKUTO-R Mission 1, que intentará un alunizaje suave en abril. La tercera misión de exploración lunar de la Organización India de Investigación Espacial, Chandrayaan-3, aterrizará cerca del polo sur a mediados de 2023. Este año también se producirá el primer viaje civil a la Luna, con 11 personas embarcadas en un vuelo espacial privado de seis días a bordo del cohete Starship de SpaceX.

En abril, la Agencia Espacial Europea lanzará su misión Jupiter Icy Moons Explorer (JUICE), cuyo objetivo será estudiar el entorno del planeta gaseoso gigante y tres de sus lunas.

Pérdidas y daños

El acuerdo sobre un fondo de pérdidas y daños alcanzado durante la 27 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), celebrada en Sharm El Sheikh (Egipto), supuso un paso importante hacia la justicia climática, señaló Naddaf. En virtud de este acuerdo, los países ricos que históricamente han sido responsables de las elevadas emisiones compensarán económicamente a las naciones más pobres, que soportaron la peor parte del cambio climático.

Se espera, según la autora, que un “comité de transición” se reúna antes de finales de marzo para hacer recomendaciones sobre cómo organizar estos fondos, que se presentarán a los delegados de todo el mundo durante la conferencia COP28 de las Naciones Unidas, que se celebrará en Dubái el próximo noviembre.

Fármacos contra el alzhéimer

A principios de enero, los organismos reguladores estadounidenses anunciarán si un fármaco que ralentizó el ritmo de deterioro cognitivo en un sólido ensayo clínico puede ponerse a disposición de los enfermos de alzhéimer. Desarrollado por la empresa farmacéutica Eisai y la biotecnológica Biogen, el lecanemab es un anticuerpo monoclonal que elimina la proteína amiloide-β que se acumula en el cerebro.

Otro fármaco contra el alzhéimer, la blarcamesina, seguirá avanzando en los ensayos clínicos. La blarcamesina activa una proteína que mejora la estabilidad de las neuronas y su capacidad para conectarse entre sí, subrayó la periodista.

Almacenamiento de combustible gastado

El primer almacén de residuos nucleares del mundo empezará a funcionar en 2023 en Olkiluoto, una isla de la costa suroeste de Finlandia. El Gobierno finlandés aprobó en 2015 la construcción de este almacén subterráneo para almacenar de forma segura el combustible nuclear gastado. Hasta 6.500 toneladas de uranio radiactivo se empaquetarán en bidones de cobre, que se cubrirán con arcilla y se enterrarán dentro de túneles de roca madre granítica a 400 metros bajo tierra. El material nuclear permanecerá sellado allí durante varios cientos de miles de años, momento en el que los niveles de radiación serán inofensivos, resumió Naddaf.

/SPUTNIK/