sábado, noviembre 15, 2025
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Las seis fobias más comunes que podemos sufrir.

En nuestros interiores solemos convivir a partes iguales con nuestras luces y sombras, con nuestra positividad y nuestra negatividad, con nuestra resistencia y nuestra resiliencia y con nuestras filias y nuestras fobias.

Con nuestras filias nos llevamos bien, pero tener fobias conlleva hacer un ejercicio de autocontrol, meditación y reflexión con el que podemos alcanzar una posible felicidad, ‘solo’ hay que saber localizar y tratar esos miedos.

Las fobias específicas son trastornos de ansiedad caracterizados por un temor intenso ante determinados estímulos.

Se dan junto a síntomas fisiológicos (taquicardia, sudoración…) y psicológicos (pensamientos catastrofistas, miedo…). Aunque suelen aparecer, normalmente, en la infancia y la adolescencia, pueden hacer acto de presencia a cualquier edad. A continuación los dejamos con las seis más comunes.

Aerofobia o miedo a volar

Se caracteriza por un temor intenso a tomar aviones, sobre todo por miedo a tener un accidente mientras se vuela.

Muchas personas con fobia a volar tienen miedo también a estar en espacios cerrados, donde “escapar” sería complicado. Además, las fobias suelen aparecen también junto a otros trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo y trastornos relacionados con sustancias.

Amaxofobia o miedo a conducir

Es otra de las fobias más comunes. Implica un intenso temor a conducir que puede ser por miedo a hacer daño a alguien o sufrir un accidente, miedo a perderse, a padecer un ataque de pánico mientras se conduce, a perder el control, etc.

No es una fobia homogénea, en el sentido de que las situaciones que se temen conduciendo pueden ser diversas. Conlleva una gran interferencia o dificultad a la hora de conducir.

Aracnofobia o miedo a las arañas

Aunque la fobia es a los insectos en general (garrapatas, saltamontes, avispas…), es a las arañas a lo que más gente tiene miedo en particular. Suele aparecer con una alta frecuencia en edad escolar.

Claustrofobia o miedo a los espacios cerrados

Todo depende de cada persona, aunque, en general, se teme cualquier tipo de espacio cerrado (sobre todo si es pequeño como un ascensor). Como su propio nombre indica, la persona siente pánico ante el hecho de sentirse enclaustrada, sobre todo en lugares de los que piensa que no podrá salir.

Agorafobia o miedo a los espacios públicos

No se trata de una fobia específica como las descritas hasta ahora, sino que es un tipo de fobia “aparte”; también es trastorno de ansiedad que genera mucha interferencia en la vida de la persona.

La agorafobia implica un miedo a diferentes situaciones; sobre todo, situaciones o lugares públicos donde escapar puede resultar difícil o embarazoso. También sitios donde en caso de padecer una crisis de angustia inesperada la persona puede no disponer de ayuda.

Enoclofobia o miedo a las multitudes

También se denomina demofobia y es un miedo irracional y persistente a las multitudes. La persona evita frecuentar espacios donde haya muchas personas aglomeradas (por ejemplo: discotecas, conciertos, el metro en hora punta, etc.). 

Lo cierto es que las fobias específicas tienen bajo grado de incapacitación. Esto se debe a que, en muchos casos, la persona no debe afrontar el estímulo fóbico, ya sea porque no lo tiene cerca habitualmente o porque ha aprendido a evitarlo.

Algunos consejos para sobrellevar las fobias

Lo primero siempre y en todo caso es: buscar ayuda profesional.
Ya sea par alas fobia so tu salud emocional es bueno siempre:

Aprender técnicas de relajación.
Aunque parece algo sencillo y que no va a dar resultados, las técnicas de relajación son estrategias de autoayuda que pueden conseguir aliviar los sentimientos de ansiedad.
Estás técnicas consiguen aliviar la tensión en todo el cuerpo y relajar cualquier nerviosismo mental.
La relajación se puede aprender de forma sencilla, desde casa o incluso en algún grupo de relajación, como profesores de yoga. ¡Tú decides!
Comienza a trabajar estas estrategias con regularidad para controlar los ataques de pánico y disminuir los pensamientos negativos.

Reducir el estrés.

El estrés es una de las principales fuentes importantes que generan ansiedad, de hecho está relacionado con muchos problemas de salud física y mental.
Además, demasiado estrés puede desencadenar alguno de los síntomas que padeces, por ello es recomendable aprender alguna técnica de control de estrés.
Algunos de los más utilizados y que mayores resultados dan son los ejercicios de respiración profunda y la visualización, donde se utiliza la imaginación para verse a uno mismo en un entorno más tranquilo y sereno.

Practica la desensibilización.

Es uno de los consejos que mejores resultados consigue. La desensibilización es una popular técnica que puede aprenderse por cuenta propia o mediante terapia.
Implica el uso de la imaginación para ayudar a superar los desencadenantes asociados con los ataques de pánico y ansiedad, para ello hay que imaginarse en esa situación de agobio pero dentro de un entorno seguro.
Es decir, estando en un lugar seguro como puede ser el hogar imaginamos una situación que provoca entrar en pánico e imaginar cómo controlar la mente y la situación. Al estar en un entorno seguro nos ayuda a comprender mejor el problema y afrontarlo de manera diferente a cuando se padece en público.
Con esta técnica, en muchas ocasiones se consigue reducir el pánico y las conductas de evitación.

/lamenteesmaravillosa y psicologaespecialistamalaga

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