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Política & Economía Nacional

Javier Milei, sin verdad, ni memoria, ni justicia.

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No conforme con usar el lenguaje de los genocidas -al hablar de “excesos” de represores-, el candidato ultraderechista también juega a la bartola con la cantidad de víctimas que dejó el terrorismo de Estado. Pero ni los números ni la historia parecen ser lo suyo: las cifras a las que refiere no tienen parangón ni en las investigaciones de la Conadep, como tampoco en las pocas fisuras del pacto de silencio de los militares ni en los documentos que desclasificó Estados Unidos.  Un repaso sobre las investigaciones que cuantificaron el horror de la última dictadura cívico-militar.

El 24 de marzo de 1977, la dictadura militar cumplió un año desde que las Fuerzas Armadas derrocaran a Isabel Perón. Ese día, Rodolfo Walsh radiografió al terrorismo de Estado en su célebre Carta Abierta. Allí, entre otras cosas, anticipó el debate sobre el negacionismo. En su último texto denunció “quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados” como saldo del régimen de Videla, Massera y Agosti, en el que “lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades”. El autor de Operación Masacre desapareció al día siguiente.

Walsh, en la histórica carta, también se adelantaba a la lógica de los “excesos” que los militares usarían para intentar cubrirse. Al repsar los datos de la represión, el escritor  planteaba que “estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno”. 

“Exceso de la represión”

Dos meses después de la desaparición de Walsh, sus palabras premonitorias se volvieron realidad. Videla viajó en mayo de 1977 a Venezuela y, en conferencia de prensa, reconoció en Caracas que había desaparecidos. “Que en nuestro país han desaparecido personas es una tristísima realidad que objetivamente debemos reconocer. Tal vez lo difícil sea explicar el por qué y por vía de quién esas personas han desaparecido”, aseguró el dictador y dio cuatro hipótesis: el pase a la clandestinidad de la persona desaparecida, la eliminación a manos de sus propios compañeros de las “organizaciones subversivas”, el “autosecuestro” y el suicidio. “Y acepto la quinta circunstancia: exceso de la represión de las fuerzas del orden. ¿Cuál de esas cinco es de aplicación en cada caso? Casi les diría que es imposible dar respuesta a esto”.

A partir de ese momento fue cuando la dictadura usó el argumento de los “excesos”. Que volvió con toda crudeza en plena descomposición del régimen del 24 de marzo, después de la derrota militar en las Malvinas. La sociedad argentina asistió a fines de 1982 al espectáculo macabro de la aparición de fosas comunes. Mientras Reynaldo Bignone armaba el cronograma electoral, también se dedicaba a cubrir la retirada.

El 28 de abril de 1983 se difundió el Documento Final, el texto que sentó las bases para la autoamnistía. Se declaró muertos a los desaparecidos y se admitió que hubo “errores” y “excesos”, no obstante los cuales las Fuerzas Armadas habían hecho “actos de servicio”. El argumento central para justificar lo actuado fueron los decretos peronistas de 1975 que militarizaron la provincia de Tucumán en febrero de ese año y, en octubre, al resto del país. Un canto ganó las calles en la transición a la democracia: “No hubo errores, no hubo excesos, son todos asesinos los milicos del Proceso”.

El debate sobre la cuestión de los supuestos excesos en una represión clandestina en la que, justamente, los excesos fueron la norma, envolvió a los propio militares. El contralmirante Horacio Mayorga, un duro de la Armada que había participado del bombardeo de Plaza de Mayo y era el máximo responsable de la base Almirante Zar al momento de la Masacre de Trelew, dijo en una entrevista que “tendríamos que haber fusilado en la cancha de River”, como forma de graficar lo que a su parecer era un simple error de procedimiento. Por el contrario, Ramón Camps decía que se había librado una guerra contra el marxismo internacional y el terrorismo.

A las pocas horas, Raúl Alfonsín, candidato presidencial de la Unión Cívica Radical, denunció la existencia de un “pacto militar-sindical” para garantizarle la retirada a los militares. El peronismo rechazó la acusación, pero poco hizo para quitarle verosimilitud. Cuando Bignone promulgó la autoamnistía en septiembre, Ítalo Luder dijo que no podía tener carácter retroactivo. En rigor, avalaba los decretos que él había firmado en octubre del 75. Rechazar la norma implicaba arrastrar al peronismo a un debate muy incómodo.

Alfonsín se paró en la vereda de enfrente y aseguró que la autoamnistía iba a ser anulada si llegaba al gobierno. Y se metió de lleno en una lógica que marcaría los años siguientes, los tres niveles de responsabilidad: los que dieron las órdenes, los que las cumplieron y los que se excedieron. Dicho al revés: el candidato radical reivindicaba la necesidad de los decretos y de la puesta en operaciones de las Fuerzas Armadas, a las que les criticaba el método para la represión.

Eso condujo en gran medida a la teoría de los dos demonios y a la falsa simetría entre Fuerzas Armadas y grupos irregulares. Y, décadas más tarde, a una curiosa forma de negacionismo según la cual no se sentó en el banquillo a la guerrilla. Falso: se encausó a las cúpulas de Montoneros y el ERP en el Decreto 157 de Alfonsín. Mario Firmenich recibió 30 años de cárcel y las causas siguieron hasta los indultos otorgados por el expresidente Carlos Menem.

También se dio la forma más extrema de justificar el golpe, que llega hasta hoy en boca de grupos ultraconservadores: que la Argentina iba a ser como Cuba. Se obvia lo que está a la vista: la derrota de la guerrilla en Monte Chingolo, tres meses antes del golpe, que desarticuló la lucha armada.

La cifra en cuestión 

Para fines de la dictadura estaba en boga la expresión “guerra sucia” y se había instalado la cifra de 30 mil desaparecidos para darle dimensión al drama de una represión sin cifras oficiales por su carácter ilegal. El número es aproximado, mucho más de lo que impugnan sus críticos, gracias al trabajo titánico de organismos de derechos humanos. Se da la paradoja de que el negacionismo toma números de organismos del Estado que tuvieron que trabajar a tientas para armar un tenebroso rompecabezas sin reparar en que la masacre se dio en la clandestinidad y por tanto no hay una certeza en cuanto a cifras.

En su libro Dossier secreto, Martin Andersen detalla que apenas cinco de los cerca de 340 campos de concentración del Proceso albergaron unos 14.500 prisioneros. Y fueron los centros clandestinos de detención más feroces, con muy baja proporción de sobrevivientes respecto de los asesinados: la ESMA, el Vesubio, Campo de Mayo, el Club Atlético y La Perla.

En julio de 1978, un agente chileno de Inteligencia, Enrique Arancibia Clavel (luego condenado por el crimen del general Carlos Prats), redactó un informe a sus superiores, en el que manifestó que “se tienen computados 22.000, entre muertos y desaparecidos, desde 1975 a la fecha”. El dato lo obtuvo del Batallón 601 del Ejército. Estados Unidos desclasificó ese documento y varios medios lo destacaron en marzo de 2006, cuando se cumplieron los 30 años del golpe. 

Los 8961 casos de la Conadep son un número abierto: no se contemplaron los casos previos al golpe, el miedo todavía imperaba en 1984 como para que muchos quisieran hacer la denuncia y hubo grupos familiares exterminados por completo, sin nadie que se presentara. Javier Milei habló de 8753 víctimas, una menor al primer atisbo de hace casi cuatro décadas. La propia Comisión lo plasmó en el informe que los casos recopilados eran provisorios y que “la nómina completa de las personas desaparecidas y la suerte por ellas corrida sólo pueden ser cabalmente informadas por los autores de tales desapariciones”

Por si esto no alcanzara, allí está el testimonio de Alejandro Agustín Lanusse en el juicio a las Juntas. Allí declaró sobre el crimen de su prima, Elena Holmberg, cuyo cuerpo apareció en el Río Luján. El último gobernante de facto de la Revolución Argentina era primo de Elena, funcionaria de Cancillería desaparecida a fines de 1978. Relató que el general Carlos Suárez Mason increpó al jefe policial de Tigre por no haber dado parte del hallazgo del cuerpo a las 48 horas de denunciada su desaparición, lo que hizo que recién se lo identificara en enero de 1979. 

Respuesta del oficial: “Tiene razón, General. Pero no se olvide que ustedes tiraron más de 8 mil cadáveres al río”.

Lanusse se podía comparar con Videla en el hecho de ser presidente de facto y comandante del Ejército al mismo tiempo, y repitió hasta el hartazgo que era imposible hacer lo que se hizo sin órdenes directas de la superioridad. La condena de 1985 estableció la existencia del plan criminal y borró las fronteras entre el cumplimiento de las órdenes y los “excesos”. Esa jurisprudencia es la que se ataca al afirmar, como hizo Javier Milei en el debate presidencial, que hubo una guerra con “excesos”.

En 1994, Lanusse publicó sus Confesiones de un general, que comienza de esta manera: “Los defensores de la represión tal como fue no comprenden que, al justificar el accionar de los grupos de tareas, justifican la quiebra de la cadena de mandos, el fin de la disciplina militar. Es decir, la destrucción de las Fuerzas Armadas”. Ese era el nudo de la cuestión: la represión ilegal había roto un principio básico de los militares en cualquier lugar del mundo, la verticalidad, para reemplazarlo por el carácter deliberativo de grupos de tareas que decidían quién vivía y quién moría en la Argentina de Videla. Eso permitía argumentar la tesis de los “excesos”. Pero en el medio ocurrió algo que les complicó las cosas a los comandantes: la estrategia del fiscal Strassera.

Autores mediatos

El ministerio público apeló al concepto de autor mediato, que el jurista alemán Claus Roxin había diseñado para los juicios a los nazis y así poder condenar a los altos estamentos. Según Roxin, se diseñaba un plan criminal cuyos ejecutantes eran autores inmediatos (o sea, materiales), que lo hacían instigados por aquellos que mediaban entre el delito y quienes lo ejecutaban. Para el jurista, el autor mediato tenía la misma responsabilidad que el inmediato. Eso hizo que las Juntas fueran acusadas por centenares de casos. Y la culpabilidad probada en la sentencia llevó al enjuiciamiento de los autores inmediatos. Fue el famoso punto 30 del fallo.

A partir de ahí, Alfonsín se dedicó a buscar una fórmula para la reconstitución de la cadena de mandos. Y la encontró en la ley de Obediencia Debida, que estaba en marcha desde antes del alzamiento carapintada de 1987, que simplemente apuró el trámite. A partir de la sanción de la norma, el único exceso contemplado fue el robo de bebés. Todo lo demás quedó como cumplimiento de órdenes para el cuadro de oficiales. Alfonsín siguió firme en su idea de los tres niveles aun con la condena del 85 y la llegó a esgrimir en una conferencia de prensa a comienzos de 1989.

Es interesante ver cómo, en gran medida, el conato de Aldo Rico está impulsado por los alegatos de los comandantes en 1985. Se resume así, en los términos de Massera: que hubo una guerra interna, que los comandantes la libraron y la ganaron, que ellos y solamente ellos fueron los responsables de la conducción y las órdenes, que los subordinados pudieron haber cometido excesos, pero que obraron de buena fe. 

Más grave aún: quien ganó la “guerra antisubversiva” no fueron los militares, sino la República Argentina, y ese triunfo contra la “disolución nacional” implicaría, en caso de revisar la actuación de los oficiales, “poner al país” (no a las Fuerzas Armadas) “en estado de proceso” equivalente a “haber perdido también la guerra de las armas”. O sea: el triunfo de la subversión por otros medios, porque se le quitaría “a la Argentina” (Massera reafirma que para él las Fuerzas Armadas son el país) “su única victoria de este siglo”.

La alusión velada a la derrota de Malvinas no podía sino operar como un punzón sobre el honor militar: si en el transcurso de una década hubo, desde la óptica de las Fuerzas Armadas, un conflicto a nivel interno y otro contra una potencia extranjera; y si en el primero hubo un éxito rotundo y el segundo se saldó en derrota, no quedaba otra cosa que velar por el honor militar respecto de la victoria en su guerra de centros clandestinos, secuestros, picanas y asesinatos. Eso lleva a Semana Santa y a la escalada que derivó en los indultos a los jefes de la masacre.

Presunción de culpabilidad

En el medio de todo esto se encuentra el corazón del negacionismo, que no pasa precisamente por la cuestión de la cifra (de por sí, un genocidio no se puede reducir a una cuestión numérica: es la decisión explícita de un Estado de exterminar seres humanos y ese hecho es el delito en sí desde el momento en que se pone en funcionamiento la maquinaria de los centros clandestinos), sino por la abolición del principio de presunción de inocencia. Lo que se expresó en “por algo será” o “en algo andaría”, otorgando carácter de infalibilidad a unas Fuerzas Armadas que capturaron personas y dictaron sentencia ellas mismas en la ilegalidad de los campos, al margen del sistema jurídico. Los reivindicadores de la dictadura hacen gala del negacionismo al definir como “terroristas” a los desaparecidos

Esa cuestión la plasmó Jorge Luis Borgeen la crónica de la audiencia que presenció en el Juicio a las JuntasEs de curiosa observación que los militares, que abolieron el código civil y prefirieron el secuestro, la tortura y la ejecución clandestina al ejercicio público de la ley, quieran acogerse ahora a los beneficios de esa antigualla y busquen buenos defensores. No menos admirable es que haya abogados que, desinteresadamente sin duda, se dediquen a resguardar de todo peligro a sus negadores de ayer.

Esto se complementa con datos de la propia Conadep sobre los objetivos principales de la represión. El principal grupo de desaparecidos (“terroristas” según el dictum negacionista) lo integran obreros (30,2 por ciento), seguidos por estudiantes (21), empleados (17,9), profesionales (10,7) y docentes (5,7). Esto muestra el componente clasista del terrorismo estatal en la Argentina. La franja etaria más golpeada es la que va de los 21 a los 30 años: representa al 58,52 por ciento de las víctimas. Y si se toma ente 21 y 25 años, son el 32,62: uno de cada tres desaparecidos.

Sostener que en la Argentina hubo una guerra (tesis deslindada en 1985, y en todo caso, de haberla habido, no se aplicó la Convención de Ginebra) con excesos (eufemismo para aludir a la sistematización de secuestros, torturas, vuelos de la muerte, robo bebés) es ignorar la contundencia de los argumentos en contra de semejante idea, la jurisprudencia vigente y, peor todavía: es repetir la lógica argumental de Videla y Massera, y por tanto, la perpetuación del discurso de los verdugos

@Página12 // Juan Pablo Csipka.

/Imagen principal: Archivo/

Política & Economía San Juan

Una amplia cobertura de salud en cada operativo integral organizado por el Gobierno de San Juan

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El Ministerio de Salud, a cargo del ministro de Salud, Amilcar Dobladez, participa junto a otras áreas de Gobierno, de los operativos integrales de ministerios que tienen como fin acercar los más diversos servicios a la población de los rincones más remotos de San Juan. Esta acción responde a un pedido concreto que realizó el gobernador Marcelo Orrego para que “el Centro Cívico” llegue a toda la provincia.

Salud pone a disposición cada una de las zonas sanitarias, direcciones y demás áreas para la asistencia de las poblaciones en las localidades del interior provincial.

De esta manera, es posible establecer que en los operativos realizados en Iglesia, 25 de Mayo, Cochagual, Zonda, Vallecito, entre otros departamentos se realizaron las siguientes prestaciones de Salud:

  • 171 dosis de vacunas aplicadas.
  • 25 extracciones de sangre para control de chagas.
  • 39 extracciones para control de VIH y sífilis.
  • 64 atenciones odontológicas.
  • 47 pacientes atendidos para nutrición y pediatría.
  • 7 atenciones oftalmológicas.
  • 54 atenciones ginecológicas.
  • 23 atenciones Cardiológica (riesgo cardiovascular).
  • 16 atenciones de Medicina General y Familiar.
  • 60 pacientes recibieron control de enfermería.
  • 27 pacientes para extracción para laboratorio.

Los operativos son para el Ministerio de Salud una manera de llegar con los servicios sanitarios a territorios alejados y además conocer de primera mano las patologías y demandas de los pobladores.

@SiSanJuan.

/Imagen principal: SiSanJuan/

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Política & Economía Actualidad sindical

Sindicato de Aceiteros llamó a un paro por tiempo indeterminado desde el lunes

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El gremio de aceiteros se opone a la reforma laboral y al impuesto a las Ganancias presentes en la nueva ley Bases.

Al igual que el gremio ATE, que convocó a una medida de fuerza en el SENASA luego de que se conozca el dictamen de la ley Bases que pretende una reforma de la administración estatal, el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) de San Lorenzo, uno de los mayores puertos agroexportadores de Argentina, anunció este sábado un paro por tiempo indeterminado en respuesta a las reformas propuestas.

La huelga, que iniciará el próximo lunes, tiene como principal objetivo expresar el rechazo al regreso del impuesto a las Ganancias y a los 17 artículos que comprenden la reforma laboral del Gobierno. El sindicato ya había estado en conflicto con el oficialismo por la falta de homologación de sus paritarias.

“El paro anunciado por tiempo indeterminado afecta al 80% de las aceiteras y comenzará tras la apertura de la sesión que tratará Ganancias y la Reforma Laboral en Diputados“, señaló el SOEA a través de un comunicado.

Senasa anunció un paro de 72 horas: se paralizan las exportaciones a partir del lunes

La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) anunció un paro de 72 horas en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) que se llevará a cabo a partir del lunes 29 de junio desde las 00 horas y se extenderá hasta el miércoles 1 de mayo.

La medida de fuerza se llevará a cabo en rechazo al proyecto de ley Bases, ya que según el sindicato, “propicia una salvaje reforma del Estado, y el desguace total del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria“. El paro paralizará las exportaciones agroindustriales e impactará en el ingreso de dólares a la Argentina.

“Ante el dictamen de comisión del proyecto Ley Bases, que propicia una salvaje reforma del Estado, y el desguace total del Senasa, al no estar incluido en los Organismos exceptuados puntualmente en dicho dictamen”, expresaron en el comunicado oficial publicado el viernes.

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Política & Economía Nacional

Cristina Kirchner: “Lo que hace el Gobierno no es anarco-capitalismo, es anarco-colonialismo”

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La exmandataria se presentó este sábado 27 de abril a 21 años de la elección que llevó a Néstor Kirchner a la presidencia. Le pidió a Milei “dar un golpe de timón” a su política y dijo que el superávit que celebró “no tiene sustento”.

La expresidenta Cristina Kirchner participó este sábado 27 de abril en un acto en Quilmes, organizado por la intendenta local Mayra Mendoza, en el que se inauguró el microestadio Néstor Kirchner. Allí brindó su primer discurso público en el gobierno de Javier Milei. La fecha elegida coincidió con el aniversario 21 de la elección presidencial del 2003 que llevó a Néstor Kirchner a la presidencia.

A las 17 en punto, Mendoza le dio la bienvenida a Fernández de Kirchner para inaugurar el microestadio. “No hay mejor manera de homenajear a Néstor que con gestión, con trabajo y con obras”, comenzó la expresidenta y luego agradeció al intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, por hacer lo propio con el Centro Cultural Kirchner en Isla Maciel.

“Me decidí a venir luego de escuchar al presidente Javier Milei sobre el inútil sacrificio del pueblo argentino“, aseguró. “Siento que estamos en el juego de la oca y que volvimos al punto de partida”; continuó. “Escuchar al Presidente decir que tiene superávit fiscal después de haber parado la obra pública, no haber pagado a las universidades, no pagar nada, no es así, es como si uno en su casa deja de pagar servicios, a la empleada doméstica y le queda plata, pero no hermano no es superávit”, enfatizó, agregando otra crítica contra los libertarios: “Creer que en Argentina el problema es el déficit fiscal, es no entender el mundo”.

“Nos quieren presentar las mismas políticas que recibimos cuando asumimos 21 años atrás”, sostuvo. Luego aclaró que no cuestiona la “legitimidad de origen” de la elección del Presidente, “pero la legitimidad debe consolidarse en la gestión“. “Néstor Kirchner no tuvo legitimidad de origen porque obtuvo el 22% de los votos, pero construimos la legitimidad en el gobierno, porque hermano, te puede haber votado el 60% de los argentinos, pero si haces pasar hambre, aumenta la desocupación, no se puede llegar a fin de mes, de qué sirve esa legitimidad”

“Este no es un gobierno neoliberal como el de Menem, tiene algunos puntos de contacto, como las relaciones internacionales, las privatizaciones”, explicó. “Cuando fuimos gobierno recuperamos algunas empresas que habían sido privatizadas, porque no somos ni privatizadores ni estatistas, recuperamos agua y energía, porque no había agua en todo el conurbano bonaerense ni había una sola línea tendida y luego recuperamos Aerolíneas Argentinas porque el estado pagaba el combustible y los sueldos de todos sus empleados”, detalló. “También recuperamos YPF porque queríamos recuperar la soberanía energética”, siguió. “También recuperamos las jubilaciones”, sumó.

CFK: “Milei no tiene plan de estabilización”

En una de sus críticas más resonantes, sostuvo: “Milei no tiene plan de estabilización, que sí lo tuvo el menemismo que fue la convertibilidad que se sostuvo por la venta del patrimonio nacional y por el endeudamiento”.

También dijo que “un plan de estabilización no es solo la cuestión técnica, es una cuestión social y política; los empresarios, los consumidores, la sociedad tiene que creer en eso para que sea efectivo”. “Hoy no hay equipo, no le falta uno para el peso, le falta 30, 40, 90 para el peso“, agregó.

“Qué es el anarco capitalismo y la pista la dio el Presidente el lunes pasado, él dijo que la recuperación y el crecimiento va a venir de cuatro sectores: petróleo, gas, minería y el campo”, repasó, para desarrollar posteriormente: “Un sector que tiene crecimiento, pero tal como está planteado en nuestro país habla de un plan extractivista, es decir, llevarse todos los recursos naturales o sea pre capitalista, me hace acordar a la Argentina del Virreinato del Río de La Plata, más que anarco – capitalismo se parece a anarco – colonialismo y en eso no estamos de acuerdo”. 

“El otro problema es el de la desocupación, ese es el gran drama que se va a avecinar y el presidente debe comprender que debe dar un golpe de timón a esta política, eso de que el mercado no tiene fallas no funcionó con las prepagas porque tuvo que volver atrás y regular el precio”, destacó.

Más críticas a Milei: “Si hubiésemos adoctrinado en las escuelas, él no sería presidente”

En otro orden, se refirió a cuestionamientos que le hicieron durante su gestión respecto a “los modales del kirchnerismo” y dijo que, comparada con Javier Milei, es la condesa Eugenia de Chikoff.

“En 2019 teníamos que reconstruir el modelo nacional y yo tenía que garantizar que se consolide el movimiento nacional de peronistas, kirchneristas y armamos lo que armamos y la gente nos eligió porque se acordaban de cómo estaban hasta el 2015, pero algunos creyeron que los habían votado por los buenos modales y terminamos como terminamos“, apuntó repasando el gobierno de Alberto Fernández, sin nombrarlo.

Respecto a la educación, aseguró: “El presidente dice que adoctrinamos en los colegios, si hubiéramos adoctrinado él no sería el presidente”. “Tenemos que discutir en serio la educación, porque los recursos son escasos y tenemos que hacerlo valer”, indicó e hizo referencia a la discusión que intentó dar en 2012 y fue muy criticada por los sectores docentes.

Cristina Kirchner habló sobre la situación energética

“En 1992 se privatizó la energía y se tomó el modelo inglés de negocios, generación, por un lado, transporte por otro y distribución por otro y se dolarizaron las tarifas”, explicó. “Se creó un mercado mayorista y se creó CAMMESA”, siguió. “CAMMESA es la que compra y administra todo el mercado mayorista energético argentina, la preside el secretario de Energia, la integra, EDENOR, EDESUR, Techint, Aluar.”, detalló. “Cuando se cae la convertibilidad se pesifica el valor del transporte y la distribución, pero la generación y los contratos están en dólares”, especificó.

“Los contratos se incrementaron entre el 2016 y 2019”, apuntó. Luego detalló que durante su gobierno y el de Néstor Kirchner se aumentó la potencia de energía y la creación de líneas de alta tensión. La expresidenta detalló que en este año se incrementó el uso de energía renovable que, según presentó, implica los contratos más caros y que, desde el gobierno de Mauricio Macri, “le dan prioridad de despacho”. “Entonces estamos pagando una energía mucho más cara”, sentenció.

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