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Isabelita, la infiltrada en Madres de Plaza de Mayo, siguió formando agentes hasta la revelación de Página12.

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Un día después de que Página/12 publicara que había estado infiltrada en Madres de Plaza de Mayo durante la dictadura, Isabelita renunció al último cargo que tenía en la esfera de la Policía Federal Argentina (PFA). Pese a haber pedido la baja al Cuerpo de Informaciones en 2004, había estado todos estos años formando a los nuevos cuadros de la fuerza tanto en la Escuela Federal de Inteligencia (EFI) como en el Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina (IUPFA). La persistencia en las estructuras de las fuerzas de quienes actuaron en la dictadura muestra los desafíos que aún tiene la democracia argentina –que el año próximo cumplirá 40 años.

Días atrás, en los tribunales de Comodoro Py recibieron el legajo de Isabel Correa como docente en la PFA. La carpeta muestra que la licenciada en Ciencias de la Educación empezó a desempeñarse como profesora en 1995, cuando aún reportaba en el Departamento de Protección del Orden Constitucional –más conocido como el POC–. El POC se creó hacia finales de 1983 y tuvo como primer jefe a Pedro Santiago Godoy, condenado como torturador en los centros clandestinos conocidos como Atlético-Banco-Olimpo (ABO). En los primeros años de la democracia –créase o no–, tenían a su cargo la seguridad de los jueces que, entre otras cosas, debían investigar los crímenes de la dictadura. En 1994, el POC estuvo involucrado en la investigación del atentado a la AMIA –y en la destrucción de evidencia clave–.

A lo largo de más de 25 años como docente de la PFA, Isabelita dio materias como Actualización doctrinaria y Tendencias Políticas, Métodos y procedimientos de reunión –que básicamente se refiere a cómo conseguir información–, Metodología de la investigación y análisis o Análisis situacional. Lo hizo inicialmente en la EFI –donde llegó a ser la jefa de estudios– como en el IUPFA.

En 2013, la mujer fue denunciada por la entonces ministra de Seguridad Nilda Garré después de que el Grupo Especial de Relevamiento Documental (GERD) hallara en su legajo una constancia de que había estado infiltrada en Madres durante la dictadura. En esos años –particularmente en 1981–, otro exagente de la PFA Luis Alberto Martínez –conocido como “Japonés” mencionó a una mujer llamada “Isabelita” como la persona que estaba infiltrada en el grupo de Madres y familiares que se reunía en la Iglesia de la Santa Cruz. En el legajo de ella también figura que había aparecido en una denuncia hecha en el ámbito internacional.

Durante 45 años, Isabelita jamás debió dar explicaciones –incluso siguió formando a las nuevas generaciones de integrantes de la PFA pese a haber sido denunciada por crímenes de lesa humanidad y por su vinculación con uno de los casos más emblemáticos de la represión: la desaparición de tres Madres de Plaza de Mayo y dos monjas francesas.

“Cuando se han cometido violaciones masivas de derechos humanos, el Estado tiene una serie de obligaciones que van más allá de enjuiciar a los responsables”, le dice a Página/12 Fabián Salvioli, relator especial de Naciones Unidas para la Verdad, la Justicia, la Reparación y las Garantías de No Repetición. “Una de las medidas más importantes para la no repetición de los hechos es lo que se llama el proceso de vetting, que es sacar de las estructuras del Estado a quienes hayan estado involucrados directa o indirectamente en violaciones de derechos humanos”, agrega.

“Si hay un plano en el que yo he detectado en países de todos los continentes una fuerte resistencia a llevar adelante ese proceso es el campo de las fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia porque el espíritu de cuerpo hace que sea muy difícil llevar adelante esa tarea. Eso genera muchos problemas. En el caso de Chile es evidente: a pesar de que el país se democratizó, las fuerzas de seguridad reaccionaron en la represión de las protestas de hace dos años con las mismas formas que reaccionaba la policía de (Augusto) Pinochet”, ejemplifica el funcionario de Naciones Unidas. “Si se tiene a una persona que podría haber cometido crímenes en el desempeño de su tarea y luego es responsable de la formación de quienes van a llevar adelante tareas y trabajos de seguridad, el resultado es patético”, resalta Salvioli.

El Cuerpo de Informaciones al que perteneció Isabelita es uno de los organismos de inteligencia menos conocidos e investigados. Es el mismo que integró José Pérez –Iosi, el espía que estuvo infiltrado en la comunidad judía– o Américo Balbuena, el espía que estuvo metido en la Agencia Walsh. No se ha desclasificado información más allá de la que se ha enviado a causas judiciales puntuales. “Los países, pasada una cantidad de años, no tienen ningún motivo serio que les impida desclasificar esa información. No proceder a la desclasificación lo único que termina generando es la impunidad de esas personas, por lo que, en ese supuesto, el Estado está incumpliendo por omisión”, apunta Salvioli.

“Lo grave de esta situación no es esta mujer en particular, sino que ese instituto de formación siga funcionando de esa forma. Ella puede ser el testimonio de la continuidad de un modelo de policía que no es compatible con la democracia. En la democracia, nuestra lucha diaria es por desprestigiar la violencia y que ese lugar lo ocupe finalmente el Estado de derecho”, dice Jorge Auat, extitular de la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad (PCCH).

Para el sociólogo Daniel Feierstein, el foco debe ponerse en la falta de cambios reales en las fuerzas de seguridad en las últimas décadas. “Desnuda que no ha habido reformas en las fuerzas de seguridad durante todos estos años de democracia. La formación de las fuerzas no se resuelve con la introducción de una materia de derechos humanos. Es una medida cosmética que no lidia con el problema de fondo, que son las currículas, los docentes y el funcionamiento de estos cuerpos”, opina el director del Centro de Estudios sobre Genocidio (CEG) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTreF).

“Siempre denunciamos que quienes actuaron en la dictadura siguieron siendo parte del aparato represivo del Estado y formando a las nuevas generaciones”, aporta la diputada del Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad (FIT-U) Myriam Bregman. “Eso se ve claramente en el caso de Isabelita, pero no es solo eso: se puede advertir el contenido político de la persecución que ha realizado el Cuerpo de Informaciones de la PFA. Por eso, siempre hemos reclamado –y ahora lo hacemos desde el Congreso nacional con un proyecto de ley– que se disuelva este organismo”, insiste Bregman.

Durante la gestión de Sabina Frederic al frente de Seguridad se trabajó en una propuesta de reforma de la PFA en su totalidad –que incluía el Cuerpo de Informaciones– pero no llegó a hacerse pública. En gateras también está la reforma de la Ley de Inteligencia en la que se enfocó Cristina Caamaño junto con un grupo de especialistas.

“El Cuerpo de Informaciones tiene un vicio de origen: es totalmente secreto”, afirma Paula Litvachky, directora ejecutiva del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). “Como nunca se desclasificó información, pueden pasar estas cosas como que una persona que podría haber estado involucrada en delitos de lesa humanidad siga dando clases porque nadie sabe quién es. Nunca se terminó de discutir qué hacer con el Cuerpo de Informaciones”, remarca.

Litvachky, que es una de las expertas que estudian la relación entre la inteligencia y el sistema de justicia, va a estar presente el 13 y 14 de octubre en Montevideo, cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos analizará el pedido de Memoria Activa para condenar al Estado argentino por su rol frente al atentado de la AMIA. “En esas audiencias vamos discutir el peso del secreto en la intervención de agentes del Cuerpo de Informaciones y la imposibilidad de reconstruir la verdad después de todos estos años”, adelanta. Es un debate que Argentina se debe hace décadas.

/Página12.

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Irlanda se prepara para exhumar casi 800 bebés y niños muertos

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A 11 años de la denuncia sobre el ocultamiento de los maltratos y las muertes de niños en albergues católicos para madres y embarazadas no casadas, Irlanda se prepara para desenterrar a las víctimas.

Este lunes en Irlanda comenzaron los preparativos para exhumar 796 niños y bebés de una fosa común descubierta hace más de 10 años en donde funcionaba un antiguo albergue religioso para madres solteras y embarazadas no casadas cerca de Dublin.

Los desentierros comenzarán a realizarse desde el próximo mes de julio, pero el tema ya tiene más de 10 años en la agenda pública local. Es que en 2014 la historiadora irlandesa Catherine Corless comprobó que muchos niños (desde recién nacidos hasta los 9 años) fallecieron en el albergue religioso Santa María del Buen Socorro de Tuam, en la ciudad de Galway, a 200 kilómetros de la capital del país europeo.

La búsqueda comenzada por Corless certificó que los cuerpos habían sido enterrados en la antigua fosa séptica de la institución. A pesar de la destrucción en 1972 de este espacio que trabajaba con madres embarazadas no casadas, la fosa séptica se mantuvo intacta en las últimas décadas.

Los primeros datos

Luego de la alarma encendida por la historiadora, se encontraron restos de bebés humanos allí entre 2016 y 2017. Por este motivo el gobierno irlandés llamó a la creación de una comisión nacional de investigación que develara los maltratos contra las madres y sus niños causados en estos hogares.

Los resultados de la comisión fueron expuestos en 2021 y destacaron que había niveles «alarmantes» de mortalidad infantil en este tipo de albergues. Estas instituciones existieron en Irlanda desde 1922 a 1998, por ellas pasaron 56 mil mujeres y 57 mil niños y fallecieron 9000 chicos.

Las mujeres embarazadas por fuera del matrimonio eran enviadas a estos hogares por pedido del Estado nacional irlandés y de la Iglesia Católica, que eran los mismos que gestionaban estos espacios. En estos lugares las mujeres daban a luz a sus hijos y luego eran separadas de ellos, quienes finalmente eran dados en adopción.

«Cuando comencé este proyecto nadie me quería escuchar. Suplicaba: saquen a los bebés de estas cañerías, hay que ofrecerles el entierro cristiano digno que se les negó» explicaba Corless, la historiadora irlandesa de 71 años.

La historia del terror irlandés

El lugar sobre el que Catherine Corless encontró los cientos de certificados de defunción era llamado «El Hogar», fue dirigido desde 1926 hasta 1961 por las monjas de la hermandad Bon Secours y pretendía recibir a las madres solteras que necesitaran ayuda. 

Sin embargo, la historiadora argumentaba ya en 2014, año en que comenzó a descubrirse esta verdad, que el gobierno de Irlanda ocultaba al menos 4000 certificados de defunción de los bebés que pasaron por este albergue y que fueron enterrados en fosas sin identificar. Si bien se habían descubierto restos humanos en ese lugar en 1975, no fue hasta la denuncia de Corless que se relacionaron ambos hechos.

En los documentos a los que accedió la historiadora ya se advertía que la mayor parte de la mortalidad infantil encontrada había ocurrido por tuberculosis, infecciones, partos prematuros y defectos de nacimiento. Sin embargo, una inspección gubernamental de 1944 ya había destacado la malnutrición en varios de los 271 chicos que habitaban el lugar junto a sus 61 madres solteras.

Además, cabe aclarar que estos no habrían sido los únicos maltratos que tuvieron lugar en estos centros religiosos. Algunas monjas emprendieron un camino de negocios privados, como el de las Lavanderías de la Magdalena, que funcionaron entre 1922 y 1996, donde varias mujeres padecieron un régimen de semiesclavitud y abusos.

Un informe oficial del 2013, año anterior al de los primeros descubrimientos de Corless, indicaba que las principales causas por las que las madres solteras acudían a estos lugares eran el rechazo de padres adoptivos, abusos familiares, deficiencias físicas o psíquicas, actitudes «inmorales», pobreza y orfandad.

Si bien en su momento los líderes religiosos de Galway negaron conocer lo sucedido y se comprometieron a recaudar fondos para homenajear a los 796 bebés fallecidos con un monumento, el único que fue certero en sus dichos había sido el arzobispo de Dublin, Diarmuid Martin.

El responsable de la arquidiócesis de Dublin advirtió que “si no se establece una investigación sobre las cuestiones de gran preocupación que rodean este asunto, será importante que se desarrolle un proyecto de historia social que ofrezca una imagen precisa del papel desempeñado por esas casas de acogida”.

/P12

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Reportan más de 100 fallecidos en un accidente aéreo en la India

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Un avión de pasajeros se estrelló en una zona residencial cercana al aeropuerto de la ciudad de Ahmedabad en la India, informó el portal de noticias ‘ABP’. De acuerdo con autoridades locales, unos 242 pasajeros estaban a bordo. Según reportes, más de 100 personas se fallecieron.

El Boeing 787 Dreamliner siniestrado llevaba más de 200 personas a bordo, reportó la cadena NDTV. El avión, que supuestamente pertenece a la compañía Air India, realizaba un vuelo de Ahmedabad a Londres, pero se estrelló durante el despegue, detalló.

Según datos preliminares, al menos 133 personas murieron en el accidente aéreo. Hay sobrevivientes del accidente, informa el canal NDTV, publicando videos de las víctimas llegando al hospital.

Ente las víctimas mortales podrían estar más de 20 estudiantes, ya que la aeronave cayó sobre el techo de una residencia para médicos, precisa la agencia de noticias ANI.

«Se cree que más de 20 estudiantes murieron en un accidente aéreo en Ahmedabad. El avión se estrelló contra el edificio de la residencia de la Facultad de Medicina BJ», escribe la publicación.

Las autoridades de aviación indias confirmaron que 242 personas, entre ellas dos pilotos y 10 miembros de la tripulación, se encontraban a bordo. Los pilotos hicieron una llamada de auxilio al control aéreo, poco después del despegue, indicaron.

«Había un total de 242 personas a bordo del avión, incluidos dos pilotos y 10 miembros de la tripulación. El vuelo estaba comandado por el capitán Sumeet Sabharwal y el primer oficial Clive Kundar. El capitán Sumeet Sabharwal es teniente coronel, con 8.200 horas de vuelo. El copiloto tenía 1.100 horas de vuelo», informaron.

Mientras tanto, la empresa Air India confirmó que la aeronave accidentada le pertenece. A bordo del avión viajaban 169 indios, 53 británicos, siete portugueses y un canadiense, detalló la aerolínea.

La señal del avión estrellado desapareció «menos de un minuto» después del despegue, precisa el portal Flightradar24.

/Sputnik

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Picada mortal de Ruta 40: las cámaras del CISEM muestran la carrera ilegal y cómo pasa en rojo la conductora del auto

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La mujer que chocó con el motociclista Máximo Tanten, Natalia Colquer, será investigada por homicidio culposo agravado. Mientras que el otro motorista, Ezequiel Garay, por realizar picadas ilegales con la víctima fatal.

Un vídeo de las cámaras del CISEM confirma lo que los investigadores venían sospechando de la tragedia en calle Mendoza y calle 10 en Pocito. Esta tragedia ocurrió en medio de una picada ilegal. Dos personas quedaron en la mira de la Justicia: Natalia Colquer por el delito de homicidio culposo agravado por pasar en rojo. Mientras que, Ezequiel Garay, por hacer picadas ilegales.

Además de confirmar que se hacía una carrera ilegal, las cámaras también muestran que Colquer (conductora del Honda Fit) pasa el semáforo en rojo, es decir, que paso en un momento que no debía hacerlo.

/SJ8

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