Nota de Rafael Ibañez.
Esa frase célebre de Perón de que «los demás son peores» ponía en contexto la composición heterogénea del movimiento peronista y aliados frente a la oposición. Hoy es absolutamente contemporánea, al Frente de Todos le caben estos dichos como anillo al dedo, y sin dudas el líder histórico diría hoy, sí, no somos tan buenos, pero realmente los de Juntos por el Cambio son mucho peores.
A veces, al decir de Napoleón y parafraseado por el conductor justicialista, los ejemplos muchas veces lo explican todo, y aquí van dos que pintan de cuerpo entero esto.
El primer ejemplo, aquella foto de cumpleaños.
En plena pandemia durante 2020, Fernández junto con al menos 10 personas más festejan el cumpleaños de su pareja Fabiola en la Quinta Presidencial de Olivos.
En ese momento la oposición estaba en su etapa negacionista, que se saliera a la calle, que no hubiese confinamiento y con una actitud atentatoria contra la salud.
Ese festejo es una foto que dañó profundamente la ya caída imagen del presidente y significaba una durísima desilusión de los integrantes del FdT que se habían inmolado defendiendo el aislamiento y un golpe emotivo directo a la ciudadanía y ni hablar de quienes tuvieron familiares que fallecieron y no pudieron ni velar. Es así, si Vicentín fue la capitulación de Alberto Fernández a emprender un camino de soberanía alimentaria e independencia económica enfrentando a los poderosos, la famosa foto fue la lápida de las aspiraciones a recuperar la imagen del 80% que tuvo al inicio de la pandemia. Terrible.
La segunda foto de cumpleaños, menos “promocionada” pero mucho peor.
En el mismo 2020 Carrió, la iniciática de lo que podríamos llamar el trumpismo argentino, tuvo su cumpleaños en el auge de la segunda ola y no fueron 12 personas en un ambiente más bien familiar y de pocos amigos, sino una festichola con casi 100 personas en su quinta con joda, baile, mariachis, en mesitas sin barbijos y tomando como si no pasara nada.
La foto de Carrió con el sombrero mejicano publicada por infobae ilustraba la nota que daba los detalles de la festichola. Fueron todos, Macri, Larreta, Bullrich, Vidal, Marcos Peña y un largo etcétera de dirigentes de Juntos por el Cambio que literalmente se burlaron de todos nosotros y que con total hipocresía salieron a criticar a Fernández por lo que en comparación era una juntada de jardín de infantes.
Las dos fotos ilustran de manera precisa que son el FdT y JxC, uno no está muy bien que digamos, pero el otro es infinitamente peor.
Hay muchos más ejemplos, pero para dar uno vigente, el ex presidente Macri decidió no presentarse a la justicia dos veces, ninguneó al juez por la prensa y al ver el impacto negativo de su mirada supuestamente “republicana” decide presentarse.
Por otro lado Cristina enfrentó cada solicitud de la justicia, fue, dio la cara y expuso frente a los jueces, cara a cara, lo que pensaba de ellos.
La deuda
Otros dos ejemplos que muestran de cuerpo pintado las diametrales diferencias es el tratamiento ante el FMI de lo que fue el gobierno de Néstor y luego de Crisitina, que decidieron como hizo Perón, desendeudarse para aliviar la carga financiera aprovechando las circunstancias históricas.
Macri, en menos de 3 años usando la chequera limpia que dejó el kirchnerismo nos endeudó de una manera brutal con sus créditos a 100 años y a tener que pagar 66 mil millones de dólares en 3 años.
Hoy, como verán, no estoy imparcial porque ante la injusticia y el saqueo no se puede ser indiferente.
No estoy diciendo “fuerza Alberto”, ni alentando un tardío e inefectivo albertismo, sino todo lo contrario, asumiendo que nuestro presidente no representa el ideario del campo nacional y popular, sino de un cierto progresismo urbano porteño, repleto de buenas intenciones pero sin tocar en nada los intereses económicos.
Al contrario de Néstor, el actual presidente negocia con el FMI desde una postura de sumisión, además de que fue y es duro con los propios y muy blando con los adversarios, eso no es muy peronista que digamos, aunque sea presidente del PJ.
Como dijo Cristina, es evidente que se hizo un ajuste, muy palpable con la caída de poder adquisitivo, no sólo producto de la caída de la actividad económica, sino también a los efectos de tener “menor déficit” para negociar con el Fondo y tener más margen “para crecer”.
Una teoría que es como la sardina negociando con el tiburón, no se puede, solo el cardumen puede marear y eludir al depredador.
Cuando Fernández tuvo el poder político y un masivo apoyo popular al inicio de la pandemia – el cardumen de las sardinas si vale la comparación – no se puso firme ante el FM, no se enfrentó y dijo: miren con pandemia y en este quilombo no se paga hasta que pueda y negociar desde una posición de fuerza como hace cualquier gran deudor ¿no?. No lo hizo, después fue tarde porque en política, el tren siempre pasa una sola vez.
A pesar de todo esto, y como ven, descartando que Fernández sea un buen conductor o presidente, el Frente de Todos es una alianza que contiene no solo a estos sectores que representan el ala moderada y más bien conservadora, sino a una gran militancia del campo nacional y popular, movimientos sociales, sindicatos, izquierdas tradicionales y un largo etcétera.
Es decir, que aunque esto no está bien del todo, hay una masa crítica que te permite decir que un desarrollo nacional, soberano, justo socialmente solo puede salir de esta cantera, no hay otra.
Y bueno, Fernández es lo que es, una pieza de transición al decir de la derecha que sabiamente mira y huele la sangre de la herida y va al hueso. El debate dentro del FdT se da y se dará y se peleará hasta que se establezca una dirección más acorde a los tiempos.
Sí, no somos mejores, pero los otros son mucho peores para el 70% de los argentinos. Lo que representa la jauría que va de macristas, radicales de derecha, pseudo peronistas cuasi fascistas y libertarios caníbales que solo quieren una cosa: que los más poderosos tengan mucho más poder, que haya más monopolios, menos competencia y paradójicamente menos capitalismo “libre”.
Esta oposición a todo lo que sea mejor para muchos se llena la boca hablando de Pymes y comerciantes al tiempo que fueron ellos quienes destrozaron el mercado interno haciendo quebrar miles de pymes y negocios, endeudando a propietarios de sectores medios de manera usuraria con sus créditos UVA. Ahora dan un paso más, quieren anular los beneficios sociales de los trabajadores y a la hora de defender lo nuestro no están.
Sólo basta ver a Orrego y Cáceres actuando contra los obreros de viña y Cornejo con Laciar promoviendo la quita de indemnización por despidos.
Sí, Allende y Aubone pueden no ser los mejores, pero los otros son mucho, muchísimo peores.
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