Sociedad Sucesos
En Argentina se registró un femicidio cada 31 horas durante el primer semestre de 2021.

Al menos 137 femicidios fueron cometidos durante el primer semestre de 2021 en el país, lo que arroja un promedio de uno cada 31 horas, de acuerdo a un relevamiento del Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación (Ofdpn), que además reveló que casi el 20 por ciento de las víctimas había denunciado a su agresor por violencia de género.
Según el informe elaborado sobre los hechos ocurridos entre el 1 de enero y el 30 de junio último, 112 fueron femicidios directos, 14 vinculados, 6 transfemicidios y 5 suicidios feminicidas, que son los casos en los que las mujeres se quitan la vida como consecuencia de los abusos sistemáticos y la violencia de género que vivieron.
La estadística indica que el 81,2 por ciento de los femicidios del primer semestre del 2021 fueron directos (112 casos), 10,2 por ciento vinculados (14 casos) y en el 4,4 por ciento de los casos las víctimas eran trans (6 casos).Además, el 3,6 por ciento de los 137 femicidios contabilizados en el último semestre fueron muertes a partir de suicidios feminicidas (5 casos).
Según el Observatorio, la cantidad de suicidios feminicidas se incrementó desde que se comenzó con su registro: en 2019 hubo un caso; en 2020, dos hasta junio y en lo que va de 2021 se registraron 5.
Dentro de las características principales de las 137 víctimas, en lo que refiere al rango etario, 55 tenían entre 19 y 30 años, mientras que 47 se encontraban entre los 31 y 50 años, 18 tenían más de 50 años y 14 eran menores de 18 años, entre estos últimos tres «suicidios feminicidas».
En cuanto al vínculo, el informe indica que en el 56 por ciento de los episodios el autor del crimen fue la pareja o la expareja de la víctima (77 casos), concluyendo que «la mayoría de estos crímenes se producen dentro de un vínculo de pareja o en el seno familiar».
Por otro lado, el relevamiento del Ofdpn señala que, del total de víctimas de femicidio del primer semestre, 10 mujeres fueron violadas.
Al mismo tiempo, el uso de armas de fuego, el apuñalamiento y los golpes fueron los métodos más empleados para cometer los femicidios, donde se registra «una incidencia alta de mujeres quemadas», contabilizándose 9 casos de este tipo.
En cuanto al lugar en el que fueron producidos los femicidios, el 68 por ciento se ejecutaron en los domicilios de las víctimas, que «es el lugar donde más se vulneran sus derechos«, en el domicilio compartido o en un entorno familiar (93 casos).
Al mismo tiempo, la Defensoría del Pueblo alertó que varias de las muertes «se podrían haber evitado si los dispositivos de protección hubieran funcionado correctamente», ya que el 18,2 por ciento (25 víctimas) había denunciado previamente a su atacante.
En proporción a la población de sexo femenino, las provincias con la tasa más alta de femicidios son Santiago del Estero, con 10 casos sobre 496.470 habitantes de sexo femenino, La Rioja con 4 sobre 200.189, Tucumán con 11 sobre 867.668 y Santa Cruz, con 2 femicidios sobre 182.272.
En cuanto a las víctimas colaterales, se detectó que 82 niñas y niños quedaron sin madre a causa de los asesinatos de mujeres en el contexto de violencia de género, mientras que 3 mujeres estaban embarazadas al momento del femicidio.
Los datos en base a los cuales fue elaborado el trabajo del Ofdpn se obtuvieron de una auditoría de medios diaria, que se nutre de portales de información digitales, diarios impresos, redes sociales, servicios de agencias de noticias, de alcance nacional y provincial, y que a su vez corrobora la información obtenida con fiscalías, comisarías y hospitales.


A 11 años de la denuncia sobre el ocultamiento de los maltratos y las muertes de niños en albergues católicos para madres y embarazadas no casadas, Irlanda se prepara para desenterrar a las víctimas.
Este lunes en Irlanda comenzaron los preparativos para exhumar 796 niños y bebés de una fosa común descubierta hace más de 10 años en donde funcionaba un antiguo albergue religioso para madres solteras y embarazadas no casadas cerca de Dublin.
Los desentierros comenzarán a realizarse desde el próximo mes de julio, pero el tema ya tiene más de 10 años en la agenda pública local. Es que en 2014 la historiadora irlandesa Catherine Corless comprobó que muchos niños (desde recién nacidos hasta los 9 años) fallecieron en el albergue religioso Santa María del Buen Socorro de Tuam, en la ciudad de Galway, a 200 kilómetros de la capital del país europeo.
La búsqueda comenzada por Corless certificó que los cuerpos habían sido enterrados en la antigua fosa séptica de la institución. A pesar de la destrucción en 1972 de este espacio que trabajaba con madres embarazadas no casadas, la fosa séptica se mantuvo intacta en las últimas décadas.
Los primeros datos
Luego de la alarma encendida por la historiadora, se encontraron restos de bebés humanos allí entre 2016 y 2017. Por este motivo el gobierno irlandés llamó a la creación de una comisión nacional de investigación que develara los maltratos contra las madres y sus niños causados en estos hogares.
Los resultados de la comisión fueron expuestos en 2021 y destacaron que había niveles «alarmantes» de mortalidad infantil en este tipo de albergues. Estas instituciones existieron en Irlanda desde 1922 a 1998, por ellas pasaron 56 mil mujeres y 57 mil niños y fallecieron 9000 chicos.
Las mujeres embarazadas por fuera del matrimonio eran enviadas a estos hogares por pedido del Estado nacional irlandés y de la Iglesia Católica, que eran los mismos que gestionaban estos espacios. En estos lugares las mujeres daban a luz a sus hijos y luego eran separadas de ellos, quienes finalmente eran dados en adopción.
«Cuando comencé este proyecto nadie me quería escuchar. Suplicaba: saquen a los bebés de estas cañerías, hay que ofrecerles el entierro cristiano digno que se les negó» explicaba Corless, la historiadora irlandesa de 71 años.
La historia del terror irlandés
El lugar sobre el que Catherine Corless encontró los cientos de certificados de defunción era llamado «El Hogar», fue dirigido desde 1926 hasta 1961 por las monjas de la hermandad Bon Secours y pretendía recibir a las madres solteras que necesitaran ayuda.
Sin embargo, la historiadora argumentaba ya en 2014, año en que comenzó a descubrirse esta verdad, que el gobierno de Irlanda ocultaba al menos 4000 certificados de defunción de los bebés que pasaron por este albergue y que fueron enterrados en fosas sin identificar. Si bien se habían descubierto restos humanos en ese lugar en 1975, no fue hasta la denuncia de Corless que se relacionaron ambos hechos.
En los documentos a los que accedió la historiadora ya se advertía que la mayor parte de la mortalidad infantil encontrada había ocurrido por tuberculosis, infecciones, partos prematuros y defectos de nacimiento. Sin embargo, una inspección gubernamental de 1944 ya había destacado la malnutrición en varios de los 271 chicos que habitaban el lugar junto a sus 61 madres solteras.
Además, cabe aclarar que estos no habrían sido los únicos maltratos que tuvieron lugar en estos centros religiosos. Algunas monjas emprendieron un camino de negocios privados, como el de las Lavanderías de la Magdalena, que funcionaron entre 1922 y 1996, donde varias mujeres padecieron un régimen de semiesclavitud y abusos.
Un informe oficial del 2013, año anterior al de los primeros descubrimientos de Corless, indicaba que las principales causas por las que las madres solteras acudían a estos lugares eran el rechazo de padres adoptivos, abusos familiares, deficiencias físicas o psíquicas, actitudes «inmorales», pobreza y orfandad.
Si bien en su momento los líderes religiosos de Galway negaron conocer lo sucedido y se comprometieron a recaudar fondos para homenajear a los 796 bebés fallecidos con un monumento, el único que fue certero en sus dichos había sido el arzobispo de Dublin, Diarmuid Martin.
El responsable de la arquidiócesis de Dublin advirtió que “si no se establece una investigación sobre las cuestiones de gran preocupación que rodean este asunto, será importante que se desarrolle un proyecto de historia social que ofrezca una imagen precisa del papel desempeñado por esas casas de acogida”.
/P12

Un avión de pasajeros se estrelló en una zona residencial cercana al aeropuerto de la ciudad de Ahmedabad en la India, informó el portal de noticias ‘ABP’. De acuerdo con autoridades locales, unos 242 pasajeros estaban a bordo. Según reportes, más de 100 personas se fallecieron.
El Boeing 787 Dreamliner siniestrado llevaba más de 200 personas a bordo, reportó la cadena NDTV. El avión, que supuestamente pertenece a la compañía Air India, realizaba un vuelo de Ahmedabad a Londres, pero se estrelló durante el despegue, detalló.
Según datos preliminares, al menos 133 personas murieron en el accidente aéreo. Hay sobrevivientes del accidente, informa el canal NDTV, publicando videos de las víctimas llegando al hospital.
Ente las víctimas mortales podrían estar más de 20 estudiantes, ya que la aeronave cayó sobre el techo de una residencia para médicos, precisa la agencia de noticias ANI.
«Se cree que más de 20 estudiantes murieron en un accidente aéreo en Ahmedabad. El avión se estrelló contra el edificio de la residencia de la Facultad de Medicina BJ», escribe la publicación.
Las autoridades de aviación indias confirmaron que 242 personas, entre ellas dos pilotos y 10 miembros de la tripulación, se encontraban a bordo. Los pilotos hicieron una llamada de auxilio al control aéreo, poco después del despegue, indicaron.
«Había un total de 242 personas a bordo del avión, incluidos dos pilotos y 10 miembros de la tripulación. El vuelo estaba comandado por el capitán Sumeet Sabharwal y el primer oficial Clive Kundar. El capitán Sumeet Sabharwal es teniente coronel, con 8.200 horas de vuelo. El copiloto tenía 1.100 horas de vuelo», informaron.
Mientras tanto, la empresa Air India confirmó que la aeronave accidentada le pertenece. A bordo del avión viajaban 169 indios, 53 británicos, siete portugueses y un canadiense, detalló la aerolínea.
La señal del avión estrellado desapareció «menos de un minuto» después del despegue, precisa el portal Flightradar24.
/Sputnik
Sociedad Sucesos
Picada mortal de Ruta 40: las cámaras del CISEM muestran la carrera ilegal y cómo pasa en rojo la conductora del auto

La mujer que chocó con el motociclista Máximo Tanten, Natalia Colquer, será investigada por homicidio culposo agravado. Mientras que el otro motorista, Ezequiel Garay, por realizar picadas ilegales con la víctima fatal.
Un vídeo de las cámaras del CISEM confirma lo que los investigadores venían sospechando de la tragedia en calle Mendoza y calle 10 en Pocito. Esta tragedia ocurrió en medio de una picada ilegal. Dos personas quedaron en la mira de la Justicia: Natalia Colquer por el delito de homicidio culposo agravado por pasar en rojo. Mientras que, Ezequiel Garay, por hacer picadas ilegales.
Además de confirmar que se hacía una carrera ilegal, las cámaras también muestran que Colquer (conductora del Honda Fit) pasa el semáforo en rojo, es decir, que paso en un momento que no debía hacerlo.
/SJ8
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