Aquí estamos en El Pasillo, retomando estas mateadas domingueras con charlas whatsappeadas en estos tiempos tan movidos. Vacunas, presencialidad, pandemia, pobreza con sus hambres y desempleos, violencia verbal con sus discursos de odio, especulaciones políticas e incertidumbres de todo tipo y calibre.
Como si esto fuese poco, avivan el fuego de las calamidades quienes piensan que cuanto peor se esté, mejores chances tendrán para pescar algo. Las virtudes y las miserias humanas aparecen siempre en las crisis. Con todo esto, ¿por dónde arrancar?.
Poniéndole el pecho a las balas con el agua lista para cebar unos amargos, la semita calentita y el sol entrando por la ventana el celu se pone a funcionar como “café virtual” y a encarar nomás las cosas.
13 de Junio, el aniversario de la fundación de San Juan parecía un tema trivial como para romper el hielo y encarar la charla con un colega cuasi retirado, de esos sabedores de muchas cosas y que dice no ser militante, pero que por más que lo esconda, le sale hasta por los poros.
– Como que no hay mucha euforia provincial por los 459 años de la fundación de San Juan…
Pregunta la colega entre ruidosos sorbos de un mate falleciente.
– Bueno, para festejar no hay mucho, y si querés una “fake news” histórica es la “fundación”.
– Eh, no será mucho eso de noticia falsa “don contrera”?
Arremetia el incontenible amigo y colado que siempre aparece con sus importunios.
– jaja.. gracias por lo de contrera. A ver, primero se fundó algo donde ya estaba “fundada” una población. Ya había un pueblo huarpe asentado, no es que llegaron unos tipos a caballo y a lo macho dijeron: aquí en esta inhóspita tierra haremos un asentamiento.
En el “acta de fundación” está el acuerdo que hicieron, es decir, nuestros antepasados cedieron un terreno y le entregaron “encomendados”, o sea, esclavos para que trabajaran para los invasores. Lo más probable que ese acuerdo haya sido precedido por alguna masacre, aquí no eran violentos ni tenían armas como la de los españoles.
Por desgracia nuestros huarpes no dejaron memoria escrita ni verbal, prácticamente los exterminaron forzandolos para ir a trabajar a las minas de Chile. Lo poco que sabemos es por lo que el invasor dejó. No eran bebés de pecho, venían a saquear riquezas y no vinieron los más ilustres y gentiles precisamente. No es un día de festejos, es más para recordar que los que vinieron en esos primeros barcos fueron unos criminales y que aquí ya habían mujeres y hombres que eran los verdaderos dueños. Lo que sucuedió después es otra cosa, pero eso fue más o menos así.
El silencio se hizo sepulcral, producto sin duda de que a pesar de lo fuerte y trágico que sonaba y más allá de que no es lo que te dicen en los manuales de la escuela, tenía mucho más sentido y en línea con todo lo que sucedió en nuestra latinoamérica con la llegada de los conquistadores, genocidio y saqueo mediante.
– Bueno, y qué opinan de la presencialidad y las escuelas?
Lanzó como para quebrar el silencio nuestra colega que siempre ingresa un poquito más tarde. Ella siempre vive rodeada, aparentemente, de tanto ruido de fondo que no sabemos, si hay un perro y un niño o una jauría en un recreo de primaria.
Oportuna y punzante pregunta, está claro que no quería amainar las aguas, sino agitarlas.
– ¡Que temita!. Bueno, yo les voy a decir que creo que esto de presencialidad y virtualidad es un debate erróneo, no se puede encarar…
Nuestra colega, la más puntual de todas, fue interrumpida abruptamente por nuestro colado, que no puede con su genio mientras su televisor de fondo dice algo de la Copa América.
-Eh pará un poco, perdón que interrumpa. Pero hablamos de contagios, niños, salud, ¿cómo que está mal eso?. En casa no mandamos a los chicos hasta que estemos más seguros y nos la arreglaremos como podamos..
Iba a continuar, pero la colega le devolvió el favor.
-No, no se trata de eso. Escuchame antes de opinar.
Dijo ya visiblemente enojada.
-El punto es que el Estado te debe garantizar, constitucionalmente, la salud y la educación. Los niños deben recibir obligatoriamente educación preservando su salud, es ÉL responsable. Sea presencial o virtual, eso es otro tema. Si van a la escuela debe estar todo garantizado, debidamente cuidado, transporte especial, docentes bien pagos y capacitados… y si es virtual te debe proveer de conectividad, compus y lo que haga falta.
Al ponerlo como optativa la presencialidad lo que pasan son dos cosas, por un lado el Estado se lava las manos y le tira el fardo a los padres. No está bien. Y por otro se aumenta la brecha de desigualdad, ya que solo tendrán educación quienes tengan más medios y mayor protección. Con 50% de pobreza no se puede “optar”, a lo mejor en Suiza, pero acá no cuando no tenés ni wifi y compus en todas las casas, ni hablar de comida, útiles y micros escolares específicos por el otro lado.
-Y yo que pensaba que con lo que decía de la fundación era controversial! (risas)
Obviamente el debate continuó, pero estas páginas ya no permiten tantas letras.
Hasta el próximo El Pasillo.