El Pasillo y otro domingo hermoso tras el ventarrón del sábado que despejó el cielo y trajo un poco de fresco. Se hace perfecto arrancar con mates amargos y unas tostaditas de pan casero con manteca.
Arranca “la profe” bien tempranito llamando por whatsapp, podría hacerse presencial pero la comodidad de la casa supera todo y continúa siendo un café virtual.
-¡Buenos días!. Arrancó la campaña de las elecciones “de verdad” del domingo 14 de noviembre. Ya analizamos lo de las PASO y veremos cómo los diferentes espacios terminan abordando este tramo.
Empezó “la profe” despertando a las y los remolones.
Tomó el guante nuestra “bulliciosa colega” que increíblemente a esta hora tiene la música a todo volúmen, baja un poco esa intensidad y empieza.
-¡Hola queridos colegas!. Yo no soy tan negativa con respecto a la tanda electoral de PASO y definitivas. Nos ha dado a los argentinos un tiempo necesario para ver qué pasó y qué queremos. Después de tantos problemas acumulados y con la pandemia ya más débil es algo que debía pasar. No ha sido algo normal, sino completamente excepcional y para todo el planeta, y como estamos en Argentina, bueno, se le agregan todos los problemas sociales y económicos que ya traíamos.
-Me encanta que estés positiva amiga.
Interrumpió nuestra colega “la silenciosa”, que siempre deja en pocas palabras conceptos claros.
-Siempre es bueno, sea por una elección o no, que discutamos cómo estamos y qué precisamos, que debería hacerse y para donde ir. Pero no soy del todo optimista, disculpen, creo que aunque suene bonito lo del “debatir democrático” hay mucha bulla en el ambiente y un nivel de violencia muy alto en medios y redes. Te machacan todo el día, con títulos nada periodísticos y súper militantes con un nivel de agresividad inaudito. No podés leer un medio digital sin comentarios que son violentos, llenos de insultos, muy misóginos, siempre discriminatorios y propios del lenguaje de matones y criminales. Si seguimos así en un par de años los grandes diarios titularán ya sin eufemismos, sino directamente usarán insultos. La excusa será que tendrán mayor interacción en redes (risas).. por ejemplo: “el hijo..
-¡No caigas en la tentación!.
Interrumpió nuestro colega Rafael seguido de una risa contagiosa cercana a la carcajada.
-Realmente es tentador caer en ese juego pero mejor no hacerlo. ¿No les parece?. Igualmente la colega puso un tema interesante sobre la mesa y que ya hemos tratado, el famoso discurso de odio, que como sabemos el objetivo es desviar la atención, no hablar del problema sino enojarse y terminar hablando de la persona y no de lo importante para la sociedad. Es el famoso matar al mensajero.
Pero lo que quería traer son unos datos de un par de notas que leí ayer sobre trolls, perfiles falsos y odiadores profesionales. Hay que aclarar algo antes: ¿qué es un troll?. Cito de un diccionario inglés: “es alguien enfocado en acosar, criticar o antagonizar de manera provocadora y despectiva. La palabra originalmente se refiere a desagradables personajes folclóricos que viven en las cavernas escandinavas”.
“El perfil psicológico de los llamados ‘trolls de Internet’ se corresponde con patrones de sadismo, narcisismo, psicopatía y maquiavelismo”, transcribo textual de un estudio español. Se trata de usuarios que provocan peleas y molestan intencionadamente en redes.
Recuerdo que una investigación canadiense hecha en 2014 decía que el 6% de los usuarios reales disfrutaban de “trolear” a otros en red por puro sadismo.
Lo que pasa, es que están los trolls profesionales, los que se hacen con perfiles falsos y son muchos, más de lo que uno supondría. Según las grandes empresas testimoniaron que al menos un 10% de todas las cuentas en redes son falsas o bots (robots que actúan automáticamente). Pero el número que más llama la atención es que la mayor interacción se produce desde estas cuentas falsas llegando a casi la mitad del tráfico en redes.
Son precisamente estos trolls odiadores la principal arma usada hoy a escala global para las campañas políticas. Su objetivo es incentivar el odio puro y duro, demoler al adversario, desprestigiarlo, golpearlo y escupirlo de ser posible. No hay razón o fundamento, sino una catarata de insultos y noticias falsas que consoliden la idea de que a ese adversario hay que destruirlo o eliminarlo. En Argentina es sin duda lo más usual ahora, con la paradoja de que quienes más se enganchan con los trolls son los sectores medios de mayor nivel educativo. Los que deberían en teoría ser más “racionales”. Tal vez sea porque son los que más se conectan, eso no lo podemos dimensionar sin estudiarlo.
-Oh!! Rafael nos mató con datos (risas), difícil de procesar para un domingo a la mañana, pero buena info para evaluar. Mientras nosotros seguimos eliminando y bloqueando trolls de facebook, un trabajo interminable. Lo continuaremos haciendo, es la única forma de minimizar el impacto dañino.
Expresó “la profe” dando cierre a la jornada. Hasta el próximo El Pasillo.