Ciencia & Ambiente Ciencia & Tecnología
Argentina está en camino a ser productora de vacunas contra el coronavirus.

Desde el inicio de la pandemia, la estrategia de Argentina en relación con las vacunas fue ambiciosa a varios niveles. En primer lugar intentó comprarlas y, para ello, se entablaron diálogos con las farmacéuticas internacionales. Luego, ante la escasez manifiesta, el Gobierno buscó cerrar acuerdos para participar de algún eslabón del proceso productivo. Si costaba tanto adquirirlas, había que poner manos a la obra y formar parte de la industrialización. Con esa táctica, el objetivo fue asegurar un flujo continuo. El tercer paso en este plan es de largo aliento y, aunque todavía no se cumple, marcha colmado de ilusiones: la meta es diseñar, comercializar y exportar vacunas ciento por ciento argentinas, pensadas, desarrolladas y vendidas por argentinos para argentinos. Incluso, la nación espera convertirse en un faro de producción a nivel regional.
Desarrollar tecnologías sanitarias tan sensibles en un contexto pandémico puede traducirse en un paso hacia la soberanía. Disponer de capacidades propias es vital para autoabastecerse en un escenario crítico. En este marco, ¿cuál es la actualidad de la elaboración local de la Sputnik V y la AstraZeneca? ¿Cuáles son las perspectivas en cuanto a la producción doméstica de la Sinopharm? ¿Falta mucho para que la población se inmunice con una opción autóctona?
Gamaleya: el primer socio
A principios de febrero, Anmat autorizó el registro de la vacuna Sputnik V en Argentina y Laboratorios Richmond será la firma doméstica que la comercialice a nivel local y en Latinoamérica. La compañía, liderada por Marcelo Figueiras, fabricará y venderá tanto el componente I como el II. En un encuentro celebrado el 2 de febrero, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, destacó que el acuerdo reflejaba “la sinergia con el sector productivo nacional, al favorecer el autoabastecimiento y la disponibilidad de vacunas elaboradas con trabajo argentino que incluye la posibilidad de exportar a la región”.
Hasta ese momento, la compañía se había encargado de la finalización del proceso productivo, esto es, del filtrado, el llenado y el envasado. A partir de aquí, además, se encargará de la venta del producto; de hecho, hay vecinos como Perú, Bolivia y Colombia que ya se mostraron interesados. En 2020, Argentina fue el primer socio occidental que confió en la Sputnik V, que aún aguarda ser aprobada por la Organización Mundial de la Salud. A partir del principio activo recibido del Centro Gamaleya, a la fecha, Richmond elaboró 1.634.875 dosis del componente I y 4.661.250 del II. En los próximos meses, culminará la construcción de una nueva planta biotecnológica en Pilar (Buenos Aires), con capacidad para fabricar 500 millones de vacunas contra la covid y expandir la cartera de productos sanitarios contra otras enfermedades.
El presente con AstraZeneca y el futuro con Sinopharm
A nivel local, la sustancia activa de la vacuna de AstraZeneca es fabricada por el laboratorio mAbxience (Grupo Insud), del empresario Hugo Sigman. Luego el procedimiento de envasado y distribución se completa en México, a través de la compañía Liomont, con el apoyo financiero del magnate Carlos Slim. Según el proyecto original, ambas naciones latinoamericanas se propusieron fabricar 150 millones de dosis, para que sean repartidas en la región, con excepción de Brasil. De ese total, a partir del convenio bilateral, llegaron a territorio argentino 22.459.500 dosis.
En el marco de la visita de Alberto Fernández a China, se produjo el encuentro con directivos del Institute of Biological Products para avanzar en la fabricación local de la Sinopharm, la tecnología oriental que ya se aplica desde los tres años. En Argentina, la compañía a cargo será Sinergium Biotech, que estará en condiciones de elaborar hasta un millón de dosis semanales y también cuenta con contactos regionales para la exportación hacia naciones como Uruguay, Paraguay, Bolivia y Ecuador. También esperan que ese vínculo comercial que se generó con Beijing a partir de la pandemia pueda habilitar a la realización de más acuerdos científico-tecnológicos relacionados con el diseño de fármacos. China dispone de seis plantas de producción de vacunas específicas para covid fronteras adentro y ha establecido fábricas en Emiratos Árabes Unidos, Serbia y Marruecos. En paralelo, busca expandirse y cerrar negociaciones similares a las que realiza con Argentina en Bangladesh, Hungría, Vietnam, Birmania y Uganda.
Desde el inicio del Plan Estratégico de Vacunación contra Covid, de las 107.520.675 dosis recibidas, se distribuyeron poco más de 96 millones, se aplicaron 90 millones y se donaron otros 5 millones. De la cifra total, 18.474.300 corresponden a Pfizer; 14.683.210 a Sputnik V (10.490.055 dosis del componente I, y 4.193.155 del componente II), y 6.296.125 a Sputnik V producidas en la Argentina por Laboratorios Richmond; 31.672.800 a Sinopharm; 28.546.900 a AstraZeneca; 6.143.340 a Moderna; y 1.704.000 a CanSino.
El sueño de la vacuna propia
En Argentina, diversos equipos científicos se pusieron al hombro la difícil tarea de producir una vacuna ciento por ciento local. La Arvac-Cecilia Grierson, que lleva su nombre en homenaje a la primera médica del país, es la más avanzada y se espera que inicie los ensayos clínicos en breve. Fue desarrollada por la investigadora Juliana Cassataro y su equipo desde el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín en colaboración con el Laboratorio Pablo Cassará. Según estiman, hacia las vacaciones de invierno podría culminar la fase 2/3. A partir de ese momento, de tener éxito, estarán en condiciones de registrarla y comenzar a fabricarla a escala. En las evaluaciones realizadas desde el laboratorio, la sustancia activa demostró ser eficaz contra las diferentes variantes del Sars CoV-2 que circulan en Argentina.
Además de la tecnología creada en la UNSAM, se halla la fórmula monodosis diseñada por el investigador Osvaldo Podhajcer y otros desde el Instituto Leloir. Representa el fruto del acuerdo con la compañía Vaxinz y en ensayos preclínicos ya demostró una fuerte respuesta inmune. También hay que mencionar otras que están en carrera, como la Argenvac, del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata. Una iniciativa impulsada por el científico Guillermo Docena desde el Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos y el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas. Por último, se encuentra el proyecto coordinado por la especialista Daniela Bottero, que se propone el diseño de una vacuna de segunda generación, a partir de la participación de diversas instituciones como el Conicet, el INTI, el INTA y el Instituto Leloir.
Las cuatro iniciativas (y otras que se hallan en fases previas de desarrollo) recibieron apoyo del Gobierno y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, a través de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. El objetivo es que de cara al 2023, Argentina pueda disponer de una tecnología ciento por ciento local para combatir al coronavirus; un virus que provoca una enfermedad que llegó para quedarse y cuyas vacunas, más temprano que tarde, serán incluidas en el calendario obligatorio. El hecho de que el país, a través de su sistema científico y tecnológico, genere sus propias soluciones –sin la necesidad de adquirir dosis del exterior ni depender de los ritmos de producción o las reglas de oferta y demanda del mercado internacional– resulta medular porque siembra antecedentes y entrena capacidades de cara al futuro.
/Pagina12

Ciencia & Tecnología
San Juan avanzó con el radiotelescopio CART tras cerrar un acuerdo directo con China

Sin participación del Gobierno nacional y del CONICET, la Universidad Nacional de San Juan cerró un acuerdo con la Academia de Ciencias de China para garantizar la continuidad de la obra.
El ambicioso proyecto del radiotelescopio CART, que se levanta en el Parque Nacional El Leoncito de Calingasta, logró un avance clave. La Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) y la Academia de Ciencias de China firmaron un nuevo convenio que garantiza la continuidad de la obra, destinada exclusivamente a la investigación científica.
La firma se concretó sin la participación del Gobierno nacional ni del CONICET, organismos que hasta ahora formaban parte del desarrollo. Según fuentes académicas, la decisión de seguir adelante en forma bilateral responde a la negativa de Nación de refrendar el acuerdo original. En la UNSJ explicaron que la antena solo capta señales de radio y que su uso está limitado a la radioastronomía y la geodesia, dos áreas sin vínculo con actividades militares.
La definición llega después de varias semanas de incertidumbre. A fines de agosto, en la Conferencia Sudamericana de Defensa realizada en Buenos Aires, el comandante del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Alvin Holsey, lanzó una dura advertencia sobre el avance chino en la región. “El Partido Comunista Chino continúa su incursión metódica en la región, buscando exportar su modelo autoritario, extraer recursos y establecer infraestructura de doble uso”, sostuvo, en alusión a proyectos que podrían tener proyección estratégica.
Ese mismo fin de semana comenzaron a circular versiones sobre frenos en la Casa Rosada. El diputado libertario José Peluc reconoció que no había definiciones oficiales y que la renovación del acuerdo, que requería la firma del CONICET, estaba en suspenso. En paralelo, investigadores de la UNSJ advirtieron que cualquier demora complicaría el ingreso de las piezas de gran tamaño que deben pasar por Aduana y la llegada de técnicos chinos para el montaje.
Pese a las dudas políticas, la UNSJ y China acordaron seguir adelante. El CART contará con una antena parabólica de 40 metros de diámetro, la mayor de Sudamérica. Permitirá estudiar fenómenos como púlsares y cuásares, además de mejorar el posicionamiento satelital en el hemisferio sur. Su emplazamiento en Calingasta responde a las condiciones atmosféricas únicas de la zona, lejos de interferencias electromagnéticas.
Con este paso, San Juan asegura la continuidad de un proyecto que comenzó en 2007 y que, según los especialistas, representa una oportunidad histórica para la astronomía argentina. Aunque el Gobierno nacional decidió quedar al margen, la obra seguirá adelante con el objetivo de impulsar la ciencia y la cooperación internacional, sin aplicaciones estratégicas ni militares.
/TSJ
San JuanPolítica & Economía Ciencia & Tecnología
Lanzan Estrategia Provincial de IA para el Sector Productivo sanjuanino

Hasta el 30 de septiembre las MiPymes podrán inscribirse para iniciar un diagnóstico digital a partir del cual se elabore su plan para hacer sus procesos mas eficientes con la incorporación de IA.
Hasta el 30 de septiembre las MiPymes podrán inscribirse para iniciar un diagnóstico digital a partir del cual se elabore su plan para hacer sus procesos mas eficientes con la incorporación de IA. De este modo, la provincia al presentar un plan integral para transformar su matriz productiva se convierte en pionera y busca posicionarse como un actor clave en la Economía del Conocimiento.
El Ministerio de Producción, Trabajo e Innovación del Gobierno de San Juan, a través de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación, presenta la Estrategia Provincial en Inteligencia Artificial (IA) aplicada al sector productivo. Este plan de acción posiciona a la provincia como líder en la adopción de tecnologías de vanguardia en Argentina, sentando un precedente a nivel nacional.
“Este lanzamiento no es un punto de partida, sino la consolidación de un camino ya iniciado y es fruto de concebir a la innovación, la ciencia y la técnica como factores esenciales para el desarrollo productivo de la provincia”, afirmó el ministro de la cartera productiva, Gustavo Fernández.
El objetivo es que las empresas sanjuaninas –con foco en las MiPyMEs y cadenas de valor de mayor impacto local– puedan integrar soluciones de Inteligencia Artificial y Machine Learning (ML) para optimizar sus procesos, aumentar su competitividad y conquistar nuevos mercados.
«Lo que estamos presentando no es solo un plan tecnológico, es una visión de futuro para la economía de San Juan. Entendemos que la Inteligencia Artificial es un motor transversal de la Economía del Conocimiento», afirmó el secretario del área, Germán Von Euw.
«Mientras otros debaten, nosotros ya estamos ejecutando. Con esta estrategia, vamos a escalar las soluciones existentes para que el beneficio llegue a toda la cadena productiva provincial», comentaron.
El plan se estructura en cuatro ejes fundamentales: la formación de talento local para los trabajos del futuro; el apoyo específico para la adopción en empresas e instituciones con impacto en el sistema productivo; la promoción de mejora de la infraestructura tecnológica y apoyo a MiPyMEs y StartUps; y la creación de un marco ético y de gobernanza que asegure un uso responsable y transparente de la IA.
Con un despliegue planificado en cinco fases –que van desde el diagnóstico de capacidades locales hasta la evaluación y escalamiento de proyectos exitosos–, San Juan no solo busca modernizar su economía, sino también consolidarse como un polo de innovación y desarrollo tecnológico de referencia en la región y el país.
Diagnóstico de Madurez Digital para MiPyMEs
Como acción específica para materializar el plan, se pone en marcha y se convoca a todas las pymes interesadas en participar del programa «Diagnóstico de Madurez Digital para MiPyMEs». Esta iniciativa permite a las pequeñas y medianas empresas conocer su nivel de digitalización actual a través de un ágil proceso de análisis. Se evaluarán desde las herramientas que utilizan a diario y sus procesos internos, hasta cómo emplean los datos para tomar decisiones y cuál es la percepción de su negocio en el entorno digital. Como resultado, cada MiPyME recibirá un informe visual y una hoja de ruta práctica con recomendaciones personalizadas de herramientas accesibles para iniciar o acelerar su crecimiento, incluyendo soluciones de Inteligencia Artificial. La propuesta está dirigida tanto para empresas que todavía no iniciaron ningún proceso de digitalización como para aquellas que ya se encuentran en distintos niveles de madurez.
El diagnóstico funciona como una brújula tecnológica ayudando a cada organización a identificar su punto de partida y a avanzar, de manera práctica, hacia el siguiente paso posible, en ese sentido, la invitación es amplia y busca ofrecer a cada organización una oportunidad concreta de crecimiento, adaptada a su realidad actual.
Cabe agregar que este Plan, se enmarca y viene a potenciar diversas acciones que ya se están gestando desde el Gobierno en el ecosistema local, como: Programa Fortalecimiento de Economía del Conocimiento, programa Innovación Startup, programa Apoyarnos en la Ciencia, convenio esencIA para la formación de inteligencia artificial en la población adulta, Primeras Jornadas de IA en medicina, Despierta tu talento digital, etc… y eventos de sensibilización como fueron Sostenibilidad en la era de la Inteligencia Artificial, Startup Day, entre otros.
/SJ8
Ciencia & Ambiente Ciencia & Tecnología
Revelan nueva función de una proteína que podría ser útil para aplicaciones en agricultura y oncología

Investigadores del CONICET, del Instituto Leloir y de la UBA descubrieron que la proteína PRMT5 actúa como un «director de orquesta» en una etapa clave de la expresión genética en plantas y seres humanos. El hallazgo podría tener, a futuro, impacto en las terapias dirigidas contra el cáncer o el desarrollo de cultivos resistentes a bajas temperaturas u otras condiciones ambientales.
Presente en todos los organismos vivos, desde levaduras hasta seres humanos, la proteína PRMT5 tiene un rol esencial en la regulación de diversos procesos celulares, incluido el splicing, mecanismo por el cual un solo gen es capaz de producir múltiples proteínas. Ahora, un estudio liderado por investigadores del CONICET, de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y de la UBA y publicado en la revista New Phytologist reveló una nueva función de PRMT5: se encarga, también, de “amortiguar” los efectos de las pequeñas variaciones genéticas que suceden permanentemente en el interior del núcleo de las células, lo que permite que una especie conserve ciertas características básicas.
“Encontramos en plantas un mecanismo que atenúa el impacto de las diferencias genéticas; si la proteína PRMT5 no está presente, esas disparidades se maximizan, aun en ejemplares pertenecientes a una misma especie”, explica Marcelo Yanovsky, codirector del trabajo e investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-FIL) y en la FIL. “El hallazgo también puede tener un efecto importante en seres humanos, ya que se sabe que PRMT5 está involucrada en muchos tipos de cáncer”, añade.
En la actualidad, de hecho, muchas investigaciones que se llevan a cabo en el área de oncología giran alrededor de cómo inhibir la presencia de PRMT5 cuando está elevada. “El tema es que esas terapias no van a tener el mismo efecto en una persona que en otra. Entonces, conocer esta nueva función de la proteína podría ayudar a identificar quiénes se beneficiarán o no con un posible tratamiento”, destaca Yanovsky, también jefe de Laboratorio Genómica Comparativa del Desarrollo Vegetal en la FIL. Y agrega: “En las plantas, por otra parte, inhibir PRMT5 nos podría permitir encontrar nuevos fenotipos (variedades con características físicas específicas) que en la actualidad están enmascarados, para aprovecharlos ante ciertas condiciones ambientales, como bajas temperaturas o falta de agua”.
Camino sinuoso
En 1993, los científicos Phillip Sharp y Richard J. Roberts compartieron el Premio Nobel de Medicina por haber roto con el dogma o idea establecida de que un gen siempre da origen a una sola proteína. Demostraron que gracias a un complejo proceso llamado splicing (empalme) de ARN, un solo gen puede producir múltiples proteínas diferentes. Ese revolucionario hallazgo permitió comprender mejor la enorme variabilidad genética que existe en la naturaleza, fundamental para la evolución y la diversidad de las especies. También, entender las raíces de enfermedades como el cáncer y ciertos trastornos neurológicos.
Para comprender mejor el aporte del estudio publicado, hay que recordar que todas las células contienen en su interior un manual de instrucciones –genoma– que permite el desarrollo de un organismo vivo. Escrito en el lenguaje del ADN, contiene las recetas (genes) para fabricar todas las proteínas necesarias para la vida. Ahora bien, cuando una célula necesita una proteína específica, no consulta directamente el manual original, sino que transcribe una copia de trabajo de la receta: una molécula de ARN mensajero precursor o pre-ARNm.
Esa primera copia no es una transcripción literal. Es más bien un borrador lleno de anotaciones, con secciones cruciales (los exones) intercaladas con segmentos que, en su mayoría, deben ser eliminados (los intrones). Y aquí entra en juego el proceso descubierto por Sharp y Roberts mencionado anteriormente -el splicing-, que se produce gracias a una maquinaria molecular sofisticada conocida como espliceosoma, una especie de editor molecular de precisión, cuyo trabajo consiste en cortar meticulosamente los intrones y unir los exones en el orden correcto. ¿El resultado? Una molécula de ARN mensajero (ARNm) madura, lista para ser traducida en una proteína funcional.
Este proceso de edición es una fuente de inmensa diversidad biológica, ya que el espliceosoma puede combinar los exones de un mismo gen de diferentes maneras. Gracias a esto, un único gen puede dar lugar a una variedad de proteínas distintas, cada una con funciones especializadas. En el centro de este intrincado ballet molecular la proteína PRMT5 actúa como un director de orquesta o un gerente de control de calidad para el proceso de empalme.
“Esta capacidad de un organismo para producir un fenotipo consistente a pesar de las variaciones genéticas o ambientales se conoce como canalización. Nuestro estudio demostró que, al garantizar que el espliceosoma pueda manejar sitios de empalme ‘imperfectos’ o más débiles, PRMT5 actúa como ‘amortiguador’ y permite que la vida tolere un cierto grado de ruido genético sin consecuencias negativas inmediatas”, resalta Ariel Chernomoretz, coautor del trabajo, investigador del CONICET en el Instituto de Física Interdisciplinaria y Aplicada (INFINA, CONICET-UBA), en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y jefe de Laboratorio Biología de Sistemas Integrativa en la FIL.
Diseño experimental
Para el experimento, los investigadores seleccionaron dos cepas genéticamente distintas de Arabidopsis thaliana, planta a la que se la suele considerar como la “rata de laboratorio” del mundo vegetal: Columbia (Col-0) y Landsberg erecta (Ler). Si bien ambas pertenecen a la misma especie, siguieron caminos evolutivos separados y acumulan pequeñas diferencias naturales en su código genético (SNPs). Algunas de estas diferencias se encuentran en los llamados sitios de empalme para el espliceosoma.
Con Maximiliano Beckel y Abril San Martín como primeros autores, el artículo describe cómo el grupo introdujo un “interruptor” para apagar la actividad de PRMT5: por medio de CRISPR-Cas9, una novedosa herramienta de edición genética, los científicos crearon plantas de ambas cepas (Col-0 y Ler) que carecían de la proteína en cuestión. Esto les permitió comparar cuatro grupos de plantas: Col-0 normal, Col-0 sin PRMT5, Ler normal y Ler sin PRMT5.
“Los resultados fueron sorprendentes y reveladores”, enfatiza Yanovsky, quien describe: “A pesar de sus diferencias genéticas subyacentes, en condiciones normales, con PRMT5 activa, las plantas de las cepas Col-0 y Ler tenían características físicas (fenotipo) casi indistinguibles, como la forma de las hojas o el momento de floración”. Sin embargo, el panorama cambió drásticamente cuando se eliminó PRMT5. “En su ausencia, las diferencias genéticas latentes se desataron, lo que se tradujo en diferencias fenotípicas mucho más pronunciadas: las hojas de las plantas Col-0 se volvieron aserradas, un rasgo no visible en las Ler, y las diferencias en el tiempo de floración entre las dos cepas se exageraron significativamente”, grafica.
Con este resultado en manos, uno de los desafíos hacia adelante es comprobar el efecto de la falta de PRMT5 en seres humanos. “Si ocurre lo mismo que en las plantas puede tener implicancias potenciales sobre muchas de las terapias oncológicas que están en ensayo basadas en la inhibición de la función de PRMT5”, concluye Yanovsky.
Referencia bibliográfica:
Beckel, M. S., San Martín, A., Sánchez, S. E., Seymour, D. K., de Leone, M. J., Careno, D. A., … & Chernomoretz, A. (2025). Arabidopsis PRMT5 buffers pre‐mRNA splicing and development against genetic variation in donor splice sites. New Phytologist.
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