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Opinión

Alberto Fernández, un gobierno que todavía no arrancó.

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Inicié esta nota escribiendo ese título que me parece simboliza la frustración que la inacción del presidente y su gobierno han dejado hasta ahora, sobre todo a quienes lo votaron, y si son peronistas, aún más ya que encima es el presidente del Partido Justicialista.
Fernández pocas veces empieza lo que promete y se eluden las medidas a favor del trabajo, la producción y para disminuir la pobreza y el hambre. Para eso se debe enfrentar a los grandes poderes financieros y monopólicos que concentran la producción en el marco de un acuerdo político que integre a las mayorías. Hasta ahora nunca se arrancó con eso, parece que es el “siga, siga y vamos viendo”.

Mientras escribía, surgió casi sin querer una figura literaria entre cuento y sátira que creo resultó más adecuada para contar esto mirando siempre desde dónde venimos. Ahí va.

Érase una vez… 

Allá por los lejanos 2015 una familia argentina, que pensaba que la cosa se había puesto mal y que tal vez no podría renovar el modelo del usadito, se esperanzó con el nuevo gerente de la empresa en donde ambos trabajan.
Todo era alegría, muchos globos y festejos que escondían que este gerente y los que le administraban el negocio vieron que en la caja fuerte había una tarjeta con mucho saldo, una chequera sin usar y muchos papeles de la empresa que podían entregar a cuenta de dinero que pedían.
Así empezó una gran vida para él, los suyos y sus amigos, tarjeteando a dos manos, vendiendo cheques para hacerse de plata, comerciando los papeles, títulos y mucho más.

Él descansaba, festejaba y saqueaba mucho con sus amigos mientras la plata viajaba afuera. Gracias a su secretaria, que decía cosas lindas de él todo el tiempo y chusmeríos ponzoñosos de la anterior gerente, muchos no se daban cuenta de eso. Pero el tiempo pasaba y las cuentas de la empresa empezaron a andar mal porque pedían dinero que se lo llevaban y no invertían para seguir produciendo. Ahí se les ocurrió la gran estafa final: pedir el préstamo más grande del mundo y poner a los que trabajaban en la empresa como los garantes. Así que se llevaron toda la plata, paralizaron todo, endeudaron a todos y se fueron.

Vino otro gerente y la esperanza se renovó, hablaba de la estafa del anterior al que había que enjuiciar y que había que remontar todo no pagando lo que era injusto. Hablaba bonito y se vino la pandemia, los encierros, la paralización de la producción y en la familia pensaron: uh!, deberemos esperar a que pase para que arranque este hombre a hacer los cambios.

Tenía mucha aceptación entre los empleados y sus familias, y siguieron esperando a que empezaran a cambiar las cosas pero eso no sucedía. Un grupo de familias empezaron a notar que el nuevo gerente quería arreglar con los que prestaron la plata y no con los que fueron estafados sirviendo de garantes. Muchos pensaron, bueno, es necesario para que la empresa pueda seguir trabajando y no nos corten los insumos para hacer cosas.
Otros veían que en esa pandemia y al estar parada la empresa era el momento de decirle a los prestamistas y los amigos del ex gerente que no se iba a pagar porque no se podía y porque era aceptar la estafa. Pero el gerente no escuchó, siguió diciendo cosas bonitas y que todo iría mejor y no hizo nada.

El tiempo no paraba y un día el contador dijo que arreglaron con los que prestaron esa plata al anterior, que no sería duro de pagar entre todos los empleados, que empezaría a andar todo cada vez más hermoso y anunciaba que crecíamos y crecíamos como empresa.
Mientras, el antiguo gerente y sus amigos seguían tranquilos por la calle, nunca fueron investigados ni denunciados como el nuevo gerente prometió y prometió que empezaría a hacer, pero nunca hizo.

Y luego la plata comenzó a alcanzar menos, muchos añoraron la etapa antes del 2015 donde todo iba realmente mejor y otros preferían que volviera el gerente anterior porque la administración de este es muy desordenada, llena de peleas entre sí para ver qué sector manejan y encima, en un clima de sanciones entre grandes empresas y una guerra que afectó los insumos, el contador se fue luego de mentirle a todos y dejó un lío más grande gastando lo que quedaba para arreglar en favor de los prestamistas y los amigos del antiguo gerente.

Y ahora esa familia argentina está peor, por el gerente estafador y por el que nunca empezó a hacer lo que decía iba a hacer. La familia se dió cuenta que este nuevo gerente no tenía coraje y era bastante miedoso ante los prestamistas y amigos del ex gerente, como que prefería quedar bien con ellos y no con los trabajadores.
Otras familias más enojadas decían que al final era otro que traicionó a los trabajadores de la empresa y que la diferencia con el antiguo gerente es que este no se afeitó el bigote como lo hizo el otro.

En dicha familia ya dicen que no hay más tiempo, no se puede esperar más, ya ni comida se puede comprar. Queda una sóla chance o se arma lío con las familias de la empresa.
Angustiados, cansados y con enojo creciente expresaron que debe elegir, con hechos y sin bla bla: ¡O se pone de verdad con los empleados de la empresa o las familias lo despreciarán y se enfadarán mucho por terminar entregando lo que queda a los prestamistas y los amigos del anterior gerente que nos estafó!.

Esta querida familia dijo además que están cansados de pechar, y que si elige para el lado de la empresa los empleados lo van a apoyar a pesar de todo lo mal que ha hecho al no hacer nada, pero si sigue sin actuar para sus trabajadores será odiado por siempre y su nombre será sinónimo de cobardía, entrega y traición porque por culpa de él volverán los prestamistas con el antiguo gerente, los patovicas de azul y el lobo feroz de la de bandera llena de rayas que será el que mande y todo será mucho peor.

Y colorín colorado este cuento aún no ha terminado.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

Opinión

Nos gusta recibir visitas.

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Escribe Monseñor Jorge Eduardo Lozano.

Ser visitados por los amigos nos alegra el corazón. Compartimos historias vividas en común, situaciones que nos pueden estar afligiendo, logros personales y de la familia. Abrirnos con confianza nos hace mucho bien. Cuando alguien está enfermo la visita tienen un gran valor de consuelo, de paz. Y ni te digo si la visita es a un preso, donde hay que sortear una serie de barreras.

Pienso también en tantas personas mayores que están en geriátricos sin el contacto periódico de la familia. La vocación misionera de la Iglesia es un llamado a ir al encuentro de otros para compartir la cercanía de Dios con su Pueblo. Habitualmente lo
plasmamos en ir de dos en dos, casa por casa, para llevar el amor de Jesús. El Papa Francisco nos presenta un sencillo esquema a desarrollar en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium número 128. Lo primero es saludar con amabilidad, presentándonos si no nos conocen, diciendo a qué Comunidad pertenecemos. Conversar acerca de los miembros de la familia, dando espacio a compartir “sus alegrías, sus esperanzas, las inquietudes por sus seres queridos y tantas cosas que llenan su corazón”. No se trata de entregar un folleto como haciendo propaganda. Vamos sin apuro. Muchas personas —y nos puede suceder a nosotros— están muy solas y tienen necesidad de contar lo que les pasa, ser escuchados con atención.

Después de esta conversación se les puede presentar la Palabra que ilumina, sea leyendo algún párrafo o narrando un pasaje conocido, “pero siempre recordando el anuncio fundamental: el amor personal de Dios que se hizo hombre, se entregó por nosotros y está vivo ofreciendo su salvación y su amistad”.

Será importante también compartir el testimonio personal. La misión nos involucra; no se trata de decir un discurso de memoria, el mismo en cada familia y época del año. Buscamos llevar la alegría y el consuelo de Dios. Por eso decimos con certeza que el principal protagonista de la misión es el Espíritu Santo. “Si parece prudente y se dan las condiciones, es bueno que este encuentro fraterno y misionero termine con una breve oración” relacionada con lo que hayamos conversado. También se pueden anotar intenciones para ofrecer en la misa de la Parroquia o la Capilla. Aunque parezca obvio, nunca recibir dinero; si la gente quiere colaborar que vaya personalmente a la Parroquia o Capilla.

Este sábado 4 y domingo 5 de mayo estamos realizando una misión en el Departamento de Albardón; en Campo Afuera para ser más precisos. Desde distintas Parroquias y Movimientos acudimos para sumarnos en la alegría de compartir la fe con los vecinos. Es una primera experiencia que hacemos en San Juan y en varias diócesis del país. Cuando voy a las Comunidades a celebrar Fiestas Patronales o Confirmaciones la gente me suele decir “vuelva pronto”.

El Evangelio que proclamamos este Domingo nos motiva a perseverar en este camino. Por un lado, Jesús nos muestra cómo nos considera: “Ustedes son mis amigos”. (Jn 15, 14) Y por eso nos da la medida de su amor: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Jn 15, 13). Es importante que aceptemos con todas las consecuencias la afirmación de Jesús: “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero”. (Jn 15, 16) Jesús nos elige y nos llama: “permanezcan en mi amor”; y nos envía “vayan y den fruto”.

La misión no es una carga que cumplir ni un requisito burocrático. No es la sopa que hay que tomar para poder comer lo que nos gusta. Lo expresa claramente Jesús: “Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto” (Jn 15, 11).
Respondamos con generosidad al llamado del Señor de la Vida.

@MonseñorJorgeEduardoLozano

/Fuente de imagen: Archivo Google

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Trump: propaganda electoral y delito

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El juicio penal que se desarrolla en Nueva York, en el que se acusa a Donald Trump (foto) de 34 delitos, expone el deterioro de las instituciones estadounidenses y la crisis del sistema político con el que pretenden aleccionar al resto del mundo. La trama del litigio exhibe las evidencias más explícitas del derecho a la impunidad y las combina con las licencias para mentir, corromper y engañar. La presentación de cargos realizada por la fiscalía de Nueva York, una semana atrás, busca ser utilizada por el precandidato republicano para victimizarse y transformar su lugar de acusado en un insumo para su campaña electoral. El sistema político estadounidense y el entramado judicial, mediático y de inteligencia que le dan cobertura se esmeran en ocular la tríada del poder real sobre el que se estructura su institucionalidad corporativa: el complejo militar-industrial, las trasnacionales y los fondos de inversión. Esos tres actores colectivos son los que –en última instancia– estarán encargados de rechazar o habilitar su candidatura.

Trump acumula más de treinta cargos en cuatro juicios. Dos de índole federal, uno en Georgia y el otro en Nueva York, donde se iniciaron las comparecencias de los testigos, la última semana, bajo la acusación de encubrimiento y falsificación de registros contables con el objetivo de ocultar sus vínculos extramatrimoniales con una actriz de cine porno y una modelo de la revista Playboy. La querella contra Trump, que se desarrolla en Manhattan frente a la presencia de doce jurados (siete varones y cinco mujeres), se inició con la jura de estos últimos el viernes 19 de abril. El asistente del fiscal Matthew Colangelo fue el encargado, el lunes subsiguiente, de presentar los cargos ante el juez y el jurado, advirtiendo que: “El acusado orquestó una trama criminal para adulterar las elecciones presidenciales de 2016. Luego encubrió esa conspiración criminal falsificando sus registros comerciales para sobornar y silenciar a quienes podían ensuciar su campaña electoral en 2016”.

La acusación contra el ex mandatario incluye la compra de voluntades mediáticas para tapar irregularidades propias, y operaciones para mancillar la reputación de sus competidores políticos. En la última semana, declaró como testigo el ex director de la revista National Enquirer, David Pecker, quien asumió la responsabilidad de haber sobornado a la modelo de Playboy Karen McDougal para encubrir su romance con el entonces candidato republicano. El mismo director de la publicación fue el encargado de asumir la responsabilidad por abonar 30 mil dólares al portero de la Trump Tower, para evitar que trascendieran los encuentros con dos docenas de mujeres.

En otro tramo del juicio, el magistrado Juan Manuel Merchán tomó nota de cómo el entonces abogado del acusado, Michael Cohen, transfirió 130 mil dólares a la actriz de cine pornográfico Stormy Daniels para garantizar su silencio. Pecker asumió frente al jurado que sus publicaciones ejecutaban el denominado “periodismo de chequera”, consistente en ensalzar o encumbrar a los aportantes y, al mismo tiempo, demonizar a sus contendientes, una operación naturalizada y usual al interior de las corporaciones propagandísticas de Occidente, que no pareció causar estupefacción entre los periodistas acreditados ante el tribunal.

La tergiversación informativa sobre la que se monta gran parte del show mediático estadounidense –del que América Latina también es tributario– incluye el protagonismo de las redes sociales. El magistrado dispuso varias órdenes de silencio a Trump para evitar el hostigamiento y el asedio a los jurados, los fiscales y sus familiares, impulsado desde su plataforma Truth Social. Trump atacó en dos oportunidades a la hija del juez Merchan y –según la fiscalía– violó en diez oportunidades la discreción exigida. La defensa del acusado, ejercida por Todd Blanche, apeló la medida argumentando que su cliente solo había reposteado textos de terceros.

Trump fue declarado culpable, durante el último año, en tres juicios civiles, sin que estos procesamientos interfirieran en su candidatura: se lo condenó a pagar 355 millones de dólares por inflar el valor de sus propiedades, se le impuso el pago de cinco millones de dólares de indemnización por abuso sexual contra la columnista Jean Carroll, y se lo multó en 85 millones de dólares por difamación y calumnias contra esta última periodista.

Donald Trump se jactó años atrás de que podía dispararle a alguien en la Quinta Avenida sin que eso llevara a la pérdida de capital electoral. A fines de la década del 20 del siglo pasado, un cabo del ejército alemán escribió: “No importa en absoluto si se ríen de nosotros o nos vilipendian… si nos representan como payasos o criminales; lo principal es que nos mencionen, que se preocupen por nosotros una y otra vez…” . Sin embargo, fue Marco Tulio Cicerón quien probablemente caracterizó con mayor precisión la etapa histórica que atravesamos: “Cuanto más cerca está la caída de un imperio, más locas son sus leyes”. 

@Página12

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Opinión

Una vid con frutos asegurados

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Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Un diálogo imaginario con una flor nos puede conducir a reflexiones profundas. Te copio unos pocos renglones del Capítulo 18 del libro El Principito, de Saint-Exupery.

“—¿Dónde están los hombres? —preguntó cortésmente el principito.

La flor, un día, había visto pasar una caravana.

—¿Los hombres? No existen más que seis o siete, me parece. Los he visto hace ya años y nunca se sabe dónde encontrarlos. El viento los pasea. Les faltan las raíces. Esto les molesta.”

Este diálogo, ambientado en el desierto, entre la flor y el Principito, nos muestra una ponderación acerca de la carencia de raíces. La flor había visto pasar una caravana y pensaba que los hombres iban de un lado y para el otro llevados por el viento. Podríamos decir estar sin Patria; “y esto les molesta”, observa la flor. En la Biblia muchas veces aparece la peregrinación en contraposición con lo que es andar errante, sin rumbo. El castigo de Caín por haber matado a su hermano consistió en caminar sin sentido fijo. En la peregrinación, en la procesión hay una meta, un lugar adonde llegar para un encuentro. Y, en definitiva, para nosotros es la Vida eterna.

Echar raíces nos da pertenencia. El Evangelio que proclamamos este fin de semana nos presenta la alegoría de “la vid y los sarmientos” (Jn. 15, 1-8). Esta imagen que utiliza Jesús es para hablarnos de Él, y de nosotros en relación con Él. Nos describe una realidad muy cercana a la tierra sanjuanina. Vemos viñedos en forma habitual en nuestros caminos y al contemplarlos podemos entender bien la enseñanza de Jesús.

Él nos dice: “Yo soy la Vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer”. (Jn. 15, 5)

Fijémonos entonces, que hay una mutua permanencia. El Señor permanece en nosotros por medio de la fuerza del Espíritu Santo y nosotros en Él por adhesión también del amor. En esta imagen de la vid y los sarmientos, puedo entender que yo soy con otros, y con otros en el Otro.

Pero no es una cuestión estática, como si se tratara de colocar un jarrón sobre la mesa. Es un permanecer vital, dinámico, con el movimiento que nos da el amor.

Podríamos decir que esta imagen de la vid y los sarmientos complementa la que veíamos el fin de semana pasado del vínculo entre el Pastor y el rebaño. Ambos pasajes evangélicos nos muestran cómo la fe rompe la soledad. La Pascua nos lleva a establecer vínculos con otros, nos libera del aislamiento.

La Palabra de este domingo tiene una fuerte impronta comunitaria y, a su vez también, nos muestra que separados del Señor y de la comunidad, caemos en la esterilidad, en no dar frutos al secarse la vitalidad de la rama. 

Jesús Resucitado nos reanima en la misión de la Iglesia. El Espíritu Santo nos impulsa a la comunión y a la cercanía cordial con todos los que sufren.

El próximo miércoles celebramos a los hombres y mujeres del mundo del trabajo. Te comparto unos párrafos escritos por el Beato obispo y mártir Enrique Angelelli el 1 de mayo de 1975: “Se hace muy doloroso ganar el pan de cada día; nos cuesta arrancar del corazón el egoísmo para hacernos plenamente hermanos; nos cuesta mucho poder sumar todas las manos, como pueblo, para construir juntos esta tierra de bendición (…) Cristo quiere una Rioja no resignada sino plenamente libre y feliz. La Rioja reclama de todos nosotros, gobernantes y pueblo, superar toda división y todo egoísmo individual y de grupos para hacerla una tierra donde el amor no sea una palabra para enamorados simplemente, sino la meta de nuestro trabajo concienzudo por lograr ser verdaderamente un pueblo que se quiere, es solidario y nadie abusa del otro”.

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