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Cultura Espectáculos

El recital de YSY A hizo temblar los alrededores del estadio de Huracán y hubo pánico entre los vecinos

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El rapero argentino brindó un show en el estadio de Huracán que provocó innumerables temblores en las construcciones cercanas.

Varios vecinos de Parque Patricios reportaron quejas por los impresionantes temblores que sintieron en sus edificios, producto del recital del rapero YSY A que se llevó a cabo en el estadio de Huracán.

Las redes sociales se llenaron de posteos relacionados a este fenómeno, donde se puede ver claramente cómo se rajaron mamposterías y se dañaron mobiliarios y electrodomésticos, según lo reportado por los frentistas de la zona.

Ante semejante temblor, los vecinos perjudicados se acercaron al ingreso del estadio del estadio Tomás Adolfo Ducó para pedir explicaciones y encontrar una solución a una problemática que también se sintió en barrios aledaños como Pompeya, Barracas, La Boca y Boedo.

Si bien no hay una explicación concreta al episodio, todo haría indicar que fue por el cambio de lugar del escenario, ya que hace pocos meses tocaron en el mismo lugar Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, y no se evidenció ningún suceso similar.

YSY A fue tendencia en las redes sociales por los temblores

El cantante se volvió tendencia rápidamente en las redes sociales dada la escalada de los temblores y la innumerables quejas de los vecinos del Ducó.

“Es muy grave esto que está pasando en el barrio Estación Buenos Aires están vibrando los edificios, se levantan los pisos, se cayeron electrodomésticos y muebles por la vibración del recital de YSY A en huracán”, detalló una de las mujeres afectadas.

@Ámbito.

/Imagen principal: Archivo/

Cultura Tendencias

Kokóshnik: ¿Cuál es su origen y por qué los rusos aún le tienen tanto cariño?.

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Durante mucho tiempo, un kokóshnik caro y hermoso fue la parte más importante del traje femenino ruso. A mediados del siglo XIX, cuando por 100 rublos se podía construir una modesta casa campesina, la nobleza podía pagar de 2000 a 7000 rublos de plata por kokóshniks adornados con perlas.

Hoy en día, este tocado vuelve a ser popular: aparece en las colecciones de las mejores casas de moda, en obras cinematográficas, además de lucirse durante eventos sociales. Les contamos por qué el kokóshnik está nuevamente de moda, cómo se puede distinguir uno auténtico de su pastiche y cómo se convirtió en un símbolo de Rusia.

El kokóshnik es un antiguo tocado de la mujer casada, uno de los símbolos del traje ruso. Su nombre proviene de la palabra «kokosh» («gallina», en ruso). Se cree que el término se acuñó debido a la forma especial del tocado, parecido a una cresta de gallina.

En la actualidad, no disponemos de documentos históricos que nos hablen con precisión del significado sagrado de los kokoshniks. Sin embargo, los expertos señalan que la referencia al ave podría simbolizar la buena salud y fertilidad de la mujer.

En la Antigua Rusia, los tocados se dividían en dos grandes grupos: los de doncella, que solo podían llevar las mujeres no casadas, y los de dama, que se utilizaban una vez contraído el matrimonio. Coronas de doncella, cintas y diademas no cubrían el cabello. Una trenza gruesa era una de las principales virtudes de una señorita y se dejaba a la vista de los pretendientes. No obstante, una mujer casada debía ocultar cuidadosamente el cabello, ni un solo mechón podía ser expuesto en público. Eso se consideraba una desgracia y, a veces, una mala señal que podía acarrear problemas.

No se sabe cuándo aparecieron los primeros kokoshniks. En los textos históricos, los kokoshniks solo se mencionan a partir del siglo XVII, aunque es posible que se encontraran tocados similares en épocas anteriores. Los orígenes del kokóshnik tampoco son del todo claros. El historiador checo Lubor Niederle creía que el tocado llegó a Rusia de Bizancio o tenía orígenes en la vestimenta nacional tártara.  Pero muchos expertos prefieren la versión de que los kokoshniks se originaron en territorio eslavo a base de otros tocados más antiguos: la kichka y la soroka.

La mayoría de los kokoshniks son tocados de una sola pieza con una sólida elevación en su parte delantera.  Hoy en día, los modelos más famosos son los que tienen la cresta en forma de triángulo o en forma de media luna invertida. La base alta y gruesa se fabricaba con varias capas de papel, cartón, madera o lienzo. En su parte superior, estaba forrada con una tela cara. La parte delantera la adornaban profusamente con perlas, bordado de hilos de oro y plata, lámina metálica, cristal y otros materiales. La parte anterior solía estar completamente cubierta con bordados: espigas, ramas de árboles, flores o pájaros. No obstante, los bordados a menudo se cubrían con un hermoso pañuelo u otro tipo de chal. Esa tradición persistía en muchas regiones del país.

En la época previa al reinado del zar Pedro I (siglo XVI), los kokoshniks formaban parte de la vestimenta tanto de las damas nobles como de las campesinas. Sin embargo, a principios del siglo XVIII, Pedro I ordenó que los rusos dejaran de llevar la indumentaria tradicional y se vistieran a la europea. Desde entonces, las aristócratas rusas renunciaron al uso de kokoshniks. En cambio, el tocado ganó una gran popularidad entre campesinas, burguesas y mercaderas. Y si bien al principio formaba parte del traje típico de las regiones norteñas y de algunas zonas centrales, en el siglo XVIII se extendió hacia el sur.

Kokóshnik como símbolo de Rusia

Tras las prohibiciones de Pedro, el kokóshnik permaneció en desgracia menos de cien años. Durante el reinado de Catalina II, volvió a utilizarse por las damas de la corte, en ese caso como símbolo de amor por la cultura rusa. La emperatriz ―que era alemana por su origen― enfatizaba su vínculo con el pueblo ruso: en las veladas que organizaba para las personas más cercanas, hablaba exclusivamente en ruso y vestía atuendos inspirados en el vestuario nacional. Para complementar esa imagen, hacía falta un kokóshnik de estilo ruso. Siguiendo su ejemplo, otras damas de la corte mostraron su aprecio por los tocados rusos.

La segunda oleada de popularidad se produjo tras la victoria rusa en la guerra contra la invasión francesa de los ejércitos de Napoleón (1812). En esa época, las aristócratas rusas empezaron a usar prendas parecidas a los sarafanes ―tradicionales vestidos sin mangas― y kokoshniks a la antigua. 

En el año 1834, el zar Nicolás I emitió un decreto que introducía una nueva vestimenta uniforme para las damas de la corte. Esa indumentaria se parecía al sarafán y se complementaba con un tocado. Mientras las jóvenes solteras llevaban una cinta de pelo, las mujeres casadas debían usar una cofia tradicional rusa llamada povóinik o un kokóshnik. 

En la segunda mitad del siglo XIX, surgió el interés por coleccionar antigüedades rusas. Enseguida, se extendió a muchos ámbitos de la cultura: los arquitectos construían edificios de estilo neorruso, los artistas pintaban cuadros de fantasía protagonizados por jóvenes boyardas (hijas de los nobles terratenientes) del siglo XVII y personajes de cuentos de hadas vestidos a la antigua usanza rusa.

El apogeo de esta tendencia fue el baile de disfraces, celebrado para conmemorar el 290 aniversario de la dinastía Románov. El 26 de febrero de 1903, los invitados acudieron al Palacio de Invierno vestidos a la época del siglo XVII. Para crear los atuendos, se contó con la participación de grandes profesionales. Así, el director del Museo del Hermitage facilitó las referencias históricas necesarias. Del diseño y de la costura se encargó el personal de los Teatros Imperiales, artistas famosos, diseñadores de moda y joyeros, entre ellos, Eugène Fabergé, el hijo mayor de Carl Fabergé.

La siguiente cumbre de la popularidad del kokóshnik comenzó en 1909, cuando la compañía de ballet creada por el empresario ruso Serguéi Diáguilev y conocida como los Ballets Rusos se celebró en París ―y luego en Londres y otras ciudades europeas― causando sensación en toda Europa Occidental. Así, Diáguilev presentó a Europa el ballet ruso, la ópera y el lujoso traje nacional ruso. La estrella de la célebre compañía, bailarina Anna Pávlova, aparecía en los escenarios luciendo al menos dos tipos diferentes de kokoshniks.

Tras la revolución, cuando la alta nobleza rusa empezó a abandonar el país en masa, los kokoshniks se dieron a conocer en los desfiles de moda, en el cine mudo y, más tarde, en Hollywood. Uno de los ejemplos más emblemáticos de la actualidad es el kokóshnik metálico que luce la princesa Padmé Amidala en la quinta película de la saga cinematográfica ‘Star Wars: Episodio II ― El ataque de los clones’ (2002).

El hoy del kokóshnik

En 2016, los tocados rusos se impusieron como tema central en la obra del diseñador de moda Konstantín Gaidái, quien lanzó lujosos kokoshniks de fantasía confeccionados en jacquard y terciopelo con los más finos bordados, piedras semipreciosas, perlas de río y plumas de aves exóticas. Y tan solo dos años después, se viralizaron las fotos de hinchas rusos ―hombres y mujeres― vestidos con kokoshniks para mostrar su apoyo a la selección de Rusia. Así, el kokóshnik volvió a demostrar que, al día de hoy, sigue siendo un símbolo de Rusia.

Hoy en día, artistas y diseñadores de moda se dedican no solo a crear pastiches de fantasía, sino también a elaborar tocados que respetan la tradición histórica. Uno de los modistos y recreadores más conocidos en el ámbito es Johann Nikadimus. Desde 2015, se dedica a diseñar accesorios con técnicas históricas. El artista se inspira en auténticas piezas conservadas en colecciones de museos y en retratos y grabados de época, combinando telas antiguas con materiales modernos. Johann Nikadimus crea cada prenda enteramente a mano, como lo hacían los artesanos de hace cientos de años.


Selección de material, redacción y traducción:
Club de estudiantes “Latidos Unidos” de la Universidad Estatal de Moscú de Relaciones Internacionales (MGIMO)

Fuentes:

  1. Kokóshnik: El símbolo más ruso (culture.ru)
  2. https://www.culture.ru/s/kokóshnik/images/tild3434-6463-4734-a164-313561626234__07-min.png
  3. https://www.culture.ru/s/kokóshnik/images/tild3562-3737-4832-a333-326131363735__11.png
  4. https://www.culture.ru/s/kokóshnik/images/tild3733-6265-4431-b664-333332303231__22.png
  5. https://i.pinimg.com/originals/c2/d2/9e/c2d29eabd168ea4b5da7f985048d3bf1.jpg
  6. https://i.pinimg.com/736x/07/4f/c2/074fc2ac027a61c09ea611245580b8a9.jpg
  7.  https://www.culture.ru/s/kokóshnik/images/tild3663-3537-4066-a137-323962363161__001-min.png
  8.  https://www.culture.ru/s/kokóshnik/images/tild6137-6664-4463-a465-353532623934__55.png
  9.  https://www.culture.ru/s/kokóshnik/images/tild3930-3362-4434-b037-393032613762__44.png
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Cultura Espectáculos

Dale Que Va llega a San Juan con un gran show.

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La banda musical celebra sus 7 años con un gran tour. Llegará a San Juan el 25 de mayo en el Estadio Aldo Cantoni. Ya se pueden conseguir las entradas anticipadas.

El valor de la entrada anticipada es de $5000 y puede adquirirse en Farmacia Echegaray , Hoffman, Radio Santa Lucía y www.masticket.ar.

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Cultura Cosas Nuestras

Día del Himno Nacional Argentino, ¿por qué se celebra el 11 de mayo?

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Su letra era independentista y antiespañola de acuerdo al espíritu de la época. Luego, la Asamblea del año XIII pidió un “arreglo” en la letra con la idea de conservar un acercamiento político con diplomáticos españoles.

Todos los 11 de mayo se conmemora el Día del Himno Nacional Argentino al recordarse la fecha en que la Asamblea del año XIII sancionó como “Himno”, a la marcha patriótica que llevaba letra de Vicente López y Planes y música de Blas Parera.

La obra teatral “El 25 de Mayo” de Luis Morante fue el antecedente que dio lugar a la creación de nuestra canción patria. La puesta terminaba con un himno escrito por Morante, con música del español Blas Parera, y como espectador, Vicente López y Planes se inspiró en esa obra y escribió la primera estrofa de un himno que reemplazaría al anterior.

El 22 de julio de 1812, el Primer Triunvirato le sugirió al Cabildo de Buenos Aires la composición de una marcha de la patria para ser interpretada al principio de las funciones teatrales y en las escuelas al finalizar diariamente las clases, debiendo el público escucharla de pie y descubierta.

Al año siguiente, la Asamblea General Constituyente del Año XIII le encargó a Vicente López y Planes la letra del himno y a Blas Parera, la composición de una nueva música. El 11 de mayo de 1813 se aprobó como Marcha Patriótica.

Himno Argentino: cambios en la historia

A través de su historia, la canción patria sufrió varios cambios, ya que pasó a ser Canción patriótica nacional, Canción patriótica hasta que una copia lo llamó Himno Nacional Argentino, nombre que conserva hasta la actualidad.

La letra original era marcadamente independentista y antiespañola de acuerdo al espíritu de la época. Tiempo después, la Asamblea del año XIII pide un “arreglo” en la letra con la idea de conservar un acercamiento político con diplomáticos españoles.

El Himno tiene más de 200 años.

En 1860 Juan Pedro Esnaola realizó algunos cambios a la música, basándose en anotaciones manuscritas del compositor, creando una versión orquestada más rica desde lo armónico. Su versión original dura 20 minutos. En 1900, se reglamentó por decreto del Poder Ejecutivo utilizar una versión reducida de la marcha para actos oficiales y públicos. En 1924, se abrevió a entre 3 minutos 30 segundos y 3 minutos 53 segundos.

Luego, gracias al hallazgo de una partitura en el Museo Histórico Nacional, atribuida a Blas Parera, se introdujeron arreglos a la versión de Esnaola y ésta se estrenó al público en el Teatro Colón el 25 de mayo de 1927, recibiendo críticas.

Por decreto del entonces presidente, Marcelo T. de Alvear, se aconsejó hacer una versión más parecida a la de Juan Pedro Esnaola. Por decreto Nº 10.302, del 24 de abril de 1944, la marcha fue aprobada como himno. Su versión vigente corresponde a la transcripción realizada por Luis Larreta que se ajusta a lo acordado el 25 de septiembre de 1928 por el Poder Ejecutivo Nacional.

@Crónica

/Imagen principal: foto archivo

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