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Sociedad Sucesos

120 años del primer rescate antártico, protagonizado por la Armada Argentina.

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El 8 de noviembre de 1903 la corbeta ARA Uruguay rescató a la expedición antártica liderada por el explorador sueco Otto Nordenskjöld, de la que participó un único oficial de la Armada Argentina, el alférez José María Sobral, el primer marino argentino en invernar entre los hielos del continente blanco. Esta misión fue el puntapié para materializar esa proyección antártica que el Estado ya había planificado en el siglo XIX.

El rescate de la corbeta ARA Uruguay a la expedición antártica liderada por el explorador sueco Otto Nordenskjöld, de la que participó un único oficial de la Armada Argentina, el alférez José María Sobral, cumple este miércoles 120 años, y recuerda la hazaña lograda por esta fuerza naval y el multitudinario recibimiento «como héroes» que los esperó en el puerto de Buenos Aires, coincidieron en afirmar historiadores antárticos.

El alférez Sobral, además, se convirtió en el primer marino argentino en invernar entre los hielos de la Antártida.

Esta misión fue de vital importancia para el país, ya que marcó el inicio de una etapa fundacional para las tareas en la Antártida Argentina, que continúan como una «onda expansiva» hasta el presente.

A más de un siglo del primer rescate de relevancia internacional en la Antártida, historiadores consultados por Télam reconstruyeron las características de la proeza y detallaron que los exploradores tuvieron que sobrevivir dos años en el continente blanco, atravesando inviernos con temperaturas de 40 grados bajo cero y utilizando la grasa de foca como combustible para calefaccionarse.

«La expedición de rescate es uno de los hechos fundacionales de la Antártida Argentina porque es la que le hace tomar conciencia al Estado de que dispone de los medios materiales y humanos para materializar esa proyección antártica que ya había planificado en el siglo XIX», afirmó Pablo Fontana, doctor en Historia y coordinador del Área de Ciencias Sociales, Comunicación y Difusión del Instituto Antártico Argentino (IAA).

Jos Mara Sobral y Julin Irzar Foto Archivo histrico del Instituto Antrtico Argentino
José María Sobral y Julián Irízar / Foto: Archivo histórico del Instituto Antártico Argentino.

Eugenio Facchin, capitán de navío que participó en 16 campañas antárticas, explicó a esta agencia que el gran logro del rescate fue «popularizar la Antártida para que todo el mundo quisiera saber cómo era».

El rescate tuvo lugar el 8 de noviembre de 1903 cuando la corbeta ARA Uruguay, al mando del entonces teniente de navío Julián Irízar, se adentró en la Antártida y avistó una carpa entre los hielos, cerca de la actual base Marambio.

Hasta ese territorio aún inexplorado, había llegado a principios del siglo XX (dos años antes) en el barco «Antarctic» la expedición dirigida por el geólogo sueco Otto Nordenskjöld en un viaje que tenía como objetivo la investigación científica y buscaba ser el primer grupo en resistir un año completo viviendo en tierra firme en el continente blanco.

Antes de emprender la travesía a fines de 1901, hicieron una parada en el puerto de Buenos Aires, donde el entonces presidente Julio Argentino Roca les proporcionó suministros para invernar durante un año, pero a cambio, debían incluir a un oficial de la Armada Argentina.

Resultó elegido el alférez José María Sobral, un entrerriano de 21 años.

«A Sobral la noticia lo sorprende. Le dijeron: ‘en tres días te vas a la Antártida por un año’. Y terminaron siendo dos», relató a Télam Facchin, quien también es organizador del Encuentro de Historiadores Antárticos Latinoamericanos y veterano de la Guerra de Malvinas.

«El problema fue que era diciembre y tuvo que salir a las corridas a comprar ropa de invierno en Buenos Aires. Lo poco que consiguió no le alcanzó», agregó Fontana, y contó que después Sobral aprendió a confeccionar sus propias ropas y botas con piel de animales.

Cumplido el objetivo de vivir un año en el refugio que montaron en la isla Cerro Nevado, en la costa este de la península antártica, los expedicionarios debían encontrarse nuevamente con el buque para regresar. Sin embargo, eso nunca ocurrió porque los hielos marítimos cerraron el acceso e hicieron naufragar a la embarcación.

En el grupo que esperaba ser rescatado en Cerro Nevado se encontraba Sobral, quien se vio forzado a aprender sueco.

«Se ayudó con unas historietas que tenían los suecos, y lo cargaban un poco porque decían que hablaba como un personaje de historieta», apuntó Fontana, investigador del Conicet.

El historiador señaló que cuando vieron que no los venían a buscar, «se empezaron a preocupar, y como ya no tenían tanta comida ni combustible, aumentó la cantidad de focas y pingüinos que cazaban».

Dos años pasaron en el refugio llamado Suecia, una cabaña prefabricada de madera de seis metros de largo por cuatro de ancho que estaba recubierta con una especie de papel con pintura asfáltica.

Foto Archivo histrico del Instituto Antrtico Argentino
Foto: Archivo histórico del Instituto Antártico Argentino.

El refugio todavía se mantiene en pie como sitio histórico, y el último verano Fontana pasó dos meses allí haciendo tareas de conservación porque por los efectos del calentamiento global se va erosionando el permafrost (la capa de suelo congelado permanentemente) y ya se derritió el glaciar que tenía al lado.

Cuando ya se acercaba la fecha límite para el rescate, la Armada Argentina se ofreció de inmediato para ayudar. A pesar de no contar con un rompehielos, se reacondicionó la corbeta ARA Uruguay para zarpar desde la Dársena Norte, el 8 de octubre de 1903.

Un mes después se produjo el tan esperado encuentro entre Irízar y los expedicionarios en Cerro Nevado y cargaron las muestras científicas tomadas durante dos años.

En el continente blanco, Irízar dejó un depósito con comida, combustible y hasta botellas de hesperidina por si otra expedición lo necesitaba y escribió una nota, el primer documento oficial argentino en la Antártida: «tuvimos la suerte de encontrar a Nordenskjöld y a todos los demás de la comisión», escribió en inglés Irízar en la nota que cuarenta años después fue llevada por Inglaterra y que todavía conservan, en el Scott Polar Research Institute de Cambridge, pese al pedido de devolución de Argentina, luego de ser localizada por Fontana en 2015.

Fue el 2 de diciembre de 1903, cuando finalmente la corbeta arribó a la Dársena Norte.

«Fueron recibidos como héroes. Desfilaron por Buenos Aires y les tiraban flores desde los balcones. Eran como rockstars de la época», contó Fontana.

Primer documento oficial argentino en la Antrtida firmado por Julin Irzar Foto Scott Polar Research Institute de Cambridge
Primer documento oficial argentino en la Antártida firmado por Julián Irízar / Foto: Scott Polar Research Institute de Cambridge.

En diferentes conferencias, Sobral relató la emoción que sintió al ver la «Uruguay» llegando con la bandera argentina ondeando en lo alto.

Entre las grandes consecuencias de la expedición, Fontana remarcó que a partir de haber mostrado semejante despliegue antártico, Argentina tomó posesión de un observatorio meteorológico en la Isla Laurie, en Orcadas del Sur, el 22 de febrero de 1904, fecha en la que actualmente se celebra el Día de la Antártida Argentina porque ahí «comienza la presencia permanente, continua e ininterrumpida de Argentina» en el continente blanco.

«La política nacional antártica es una política de Estado. Este gobierno continuó con las tareas y, de hecho, las profundizó, como es la reactivación de la base Petrel»Eugenio Facchin

«Lo que pasó en 1903 tuvo tal repercusión que es como una onda expansiva que sigue hasta nuestros días», aseguró Facchin, quien a través de la Academia del Mar colabora con la campaña «Mar de Historias», una iniciativa que busca promover el conocimiento y la protección del patrimonio cultural marino y costero del país, y es impulsada por el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (Inapl), la Administración de Parques Nacionales y las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Antártida e Islas del Atlántico Sur.

«La política nacional antártica es una política de Estado. Este gobierno continuó con las tareas y, de hecho, las profundizó, como es la reactivación de la base Petrel», agregó el experto y apuntó que el país «tiene que seguir haciendo cosas para poder reclamar la soberanía y tener desarrollo científico».

La corbeta ARA «Uruguay» todavía se conserva y es el buque a flote de mayor antigüedad de la Armada Argentina tras haberse incorporado oficialmente en 1874.

Fue declarada monumento histórico y actualmente funciona como un Buque Museo que se puede visitar en el Dique 4 de Puerto Madero.

@Telam

/Imagen principal: ©foto archivo Antartida

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Una policía resultó herida tras un choque en moto contra un taxi

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Una agente policial de la Unidad Operativa Ansilta sufrió fuerte choque en moto contra un taxi en Rivadavia. La mujer fue trasladada al Hospital Rawson por las heridas que presentaba.

Una agente de la Policía de San Juan, perteneciente a la Unidad Operativa Ansilta, resultó herida de consideración este lunes 30 tras protagonizar un violento choque mientras conducía su motocicleta. El siniestro ocurrió en el departamento Rivadavia y tuvo como protagonista a un automóvil que es usado de taxi.

El hecho se registró en la intersección de calle Devoto y Meglioli, una zona de poco tránsito. Según las primeras informaciones recabadas en el lugar, la agente policial se desplazaba en una motocicleta Honda de 300 cc por calle Devoto, en dirección de este a oeste. Testigos presenciales indicaron que la velocidad a la que circulaba la efectivo podría haber sido un factor determinante en la magnitud del impacto.

La moto de la agente quedó con serios daños y no sirve más.

Al llegar a la intersección con calle Meglioli, la motocicleta colisionó de frente contra un automóvil tipo taxi. Este rodado es un Chevrolet Onix, dominio AD428DO, conducido por un hombre cuyos datos no fueron proporcionados al momento de esta nota. Este vehículo se desplazaba de sur a norte por Meglioli e intentó ingresar al barrio Río Blanco. Coincidentemente, la agente policial estaba saliendo de dicho barrio para incorporarse a calle Meglioli, lo que generó el impacto de frente.

La violencia del choque fue tal que la motocicleta de la agente quedó con importantes daños materiales, reflejando la fuerza de la colisión. La agente, de unos 25 años de edad, quedó a más de 20 metros del lugar del choque e inmediatamente, personal de emergencia se hizo presente en el lugar para asistir a la efectiva.

La moto marca Honda de 300 cc tuvo daños que serían irreparables.

La agente, cuya identidad no fue difundida, fue trasladada en una ambulancia de Fénix Salud hasta el Hospital Doctor Guillermo Rawson. Allí, los profesionales médicos se encuentran evaluando su estado de salud y la gravedad de las lesiones sufridas. Se espera que, una vez estabilizada y evaluada su situación en el centro de salud público, la agente sea derivada a un sanatorio privado para continuar con su atención médica.

Por el momento, no se ha brindado información oficial sobre el estado de salud del conductor del remis, ni si sufrió lesiones a raíz del accidente. Las autoridades policiales trabajaron en el lugar para determinar las causas exactas del choque y deslindar responsabilidades en este nuevo siniestro vial que enluta las calles de San Juan. Personal de Criminalística realizará las pericias correspondientes y la UFI Delitos Especiales con el ayudante de fiscal de turno.

/DH

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Murió el actor René Bertrand, hijo de María Rosa Fugazot

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El intérprete tenía una extensa trayectoria en teatro, cine y televisión.

Nota en desarrollo.-

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Irlanda se prepara para exhumar casi 800 bebés y niños muertos

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A 11 años de la denuncia sobre el ocultamiento de los maltratos y las muertes de niños en albergues católicos para madres y embarazadas no casadas, Irlanda se prepara para desenterrar a las víctimas.

Este lunes en Irlanda comenzaron los preparativos para exhumar 796 niños y bebés de una fosa común descubierta hace más de 10 años en donde funcionaba un antiguo albergue religioso para madres solteras y embarazadas no casadas cerca de Dublin.

Los desentierros comenzarán a realizarse desde el próximo mes de julio, pero el tema ya tiene más de 10 años en la agenda pública local. Es que en 2014 la historiadora irlandesa Catherine Corless comprobó que muchos niños (desde recién nacidos hasta los 9 años) fallecieron en el albergue religioso Santa María del Buen Socorro de Tuam, en la ciudad de Galway, a 200 kilómetros de la capital del país europeo.

La búsqueda comenzada por Corless certificó que los cuerpos habían sido enterrados en la antigua fosa séptica de la institución. A pesar de la destrucción en 1972 de este espacio que trabajaba con madres embarazadas no casadas, la fosa séptica se mantuvo intacta en las últimas décadas.

Los primeros datos

Luego de la alarma encendida por la historiadora, se encontraron restos de bebés humanos allí entre 2016 y 2017. Por este motivo el gobierno irlandés llamó a la creación de una comisión nacional de investigación que develara los maltratos contra las madres y sus niños causados en estos hogares.

Los resultados de la comisión fueron expuestos en 2021 y destacaron que había niveles «alarmantes» de mortalidad infantil en este tipo de albergues. Estas instituciones existieron en Irlanda desde 1922 a 1998, por ellas pasaron 56 mil mujeres y 57 mil niños y fallecieron 9000 chicos.

Las mujeres embarazadas por fuera del matrimonio eran enviadas a estos hogares por pedido del Estado nacional irlandés y de la Iglesia Católica, que eran los mismos que gestionaban estos espacios. En estos lugares las mujeres daban a luz a sus hijos y luego eran separadas de ellos, quienes finalmente eran dados en adopción.

«Cuando comencé este proyecto nadie me quería escuchar. Suplicaba: saquen a los bebés de estas cañerías, hay que ofrecerles el entierro cristiano digno que se les negó» explicaba Corless, la historiadora irlandesa de 71 años.

La historia del terror irlandés

El lugar sobre el que Catherine Corless encontró los cientos de certificados de defunción era llamado «El Hogar», fue dirigido desde 1926 hasta 1961 por las monjas de la hermandad Bon Secours y pretendía recibir a las madres solteras que necesitaran ayuda. 

Sin embargo, la historiadora argumentaba ya en 2014, año en que comenzó a descubrirse esta verdad, que el gobierno de Irlanda ocultaba al menos 4000 certificados de defunción de los bebés que pasaron por este albergue y que fueron enterrados en fosas sin identificar. Si bien se habían descubierto restos humanos en ese lugar en 1975, no fue hasta la denuncia de Corless que se relacionaron ambos hechos.

En los documentos a los que accedió la historiadora ya se advertía que la mayor parte de la mortalidad infantil encontrada había ocurrido por tuberculosis, infecciones, partos prematuros y defectos de nacimiento. Sin embargo, una inspección gubernamental de 1944 ya había destacado la malnutrición en varios de los 271 chicos que habitaban el lugar junto a sus 61 madres solteras.

Además, cabe aclarar que estos no habrían sido los únicos maltratos que tuvieron lugar en estos centros religiosos. Algunas monjas emprendieron un camino de negocios privados, como el de las Lavanderías de la Magdalena, que funcionaron entre 1922 y 1996, donde varias mujeres padecieron un régimen de semiesclavitud y abusos.

Un informe oficial del 2013, año anterior al de los primeros descubrimientos de Corless, indicaba que las principales causas por las que las madres solteras acudían a estos lugares eran el rechazo de padres adoptivos, abusos familiares, deficiencias físicas o psíquicas, actitudes «inmorales», pobreza y orfandad.

Si bien en su momento los líderes religiosos de Galway negaron conocer lo sucedido y se comprometieron a recaudar fondos para homenajear a los 796 bebés fallecidos con un monumento, el único que fue certero en sus dichos había sido el arzobispo de Dublin, Diarmuid Martin.

El responsable de la arquidiócesis de Dublin advirtió que “si no se establece una investigación sobre las cuestiones de gran preocupación que rodean este asunto, será importante que se desarrolle un proyecto de historia social que ofrezca una imagen precisa del papel desempeñado por esas casas de acogida”.

/P12

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