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Opinión

Violencia política en la Argentina del siglo XX: 16 de Junio de 1955, la masacre de Plaza de Mayo.

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La presente es la séptima entrega que forma parte de una serie de notas sobre la violencia política en la Argentina, en las que intento un análisis del contexto, la oportunidad, los costos, y los limites de la violencia política. 
Aldo Duzdevich

16 de Junio de 1955, la masacre de Plaza de Mayo. El inicio de tres décadas de violencia en la Argentina

“Argentinos, argentinos, escuchad este anuncio del Cielo volcado por fin sobre la Tierra. El tirano ha muerto. Nuestra patria desde hoy es libre. Dios sea loado. Compatriotas: las fuerzas de la liberación económica, democrática y republicana han terminado con el tirano. La aviación de la patria al servicio de la libertad ha destruido su refugio y el tirano ha muerto. Los gloriosos cadetes de la escuela Naval y los valientes soldados de la escuela de Mecánica de la Armada avanzan desde sus respectivas guarniciones acompañados por compactos grupos populares que vitorean al movimiento revolucionario. Ciudadanos, obreros y estudiantes; la era de la recuperación de la libertad y de los derechos humanos ha llegado”.

Esta proclama fue emitida el mediodía del 16 de Junio de 1955, por Radio Mitre ocupada en esas horas  por los Comandos Civiles . Vale aclarar que un año antes “el tirano” había obtenido el 64,5% de votos en la elección de su vicepresidente.

Obviamente la proclama estaba escrita desde el día anterior. Al mediodía después de la primer oleada de aviones bombardeando, no había ningún “tirano” muerto. Si un trolebús con  escolares, y un centenar de inocentes transeúntes en los alrededores de la Casa Rosada, que al final del día sumarían 309 muertos y mas de 800 heridos.  Como punto de comparación, vale recordar, que el bombardeo de los nazis a Guernica en 1937, durante la Guerra Civil Española, produjo 126 muertos. Menos de la mitad de los producidos por nuestros aviadores navales, cuyas maquinas lucían la V con la cruz de Cristo Vence.

Matar a Perón y doblegar al pueblo

Según le confesaron al historiador Horacio Rivara los aviadores sobrevivientes: “El objetivo del bombardeo estuvo a cargo de Bassi, copiando la estrategia de ataque Japonés al puerto norteamericano a Peal Harbor. Era matar a Perón y a todo su gabinete. Si bien había maneras más fáciles de cometer ese magnicidio (Perón salía todo los días exactamente a las 5.45 AM de la Residencia Presidencial manejando su propio auto Cadillac, sin blindaje, acompañado por otro auto con custodios) se buscaba hacerlo de una manera tan espectacular que quitara la voluntad de lucha a sus millones de seguidores.”

Esta claro que media docena de hombres armados bastaba para matar a Perón en el trayecto de su casa a la Casa Rosada. Pero la perversa y criminal intención de los conspiradores era producir una masacre para escarmentar al pueblo y borrar al peronismo de la faz de la tierra.

Según afirma el historiador  Robert Potash , después de asesinar a Perón y derrocar a su gobierno, el objetivo político de los golpistas consistía en instaurar un triunvirato civil integrado por Miguel Ángel Zavala Ortiz (dirigente de la UCR), Américo Ghioldi (dirigente del Partido Socialista) y Adolfo Vicchi (del Partido Conservador).

14 toneladas de bombas

El bombardeo  comenzó a las 12:40 hs cuando el capitán Néstor Noriega conduciendo un avión Beechraft  arrojó la primer bomba de 100 kg. sobre la Casa Rosada, y la segunda sobre un trolebús en Paseo Colon frente al actual Ministerio de Economía.  Luego los pilotos navales, al paso de tres oleadas con sus aviones North American –AT 6, Beechfrat-AT 10 y Catalina (en un total de 28 naves) arrojaron 14 toneladas de explosivos sobre la Casa de Gobierno y otros sectores de la Ciudad de Buenos Aires

La franja comprendida por las avenidas Leandro Alem, Madero, Corrientes y Rivadavia parecía una zona en guerra. También cayeron bombas sobre el Departamento de Policía, la CGT y la casa de Perón, el palacio Unzué, donde hoy se encuentra la Biblioteca Nacional. Los aviones atacantes, además dispararon  sus ametralladoras contra los trabajadores que se dirigían a la plaza. Uno de los pilotos golpistas, Guillermo Palacios, llegó a derramar 800 litros de combustible auxiliar sobre los autos incendiados de la Casa de Gobierno. Nadie se lo había ordenado: años después, declaró que “fue una demostración del odio, de la reacción desatada por las medidas que agobiaban al país”.

Al fracasar el intento de golpe, los pilotos huyeron a Uruguay, donde fueron recibidos primero, por un militar exiliado, que 30 años después sería tristemente celebre, Guillermo Suarez Mason. El gobierno uruguayo los recibió como héroes. Les proveyó, ropa, dinero y vivienda. Cuenta Noriega que él quiso ir a saludar y agradecer personalmente al presidente Luis Batlle Berres: “El presidente, me recibe, me abraza, prácticamente se pone a llorar y me dice : “Vea, no se imagina lo que he rogado para salieran bien de esto y mataran al atorrante ese (por Perón) que nos tiene al Uruguay debajo del zapato”.

¿Que intereses representaban esos aviadores navales?

 ¿Que representaba el odio de Noriega, Bassi, Suarez Mason y sus compañeros de armas? . Tal vez la mejor definición sobre la “revolución libertadora” la dio unos meses después uno de los líderes golpistas, el contra-almirante Arturo Rial frente a los dirigentes del gremio de municipales : “Sepan ustedes que la Revolución Libertadora se hizo para que en este bendito país el hijo del barrendero muera barrendero”. 

Pero, que interés real expresaban estos marinos. ¿Sus carreras y sus sueldos de aviador naval? . Eso no estaba en peligro en el gobierno de Perón. En realidad, esos aviadores entrenados para defender a la patria, ahora convertidos en asesinos de mujeres y niños, respondían a un proyecto político económico que nunca fue genuinamente suyo. Respondían al mandato de los socios de la Sociedad Rural que estaban financiando el golpe de estado. Respondían al interés de Inglaterra y EEUU que no toleraban un proyecto de independencia económica que amenazaba sumar a toda América del Sur.

Tarde algunos de estos mismos militares van a descubrir que siempre fueron meros preservativos del imperio. En 1982, uno de estos pilotos, Máximo Rivero Kelly, fue jefe de la fuerza aeronaval en la guerra de Malvinas. Allí, descubrió, que los amigos de la patria no eran ni los ingleses, ni los norteamericanos. Y seguramente descubrió, que hacerle frente a los Harriers ingleses, no era lo mismo, que ametrallar desde el cielo a algunos locos audaces de la CGT, que le hacían frente a sus aviones con revólveres calibre 38.

16 de junio de 1955, el inicio de tres décadas de violencia

Si buscamos encontrar un punto de inicio de la violencia de los 60 y 70 en Argentina, sin ninguna duda es ese 16 de junio de 1955. La masacre de Plaza de Mayo. El huevo de la serpiente. ¿Cual es la máxima graduación de violencia que se puede emplear para doblegar a un pueblo?. Cualquier estudio militar responderá: el bombardeo masivo contra la población civil. La Segunda Guerra Mundial cambió su curso,  cuando desde Inglaterra la aviación aliada comenzó un sistemático bombardeo a ciudades alemanas.

Los vencidos y humillados en 1955, los pobres, los trabajadores, comprendieron con su sangre, hasta donde llegaba la violencia de los defensores de los privilegios de las minorías. Perón teniendo fuerza militar suficiente, no quiso llevar el país a una guerra civil. Pero al Almirante Rojas no le tembló el pulso para bombardear Mar del Plata, Ensenada y Buenos Aires si era necesario.

Quedó grabado en la conciencia de muchos de los vencidos, el “si nos echaron por la fuerza, solo podremos volver por la fuerza y la violencia”. Esto dio origen a dos intentos de sublevaciones peronistas la del general Valle en 1956 y la del general Iñiguez en 1960. Dio origen a una desordenada Resistencia Peronista del 55 al 63. Dio origen a los primeros intentos de guerrilla rural como fue los Uturuncos y mas cerca en el tiempo Taco Ralo. Y finalmente en los setenta con un pie en la cultura de la resistencia y otro en el de la revolución cubana nacieron las organizaciones guerrilleras de los años setenta. Muchos de esos jóvenes, eran hijos de los “vencedores” del 55 y siguiendo el impulso freudiano de matar al padre, tomaron el camino político de los opuestos.

Casi como un símbolo de lo que engendró la masacre del 16 de junio de 1955, la historia quiso que un sobrino del capitán Nestor Noriega,  Mario Luis Noriega nacido justamente en junio de 1955, a sus 19 años se integró a la organización Montoneros y perdió la vida en noviembre de 1975. Los restos de ambos  Nestor y Mario Luis, están en la bóveda que su familia posee en el cementerio de La Plata. Dos mudas  presencias que  dan cuenta de las fuerzas históricas en pugna que atraviesan su familia y la sociedad argentina.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

Opinión

Jorge Elbaum cuestionó el apoyo de Javier Milei a Israel: “Está involucrándose de forma irresponsable”

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“En vez de ser neutral, está sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, añadió el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio.

El Presidente Javier Milei mostró su completo apoyo hacia Israel tras el ataque sufrido desde irán, sin embargo, hay varias cuestiones a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo lo que se refiere a un alineamiento bélico. Es por eso que para desarrollar este tema en profundidad, Canal E se comunicó con el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio, Jorge Elbaum.

“La justicia argentina, específicamente la sala de la Cámara de Casación, no se expidió sobre la causa del atentado, sino sobre la causa del ocultamiento del mismo, en el cual fue llevado a juicio y condenado el juez de instrucción de la causa Galeano”, comentó Jorge Elbaum. “Esa es la causa en la cual 3 jueces de casación se expidieron”, agregó.

No se llevaron a cabo las testimoniales del caso AMIA

Posteriormente, Elbaum planteó: “Uno de ellos sugirió, por fuera de la causa de su tratamiento, referirse a otra causa, específica del atentado, que no ha habido juicio hasta ahora porque no se llevaron a cabo las testimoniales de los 8 acusados”. Luego, manifestó que, “estamos viendo un alineamiento político estratégico muy irresponsable por parte del Gobierno argentino, ya que cualquier vinculación estratégica bélica tiene que ser decidida por el Congreso”.

El Gobierno argentino hace un alineamiento y una sobrevaloración muy irresponsable, llamando al representante diplomático de Israel a presenciar una reunión de gabinete, en el marco de un alineamiento que Argentina históricamente no posee”, sostuvo el entrevistado. “Argentina, tradicionalmente, busca la paz, ha sido un ejemplo de no alineamiento, salvo en la época de Menem”, complementó.

El desconocimiento de Milei sobre lo establecido en la Constitución

Por otro lado, el sociólogo señaló: “El tema no es si Milei toma la decisión como Presidente de hacer una alianza diplomática, el problema es que está participando de una situación de guerra y no estaría mal en el caso de que fuese una decisión tomada por el Congreso”. A su vez, remarcó que, “lamentablemente, el Presidente desconoce la Constitución y se toma atribuciones que tendrán que ser juzgadas”.

El Presidente no puede establecer los alineamientos que está realizando en términos bélicos, apoyando a aquellos países como Israel y Estados Unidos, que son los que votan en contra de Argentina en los foros internacionales relativos a Malvinas”, expresó Elbaum. “En vez de ser neutral, está involucrándose de forma irresponsable, sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, concluyó.

@Perfil.

/Imagen principal: Archivo/

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La misión es responsabilidad de todos. 

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Así lo entendieron y vivieron los primeros cristianos.

En la Biblia, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra a quienes abrazaban la fe poniendo todo en común y atendiendo a las necesidades de los más pobres y excluidos. El testimonio de vida acompañaba la predicación, ya que “la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos (…) Ninguno padecía necesidad”. (Hechos 4, 32)

Y esta práctica no solo era promovida entre las personas de la misma comunidad, sino también entre las de diversas geografías. De este modo, vemos a San Pablo organizando una colecta entre las iglesias ubicadas en ciudades más prósperas para auxiliar a las más pobres de Jerusalén.

Con el tiempo se ha ido perdiendo esa conciencia, junto al abandono de la intensa actividad misionera y la disponibilidad a la entrega generosa de la vida. Una manera más cómoda e inocua de vivir la fe en algunas regiones del mundo, fue reemplazando a la audacia y la confianza en la Providencia de Dios.

A los obispos, sacerdotes, diáconos y otros agentes pastorales nos cuesta hablar con franqueza de las cuestiones económicas. Nos da cierto pudor o vergüenza, pero tampoco damos cabida a los laicos para que lo hagan.

A esto se suma que más de la mitad de las Parroquias de la Arquidiócesis (me animo a decir que del país) no tienen formado el Consejo de Asuntos Económicos, y las que sí lo han convocado, no siempre logran que funcione de modo adecuado.

La falta de Catequesis sobre el Precepto del sostenimiento del culto hace que se instalen algunos mitos. Entre ellos, los más frecuentes son que los sacerdotes reciben su sueldo del Estado o del Vaticano; que las parroquias no tienen los gastos habituales de las familias en energía eléctrica, gas, internet y otros servicios; que los libros de catequesis son gratuitos; que el combustible que utilizan para recorrer las capillas va de regalo; y otras cosas más en las cuales no abundo en razón de la brevedad.

Una de las actitudes evasivas que a veces he escuchado es “que primero pongan otros”. La avaricia de los ricos no puede ser excusa que justifique la falta de compromiso personal.

Es bueno preguntarnos: ¿cómo es mi vínculo con el dinero?

San Pablo nos dice que debemos cuidarnos de la avaricia para no caer en la idolatría del dinero. Es bueno dejarnos interpelar por las enseñanzas en la Palabra de Dios acerca de lo económico. “Dios bendice al que da con alegría.” “Hay más alegría en dar que en recibir.” “Lo tenían todo en común.” “La avaricia es una idolatría.” “No se puede servir a Dios y al dinero.”

Este fin de semana en todas las iglesias de la Argentina estamos realizando esta campaña de conciencia y compromiso con el sostenimiento de la misión evangelizadora que todos tenemos por ser bautizados. Lo llamamos “Domingo del compartir”.

Como dice el mensaje de la Conferencia Episcopal para este año 2024, “es necesario fortalecer la pastoral económica en nuestras comunidades, impulsar la catequesis sobre el sostenimiento económico de la misión de la Iglesia, buscar una gestión eficiente de nuestros recursos y animar la transparencia y rendición de cuentas”.

Te propongo preguntar qué necesidad concreta hay en tu comunidad. 

Sostengamos entre todos lo que es de todos, compartiendo el compromiso por la misión evangelizadora de la Iglesia. 

Durante la semana que comienza estaremos reunidos en Pilar, Provincia de Buenos Aires, todos los obispos de la Argentina. Acompañanos con tu oración para que en las deliberaciones y decisiones nos dejemos mover por el Espíritu Santo.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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Las heridas abiertas de Jesús

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Rezamos en el Salmo 62: “Tengo sed de Ti como tierra reseca, agotada y sin agua”.

Todos tenemos heridas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Hablo de las del alma, aquellas que se producen por amar y no ser amados. Recuerdo la letra del tango tan expresivo: “de cada amor que tuve tengo heridas/ heridas que no cierran y sangran todavía”. (Julio Sosa, “Tarde”)

En este sentido, me conmueve también el poema de Miguel Hernández que con suma belleza y hondura nos comparte “llegó con tres heridas, la del amor, la de la muerte, la de la vida”.

Acojamos nuestras experiencias.
La herida de la soledad, del abandono.
Herida de la pobreza y el hambre del desamparo.
Heridas de la guerra que mutila, destruye y mata, no sólo los cuerpos; también los sueños, los proyectos…

Heridas en la familia por historias no resueltas, en que el egoísmo, la avaricia por la herencia, la traición, provocan golpes muy hondos y dolorosos.
Heridas en la Iglesia o con la Iglesia. No haber sido recibidos, ni acompañados, ni escuchados. Experiencia de negación de consuelo y aliento. Lo que te cobran en algunos lugares por bautizar un niño.
Heridas en la fe. Le pedí a Dios y no me respondió.
Heridas con los amigos porque juzgan sin escuchar.
La herida de la indiferencia y la no comprensión.

Y seguramente vos podrías sumar unas cuántas heridas más de tu propia vida, y realizar un largo elenco de las llagas que siempre quedaría incompleto. 

Sabernos heridos es algo muy común. Sin embargo, nos cuesta hablar de lo que nos lastima. Solemos conversar acerca de los logros, talvez de algunos fracasos, pero no de las heridas. Pensamos que nos hace vulnerables, débiles ante los demás.

Te comparto una experiencia que he atesorado especialmente en los Santuarios. Allí podemos acercarnos como peregrinos heridos o simplemente como turistas curiosos. Los peregrinos buscan consuelo y, si se puede, respuesta a cuestionamientos existenciales. 

En el Evangelio que proclamamos este fin de semana se presenta Jesús Resucitado ante sus discípulos, pero está ausente el Apóstol Tomás que se negaba a creer en el testimonio de los demás. Les dijo: “Si no veo la marcade los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. (Juan 20, 25) A la semana siguiente Jesús se aparece nuevamente y cumple el deseo de Tomás.

A Jesús lo encontramos vivo en sus llagas, ellas representan distintas formas de sufrimiento y exclusión. Por eso quise iniciar esta reflexión volviendo la mirada a nuestras heridas, para reconocer en ellas al Señor. Lo llamamos Jesús Misericordioso porque Él sabe lo que es sufrir, y se presenta mostrando sus heridas luminosas y su costado abierto por la lanza del soldado.

Miremos nuevamente a Jesús en la cruz. Recordemos sus Palabras.
Aparta de mí este cáliz. 
Uno de ustedes me entregará.
Tengo sed.
Por qué me has abandonado.
Todo se ha cumplido.

Te propongo que hablemos con los amigos más cercanos de las heridas que habitualmente escuchamos, que recibimos, ¿qué actitud tomamos? ¿Damos espacio? ¿Encontramos espacio? ¿Reconozco con humildad que soy indigente? ¿Qué me dice la fe?

Aprendamos, como nos enseña San Pablo, llorar con el que llora y reír con el que ríe. (Rm 12, 15)

Comentando el Evangelio de este domingo, nos dice San Agustín que Jesús “sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, y para sanarlas conservó las cicatrices de su cuerpo”.

Como canta Cristóbal Fones, “al final de la vida llegaremos, con la herida convertida en cicatriz”.

¡Feliz Pascua, nuevamente!


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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