El valle sanjuanino ubicado entre las sierras del Tontal y el Pedernal tiene 800 ha plantadas y es uno de los grandes terrroir del vino argentino.
Ubicado entre dos cordones montañosos bien diferentes –al oeste, la Sierra del Tontal y al este, la de Pedernal– abierto a la vista pero encerrado entre montañas el Valle del Pedernal poco a poco se transformó en la joya del San Juan para el vino argentino.
Las dos barreras definen una geografía y una realidad propia de terroir en el valle que se eleva a unos 1400 metros en promedio. Esa característica le aporta frío para sus viñedos, que contrasta ampliamente con lo que sucede en los del llano, a unos 600 metros. Si solo tomamos un promedio, en el Valle de Pedernal hay unos 8°C menos que en los llanos. En plena etapa de madurez de las uvas, la región no supera los 28 grados, con noches notablemente frescas y días extremadamente luminoso.

El Valle de el Pedernal en San Juan, se ha transformado en una de las joyas del vino argentino.
Geográficamente hay otro componente porque las dos pendientes puestas en juego, la que va del Tontal al este y la del Pedernal al oeste, además de exposiciones diferentes para los viñedos ofrecen condiciones distintas de suelo. La primera aporta los famosos pedernales, piedras laminares y sólidas que servían para encender fuego en tiempos remotos, dándole el nombre al valle. La segunda propone suelos calcáreos meteorizados a partir de rocas calcáreas
Los puntos críticos del valle son la escasez de agua, que hay que bombearla desde napas muy profundas y las heladas que por las pendientes pronunciadas afectan al corazón del valle.
Esta unión de factores arman combinaciones que revelan una identidad muy particular en los vinos de la región y -mediante las 800 hectáreas plantadas- con escala suficiente para hacerse un espacio en el mercado ya que tiene una potencialidad de elaboración de 10 millones de botellas anuales.

El ingeniero Pablo Gómez Sabatié encargado de los viñedos de Fuego Blanco Wines.
Los primeros viñedos datan de comienzos de los 90, pero la “explosiòn” llegó a partir del 2000 cuando se multiplicaron las plantaciones sobre todo de bodegas mendocinas que descubren el potencial de la zona del Pedernal (en inglés, flintstone) que es una variedad de Silex, roca utilizada en épocas prehistóricas para encender fuego o elaborar herramientas cortantes.
Para conocer más de este valle y del presente y futuro de está zona vitivinicola sanjuanina que se ha transformado en una verdadera joya del vino argentino en Sabores de Argentina dialogamos con Pablo Goméz Sabatié ingeniero agrónomo de Fuego Blanco Wines que no contó detalles interesantísimos de la zona.
@Valleandino
/Imagen principal: ©foto VA