Sociedad Sucesos
La Justicia confirmará si la causa de muerte de Diego Maradona, va a juicio oral.

Tras una audiencia clave, la Justicia argentina confirmará si los ocho profesionales de la salud imputados que estaban a cargo del astro del fútbol, en los días previos a su fallecimiento serán llevados a juicio por “homicidio con dolo eventual”. Los tribunales buscan dilucidar la cuestión central: ¿la muerte del “10” pudo haberse evitado?
A poco más de dos años del fallecimiento de Diego Armando Maradona por una insuficiencia cardiaca, la Justicia argentina avanza hacia la adjudicación de responsabilidades dentro del equipo médico a cargo del cuidado del astro futbolístico. Tras una extendida audiencia llevada a cabo este martes, la Cámara de Apelaciones tiene 30 días para definir si la causa se eleva a juicio bajo la carátula de «homicidio con dolo eventual» o si será una calificación más leve.
La figura penal que actualmente enfrentan los ocho imputados contempla una pena de entre ocho y 25 años de cárcel. Puntualmente, los profesionales de la salud involucrados son el neurocirujano y médico de cabecera del “10” Leopoldo Luque; la psiquiatra Agustina Cosachov; el psicólogo Carlos Díaz; el coordinador de enfermeros Mariano Perroni; la médica responsable de los cuidados domiciliarios Nancy Forlini; el médico Pedro di Spagna y los enfermeros Dahiana Madrid y Ricardo Almirón.
El escenario es complejo. En la elevación a juicio, apelada por la defensa y llevada a cabo en junio de 2022 por el juez de Garantías de San Isidro, Orlando Díaz, se sostuvo que los implicados no cumplieron «con el mandato de actuar que la buena práctica médica colocaba en sus cabezas», y que como «garantes» de la condición del exfutbolista tuvieron la posibilidad de «revertir» su cuadro cardiaco y no lo hicieron.
La defensa de Cosachov solicitó la audiencia de este martes, buscando el sobreseimiento de su clienta. Ahora la pelota queda en poder de la Sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías, que deberá expedirse al respecto tras la audiencia. De confirmarse lo actuado en la instrucción, se sorteará la causa para designar al tribunal a cargo.
Hechos e interpretaciones
«Son todos coautores: todos tienen responsabilidad en el hecho. Cada uno hizo o dejó de hacer lo que debía, con un profundo nivel de indiferencia», dice en exclusiva ante Sputnik el fiscal general adjunto de la investigación, Cosme Iribarren.
“Es un gran engranaje y cada uno de los imputados desempeñó un rol fundamental: desde que trasladaron al paciente a la internación domiciliaria hasta el final, cuando descubrieron que Maradona había muerto”, sentencia el magistrado.
La acusación es cuestionada por la defensa, particularmente la de Agustina Cosachov, quien estuvo en el ojo de la tormenta. «La conducta de Cosachov no tiene ninguna injerencia en la muerte de Maradona. Son otras las personas que tienen que dar explicaciones«, responde el abogado de la psiquiatra, Vadim Mischanchuk.
El argumento del letrado hace hincapié en el rol que la especialista desempeñaba en el equipo médico: «mi clienta estaba a cargo de la salud mental del paciente, que murió por un evento cardiaco. Ella no estaba a cargo del cuidado clínico, solo del mental: y Maradona no se suicidó ni tuvo una sobredosis de medicamentos”.
“En el juicio debería dar explicaciones aquellos que estaban a cargo del cuidado clínico o cardiológico del paciente”, alega Mischanchuk.
Este punto constituye el eje de la estrategia del abogado. Sin embargo, la fiscalía considera que el señalamiento no es válido: “la psiquiatra aplicaba la medicación al paciente. Si este falleció, está claro que el cuerpo médico hizo lo que debía hacer. Todo está sustentado en la prueba, en los testimonios y en el desempeño de la junta médica», apunta Iribarren.
“Cualquiera que haya leído el expediente, sabe qué hizo y qué no hizo cada involucrado. Si hubiesen llevado a cabo su rol con la sapiencia correspondiente, esto hubiese tenido otro final”, considera el fiscal.
La pericia médica, en el centro del debate
La junta médica a la que se refiere Iribarren consiste en el cuerpo de especialistas que, tras analizar durante dos meses las circunstancias de la muerte de Maradona, concluyó que el exfutbolista tenía múltiples patologías, que agonizó 12 horas antes de morir y que pudo haber tenido «más chances de sobrevida» si hubiera estado en una clínica, y no en la vivienda donde estaba bajo internación domiciliaria.
El informe, firmado por 17 de los 22 integrantes, es la piedra basal de la fiscalía. “La acusación que hacemos es dura, pero está sustentada en las pruebas recolectadas. No es que la imputación se basa en una cuestión caprichosa, como algunos pretenden», dice Iribarren.
Dada la trascendencia que tuvo el documento en la causa, todos los cañones de la defensa apuntan a desestimarlo. «La junta médica debería anularse porque los peritos se excedieron en su función y atribuyeron responsabilidades penales, lo que les está vedado. Se metieron en cosas en donde solo pueden meterse los jueces”, denuncia Mischanchuk.
“La junta médica dice que Maradona debió haber sido declarado incapaz, cuando esa posibilidad no corre por cuenta de los médicos sino de la familia. Exigimos que se haga una nueva pericia”, apunta el abogado.
El punto de quiebre
Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020 en su casa del municipio de Tigre, provincia de Buenos Aires, donde se encontraba alojado desde que fuera dado de alta el 11 de noviembre tras una operación por hematoma subdural, ocho días antes.
La autopsia estableció que la muerte fue consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardiaca crónica reagudizada». La pericia también determinó que el exfutbolista tenía en su corazón una «miocardiopatía dilatada».
Según la acusación, el primer acto de negligencia del cuerpo médico fue la decisión de sacar al paciente de la clínica para internarlo en la vivienda. “El momento bisagra es la internación domiciliaria: ahí cambió el estado del paciente y los consejos que el equipo médico empezó a ofrecer. Todo se desató desde ese momento”, dice Iribarren.
En efecto, fue a partir de un pedido de la familia del exfutbolista que la fiscalía empezó a trabajar con la hipótesis de que Maradona no había recibido los controles adecuados en su residencia, y que podría haberse evitado su fallecimiento en caso de haber estado en una clínica.
“Es claro que el paciente debió haber sido trasladado a otro tipo de centro en el primer momento”, remarca el magistrado. La responsabilidad atribuida al cuerpo de especialistas es clara: «fueron los médicos quienes firmaron el documento de internación domiciliaria. Ellos deben hacerse cargo de la decisión«, agrega Iribarren.
La postura de la defensa de Cosachov en este punto apunta a desligar la psiquiatra de la cuestión: «la decisión de internar a Maradona domiciliariamente no formaba parte de sus funciones. Comprendo la postura del fiscal, pero no entiendo que el reproche se lo hagan a Cosachov», sostiene Mischanchuk.
La «autonomía» de Maradona
Dentro del coctel de argumentos con los que los imputados se defendieron, hay uno que sobresale por la controversia que disparó: la supuesta «resistencia» del paciente a seguir las indicaciones de los especialistas, la cual habría agravado su estado de salud.
El neurocirujano Leopoldo Luque, por ejemplo, sostuvo en una entrevista con el canal TyC Sports que Maradona tenía «autonomía» para decidir sobre su tratamiento, definiéndolo como un «rebelde» que lo habría expulsado de su casa en reiteradas oportunidades tras negarse a los tratamientos.
Según la Fiscalía, aun si el testimonio de Luque fuera cierto, no constituiría un atenuante para los acusados. «El hecho de que se tratara de una figura como Maradona no nos modifica en nada en cuanto a la imputación. El estado de indiferencia e indefensión en el que se encontraba alarma incluso más al tratarse de este paciente», denuncia Iribarren.
@Sputnik
/Imágen principal: foto archivo/


El intérprete tenía una extensa trayectoria en teatro, cine y televisión.
Nota en desarrollo.-

A 11 años de la denuncia sobre el ocultamiento de los maltratos y las muertes de niños en albergues católicos para madres y embarazadas no casadas, Irlanda se prepara para desenterrar a las víctimas.
Este lunes en Irlanda comenzaron los preparativos para exhumar 796 niños y bebés de una fosa común descubierta hace más de 10 años en donde funcionaba un antiguo albergue religioso para madres solteras y embarazadas no casadas cerca de Dublin.
Los desentierros comenzarán a realizarse desde el próximo mes de julio, pero el tema ya tiene más de 10 años en la agenda pública local. Es que en 2014 la historiadora irlandesa Catherine Corless comprobó que muchos niños (desde recién nacidos hasta los 9 años) fallecieron en el albergue religioso Santa María del Buen Socorro de Tuam, en la ciudad de Galway, a 200 kilómetros de la capital del país europeo.
La búsqueda comenzada por Corless certificó que los cuerpos habían sido enterrados en la antigua fosa séptica de la institución. A pesar de la destrucción en 1972 de este espacio que trabajaba con madres embarazadas no casadas, la fosa séptica se mantuvo intacta en las últimas décadas.
Los primeros datos
Luego de la alarma encendida por la historiadora, se encontraron restos de bebés humanos allí entre 2016 y 2017. Por este motivo el gobierno irlandés llamó a la creación de una comisión nacional de investigación que develara los maltratos contra las madres y sus niños causados en estos hogares.
Los resultados de la comisión fueron expuestos en 2021 y destacaron que había niveles «alarmantes» de mortalidad infantil en este tipo de albergues. Estas instituciones existieron en Irlanda desde 1922 a 1998, por ellas pasaron 56 mil mujeres y 57 mil niños y fallecieron 9000 chicos.
Las mujeres embarazadas por fuera del matrimonio eran enviadas a estos hogares por pedido del Estado nacional irlandés y de la Iglesia Católica, que eran los mismos que gestionaban estos espacios. En estos lugares las mujeres daban a luz a sus hijos y luego eran separadas de ellos, quienes finalmente eran dados en adopción.
«Cuando comencé este proyecto nadie me quería escuchar. Suplicaba: saquen a los bebés de estas cañerías, hay que ofrecerles el entierro cristiano digno que se les negó» explicaba Corless, la historiadora irlandesa de 71 años.
La historia del terror irlandés
El lugar sobre el que Catherine Corless encontró los cientos de certificados de defunción era llamado «El Hogar», fue dirigido desde 1926 hasta 1961 por las monjas de la hermandad Bon Secours y pretendía recibir a las madres solteras que necesitaran ayuda.
Sin embargo, la historiadora argumentaba ya en 2014, año en que comenzó a descubrirse esta verdad, que el gobierno de Irlanda ocultaba al menos 4000 certificados de defunción de los bebés que pasaron por este albergue y que fueron enterrados en fosas sin identificar. Si bien se habían descubierto restos humanos en ese lugar en 1975, no fue hasta la denuncia de Corless que se relacionaron ambos hechos.
En los documentos a los que accedió la historiadora ya se advertía que la mayor parte de la mortalidad infantil encontrada había ocurrido por tuberculosis, infecciones, partos prematuros y defectos de nacimiento. Sin embargo, una inspección gubernamental de 1944 ya había destacado la malnutrición en varios de los 271 chicos que habitaban el lugar junto a sus 61 madres solteras.
Además, cabe aclarar que estos no habrían sido los únicos maltratos que tuvieron lugar en estos centros religiosos. Algunas monjas emprendieron un camino de negocios privados, como el de las Lavanderías de la Magdalena, que funcionaron entre 1922 y 1996, donde varias mujeres padecieron un régimen de semiesclavitud y abusos.
Un informe oficial del 2013, año anterior al de los primeros descubrimientos de Corless, indicaba que las principales causas por las que las madres solteras acudían a estos lugares eran el rechazo de padres adoptivos, abusos familiares, deficiencias físicas o psíquicas, actitudes «inmorales», pobreza y orfandad.
Si bien en su momento los líderes religiosos de Galway negaron conocer lo sucedido y se comprometieron a recaudar fondos para homenajear a los 796 bebés fallecidos con un monumento, el único que fue certero en sus dichos había sido el arzobispo de Dublin, Diarmuid Martin.
El responsable de la arquidiócesis de Dublin advirtió que “si no se establece una investigación sobre las cuestiones de gran preocupación que rodean este asunto, será importante que se desarrolle un proyecto de historia social que ofrezca una imagen precisa del papel desempeñado por esas casas de acogida”.
/P12

Un avión de pasajeros se estrelló en una zona residencial cercana al aeropuerto de la ciudad de Ahmedabad en la India, informó el portal de noticias ‘ABP’. De acuerdo con autoridades locales, unos 242 pasajeros estaban a bordo. Según reportes, más de 100 personas se fallecieron.
El Boeing 787 Dreamliner siniestrado llevaba más de 200 personas a bordo, reportó la cadena NDTV. El avión, que supuestamente pertenece a la compañía Air India, realizaba un vuelo de Ahmedabad a Londres, pero se estrelló durante el despegue, detalló.
Según datos preliminares, al menos 133 personas murieron en el accidente aéreo. Hay sobrevivientes del accidente, informa el canal NDTV, publicando videos de las víctimas llegando al hospital.
Ente las víctimas mortales podrían estar más de 20 estudiantes, ya que la aeronave cayó sobre el techo de una residencia para médicos, precisa la agencia de noticias ANI.
«Se cree que más de 20 estudiantes murieron en un accidente aéreo en Ahmedabad. El avión se estrelló contra el edificio de la residencia de la Facultad de Medicina BJ», escribe la publicación.
Las autoridades de aviación indias confirmaron que 242 personas, entre ellas dos pilotos y 10 miembros de la tripulación, se encontraban a bordo. Los pilotos hicieron una llamada de auxilio al control aéreo, poco después del despegue, indicaron.
«Había un total de 242 personas a bordo del avión, incluidos dos pilotos y 10 miembros de la tripulación. El vuelo estaba comandado por el capitán Sumeet Sabharwal y el primer oficial Clive Kundar. El capitán Sumeet Sabharwal es teniente coronel, con 8.200 horas de vuelo. El copiloto tenía 1.100 horas de vuelo», informaron.
Mientras tanto, la empresa Air India confirmó que la aeronave accidentada le pertenece. A bordo del avión viajaban 169 indios, 53 británicos, siete portugueses y un canadiense, detalló la aerolínea.
La señal del avión estrellado desapareció «menos de un minuto» después del despegue, precisa el portal Flightradar24.
/Sputnik
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