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Ciencia & Ambiente Ciencia & Tecnología

Todo lo que tenés que saber sobre las vacunas de segunda generación contra el coronavirus.

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Que sean más fáciles de producir, almacenar y administrar, que protejan contra más de una variante y que incluyan inmunización contra otros virus, son algunos de los objetivos de las vacunas de segunda generación contra Covid-19 que se están desarrollando y probando en todo el mundo, entre las cuales hay una de producción argentina que inicia la etapa de estudios clínicos.

«La vacunación contra Covid demostró ser la llave para salir del encierro, de esta situación que destruyó economías, vidas, familias y puso en duelo a toda la sociedad. No obstante, hay un 40 por ciento de la población mundial que todavía no accede a la vacunas ya sea con una dosis o con las dos», indicó a Télam la infectóloga Miriam Rozenek.

Frente a este escenario «hay necesidad de desarrollar vacunas que sean más fáciles de producir, almacenar, administrar, que sean más económicas, polivalentes (es decir que cubran más de una variante y las del momento) y combinables (Covid-Gripe o Covid-sincitial respiratorio)», afirmó.

Rozenek, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explicó que «a este grupo de vacunas que son nuevas o que se dan sobre los desarrollos previos y que buscan alguno o varios de esos objetivos se las conoce como vacunas de segunda generación» y dijo que «hay un montón de empresas que están desarrollando este tipo de vacunas con diferentes tecnologías».

Según la base de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al 29 de marzo había 153 vacunas en ensayos clínicos (pruebas en humanos) y 193 en etapa pre-clínica; aunque no todas ellas son de segunda generación.

«Algunos de estos desarrollos están más adelantados como la de Novavax, de Estados Unidos; la de GFK con Sanofi; de Medicago con Glaxo; la Covaxin (de Bharat, India) y una cubana del instituto Finlay, entre otras», detalló Rozenek.

Al profundizar sobre los diferentes objetivos, la especialistas explicó que «para que llegue más fácil, por ejemplo, en lugar de formulaciones que requieren ser refrigeradas se piensa en formulaciones liofilizadas (en polvo), como muchas que se utilizan y se reconstruyen en el momento de la aplicación; otras candidatas son vacunas adyuvantadas para personas mayores, con componentes que potencian la respuesta inmune«.

«También se están probando vacunas con administración diferente a la inyectable, como por ejemplo, orales o intranasales que buscan generar una respuesta inmune más parecida a la respuesta natural contra el virus salvaje que entra por vía respiratoria», apuntó.

La vacuna argentina

El miércoles pasado los ministerios de Ciencia, Tecnología e Innovación y de Salud anunciaron que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) aprobó la realización del ensayo clínico (pruebas en humanos) de la vacuna argentina «Arvac-Cecilia Grierson».

Esta vacuna, desarrollada por investigadores de la Universidad de San Martín (Unsam) y el Conicet con financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica (Agencia de I+D+i) y del Laboratorio Pablo Cassará, utiliza tecnología de proteína recombinante con adyuvante hidróxido de aluminio.

Fue desarrollada a partir de la variante Gamma (originada en Manaos, Brasil), en lugar de la variante original (de Wuhan) como las vacunas que se están aplicando en la actualidad, puede mantenerse refrigerada en la heladera y su tecnología permite una gran productividad en plantas biotecnológicas existentes en Argentina.

«Estas vacunas de segunda generación están dirigidas a nuevas variantes del virus, son vacunas más estables y tecnologías de producción más seguras, escalables y accesibles, con el objetivo de terminar de controlar la pandemia en un entorno aún de inequidad global de vacunas«, informaron los ministerios en un comunicado.

Y añadieron que «desde el punto de vista local, es muy importante para Argentina poder contar con desarrollos propios que se produzcan de punta a punta en nuestro país, asegurándonos el autoabastecimiento en momentos donde pueda haber poca disponibilidad de vacunas en el mundo, y permitiéndonos trabajar con las variantes de virus que circulan en nuestra región».

Por su parte, el investigador del Conicet Osvaldo Podhajcer, jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular (LTMC) de la Fundación Instituto Leloir (FIL), indicó que con los ya mencionados «otro de los desafíos de las vacunas del futuro es que además de brindar una alta protección en cuanto a las hospitalizaciones y muertes también protejan más fuertemente del contagio».

Podhajcer es líder del proyecto de otra de las vacunas nacionales de segunda generación desarrollada por su grupo de la FIL junto con la empresa biotecnológica Vaxinz. Se trata de la CoroVaxG.3, que utiliza una plataforma de vector adenoviral no replicativo, es de una sola dosis y generó inmunidad en el 100% de roedores sin decaer durante los primeros cinco meses.

«Nuestra vacuna es generada a partir de un vector adenoviral humano con características cercanas al de la segunda dosis de la Sputnik V y la de Cansino, al cual le hemos hecho modificaciones con partes de otros adenovirus humanos; por eso se trata de un híbrido que en sí mismo sigue siendo inocuo», señaló Podhajcer.

El investigador sostuvo que «en las pruebas que hemos realizado pudimos comprobar que nuestra vacuna candidata protegió a los animales vacunados contra las distintas variantes que estuvieron circulando en el país y también hicimos pruebas con Ómicron cuyos primeros resultados fueron muy alentadores».

En Argentina hay otras cuatro vacunas en desarrollo contra Covid: la Argenvac221, del Conicet y la Universidad de La Plata; la de investigadores del Conicet en la Universidad del Litoral, junto a Cellargen Biotech S.R.L. y Biotecnofe S.A; la del INTA con laboratorios Bagó, y la de los investigadores de la Universidad Católica de Córdoba que participan con sus pares brasileños de la Universidad Federal de San Pablo y franceses de la Sorbona en el desarrollo de una vacuna oral.

/Télam

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Así se ve el fondo del Mar Argentino: la transmisión en vivo del Conicet a 3.900 metros de profundidad

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Más de 30 investigadores argentinos exploran desde el 23 de julio el cañón submarino Mar del Plata, una región de alta biodiversidad y poco explorada del Atlántico sur. Más de 24.000 usuarios se conectan a diario para observar las profundidades del Océano Atlántico.

Los investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) continúan este jueves el trabajo en conjunto con la fundación Schmidt Ocean Institute en la expedición denominada “Cañón Submarino de Mar Del Plata: Talud Continental IV”, a 300 kilómetros de la costa bonaerense.

 

Los profesionales tienen la capacidad de capturar imágenes submarinas en ultra alta definición y recolectar muestras sin alterar el entorno gracias a (ROV) SuBastian, un robot operado de forma remota. La campaña, que empezó el 23 de julio y se desarrollará hasta principios de agosto. 

El Cañón Mar del Plata se encuentra frente a la provincia de Buenos Aires, en el límite entre las corrientes de Brasil (cálida) y Malvinas (fría), una frontera biogeográfica clave para el Atlántico sur. La misión busca además detectar el impacto humano en estos ecosistemas vulnerables.

El objetivo es alcanzar los casi 4.000 metros de profundidad y estudiar la distribución de especies y su relación con variables ambientales, topográficas y oceanográficas. Por primera vez en la historia científica argentina, se cuenta con equipamiento oceanográfico de última generación: los especialistas se trasladan a bordo del buque de investigación Falkor (too) y operan remotamente en las profundidades a un robot, el (ROV) SuBastian

La posibilidad de transmitir en vivo el minuto a minuto de sus hazañas científicas entusiasmó a los usuarios: más de 24.000 personas se reúnen a diario en el canal de YouTube de la organización internacional para observar —sin costo alguno— las maravillas del lecho marino argentino.

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CanMe es la primera empresa argentina con certificación orgánica para cannabis medicinal

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El logro posiciona a San Juan como referente nacional en producción sustentable y de calidad, en un sector en pleno desarrollo

La empresa estatal sanjuanina CanMe recibió la certificación de producción orgánica para cannabis medicinal, convirtiéndose en la primera y única del país en alcanzar este reconocimiento. El logro posiciona a San Juan como referente nacional en producción sustentable y de calidad, en un sector en pleno desarrollo

El proceso llevó más de dos años y medio de planificación estratégica, incluyendo la preparación del suelo, el cultivo bajo prácticas sustentables y una exhaustiva verificación técnica. Esta distinción fue otorgada por una certificadora habilitada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), y representa un paso clave hacia una producción más segura, saludable y transparente.

¿Qué significa que un producto sea orgánico?

En Argentina, un producto orgánico es aquel que se obtiene bajo un sistema de producción sustentable, sin el uso de agroquímicos de síntesis química ni organismos genéticamente modificados. El objetivo es preservar la fertilidad del suelo, cuidar la biodiversidad y proteger la salud de los consumidores.

La certificación orgánica está regulada por la Ley Nacional 25.127 y solo puede otorgarse si se cumplen estrictamente todas las normativas correspondientes. Es un proceso voluntario, pero se vuelve obligatorio si se desea comercializar el producto con la etiqueta de “orgánico”.

Una certificación clave en la industria

Contar con certificación orgánica aporta valor agregado al producto y abre nuevas oportunidades de comercialización, tanto en el mercado interno como en mercados internacionales con altos estándares de calidad.

En el caso de CanMe, esto se traduce en un aceite medicinal producido de forma respetuosa con el ambiente y con beneficios reales para la salud de quienes lo consumen.

Un hito para la industria del cannabis medicinal

“La certificación orgánica demuestra que es posible producir cannabis medicinal con los más altos estándares, priorizando el cuidado del ambiente y de la salud pública”, señalaron desde el equipo técnico de CanMe. El reconocimiento implica, además, una fuerte apuesta a la innovación y a la construcción de un modelo productivo que combine ciencia, salud y sustentabilidad.

Con este logro, CanMe no solo marca un precedente para la industria del cannabis medicinal en Argentina, sino que también refuerza su compromiso con una producción transparente, controlada y de calidad, desde San Juan al resto del país y el mundo.

/SJ8

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Ayuda técnica y $15 millones para apoyar la ciencia con un perfil productivo

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Las ideas surgieron de equipos integrados por doctores, técnicos y un asesor de negocios.

El programa de Ciencia y Técnica “Apoyarnos en la Ciencia” se acerca a su última etapa de selección. Este plan financiará 10 proyectos liderados por un equipo de doctores en distintas ciencias, técnicos, ingenieros y un asesor de negocios. Esta conformación se decidió así porque buscan encontrar investigaciones de amplio impacto que puedan migrar a convertirse en startups o que mejoren sistemas productivos. Empezaron 39 y en la actualidad los 16 mejores se preparan para una selección por parte de pares científicos y referentes de empresas. Los 10 elegidos finales recibirán 15 millones de pesos y acompañamiento técnico durante 18 meses.

La Secretaría de Ciencia y Técnica incorporó entre sus prioridades que las investigaciones científicas puedan dar el salto al sector productivo. Esto se debe a que los emprendimientos basados en investigaciones son una oportunidad de negocios que, por ejemplo, solo en el sector biotecnología, generaron más de 1.400 millones de dólares anuales en el país. Por eso tienen programas que apuestan por esto, en distintos niveles, desde ideas innovadoras de pymes o entusiastas a Apoyarnos en la Ciencia.

Este último plan está enfocado en investigaciones de mayor complejidad, donde haya al menos 3 doctores sanjuaninos en distintas ciencias. A esta base le sumaron que también se incorpore un asesor de negocios. Federico Ramos, director de Promoción Científica, quien está a cargo del programa, explicó que decidieron apoyar este grupo porque confían en que “estos proyectos van a generar un impacto positivo económico y social para San Juan”. Se enfoca en cinco ejes que son de importancia local, como el agregado de valor a la producción local, economía del conocimiento; eficiencia en el uso de recursos naturales y sostenibilidad; minería y salud.

La iniciativa está transitando sus últimas semanas, luego de varias instancias de preselección, y se confirmó que la última presentación que deberán hacer los 16 equipos que se encuentran participando será el próximo 13 de agosto. Desde la dirección decidieron darles un desafío diferente a los participantes, por lo que deberán mostrar la investigación que quieren que se financie frente a un jurado en un evento en el auditorio Emar Acosta. Los responsables de los equipos tendrán un tiempo limitado para hablarle a los evaluadores, que serán personal de una universidad con conocimiento en las áreas a evaluar y los representantes del sector privado, que evaluarán el potenciar comercial de las ideas.

Esa instancia será central porque de ahí saldrán los 10 mejores equipos de investigadores y sus proyectos para el fondeo del programa. Ramos explicó que recibirán un puntaje y que luego esto se elevará a las autoridades de Ciencia y Tecnología, quienes oficializarán a quienes continúan en el sistema. Los seleccionados recibirán 15 millones de pesos para seguir financiando la investigación y avanzando en un perfil que les permita tener impacto en el sector privado. Durante 18 meses trabajarán con ellos, además de entregarles el dinero, “continuaremos acompañándolos con formación y también van a contar con la oportunidad de trabajar con la incubadora de la Universidad Nacional de Cuyo de Mendoza”, agregó Ramos. A nivel local, agregó, han trabajado con la Universidad Nacional de San Juan y la Universidad Católica de Cuyo, de donde también surgen las investigaciones. Además, los pusieron en contacto con otros investigadores que lograron dar el salto y crearon startups.

> Reconocimiento
Federico Ramos contó que el próximo 30 de septiembre presentarán el programa Apoyarnos en la Ciencia en Santiago de Chile, en el Congreso ALTEC. “Fuimos convocados y se aceptó también un paper que presenta este modelo como política pública innovadora”, detalló.

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