Durante las protestas de Kazajistán, que se suceden desde el 2 de enero, la Cancillería rusa ha afirmado que operan en ellas «grupos armados entrenados y organizados».
El Ministerio de Exteriores de Rusia ha calificado las violentas protestas en Kazajistán como «un intento inspirado desde el exterior de socavar por la fuerza, con el uso de grupos armados entrenados y organizados, la seguridad e integridad» del país centroasiático.
En un comunicado difundido este jueves, la Cancillería rusa ha reiterado su compromiso con las obligaciones de cooperación en el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), de la que Rusia forma parte junto con Armenia, Bielorrusia, Kirguistán, Kazajistán y Tayikistán, lo que se traduce en su apoyo a «las medidas urgentes» adoptadas ante «la brusca degradación de la situación política interna y el aumento de la violencia».
La OTSC ha anunciado este jueves el envío a Kazajistán de un contingente de fuerzas de mantenimiento de la paz, en respuesta a la solicitud del presidente kazajo, que pidió asistencia militar a los socios del bloque para estabilizar la situación en el país. La aportación de Rusia al contingente de paz consiste en unidades de las Tropas Aerotransportadas.
Los momentos de mayor tensión se viven en la antigua capital del país, Almatý, donde una turba enfurecida asaltó este miércoles el edificio de la Administración y la antigua residencia presidencial, causando incendios en la sede del Gobierno regional y en los edificios de la Fiscalía y del canal estatal Qazaqstan.
Los manifestantes también tomaron el control del aeropuerto internacional de Almatý, donde causaron destrozos en la terminal y en la tienda de Duty Free. Los aeropuertos de Aktau, Aktobé y Almatý fueron cerrados.
El Ejército kazajo ha tomado posiciones en el centro de Almatý, donde la noche del 5 al 6 de enero perdieron la vida decenas de manifestantes, según el recuento policial. Actualmente se desarrolla una «operación antiterrorista» en la ciudad.
Las autoridades siguen bloqueando el acceso a internet en todo el país, donde rige el estado de emergencia con toque de queda desde el miércoles, quedando prohíbidos todos los eventos de masas y limitándose la libertad de movimiento por el territorio nacional y entre las distintas regiones.