viernes, noviembre 7, 2025
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Quince renuncias en menos de dos años: la gestión de Sebastián Carbajal en una eterna crisis

La salida de Elba Carbajal reaviva las críticas a la conducción del intendente y expone una marcada inestabilidad institucional en el gabinete municipal.

Aunque oficialmente el municipio no brindó explicaciones, fuentes consultadas aseguraron que «ella no renunció, la echaron sin fundamentos», lo que volvió a encender las alarmas sobre la forma en que el intendente conduce su equipo de trabajo.

Una seguidilla de renuncias que evidencia descomposición interna

La salida de Carbajal se suma a una larga lista de funcionarios que dejaron sus cargos en menos de dos años. Entre ellos figuran Carlos Perelló (Obras y Servicios), Daniel Anes (Hacienda), Carlos Rivero (Cultura), Edgardo Aballay (Agricultura), Óscar Gallardo y Marco Licciardi (Minería), Carlos Cortéz (Delegación Barreal), Javier Sierra (Administración), Daniel Roco (Prensa y Protocolo), José Luis Aballay y Joel Aguilera (Obras), Nicolás Segovia (Ganadería), Mauro Olivera (Turismo y Cultura) y Silvana Pizarro (Acción Social).

Con la reciente salida de Elba Carbajal, el número asciende a quince dimisiones, un dato que grafica la inestabilidad política del actual gobierno municipal. Esta rotación constante de funcionarios impide consolidar políticas sostenidas en el tiempo, y erosiona la capacidad de gestión de un Ejecutivo que parece no encontrar rumbo ni cohesión.

Falta de gestión y ausencia del intendente, los reclamos más repetidos

En Calingasta crecen las voces críticas hacia el jefe comunal. Vecinos, referentes sociales y algunos exfuncionarios coinciden en señalar falta de gestión y presencia del intendente en los asuntos que más preocupan al departamento.

«Hay una sensación generalizada de desconexión», señaló un dirigente consultado. «Carbajal no está en los actos, no aparece en los temas que importantes».

Este malestar ciudadano se amplifica en un contexto donde los sectores productivos —minería, turismo, agricultura y ganadería— demandan políticas activas y acompañamiento institucional. La falta de continuidad en las áreas estratégicas termina impactando directamente en la eficiencia del gobierno municipal. Sobre todo en el área de minería, que luego de la renuncia del abogado y DJ Marcos Licciardi, dejara su cargo en abril para que lo ocupe recientemente Julio Dávila.

Solo dos funcionarios permanecen desde el inicio de la gestión. ¿Los sobrevivientes?

La desintegración del gabinete es tal que apenas dos funcionarios siguen en sus cargos desde diciembre de 2023: el secretario de Gobierno, Andrés Escuela,- conocido en el departamento como «El Dos» y el director de Deportes, Carlos Valdebenite.

El resto del equipo ha sido reemplazado por completo, lo que da cuenta de una estructura administrativa en permanente crisis. Cada salida implica una nueva curva de aprendizaje, pérdida de tiempo institucional y, sobre todo, desconfianza interna.

El discurso oficial intenta mostrar renovación

Pese al contexto de turbulencia, el municipio intentó mostrar control de la situación. En un comunicado difundido en redes sociales, se informó la designación de Elizabeth Herrera como nueva directora de Acción Social.

«El intendente Sebastián Carbajal recibió a quien asumirá como nueva directora de Acción Social de la Municipalidad de Calingasta, Srta. Elizabeth Herrera. Este encuentro marca el inicio de una nueva etapa orientada a fortalecer la funcionalidad, la transparencia y la sensibilidad en la atención a la comunidad. Renovarse es trabajar en la búsqueda permanente de la mejor funcionalidad en beneficio de todos los calingastinos», expresa el texto oficial.

Sin embargo, puertas adentro, el mensaje de «renovación» suena más a una justificación ante el recambio incesante que a una estrategia planificada de gestión.

Un gobierno joven, pero sin rumbo

A menos de dos años de haber asumido, Sebastián Carbajal enfrenta una crisis política que desnuda la falta de cohesión interna y liderazgo en su gobierno. La cifra de quince renuncias no solo simboliza la rotación de nombres, sino una inestabilidad estructural que afecta la ejecución de políticas públicas y la confianza de la ciudadanía.

Si la tendencia continúa, el joven intendente corre el riesgo de quedar marcado por una gestión recordada más por sus conflictos internos que por sus logros y por ostentar el triste record de un excesivo tránsito de funcionarios en su gestión. En un departamento con grandes desafíos productivos y sociales, la falta de un equipo sólido y un liderazgo claro se convierte en el principal obstáculo para Calingasta.

/RD/DZ

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