Coloridos y blanditos no son más que juguetes sensoriales y antiestrés de silicona que se viralizaron en las redes sociales y causan sensación. Su uso es bien simple y, de hecho, recuerda a ese placer que se experimenta al explotar el embalaje de burbujas de plástico.
Los Pop It tienen dos caras con un relieve de semiesferas que cambia: al apretarlas con el dedo las bolitas se aplanan y emergen en el otro lado del juguete.
No sólo son gustosos al tacto, sino que el sonido que hacen al utilizarse puede resultar agradable y cosquilloso al oído.
¿Qué son los fidget toys?
Los pop it forman parte de los conocidos fidget toys o juguetes antiestrés, pensados para manipular, ya sea girando, presionando o estrujando. Nacieron para “autorregular el estrés y la ansiedad en niños con hiperactividad o TDAH, déficit de atención, problemas de concentración, autismo, etc”, como define la juguetería inclusiva Hop Toys en su web, pero su uso se ha extendido a todo el público.
¿Realmente relajan?
Muchas personas encuentran bienestar al manejarlos pero ¿realmente tienen efectos sobre el estrés o son un solo entretenimiento?
Según una investigación liderada por Katherine Isbister, de la Universidad de California, para algunas personas manejar nerviosamente un objeto les ayuda a mantenerse concentrados durante tareas o reuniones largas o incluso las ayuda a encontrar la calma.
“Aunque la investigación aún está en curso, la experiencia práctica de los terapeutas y las reflexiones de adultos y niños sugieren que pueden ser útiles para el apoyo emocional y cognitivo”, apunta en un artículo de The Conversation.

Desde luego, los fabricantes de plástico ya vieron el negocio y los “fidget toys” se venden en diversas formas, tamaños, diseños y colores en las jugueterías.
