El expolicía Derek Chauvin fue condenado a 22 años y medio de prisión por el asesinato de George Floyd, el hombre cuya muerte provocó las mayores manifestaciones en décadas en Estados Unidos contra el racismo y la brutalidad policial.
La ley del estado de Minnesota establece una pena mínima de 12 años y 6 meses de cárcel para el exagente de 45 años, encarcelado desde hace dos meses al ser declarado culpable de homicidio en la muerte por asfixia de Floyd, en mayo de 2020.
Pero el juez Peter Cahill, quien dictó la sentencia en un tribunal de Minneapolis, identificó circunstancias agravantes que indicaban una sentencia mucho más severa.
Al respecto, en el marco de su sentencia, Cahill consideró que Chauvin había «abusado de su posición de confianza y autoridad«, que había tratado a Floyd con «especial crueldad» frente a menores y que «cometió el crimen como grupo con la participación activa de al menos otros tres» uniformados.
El pasado 25 de mayo de 2020, Chauvin y tres colegas arrestaron a Floyd, de 46 años, bajo la sospecha de que había intentado utilizar un billete falso de 20 dólares en una comercio de Minneapolis.
Floyd fue esposado e inmovilizado contra el pavimento en medio de la calle. Luego, Chauvin se arrodilló sobre su cuello durante casi diez minutos, indiferente a las súplicas del detenido, que le decía «no puedo respirar».
El abogado del exagente, Eric Nelson, aseguró que su cliente había seguido los procedimientos policiales vigentes en ese momento y que la muerte de Floyd se debió a problemas de salud agravados por el consumo de drogas.
Los miembros del jurado no quedaron convencidos y tras algunas jornadas declaratorias tardaron menos de diez horas en declararlo culpable.
Su decisión fue recibida con alivio en todo el país, pues muchos temieron que una absolución condujera a peores disturbios con la exoneración, una vez más, de un policía blanco.
Al respecto, Nelson dijo que su cliente cometió «un error de buena fe» y solicitó una sentencia reducida al tiempo ya cumplido, lo que permitiría que Chauvin fuera liberado de inmediato.
Por su parte, la fiscalía citó la conducta «particularmente cruel» del condenado y pidió un máximo de 30 años de prisión. A pesar de la decisión judicial, la defensa planteará una apelación.