InternacionalPolítica & Economía
Occidente debe «dejar de enviar armas» si quiere conseguir la paz en Ucrania.

La estrategia occidental de prolongar el conflicto mediante el suministro de armas no beneficia a nadie, salvo a los fabricantes de armamento, especialmente a los de EEUU, afirman diferentes expertos.
El apoyo a Ucrania por parte de EEUU y sus aliados europeos desde el inicio de la operación especial militar rusa superó los 8.000 millones de euros. Mientras los arsenales europeos disminuyen, las empresas estadounidenses aumentan la producción de armas en busca de lucro sin límites.
Sin embargo, el suministro contante de armamento genera serias inquietudes a los países de la OTAN, especialmente a los de Europa, cada vez más desprotegidos por la creciente escasez de arsenales.
Al analizar el alcance del uso de distintos tipos de armas en la zona de conflicto, los expertos señalaron las consecuencias más graves de las políticas actuales de los países occidentales para sus economías y arsenales.
Las tendencias en el suministro del armamiento son «capaz de provocar una crisis inversa en los arsenales de la OTAN», cree Valdir Bezerra, máster en Relaciones Internacionales por la Universidad del Estado de Sao Paulo (Nupri-USP) y el Grupo de Estudios de los BRICS (GEBRICS) de USP.
«Ambas partes del conflicto están gastando armas y municiones a un ritmo sin precedentes, y la competencia de Occidente por mantener bien actualizados los arsenales ucranianos ha provocado elevados costes para países como Polonia y las naciones bálticas, por ejemplo, así como importante estrés económico para países más ricos como Francia y Alemania», afirma Bezerra.
Por su parte, Isabela Gama, especialista en teoría de la seguridad y las relaciones internacionales y de los BRICS e investigadora postdoctoral en la Escuela de Mando y Estado Mayor del Ejército, también cree que el conflicto ha estado agotando los arsenales de varios Estados durante meses mientras se desarrollaba.
No obstante, señala que existe la sospecha de que Europa envía a Kiev no el armamento más moderno. Según la analista, causa extrañeza que la petición no se haya hecho a Rumanía, por ejemplo, «que logísticamente tendría mucho más sentido».
«La cuestión es que son viejos blindados. En aquel momento, Alemania ya tenía problemas para realizar estos envíos de armamento a Ucrania, tal y como había prometido», afirma la experta, al detallar que los miembros de la OTAN envían a Kiev armas que ya no se utilizan en los países de la alianza.
«En la mayoría de las ocasiones envían lo que está a su disposición o ya no se utiliza, como los vehículos blindados que solicitaron a Brasil. Se trataba de vehículos blindados de los que Brasil lleva mucho tiempo intentando deshacerse. La OTAN ya no utiliza dichos vehículos blindados».
Valdir Bezerra agrega que esas políticas de los Estados europeos repercuten negativamente en su seguridad. Cada vez más se prevé que el continente pierda su autonomía y se haga más dependiente, especialmente de EEUU.
«A los países económicamente vulnerables de Europa les resultará difícil reponer rápidamente sus arsenales y, en consecuencia, dependerán aún más de los grandes centros de toma de decisiones, como Berlín y París, dentro del continente y fuera de él, especialmente de EEUU, para su sensación de seguridad. Al mismo tiempo, podemos afirmar que la situación de muchos estados de la Unión Europea se caracterizará por un creciente estado de subordinación a estos grandes centros», indicó
Bezerra añadió que «algunas personas en Occidente tienen serias dudas sobre el destino no solo de las armas, sino también de las donaciones financieras enviadas a Ucrania durante el conflicto».
«Dado que el control local es imperfecto, desgraciadamente no puede descartarse el riesgo de que tanto las armas como el capital financiero acaben en manos equivocadas».
Por otro lado, Isabela Gama señaló que la política también benefició no a los civiles ni a los participantes en la confrontación, sino a las empresas armamentísticas que sacan provecho del conflicto. La especialista afirma que el precio de sus acciones está subiendo, lo que solo significa que la continuación del conflicto entre Rusia y Ucrania es un escenario que favorece sus intereses.
«Los conflictos, en general, son devastadores para los que están sobre el terreno, para los que luchan, para los civiles. Pero las empresas se benefician demasiado no solo de la producción de armas y municiones para la infraestructura del conflicto en general, porque en el frente, los soldados necesitan infraestructura como campos para dormir, alimentos, equipos, uniformes, cascos y similares. Todo esto es muy lucrativo para las empresas privadas».
Bezerra comparte esta opinión y menciona en particular a las empresas estadounidenses Raytheon y Lockheed Martin.
Por último, ninguno de los expertos afirma que exista posibilidad alguna de conversaciones de paz en este momento. Bezerra puntualizó que Rusia, por su parte, seguirá persiguiendo sus objetivos y no estará satisfecha con una solución que no incluya el reconocimiento de los nuevos territorios, además de los objetivos declarados en febrero, incluso la desmilitarización de Ucrania y su neutralidad frente a la OTAN. Mientras que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, descartó negociaciones con Putin.
Asimismo, los suministros de armas prolongan el conflicto y solo habrá una oportunidad para las negociaciones de paz cuando la OTAN deje de abastecer armas a Kiev, advirtió Gama.
«Mientras otros Estados sigan involucrándose y diciendo al resto del mundo que hay que derrotar a Rusia con las armas, este conflicto se agravará, y los que más sufren son los civiles. Así que, en cierto modo, es bueno que haya un desabastecimiento de armamento desde Europa. Tal vez dejen de enviar tanto armamento, con el pretexto de que es para proteger a Ucrania. Ucrania no mejora su situación con más armas. La única forma de mejorarlo es dejar de enviar armas e intentar negociar algún tipo de acuerdo para poner fin a este conflicto», concluye la experta.
/SPUTNIK/

InternacionalPolítica & Economía
China busca aprovechar los aranceles de Donald Trump para reconfigurar el comercio internacional a su favor

Las exportaciones de China subieron con fuerza en la última década, principalmente a países del sudeste asiático, América Latina y Medio Oriente. Una tendencia que puede incrementarse tras la nueva política internacional de EEUU.
A pesar de que la política comercial de los Estados Unidos de Donald Trump busca hacerle frente al creciente poderío económico de China, sus resultados podrían ser los opuestos. Según S&P Global, «la alta incertidumbre generada por los aranceles estadounidenses y la desaceleración económica de China seguirán motivando a las empresas chinas a trasladarse al sur global». Eso podría generar «un nuevo orden en el comercio global» donde las multinacionales del país asiático «surjan como los nuevos actores clave».
Consultado por Ámbito, el economista especialista en comercio exterior, Federico Vaccarezza, sostuvo que «cuando se quiso desplazar a China del mercado estadounidense, lo único que se logró es que ese excedente de producción que iba hacia EEUU se desvíe hacia mercados alternativos: Asia, América Latina y Europa».
El informe de S&P 500 remarcó que el comercio de China con los países en desarrollo «se expandió significativamente más rápido que con el resto del mundo, especialmente después de que Estados Unidos aumentara los aranceles al país en 2018». Ese incremento se aceleró todavía más entre 2020 y 2024, período durante el cual las exportaciones chinas de bienes aumentaron un 65%, tres veces la tasa de crecimiento de los cinco años previos.
El nuevo defensor del libre comercio
Como resultado de ese aumento en el comercio, China actualmente vende más del 50% más al sur global (u$s1,6 billones) que a Estados Unidos y Europa Occidental juntos (u$s1 billón). Desagregado el dato, los principales receptores de las mercancías chinas fueron Asia, con u$s759.000 millones; América Latina (u$s264.000 millones) y Medio Oriente (u$s219.000 millones).
«En promedio, el comercio de China con sus 20 principales socios comerciales en el sur global representa casi el 20% del PIB de estos países«, afirmaron los economistas de S&P Global.
De manera complementaria, Vaccarezza consideró que «China se va a volver más agresivo comercialmente y va a formar un núcleo con naciones que buscan mantener el comercio abierto«, entre las que citó a Canadá, Australia, Nueva Zelanda y los países de la Unión Europea. «Son muchos más los países que quieren mantener el libre comercio que aquellos que hoy aspiran a limitarlo y China se va a parar en el centro de ese nuevo liderazgo», subrayó.
Y agregó que «China ya no va por la mercancía barata, la ropa o los juguetes. China hoy va por la alta tecnología, por productos mucho más sofisticados y a un precio que es muchísimo más competitivo que el de las economías desarrolladas».
El aumento de las inversiones para esquivar aranceles
El informe de la consultora internacional agregó que, además, las empresas chinas «no solo redirigen sus productos para su reexportación a través de estas regiones, sino que los producen cada vez más allí», lo que requiere invertir en la economía local. «Sus inversiones en sus cuatro principales socios en el Sudeste Asiático, por ejemplo, se cuadruplicaron en la última década, alcanzando un promedio de u$s8.800 millones anuales«, explicaron.
Consideraron que «es probable que estas inversiones continúen en la ‘era de los aranceles’, no solo para evitar nuevos gravámenes o asegurarse recursos, sino también para desarrollar mercados finales y reducir su dependencia de las ventas estadounidenses«.
Además, destacaron que «los efectos negativos de los aranceles también pueden servir como ‘factor de empuje’ (para buscar nuevos mercados), ya que afectan a varios sectores industriales y de consumo en China».
En este sentido, el índice de gerentes de compras (PMI, por sus siglas en inglés) de la industria manufacturera de China llegó al 49,3 puntos en julio, una disminución de 0,4 puntos porcentuales respecto del mes anterior. Se trata del cuarto mes al hilo por debajo de los 50 puntos, es decir, por debajo del umbral de crecimiento.
La producción industrial aumentó un 5,7% interanual el mes pasado, según datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadística, el ritmo de crecimiento más lento desde noviembre y por debajo del 6,8% de junio. Por su parte, las ventas minoristas aumentaron un 3,7% interanual en el mes, frente al 4,8 % de junio.
/ámbito
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La derecha hace historia en Bolivia: Rodrigo Paz y Jorge Quiroga se enfrentarán en el balotaje el 19 de octubre

La izquierda naufragó luego de años de tensión interna entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales.
Los ciudadanos de Bolivia fueron a votar este domingo 17 de agosto en las elecciones presidenciales y, tal como habían anticipado los sondeos previos, tras dos décadas de triunfos electorales, el Movimiento al Socialismo (MAS) perderá su liderazgo. El senador y exalcalde de Tarija, el centrista Rodrigo Paz, se consagró como ganador con el 32% de los votos, seguido por el expresidente entre 2001 y 2002, Jorge “Tuto” Quiroga, que se quedó con el 26% del apoyo popular.
Con el 78% de las mesas escrutadas, como ninguno alcanzó el piso de 50% o una diferencia de 10 puntos con el 40% de los votos, habrá un balotaje entre los candidatos el 19 de octubre, el primero en la historia del país.
/ámbito
InternacionalPolítica & Economía
Vota Bolivia y define un posible fin de ciclo

Los 7.567.207 ciudadanos obligados a votar, más otros 369.308 que viven en el exterior, definirán quien gobierna por los próximos cinco años entre los ocho candidatos.
Desde La Paz
Bolivia vivirá este domingo un momento bisagra en el año de su bicentenario. Se elige un nuevo presidente y la totalidad del Parlamento. Si las encuestas ratifican el clima político que se respira, habrá fin de ciclo. Una salida electoral hacia la derecha que marcará la pérdida de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS). Los 7.567.207 ciudadanos obligados a votar, más otros 369.308 que viven en el exterior, definirán quien gobierna por los próximos cinco años entre los ocho candidatos que se postulan para el Poder Ejecutivo.
La Constitución del estado plurinacional, vigente desde 2009, indica que habrá balotaje si nadie alcanza más del 50 por ciento de los votos válidos o el piso del 40%, pero con diez puntos de ventaja sobre el segundo. Según los sondeos de opinión, ninguno de los aspirantes a jefe de Estado ganaría en el primer turno. Los porcentajes más altos – que apenas superan el 20% – son de Samuel Doria Medina y Jorge Tuto Quiroga. Pero deberán postergar sus aspiraciones hasta el balotaje el 19 de octubre.
Voto atomizado
El voto está muy atomizado en la oferta electoral de la derecha. Se completa con el alcalde de Cochabamba y exmilitar, Manfred Reyes Villa; Rodrigo Paz, nacido en el exilio español de su padre, el expresidente Jaime Paz Zamora y el alcalde del municipio de Santa Cruz, Jhonny Fernández.
La izquierda que gobernó Bolivia entre 2006 y 2020, con tres presidencias de Evo Morales y la última de Luis Arce, presentó dos candidatos muy jóvenes: Andrónico Rodríguez y Eduardo Del Castillo. El primero se alejó del histórico líder del MAS y perdió su apoyo; el segundo es el sucesor que eligió el actual mandatario cuando decidió no postularse. Ninguno llega a una cifra de dos dígitos en las encuestas.
La elección es muy especial no solo por las escasas chances para retener el gobierno de un MAS dividido. Una fuerza desgastada por internas y la crisis económica pavorosa, con rumores de corralitos bancarios, escasez de combustibles y hasta aceite comestible. También no tiene antecedentes porque Evo llama a anular el voto. El porcentaje que tiene esa opción de rechazo a las ocho candidaturas, el núcleo duro de indecisos que ronda un piso del 15 por ciento más los que voten en blanco, configuran un escenario demasiado fragmentado y de pronóstico incierto.
La última esperanza
De esta alquimia electoral puede provenir la última esperanza para el MAS. Si una porción considerable de indecisos y de quienes eventualmente desobedecieran a Morales apoyara a su candidato mejor posicionado, Rodríguez podría colarse entre Doria Medina y Quiroga para disputarles un lugar en el balotaje. Ese análisis se basa también en las divisiones que atraviesan a las organizaciones de base que resistieron el golpe de Estado de 2019.
El voto nulo también es una especie de plebiscito hacia el interior del MAS, donde el expresidente pone a prueba toda su capacidad de seguir influyendo en la política local. Como fuere, los votos anulados y blancos no son considerados válidos y solo cuentan para fines estadísticos. Por lo cual quedarían sobrerrepresentadas las candidaturas de la derecha que tienen algunos matices.
La derecha
Aquí la extrema derecha le reprocha a Doria Medina ser vicepresidente de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe. Aunque también estuvo a punto de integrar en 2020 una fórmula conjunta con Jeanine Áñez, la expresidenta de facto. En lo que están de acuerdo los candidatos que detestan al MAS, es en que irán por la cabeza de Evo si cualquiera de ellos ganara las elecciones. Reyes llegó a decirle en su acto de cierre: “Vas a estar preso, pendejo de mierda”.
En esa amplia oferta de candidaturas derechistas parece moderado el senador Paz, tan moderado que tuvo que endurecer su fórmula con la compañía de un ex policía, Edman “El Capitán” Lara. De perfil confrontador y autodenominado “candidato viral”, lo echaron de la fuerza por denunciar corrupción, lo procesaron en más de una causa y completa el binomio del Partido Demócrata Cristiano. Hacia esta fórmula también podrían ir votos ocultos o indecisos.
En Bolivia, votar es obligatorio y si no se presenta un elector pierde el derecho a realizar cualquier trámite ante organismos públicos o el sistema bancario, además de recibir una multa. También la movilidad se restringe al máximo el día de la elección y si un vehículo – cualquiera sea – es sorprendido sin autorización, resulta incautado, su conductor puede ser arrestado y multado.
Misiones
Al país llegaron catorce misiones internacionales para monitorear la elección y curiosamente, las dos más numerosas son de la OEA y la Unión Europea. Ambas organizaciones reconocieron al gobierno de facto de Áñez en 2019 después de que las fuerzas armadas coaccionaran a Morales para que abandonara el poder. La propia expresidenta retribuyó el apoyo en aquel momento desde su cuenta oficial: “Agradezco la llamada del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, su reconocimiento a nuestro gobierno de transición y el apoyo para convocar elecciones en el menor tiempo posible”. Hoy, Áñez apoya la candidatura de Doria Medina desde la prisión de Miraflores donde está detenida.
Quien resulte ganador en las elecciones será presidente hasta 2030 y si gana la derecha como indican las encuestas, su revanchismo y la conflictividad social irán en aumento con la promesa de Evo para volver con sus militantes a las rutas y las calles.
/P12
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