Sociedad Ahora Rusia
Nuestro enviado a Moscú: las redes sociales que utilizan los rusos.
Ahora Rusia tiene una nueva entrega, en la que Gabriel Saquilan Ruffa, nos relata sobre cómo vive el comienzo de una nueva semana en Moscú.
Nuestro periodista fue enviado por Ahora San Juan para participar del “Programa de pasantías InteRussia para periodistas de América Latina”.
Un día de mucho aprendizaje.
Empezamos un nuevo día en Москва (Moscú). Volvemos hacia la agencia a continuar con el programa. Viajar en Metro es muy sencillo, sobre todo teniendo la app. Acá ya no usan Google, tienen sus propias aplicaciones, por ejemplo Yandex Maps, Yandex Metro, Yandex Taxi, etc.
Precisamente de ello ha tratado nuestro primer taller de la mañana, dirigido por Denis Lukyanov, que se ha centrado en la utilización de Vk. Vk, es una red social similar a Facebook, que es la número uno en redes sociales en Rusia. Cuenta con más de 100 millones de usuarios activos. Fue creada por el mismo creador de Telegram en el año 2006. Está disponible en setenta idiomas y contabiliza una media de 1.4 billones de visitas al mes.
Su interfaz es similar a Facebook, contando con herramientas parecidas. Ya antes de las sanciones Vk era la más elegida por los rusos. Es el cuarto sitio web más visitado de Rusia, y el número 16 del mundo. Nos enseñaron a cómo utilizarlo como plataforma, sus herramientas y condiciones específicas. Además de cómo poder coordinar a Vk y a Telegram, para que crezcan ambas.
Posteriormente tuvimos la suerte de escuchar a Alexander Shtol, el Director de la Dirección Integrada de Fotografía. Quien trabajo durante años como fotógrafo, aunque nos reconoce que él de profesión es editor de fotografía. Aclara que es difícil para el fotógrafo editar sus fotos, porque está muy implicado emocionalmente en el proceso. A veces un editor es un “enemigo” para el fotógrafo. Lo más valioso es cuando el editor y el fotógrafo son “amigos”, se conocen, colaboran.
Alexander nos habla de experiencias de compañeros suyos, algunos en zonas de guerra y situaciones muy complicadas. Realidades muy duras y dónde en ocasiones hay que tomar decisiones salomónicas. A través de anécdotas nos ilustra perfectamente los conflictos éticos. La barrera ética que él define.
También nos comenta cómo han de formar a cualquier fotógrafo que se dispone a ir hacia zonas hostiles. La condición es que deseen ir, sino se respeta la negativa y se busca a otro compañero. Preguntado por cuál es el consejo que les da antes de partir, Alexander es claro y contundente: “Ninguna foto vale una vida humana”, subraya que se lo repite a todos los fotógrafos que van hacia zona de guerra.
Por último, hace énfasis en la importancia de nunca violar los derechos de una foto, siempre se ha de conseguir el permiso para poder usarla. Pero lo más importante es verificar la fuente. Hacer siempre las preguntas de qué, quién, cuándo, cómo, dónde. Hay que checkear varias veces, ellos cuentan con un mecanismo ya aceitado para evitar dolores de cabeza. Ellos tienen un fondo de aproximadamente 3,5 millones de fotos.
A la tarde hemos tenido una visita a Skoltech. Un Instituto de Ciencia y Tecnología. Es Universidad entre tantas cosas, un ecosistema propio. Dicho mal y pronto vendría a ser el “Silicon Valley” ruso, o así lo llaman algunos coloquialmente. Pero eso ya lo contaré en profundidad en otra entrega.
Por ahora seguimos sobreviviendo al frío y vamos haciendo cada vez más equipo entre los latinoamericanos.
¡Pronto tendré nuevas novedades que contarles Ahora Rusia!
Sociedad Ahora Rusia
Los cosacos y su contribución a la historia de Rusia.
Descubre quiénes son los cosacos, la importancia de su caballería y sus hazañas en la historia de Rusia, su danza típica y sus costumbres. Es un grupo étnico, social e histórico, formado principalmente por campesinos que huyeron en busca de su libertad, que trabajaba por cuenta propia o realizaba el servicio militar en las zonas fronterizas del sur de Rusia.
Cosacos
Su nombre procede del la palabra túrquica Kozak, que significa hombre audaz, libre. Es un grupo étnico, social e histórico, formado principalmente por campesinos que huyeron en busca de su libertad, que trabajaba por cuenta propia o realizaba el servicio militar en las zonas fronterizas del sur de Rusia. Por sus características específicas esa comunidad unía en un todo a los cosacos, principalmente rusos, pero también ucranianos, kalmucos, buriatos, baskires, tártaros, evencos, osetios, y otros, como subetnias separadas de sus pueblos.
Historia de los cosacos
El origen de los cosacos es un tema complejo que sigue suscitando controversias y discusiones. Por eso, veremos más al detalle su historia.
Origen de los cosacos
Una versión sugiere que los cosacos aparecieron en el siglo XIV en las despobladas extensiones esteparias situadas entre la Rusia moscovita, Lituania, Polonia y los kanatos tártaros. Según otros datos, se formaron en el territorio que ahora pertenece a países como Polonia, República Checa, Croacia, Austria, Ucrania, Rusia, Kazajistán. Además, existen evidencias que en los siglos XV-XVI, surgieron comunidades autónomas de los llamados cosacos libres más allá de las fronteras de Rusia y del Estado polaco-lituano (cerca de los ríos Dniéper, Don, Volga, Ural y Terek).
Los cosacos en el Imperio ruso
En la Rusia prerrevolucionaria, los cosacos conformaron una clase especial que habitaba en las afueras del sur y el este del país. Poseían tierras en condiciones favorables, por las que realizaban el servicio militar, presentándose al reclutamiento con sus uniformes, armas blancas, caballos y equipo ecuestre. También se dedicaban a la crianza de caballos y disponían de razas como Don y mar Negro. Asimismo, los cosacos representaban un tipo especial de caballería ligera.
Durante más de un siglo, los cosacos sirvieron en San Petersburgo como parte de la Guardia Imperial, en unidades selectas de los regimientos Preobrazhenski y Semionovski que fueron creados por Pedro el Grande.
A finales del siglo XVIII, bajo el reinado de Pablo I, se formó el Regimiento Cosaco de Guardia Imperial de los equipos cosacos de las cortes de Don y Chuguiyev, que custodiaban a la emperatriz rusa Catalina la Grande, y se convirtió en el primer regimiento de la Guardia Cosaca.
En el siglo XIX se unieron gradualmente a las unidades privilegiadas la división de Guardia Imperial del mar Negro, el Regimiento Atamanski de la Guardia Imperial, la 6ª Batería del Don de Guardia Imperial, y la centuria de Guardia Imperial de los Urales.
Durante el reinado de Nicolás I, se creó un convoy propio del emperador y estaba formado por cosacos y montañeses del Cáucaso para protegerlo. Durante el reinado del último emperador ruso, en 1906, se crearon los Guardias Vitales del Regimiento Cosaco Conjunto a partir de las tropas cosacas no representadas en las Guardias para honrar sus servicios en la defensa del trono durante los acontecimientos revolucionarios.
A principios del siglo XX existían 11 tropas cosacas (las de Don, de Kubán, de Orenburgo, de Transbaikal, de Terek, de Siberia, de los Urales, de Astracán, de Semirechensk, de Amur y de Ussuri).
Los cosacos tras la revolución de 1917
Durante la Guerra Civil los cosacos se convirtieron en el principal apoyo del Movimiento Blanco, aunque los cosacos no podían enfrentarse contra su propio pueblo del mismo modo que luchaban contra otras naciones. Tras expulsar a los rojos de sus tierras natales, los cosacos no actuaron con tanta decisión. Algunos de ellos continuaron la campaña hacia Moscú como parte del Ejército del Sur de Rusia, mientras que otros regresaron a casa, habiendo decidido que la tarea estaba cumplida, y algunos incluso pensaron en crear un Estado independiente.
Al final, todo esto acabó tristemente para ellos. Básicamente, los mejores representantes de los cosacos murieron en la Guerra Civil o emigraron. Algunos, sin embargo, permanecieron en la Rusia soviética, pero fueron perseguidos. Y solo en 1936, el Gobierno de la URSS decidió restaurar a los cosacos y les permitió servir en el Ejército Rojo. Se crearon las unidades cosacas de caballería del Don, Kubán y Terek, que lucharon valientemente contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Los cosacos en la Rusia moderna
Tras el colapso de la URSS, se rehabilitaron por completo y a día de hoy existe un proceso de resurgimiento de los cosacos. Se están creando cuerpos de cadetes cosacos siguiendo las antiguas tradiciones del Imperio ruso.
Campañas y hazañas cosacas famosas
La participación de los cosacos en las guerras, incluyendo la época de los zares, se convirtió en algo habitual:
- Participaron por Iván el Terrible en la guerra por Kazán en 1552.
- En la costa del mar Báltico en 1656.
- Ayudaron a liberar a Rusia del yugo tártaro-mongol en 1472-1480.
- Lucharon contra Napoleón en 1803-1815.
- Durante la Primera Guerra Mundial en 1914-1918.
- Combatieron en la guerra ruso-turca de 1877-1878.
- Participaron en la Guerra Civil de 1917-1922.
- Lucharon en la Gran Guerra Patria de 1941-1945.
Gracias a sus campañas, los cosacos luchaban contra las incursiones de extranjeros en sus tierras. La primera tuvo lugar a finales del siglo XV, cuando los cosacos navegaron a lo largo del Dniéper hasta la fortaleza de Tiaguin, y como resultado un gran barco turco fue capturado y hundido.
La campaña de Yermak a Siberia, que inició el desarrollo de estos territorios, es de gran importancia histórica. Los comerciantes Stróganov fueron invadidos por el Janato de Siberia, los tártaros siberianos asaltaron sus territorios y los devastaron, entonces acudieron a los cosacos del Don en busca de ayuda.
La vida cotidiana y familiar de los cosacos
Los primeros cosacos vivían principalmente de la caza, la pesca, la agricultura, la recolección de bayas y setas. Con el tiempo, la ganadería comenzó a desarrollarse en sus asentamientos. Empezaron a criar caballos, ovejas y, en los Urales, camellos.
Todos los asuntos relacionados con la gestión, el modo de vida de los cosacos, las guerras y el presupuesto, eran decididos por la Asamblea Popular, la asamblea cosaca y el Consejo de Sich. Los cosacos se oponían categóricamente a la división de su pueblo en clases y la impedían por todos los medios posibles. A pesar de eso, luego aparecieron tres estamentos entre los cosacos: agricultores libres; nobles y funcionarios; comerciantes y mercaderes.
El jefe de los asentamientos cosacos era el atamán, elegido en el consejo cosaco de las tropas.
Lo más importante en una familia cosaca es la autoridad de los padres, el sentido del deber conyugal, el honor de la familia y la responsabilidad personal de los padres en la educación de sus hijos. Las familias cosacas eran numerosas, había familias de tres o cuatro generaciones, una familia podía contar con 25 integrantes o incluso más.
Cultura cosaca
Su cultura y costumbres también influyeron en las tradiciones rusas. Los cosacos son un pueblo muy hospitalario y musical, rara vez una fiesta terminaba sin canciones. La mayoría alababan la amistad, el amor, la libertad y las victorias militares.
Música cosaca
He aquí una lista de las canciones cosacas más famosas que han llegado hasta la actualidad:
- Liubo, bratsi, liubo (¡Qué bien, hermanos, qué bien!);
- Dontsi-Molodtsi (Los del Don son los mejores);
- Za lésom solntse (Detrás del bosque ha salido el sol);
- Po Donu guliayet kazak molodói (Un joven cosaco pasea por el Don).
Danzas cosacas
Sus bailes se caracterizaban por su vigor y vivacidad. Uno de los bailes más famosos es el famoso kazachok. Comienza lentamente pero el ritmo aumenta gradualmente, los bailarines se mueven tan rápido que es difícil incluso observarlos. Otra danza hopak contiene más trucos acrobáticos.
Costumbres cosacas
Los cosacos se destacaban como anfitriones generosos, dejaban entrar a todo el mundo. Durante una comida se ponía sobre la mesa un gran número de platos.
Muchas tradiciones estaban relacionadas con el respeto a la generación mayor, a los jóvenes ni siquiera se les permitía sentarse o comer sin el permiso de sus mayores.
Religión
Independientemente de la nacionalidad de los cosacos, la mayoría profesa la religión ortodoxa. Las primeras referencias a la construcción de iglesias en las aldeas cosacas aparecen en el siglo XVI. Una de las más antiguas es la iglesia de la Santísima Virgen María en Razdori de Donetsk.
Entre los cosacos también hay muchos viejos creyentes. Iniciaron a trasladarse a las tierras libres en el siglo XVII tras las reformas del Patriarca Nikon (que provocaron el cisma en la Iglesia Ortodoxa y los partidarios de los cánones eclesiasticos viejos sufrieron persecusiones). Esta fue una de las razones de la participación de los cosacos en los levantamientos de Bolótnikov, Razin y Pugachev.
Curiosidades
- Los cosacos del Don se consideran más antiguos que todos los demás cosacos de Zaporozhie, de Kubán, de Yatsk y otras regiones.
- El culto al caballo de guerra. Antes de que un cosaco partiera a la guerra, su esposa se inclinaba a los pies del caballo para pedir que mantenga a salvo a su marido. En el funeral de un cosaco, el féretro era seguido primero por su caballo bajo un gorro negro, y luego por sus parientes más cercanos.
@Sputnik
/ Imagen principal: © Sputnik / Vitaly Timkiv
Sociedad Ahora Rusia
Intentan borrar a Rusia: La cancelación de la Cultura.
Siguiendo la línea que ya abrimos con el análisis de las sanciones al deporte, esta vez nos centramos en las distintas sanciones que buscan borrar a Rusia desde el plano cultural. Perjudicando con ello a todos los pueblos que se les niega el acceso a partes que ya no son de una cultura nacional concreta, sino patrimonio universal de la humanidad.
II. Prácticas inquisitorias a escritores clásicos y aumento de rusofobia.
En los últimos meses desde Occidente vienen teniendo lugar acciones destinadas a condenar a todo aquello que tenga que ver con Rusia. Algunas más o menos simbólicas, con un gran impacto en la forma de pensar o percibir, todas ellas generando un aumento del sentimiento anti-ruso.
Ya sea desde Kiev, pasando por Europa y Estados Unidos, incluso llegando a Argentina, donde albergamos la mayor cantidad de rusos en América Latina. La cancelación toma varios caminos: música, literatura, lengua, religión, deportes, etc. Además de ser algo contrario a todos los principios de libertad de opinión y pluralismo que aquellos que condenan se nombran “abanderados”, es una vuelta a la barbarie. Además de ser de gran insensatez, solo puede conducir al empobrecimiento cultural y espiritual.
Los países que condenan lo que realmente están haciendo es condenar a su propio pueblo al arrebatarle genialidades que además de rusas, forman parte de la cultura universal.
Quema de libros contemporánea
En la librería Siayvo, situada en Kiev, lanzaron una propuesta igual de sorprendente como estremecedora. Con el deseo de eliminar obras de la literatura realizadas por escritores rusos, invitaron a su clientela, y a todo el que se quisiera sumar, a llevar dichos libros a su local. La idea: reciclar el papel y venderlo. El dinero generado se usaría para la compra de un vehículo para el ejército ucraniano. Se recolectaron en dos meses 25 toneladas de libros. Con el reciclaje recaudaron alrededor de 2.500 dólares.
La propuesta puede parecer nueva en sus formas, pero vieja en sus raíces. Podemos verla como una quema de libros contemporánea. Tiene la misma finalidad, la eliminación de aquello que se odia, sumado ahora a un pragmatismo económico y una pseudo-ecologismo con el reciclaje.
Supresión de “lo ruso”
La eliminación de “todo lo ruso” tuvo como punta de lanza la eliminación de los nombres de las calles que tuvieran alguna relación con Rusia, contándose por cientos las que sufrieron cambios. Se sumó a esto a la supresión de cualquier homenaje, en la Universidad de Shevchenko se retiró una placa que honraba a Bulgakov, quien estudió allí hace cien años.
Al escritor de “Maestro y Margarita” también lo pretenden cancelar, acusado de imperialista y antiucraniano. La Unión Nacional de Escritores de Ucrania está presionando para cerrar el Museo Bulgakov, donde el famoso escritor nacido en Kiev vivió durante 13 años.
Los planes de estudio también sufren cambios: en las escuelas de Ucrania ya no incluye cursos de idioma ruso ni obras de escritores rusos. En cambio, se ha agregado un nuevo curso sobre la guerra con Rusia.
La historia de la URSS también se presenta ahora a través del prisma del imperialismo. La facultad de Bondarenko no inscribió a nuevos estudiantes rusos este año porque los programas de literatura e idioma se están adaptando actualmente.
Tampoco los niños ucranianos van a tener acceso a los cuentos de Chéjov porque el ministerio de Educación ha retirado el estudio de todos los autores rusos.
La ciudad ucraniana de Dnipro desmantelará los monumentos a figuras rusas y soviéticas y las trasladará a la perrera municipal. El alcalde anunció que el comité ejecutivo del consejo municipal decidió, sin esperar una decisión del Ministerio de Cultura, la retirada de los monumentos a los literatos Alexander Pushkin, Mijail Lomonosov y Maxim Gorki, así como a otras personalidades rusas y soviéticas.
En Nikoláyev prohibieron la instrucción de la lengua de Chejov y Dostoievski en las escuelas desde el primer día de clases en septiembre pasado. El primer viceministro de Educación y Ciencia de Ucrania, Andréi Vitrenko, dio a conocer en junio las intenciones de las autoridades de su país de excluir la novela La guerra y la paz, de León Tolstói, del plan de estudio escolar porque “glorifica” a las tropas rusas.
Antes, la Rada Suprema (Parlamento) votó a favor de prohibir la importación y distribución en esa nación eslava de libros y productos editoriales procedentes de Rusia y Bielorrusia. El legislativo aprobó además la suspensión de la música del gigante euroasiático en los medios de comunicación y lugares públicos del país, como parte de su campaña en contra de todo lo que se relacione con la nación vecina, a pesar de la cercanía y los lazos de sangre que unen la historia entre ambos pueblos.
La Universidad de Bicocca de Italia prohibió la enseñanza de textos del escritor ruso Fiódor Dostoievski en la clase de un profesor como una supuesta represalia a Rusia por la invasión a Ucrania, pero finalmente se retractó de su decisión por el escándalo.
No solo los escritores
Autoridades de varios países europeos ordenaron a sus organismos e instituciones culturales cortar los vínculos con sus homólogos rusos luego del recrudecimiento del conflicto entre Moscú y Kiev.
El director de orquesta Valery Gerguiev se negó a condenar la operación militar rusa en Ucrania y como castigo fueron suspendidas sus actuaciones en el Carnegie Hall, en la Filarmónica de París, en la Scala de Milán y resultó despedido como director de la Filarmónica de Múnich.
La soprano Anna Netrebko lamentó los enfrentamientos, pero advirtió que “obligar a los artistas y a cualquier figura pública a expresar públicamente sus opiniones políticas y condenar a su patria es inaceptable”, por lo que la Ópera Estatal de Baviera canceló todos sus compromisos con la cantante, quien, a su vez, renunció a sus actuaciones en la Scala de Milán y la Ópera de Zúrich.
Reino Unido suspendió la gira del Ballet Estatal de Siberia, y la Royal Opera House de Londres anuló la temporada de danza del ballet Bolshói. Al respecto, Nadine Dorries, secretaria de Estado de Cultura, Medios y Deporte del Gobierno de Boris Johnson (julio 2019-septiembre 2022) manifestó que el arte es el “tercer frente en el conflicto de Ucrania”.
También una orquesta de Cardiff, al sur de Gales, prohibió la Obertura de 1812 de Pior Ilich Tchaikovsky, músico ruso del siglo XIX; en Croacia, la orquesta filarmónica de Zagreb anuló la interpretación de dos de sus obras.
En la ópera de Varsovia, un tema de Modest Musorgski, compositor ruso de hace dos siglos, fue sacado del programa.
Por otro lado, destacados grupos musicales como Green Day, Imagine Dragons, Franz Ferdinand y The Killers suspendieron sus actuaciones en Rusia, mientras el festival de Eurovisión expulsó al país del concurso este año.
Desde el cine la censura llegó también a la compañía Walt Disney que decidió no estrenar en territorio ruso sus últimas películas, como tampoco las compañías Sony y Warner. El festival de cine de Cannes rechazó a las delegaciones del país euroasiático.
Como afirma Mario Muñoz Lozano en Prensa Latina: “la campaña contra Rusia no es de ahora, existió desde los tiempos soviéticos. La diferencia es que ahora Estados Unidos y sus aliados encontraron una justificación para irle nuevamente encima, ante la alarma que representa la recuperación rusa en los ámbitos sociales, económicos y militares, a la vez que su voz es más escuchada en el mundo como una opción antihegemónica y a favor del multilateralismo.”
¿Rusofobia en Argentina?
En Argentina no somos ajenos a este aumento de la rusofobia. Y eso que Argentina alberga la diáspora más numerosa de rusos en América Latina. Según contaba Dmitry Feoktistov, Embajador de Rusia en Argentina, a principios de marzo de 2022 unos vándalos profanaron la Catedral Ortodoxa de la Anunciación en Buenos Aires, dejando inscripciones insultantes en su fachada. El Festival tradicional de la cultura eslava “Madre Rusia” no se celebró. Este evento popular había atraído a miles de participantes. Este año se nos dio a entender que ahora su celebración es “inapropiada”.
El Embajador afirmaba que: “La campaña que se desarrolla actualmente en el mundo por la politización vulgar de la esfera cultural no sólo contradice los principios del pluralismo y la libertad de opinión. ¡Es una forma moderna de barbarie primitiva! Recordamos que al principio en Europa se quemaban las brujas, luego los libros y por fin unos representantes de naciones “no arias”. Hoy en día, intentan quemar los puentes de la cultura que unen a los rusos con otros pueblos. Tratando de prohibir todo lo relacionado con Rusia, los líderes de estos estados en realidad están robando a sus propios ciudadanos. La cultura rusa es una parte integral y enorme de la cultura mundial, su cancelación conducirá inevitablemente a la mezquindad y el empobrecimiento espiritual.”
Lo cierto es que no es la primera vez que Rusia enfrenta un desafío parecido. Es por ello que recordaba Vladímir Putin “todos los intentos de abolir nuestra cultura, de abolir a Rusia, serán en vano. Y los que piensan lo contrario, por desgracia para ellos, no han aprendido las lecciones de la historia”.
Barbarie y distopía
La forma de tender puentes entre pueblos pasan por la cultura. Por el intercambio cultural, poder aprender de los otros y dar a conocer lo de uno. Esto es lo que se está pretendiendo a arrebatar no sólo al pueblo ruso, sino a todos los pueblos en los cuales sus gobernantes o dirigentes están tomando este tipo de medidas.
Cancelar escritores decimonónicos por un conflicto del S.XXI es una barbarie. Dostoievski decía: “Si hay un país en el mundo que sería más desconocido, inexplorado, más incomprendido e incomprensible que todos los demás países, ese país es, sin duda, Rusia para sus vecinos occidentales”, y con esta insensatez de cancelación cultural sólo puede agrandarse lo denunciado por el escritor de Crimen y Castigo.
Probablemente no haya un solo escritor consagrado o reconocido que no haya leído a los clásicos rusos, y que de una forma u otra les hayan influenciado. Ray Bradbury en su distopía Fahrenheit 451 imaginaba a unos “bomberos” cuyo cometido era quemar libros. Se sorprendería de descubrir que hoy tenemos un equivalente que se dedica a “reciclarlos” para convertirlos en armas de guerra.
Sociedad Ahora Rusia
¿Cómo se celebra la Navidad en Rusia? Las fiestas en tres actos.
En Rusia no se celebra la Navidad el 25 de Diciembre, pero esto no es desde año tan convulso. Además de tener distinta fecha, tienen dos celebraciones del Año Nuevo, separadas por catorce días. Celebran las fiestas de invierno en tres actos. En la historia de Rusia, las fiestas han tenido que ir adaptándose a los tiempos de cambio.
La Navidad se festeja en Rusia, pero no es el 25 de diciembre. Ese día no es feriado, sino un día laborable más. La Navidad la celebran el 7 de enero. El Fin de Año es quizás la fiesta más importante y, como en la mayoría de los países, se celebra en la noche del 31 de diciembre al primero de enero. Después de esto, a los catorce días se festeja también el Año Nuevo Viejo.
Historia de las fiestas
La fiesta de fin de año a finales de diciembre ya era celebrada en el Imperio Romano desde el siglo II antes de Cristo. Pero en la Rusia precristiana el año nuevo llegaba con el calor de la primavera y estaba asociado al renacer de la naturaleza. La celebración era el primero de marzo, durante el gobierno del príncipe Vladímir I. Éste, convirtió al cristianismo la Rus de Kiev, reino eslavo medieval que precedió a la actual Rusia.
Adoptar la nueva religión traía una nueva fiesta: la Navidad. La cual, se adaptó a las tradiciones paganas. El 25 de diciembre coincidía con el solsticio de invierno. La celebración cristiana de la Nochebuena el 24 diciembre absorbió la Koliadá, fiesta de disfraces parecida al Samaín celta o al Halloween anglosajón.
Durante el reinado del zar Pedro el Grande el Fin de Año se trasladó a invierno, en el año 1699. El zar que aspiraba a parecerse a Europa fijó la celebración el 31 de diciembre. Aunque la Navidad siguió siendo la fiesta principal de invierno. Con la llegada del siglo XIX se empezaron a incluir decoraciones similares a las europeas. La Iglesia ortodoxa rusa no aceptaba esto ya que lo consideraba una costumbre occidental.
Cambios con la época soviética
Después de la Revolución, en 1918 se separan oficialmente Iglesia y Estado. La República Soviética de Rusia decidió sustituir el calendario juliano por el gregoriano, que ya desde el siglo XVI estaba implantado en muchos países. Suponía un problema compensar el desfase entre calendarios, había que suprimir trece días. En el año 1918 después del 31 de enero llegó el 14 de febrero.
La Iglesia ortodoxa no aceptó el calendario gregoriano, sino que continuó con el juliano, el cual continuaba marcando las festividades religiosas. Esto es clave para entender por qué no coinciden las fechas con el festivo católico. La fiesta secular de Fin de Año se adaptó al calendario gregoriano, sin embargo las fiestas religiosas no. Se trasladaron en el calendario gregoriano trece días hacia delante. Navidad pasó de celebrarse el 25 de diciembre al 7 de enero.
Dado el carácter ateísta soviético, Navidad y sus atributos fueron prohibidos. Incluso el festejo de Fin de Año, que era visto como una celebración burguesa. La Navidad fue prohibida hasta casi el final de la Unión Soviética. El Fin de Año volvió a los calendarios en 1935, con un intento de aumentar la popularidad de Stalin. Para eliminar las connotaciones religiosas de esta fiesta, las autoridades soviéticas optaron por introducir a nuevos protagonistas. Uno de ellos era Ded Moroz, el Abuelo Frío, basado en el espíritu pagano del frío, pero reencarnado en un anciano bondadoso que guardaba cierto parecido con Papá Noel.
La otra era su nieta y ayudante, Snegúrochka, o Doncella de nieve, originaria de un cuento del siglo XIX. El Abuelo Frío lleva una barba blanca y una vara mágica, y su abrigo llega hasta el suelo y puede ser azul o rojo.
Las fiestas en tres actos
La caída del muro de Berlín en 1989 no fue el primer síntoma del inminente ocaso de la URSS. La política de transparencia, o glásnost, impulsada por Mijaíl Gorbachov suavizó la censura, por lo que abrió la puerta a la recuperación paulatina de las manifestaciones públicas de la religión. La televisión estatal emitió en enero de 1989 un programa en el que se celebraba la Navidad. En diciembre de 1990, un año antes de la caída de la URSS, el 7 de enero (la Navidad ortodoxa, celebrada según el calendario juliano) se convirtió en un festivo oficial en la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.
Aunque el Fin de Año se mantuvo como el principal festivo de la temporada, la Navidad fue ganando peso a medida que aumentaban los seguidores de la Iglesia ortodoxa. Mientras que en 1990 solo el 33% de la población de Rusia se declaraba ortodoxo, veinte años más tarde este porcentaje se había duplicado hasta llegar al 70%. En cambio, el catolicismo tiene entre sus adeptos a menos del 1% del país, por lo que prácticamente nadie celebra la Navidad el 25 de diciembre.
Así, la secuencia de Fin de Año, Navidad y Año Nuevo Viejo se han convertido en los tres festivos de las Navidades rusas. El primero es secular y oficial. En clave política, es el día en el que el presidente emite su discurso televisivo, una oportunidad que Borís Yeltsin aprovechó en 1999 para anunciar que abandonaba la presidencia y proponer a Vladímir Putin para el cargo. La Nochevieja es cuando el Abuelo Frío guarda los regalos debajo del árbol. Finalmente, el Año Nuevo Viejo cierra este ciclo de forma oficiosa, sin ser un día festivo, pero evocando las tradiciones rusas anteriores a 1918.
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