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NacionalPolítica & Economía 

Moratoria jubilatoria: por qué es necesaria y los argumentos incongruentes de la oposición.

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La fragilidad del régimen previsional se reconoce en el elevado grado de informalidad laboral que resta recursos al sistema y demanda moratorias para no dejar desamparados a millones de trabajadores. El principal responsable de su desfinanciamiento al no realizar los aportes correspondientes es el mundo empresarial cuando contrata trabajadores y no los registra.

Cuando se analiza el panorama del sistema previsional y del empleo se oculta lo relevante: el mundo empresarial es el principal responsable de la fragilidad del régimen jubilatorio por el elevado grado de informalidad laboral. La contratación ilegal no es una elección del trabajador, sino una decisión del empresario.

En una instancia posterior aparece la responsabilidad del Estado por la debilidad en la fiscalización en las formas de contrataciones en el mercado laboral.

Los trabajadores informales tienen empleos de mala calidad, salarios bajos, largas jornadas de trabajo, falta de acceso a oportunidades de capacitación, dificultades para acceder al sistema judicial y al régimen de protección social, incluyendo el previsional y de salud en el trabajo (ART) y en general (obra social gremial o prepaga).

El empresario que contrata informales no realiza aportes previsionales y, por lo tanto, el trabajador no puede contabilizar años de aportes en el sistema para alcanzar los 30 necesarios para acceder a una jubilación.

Ante esta situación de vulnerabilidad, en forma esquemática existen dos senderos a transitar por las políticas públicas. Uno, desentenderse del drama sociolaboral y arrojar esas personas a la marginalidad económica. Otro, asumir el problema y diseñar esquemas de integración al sistema de protección social, por ejemplo con una moratoria previsional.

Informalidad y desocupación

El cuadro es más complejo porque en una economía con varias crisis económicas, algunas de ellas devastadoras y prolongadas, son varios los años con tasas de desocupación elevadas, que implican nulos aportes previsionales de los trabajadores. Aparece nuevamente el debate acerca de qué hacer ante esta circunstancia: penalizar a la persona que quedó sin trabajo formal y en esos años no tuvo los correspondientes aportes, o reparar esta adversidad laboral mediante una política pública inclusiva.

La posición expuesta en el reciente debate sobre la Ley de «Plan de pagos de deuda previsional», conocida como moratoria, aprobada por Diputados, de referentes políticos de la oposición y de varios economistas fundamentalistas de la ortodoxia fiscal ignora deliberadamente cuáles son las responsabilidades en el mundo laboral.

No sólo desvían el centro de la discusión exclusivamente hacia el Estado y las cuentas públicas, sino que muestran un nivel de insensibilidad social con impunidad asombrosa.

Además de cargar la culpa en el trabajador por no acceder a la jubilación, ofrecen como solución una prestación equivalente al 80 por ciento del haber mínimo. La propuesta es construir un sistema con jubilaciones de primera y de segunda, que es lo mismo que diseñó el gobierno de Macri con la creación de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM).

La contradicción discursiva es impactante: existe consenso de que la jubilación mínima es baja y la oposición política de la alianza macrista-radical afirma que la moratoria no es necesaria porque existe la PUAM, cuyo monto es equivalente al 80 por ciento de la mínima.

El incentivo es estar registrado; no esperar una moratoria

La moratoria previsional aprobada otorga a trabajadores varones y mujeres la posibilidad de regularizar los aportes desde 2008. Quienes están en edad jubilatoria podrán jubilarse y descontar el pago de su haber en hasta 120 cuotas, mientras quienes todavía no alcanzaron esa edad tendrán la posibilidad de ir cancelando la deuda por los aportes no registrados, de forma anticipada.

Algunos de los voceros de la oposición afirmaron con la soberbia de la ignorancia que una moratoria previsional es «un incentivo a no aportar» por parte de los trabajadores. Una de dos: quienes lo dicen nunca trabajaron –formal o informalmente- en una empresa, o mienten en forma descarada.

El incentivo del trabajador se encuentra en estar registrado y, por lo tanto, sumar aportes previsionales. Además, no toma la decisión de aportar o no; esto es atributo de la empresa que lo contrata.

El mínimo conocimiento del mundo del trabajo brinda información acerca de que el incentivo se encuentra en la formalidad porque, además del aporte previsional, se tiene derechos laborales como vacaciones, días por enfermedad, aguinaldo, indemnizaciones.

Además, el salario de bolsillo descontados los aportes previsionales y la obra social o prepaga es mayor entre el 20 y el 30 por ciento al ingreso de los trabajadores no registrados, según diversas investigaciones sobre el mercado laboral.

El sistema jubilatorio no debería reproducir la desigualdad del mercado laboral, como postulan referentes económicos de la oposición y voceros mediáticos de la derecha, sino que debe ofrecer ingresos que permitan buenas condiciones de vida para los adultos mayores.

Doble castigo a trabajadores

El mundo empresario cuando contrata trabajadores informales no sólo no realiza los aportes previsionales, debilitando el sistema jubilatorio, sino que elude el pago de impuestos y afecta de este modo las cuentas públicas que financian parte del régimen de retiro.

Negar el derecho a la jubilación a los trabajadores que no completaron los 30 años de aportes es un doble castigo: primero, porque en su vida activa no tuvieron derechos laborales, y después en su etapa pasiva por no poder contar con un ingreso previsional.

El universo de los informales anotó el primer gran un salto en los años de la dictadura militar que comenzó con una tasa cercana al 15,0 por ciento, para terminar cerca del 20,0. Después el otro incremento considerable se registró en la década del ’90, al alcanzar el 35 por ciento en el 2001, y después del estallido de la convertibilidad subió al record de 44,5 por ciento en 2004. Desde entonces retrocedió hasta un mínimo de 30,2 por ciento en 2015, para luego iniciar una persistente alza con algunos períodos de retroceso pero sin alcanzar ese umbral.

El último registro del Indec fue 37,4 por ciento correspondiente al 2022.

¿Qué significan estas cifras de informalidad de los últimos 30 años y que proyectan continuar por muchos más?

A nivel coyuntural, que permanecerá la emergencia previsional y que se necesitarán otras moratorias para atender a millones de trabajadores.

En términos estructurales, que se requiere un debate consistente acerca de cómo diseñar un sistema jubilatorio inclusivo, con mejora en los haberes y solvencia en su financiamiento con recursos públicos.

¿Quién tiene que pagar la reforma previsional inclusiva?

El discurso dominante al momento de analizar el régimen jubilatorio en sociedades con aumento en las edades de expectativa de vida de la población, de expertos nacionales e internacional y de organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial), apunta a cuantificar el costo fiscal de mantener una régimen contributivo de reparto, que viene acompañado con la propuesta de elevar la edad jubilatoria y la privatización parcial del sistema.

El poder adquisitivo de gran parte de los haberes es bajo y requeriría una actualización extraordinaria para recuperar el fuerte recorte padecido durante los años del gobierno de Macri, y el retroceso en estos últimos tres años con excepción de la jubilación mínima que fue compensada con bonos para no quedar rezagada respecto a la evolución de la tasa de inflación.

Esto significa que con o sin moratoria el sistema necesita más recursos fiscales. Para ello el debate tiene que definir la fuente de financiamiento: puede ser con desvío de gastos de otras partidas, opción compleja porque la mayoría está bastante apretada con poco margen de reducción, o con ingresos tributarios adicionales (Ganancias, Bienes Personales).

Esto último resulta todavía más complicado porque se ha instalado en el debate público que en Argentina existe una carga tributaria asfixiante, cuando cualquier comparación internacional muestra que no es así, al ubicarse el país en un lugar intermedio en un ranking mundial en esta materia.

El monto real de las jubilaciones no se recuperó

El Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra-CTA) difundió un detallado informe sobre el sistema previsional, elaborado por Nuria Mendizábal. Respecto a los aumentos recibidos por los jubilados en estos años, destaca que las subas otorgadas vía movilidad no lograron recomponer el poder adquisitivo de forma significativa.

Por ese motivo, indica que el gobierno nacional apeló a una política focalizada sobre la población más vulnerable, al otorgar bonos extraordinarios. Esto permitió que el haber mínimo superara los valores de diciembre de 2019 en casi todos los meses donde hubo estos refuerzos de ingresos.

Mendizábal explica que en diciembre de 2022 el haber mínimo real cayó 9,7 por ciento en relación a igual mes de 2019, pero con el bono lo superó en 8,3 por ciento. Para agregar que si bien esta política permitió sostener y mejorar los ingresos de los jubilados y pensionados en situación de mayor vulnerabilidad económica, se trata de una «recomposición efímera dado que este monto extra no se incorpora a la base de cálculo de la fórmula de movilidad jubilatoria, de allí su carácter extraordinario”.

Precisa además que el poder de compra de la jubilación mínima actual se encuentra por debajo de la de diciembre de 2015: sin bono, -24,0 por ciento y con bono, -8,8 por ciento. El resto de las jubilaciones tiene una caída de 15,3 por ciento.

Concluye que «esto debería ser revisado por el gobierno en pos de cumplir con sus promesas de campaña, en donde se auguraba la mejora de los ingresos reales de jubilados y pensionados».

@Página12

/Imágen principal: foto archivo/

NacionalPolítica & Economía 

Cristina Kirchner encabezó una cumbre del PJ con el objetivo de «conformar una propuesta a nivel nacional»

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La expresidenta convocó al Consejo Nacional del Partido Justicialista para balancear el desempeño partidario en las eleccines que ya sucedieron y con la mira puesta en los comicios nacionales de octubre. Hubo críticas a los desdoblamiento en Provincia.

Balance y proyección a futuro. Tras su reaparición en público el último 25 de mayo, Cristina Fernández de Kirchner encabezó este martes una reunión del Consejo Nacional del Partido Justicialista con la mira puesta en los desafíos electorales que se vienen, con énfasis en la Provincia de Buenos Aires, la madre de todas las batallas y donde el peronismo deberá enfrentar a la alianza, ya confirmada, entre La Libertad Avanza y el PRO. Durante el encuentro, del que participaron consejeros de todo el país, se realizó una evaluación de los seis comicios provinciales que ya tuvieron lugar este año, en los que el PJ obtuvo resultados por debajo de lo esperado. Con esas decepciones electorales recientes como puntapié, uno de los ejes de debate fue «cómo conformar una propuesta partidaria competitiva a nivel nacional», tal como reveló tras el cónclave la senadora bonaerense Teresa García, una de la dirigentas más cercanas a CFK. 

Con esa mirada federal, se resolvió que la titular del partido viajará a Corrientes para participar, el sábado 7 de junio, de un acto en la provincia de Corrientes, cuyo gobernador radical, Gustavo Valdés (de buen diálogo con Javier Milei), anunció esta semana el desdoblamiento de la elección provincial, que será el 31 de agosto.

Con vistas a futuro partidario, hubo dos debates centrales. El primero fue la necesidad de que las listas de las legislativas estén conformadas por dirigentes de probado compromiso con los lineamientos partidarios, para evitar «fugas» de diputados y senadores como sucedió, por ejemplo, durante la sanción de la Ley Bases, lo que motivó que los PJ de Misiones, Jujuy y Salta hayan sido intervenidos. El segundo fue encontrar lineamientos político electorales que sirvan para plantear una alternativa en las elecciones generales de octubre nivel nacional, sobre todo para convocar al electorado desencantado con el modelo económico vigente. 

«Estuvimos analizando las elecciones que de todo el país y pudieron hablar todos los delegados. Se plantearon los problemas por la coparticipación y los recursos que no llegan a las provincias y la situación de la gente, que no llega a fin de mes. Por eso la necesidad de plantear una alternativa, en medio de un calendario electoral muy complicado», resumió el temario del cónclave el senador formoseño José Mayans. 

En ese marco, Teresa García no confirmó que finalmente CFK haya decidido jugar como candidata en este turno electoral. «La realidad es cambiante y los resultados no han sido buenos hasta ahora», sostuvo consultada al respecto.

Desdoblamientos

Cristina Kirchner ingresó a la sede de la calle Matheu alrededor de las seis y media de la tarde. A esa hora, el temario de debate ya estaba claro: se haría un balance del desempeño electoral del PJ en la constituyente de Santa Fe, y en las legislativas de Jujuy, Salta, San Luis, Chaco y CABA. En todos esos comicios hubo derrotas. Salvo por CABA, en el resto de los distritos los números estuvieron muy por debajo de las expectativas. Por eso, uno de los ejes a tratar fue qué impacto tuvieron en los resultados finales que esos comicios hayan sido desdoblados, algo que se quiso evitar en la Provincia de Buenos Aires. 

«Se debatió que las experiencias de desdoblamiento en las provincias han debilitado el proyecto nacional del peronismo. No tenemos que debatir el territorio sino el modelo que está hambreando a nuestra gente, que es de Milei», sostuvo Teresa García. Y agregó que no se debatió, en ese marco, la posibilidad de revertir la decisión de Axel Kicillof de desdoblar en la Provincia de Buenos Aires. «Cristina ha respetado la decisión del gobernador, y decidió no tratar mi proyecto de concurrencia. Eso ya está definido. No hubo nadie que pidiera que se unifiquen los comicios», desmintió la senadora bonaerense. 

Ausentismo y táctica electoral

Otro de los temas que fueron eje central del debate fue cómo afrontar la táctica del Gobierno de plantear la elección como un plebiscito de CFK y el peronismo, cuando lo que lógicamente debería refrendarse en las urnas es si el rumbo de Javier Milei es el correcto o no. «Tenemos que encontrar la forma de combatir esa mentira que quiere plantear el Gobierno», dijo al respecto Agustín Rossi, uno de los dirigentes que participaron del cónclave.

Al respecto, pocas horas del cónclave, el diputado José Luis Espert, que suena como candidato del oficialismo para septiembre u octubre, dijo que su tarea en las elecciones consistirá en «enterrar al kirchnerismo».

Rossi también sostuvo que otro debate pasó por la estrategia para lograr que los votantes que apostaron por Milei en 2023 y se decepcionaron por las consecuencias del plan económico vuelvan a apostar al peronismo. «Hoy lo que vemos, sobre todo en los sectores populares y trabajadores, es que se fugaron de LLA, pero todavía no han vuelto a confiar en nosotros. Eso es lo que tenemos que lograr a futuro». Parte de esa tesis se basa en los altos niveles de ausentismo.

/P12

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NacionalDeportes 

River empató con Universitario de Perú y terminó como líder en su grupo de la Copa Libertadores

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Facundo Colidio abrió el marcador para el Millonario, pero Jairo Concha lo igualó en el tiempo adicionado de la primera mitad. Ambos equipos clasificaron a octavos de final.

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NacionalPolítica & Economía 

Crece el endeudamiento en las familias y ya más de la mitad recurre al crédito para comprar alimentos

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El 91% de los hogares argentinos está endeudados y la mayoría de esas deudas se tomaron en 2024 tras la devaluación, fuerte inflación del primer semestre y la caída del poder adquisitivo.

Crecen las deudas de las familias argentinas y alcanzan al 91% de los hogares en mayo, según el último informe del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE)Entre los gastos más destacados se encuentran el rubro de alimentos que explica el 58% de las deudas con tarjeta de crédito.

Las deudas de las familias se tomaron en un 73% en el año 2024, tras las fuerte devaluación del gobierno de Javier Milei y consecuente inflación, que en el primer cuatrimestre acumuló un 64,99%. En medio de ese contexto, el poder adquisitivo también quedó en umbrales muy bajos, que alcanzaron una caída de 10,38% real.

En 2025, un 15% de hogares tomaron deuda, mientras que el 12% ya tenía un déficit desde 2023 o previamente. Esta renovación y acumulación, a su vez, demuestra la incapacidad de las familias para saldar sus pasivos anteriores.

El 65% de las residencias contrajo entre dos y tres deudas, mientras que el 12% adquirió más de tres y el 23% solo una. «En comparación con 2024, aumentó el número de hogares con más de tres deudas (de 8% a 12%), lo que refleja una mayor fragmentación y recurrencia del crédito como estrategia de subsistencia», destacaron del IETSE.

Las deudas impagas, que implican las moras simples o judiciales, representaron el 76% del total. En esa línea, se destaca que la instancia judicial avanzó 6 puntos porcentuales (p.p.) en la comparación interanual, lo que refleja una suba preocupante de la crítica situación financiera de los hogares.

Más de la mitad de las deudas con tarjetas de crédito son para comprar alimentos

En cuanto a las formas de financiación, los argentinos eligen las tarjetas de crédito bancaria y no bancaria en un 30,5%, la cual sufrió un crecimiento de 5 p.p. frente al mismo mes de 2024. Como contrapartida, las financieras y prestamistas disminuyeron significativamente, lo cual puede reflejar una restricción en el acceso o una percepción negativa de estas fuentes por parte de los hogares.

En esa línea, el uso de tarjeta de crédito se dio en mayor medida para la compra de alimentos: el 58% de las deudas se explica por este rubro, mientras solo el 15% se atribuye a la indumentaria y el 11% al combustible. «Esta tendencia subraya  el uso de las tarjetas de crédito para necesidades esenciales, un síntoma concluyente de empobrecimiento», destacan.

En cuanto al origen de las deudas bancarias, se explican en un 34% por la refinanciación de la tarjeta de crédito. Esto consolida la deuda circular, es decir, se piden créditos bancarios para refinanciar deudas de tarjetas de crédito. En contrapartida, solo el 19% se debe a préstamos personales, el 14% a prendarios y un 6% a hipotecarios.

En este escenario de gran endeudamiento, el 56% de los hogares destina entre el 40% y el 60% o más de sus ingresos mensuales al pago de deudas. El incremento respecto a 2024 muestra cómo el sobreendeudamiento erosiona los ingresos disponibles.

«El endeudamiento en Argentina dejó de ser una herramienta transitoria para convertirse en un fenómeno estructural. La creciente utilización de crédito para satisfacer necesidades básicas como la alimentación, revela un empobrecimiento de los hogares que va más allá de la coyuntura económica. La inflación, hoy estabilizada pero persistentemente alta y una notable caída del poder adquisitivo, fueron las causas de una crisis de ingresos que obliga a muchas familias a vivir en un estado de emergencia financiera permanente», concluye el informe.

/ámbito

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