El derechista buscó una justificación en la historia del país para sostener su DNU que pretende avanzar sobre cien leyes con más de 300 modificaciones. Sin embargo, apeló para ello a los contratos petroleros con empresas extranjeras que la historia llamó «La Traición de Frondizi».

Frente al rechazo político, gremial y social que generó el DNU de desregulación de la economía, el presidente Javier Milei busca justificaciones históricas para sostenerlo. En el mediodía navideño, el mandatario posteó un mensaje en el que se ampara en un discurso del ex presidente Arturo Frondizi para defender la herramienta del decreto de necesidad y urgencia, comparando la decisión del ex presidente radical –fuerza política a la que califica de «inútil» y «socialista»– para negociar las concesiones petroleras, con el decreto con el que pretende avanzar sobre casi cien leyes con más de 300 modificaciones. 

«El plan de drásticas reformas y de rápida movilización de recursos que estamos ejecutando impone el quebrantamiento de la rutina administrativa», decía Frondizi en el discurso citado por Milei en su posteo para justificar el DNU  70/2023 y agrega Milei reivindicando a un radical: «Pareciera que algunos por sadismo y otros por corruptos quieren mantener encadenados a los argentinos». 

Sin embargo, lo que no dice Milei es que aquella decisión de Frondizi –presidente cuyo mandato quedó inconcluso entre 1958 y 1962– significó una traición a los ideales radicales y desarrollistas que él había propuesto antes de llegar a la Casa Rosada. Frondizi había reivindicado la necesidad de contar con una petrolera estatal para alcanzar la soberanía y el autoabastecimiento. 

En efecto, al llegar a la presidencia en 1958, en lo que se conoció como «La Traición de Frondizi», con una extraña argumentación “a favor de la soberanía nacional”, prometiendo el “autoabastecimiento” y asegurando que el país no tenía recursos necesarios para un proyecto autónomo, anunció la firma de varios contratos petroleros con empresas extranjeras. 

El decreto citado por Milei significó dejar de lado principios que sostenía Frondizi para forzar finalmente vía decreto contratos con firmas como Pan American Oil, Esso y Shell. En su DNU, Milei también favorece a las empresas petroleras manteniéndoles los subsidios que le entrega el Estado –mientras propone sacarle a los usuarios tanto en energía como en transporte–. 

La cita textual de Frondizi que Milei compartió en sus redes fue: «El plan de drásticas reformas y de rápida movilización de recursos que estamos ejecutando impone el quebrantamiento de la rutina administrativa. Si no hubiéramos eludido esa rutina, todavía estaríamos discutiendo los contratos de petróleo y las radicaciones de capitales que fueron el ariete que abrió el rumbo para la transformación profunda de nuestra estructura económica».

Lo que obvió contar el presidente anarcocapitalista fue el contexto de las decisiones, la traición que significaron a la idea de soberanía nacional y la diferencia entre un decreto para acelerar la firma de contratos en un área económica con la de intentar por la misma vía modificar un conjunto de leyes que podrán modificar la estructura social y económica del país si el DNU no es rechazado por las dos cámaras del Congreso o declarado inconstitucional por el Poder Judicial.  

De acuerdo con lo establecido por la Ley 26.122 que reguló el tratamiento parlamentario de los decretos de necesidad y urgencia, el Poder Ejecutivo tiene tiempo hasta el 5 de enero próximo (10 días hábiles desde el dictado de la norma) para enviar el texto al Congreso para su consideración en la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo, tiene 10 días hábiles para emitir dictamen, y, luego, su debate en el recinto de ambas cámaras.

@Página12.

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