Así surgió de un relevamiento realizado por supermercadistas y almaceneros que hablaron con crónica.com.ar. Aseguraron que hay un cambio de hábito en el consumidor hacia las segundas y terceras marcas. Todos los detalles, en este informe especial.
El bolsillo del ciudadano promedio no da más. La inflación lo acorraló al punto de tener que limitarse hasta en un consumo básico: los alimentos y las bebidas.
Según un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) realizado en 1.256 comercios minoristas entre el 2 y 5 de enero, las ventas cayeron el pasado diciembre un 13,7% interanual en promedio. Pero el mayor derrumbe lo tuvo el rubro “Alimentos y bebidas” (19,8%)
El vicepresidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA), Fernando Savore, por su parte, dijo manejar un porcentaje similar en lo que respecta al derrumbe del consumo de productos alimenticios.
“Diciembre es un mes muy especial porque siempre la venta es un poco mejor debido a que están las dos Fiestas: la de Navidad y la de Año Nuevo. Ahora, uno lo que veía era el poco espíritu navideño que había en nuestros clientes”, manifestó este lunes Savore en diálogo con crónica.com.ar.
Y completó: “Evidenciando esto, el sector trató de poner la mercadería a precio accesible en todo lo que es producto navideño. Y así y todo nos costó mucho llevar adelante la venta. Nosotros estimamos una caída de ventas en lo que fue diciembre pasado de casi 20 puntos porcentuales en alimentos. Una barbaridad”.
El motivo de la retracción del consumo: la escalada de los precios
A su turno, el presidente de la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), Víctor Palpacelli, precisó que la entidad que encabeza registró un aumento de precios del 28% en alimentos y bebidas el pasado diciembre, pero aclaró que ese porcentaje representa un promedio, debido que hubo productos, como el aceite, que “subieron 150%”.
Respecto a ese artículo, la FABA incluso registró un incremento de precio mayor. “A una botella de aceite de girasol de 900 milímetros de primera marca, la vendíamos al público a $550 en la última semana de noviembre pasado y, ahora, la tenemos que comercializar a $1.900”, precisó Savore.
“El valor del aceite estaba subsidiado. Al retirarse el subsidio, el precio de esta mercadería explotó”, agregó.
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