Esta vez, el hecho de que la Copa Argentina se juegue sin VAR perjudicó de gran manera a San Martín de San Juan en su partido contra San Lorenzo por los cuartos de final. San Martín fue superior en la posesión e hizo un buen partido, pero eso no le alcanzó.
A los 42′ del primer tiempo, luego de un centro al área desde la derecha, Jonathan Blanco no alcanzó por poco la pelota, Augusto Batalla la desvió apenas con su pie y Manuel Llano apareció por el segundo palo para definir con el arco vacío y festejar… Hasta que el juez de línea levantó la bandera.
El gol fue anulado por el árbitro Espinoza, pero debió haberse convalidado: ambos jugadores del equipo de la Primera Nacional estaban habilitados por algunos centímetros por el pie izquierdo de Agustín Giay. Una jugada muy fina y rápida, que puede resultar confusa, pero en la que definitivamente el asistente hubiera necesitado la ayuda de la tecnología.
Lo cierto es que este tanto hubiera sido de gran importancia para San Martín: superior en la posesión y haciendo un buen partido, era el empate parcial en un momento clave como antes de irse al entretiempo (cuando se dio esta jugada perdía 1-0 por el penal que convirtió Federico Girotti).
San Lorenzo no jugó bien los primeros 45 minutos y su único remate al arco en la etapa inicial fue el tiro penal que convirtió Girotti. El árbitro Fernando Espinoza sancionó una mano de Nicolás Pelaitay cuando Gonzalo Maroni enviaba un centro al área y el delantero marcó el 1-0 para el Ciclón.
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