«Los datos científicos no justifican por el momento esa dosis de refuerzo, que además incrementa la desigualdad en un momento en el que muchos países en desarrollo todavía no han podido inmunizar a sus poblaciones más vulnerables«, advirtió Didier Houssin, Presidente del Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud.
La semana pasada, Pfizer y su socio alemán BioNTech anunciaron que en agosto solicitarán a las autoridades sanitarias de los Estados Unidos autorización para una tercera dosis con el fin de impulsar la producción de anticuerpos y así elevar la protección ante la irrupción de nuevas variantes.
«No hay nada comprobado en cuanto a terceras dosis», afirmó Jorge Geffner, inmunólogo de la unidad Covid del Conicet. «Acá hay que acelerar la aplicación de segundas dosis en los mayores de 40. Con Oxford-AstraZeneca y con Sputnik V, y si hay faltante de Sputnik V hay que combinar con otras vacunas. La Secretaría de Salud del Reino Unido publicó un estudio muy riguroso que sostiene que tanto Oxford-AstraZeneca como Pfizer brindan una protección cercana al 30% con una primera dosis, y que trepa por encima del 80% con dos dosis. Eso es lo fundamental«, profundizó el experto, que hace dos semanas fue convocado por el Gobierno nacional para trazar lineamientos en cuanto a la combinación de vacunas.
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