Rodeada por un paredón de hormigón, el lugar tiene acceso al río. En la capital de Rio Negro, donde crece el miedo por las nuevas revelaciones.
Desde Viedma
Sobre la ruta que conecta Viedma con las playas de El Cóndor, en Rio Negro, hay una finca que se distingue de las demás. Está cercada por un paredón de hormigón premoldeado en todo su perímetro. Se llama “La Gringa” y es el lugar donde Federico Andrés «Fred» Machado cumple prisión domiciliaria, acusado en los tribunales de Estados Unidos por tráfico de cocaína, lavado de dinero y fraude. En un extremo la ruta y en el otro, la ribera del río Negro (a solo 20 kilómetros del mar Atlántico); la casa de Machado es tan extensa que une esos dos extremos, tiene al menos 200 metros de largo y más de 50 de frente. Es la única en la zona con calle de asfalto interno, algo impensado por sus costos. Aunque el camino es muy transitado porque está de paso hacia el balneario, acá hay personas que tienen miedo de acercarse al lugar, incluso, algún taxista que rechazó el viaje pedido por esta cronista.
La casa de Machado tiene un portón blanco sin ningún tipo de custodia, ni privada ni de las fuerzas de seguridad. Desde el año 2021 vive en ese lugar con una tobillera electrónica bajo la guarda de su madre y su hermana –que vive en una casa contigua–, y tiene indicado un tratamiento psiquiátrico por depresión. Cada quince días, la justicia local reporta informes al juzgado federal y, hasta el momento, no ha violado la domiciliaria.
“¿Estás segura de que querés ir ahí?”, dijo el primero de los taxistas que rechazó el viaje hasta el kilómetro 20 de la Ruta Provincial N°1. En Viedma, a 20 minutos de “La Gringa”, se mezcla el miedo silencioso con el desconocimiento. Hay quienes ignoran por completo el nombre de Fred Machado, hay quienes dicen que “le suena” y hay quienes le temen. Incluso, las figuras públicas que siguen el caso y buscan poner en evidencia las campañas políticas financiadas con dinero de la droga están intranquilas. “Acá sabés dónde vive cada uno” y “tengo hijos”, son algunos de los argumentos. “¿Por qué viniste a la boca del lobo?”, preguntó uno de los entrevistados y otra advirtió: “cuidate”.
La capital provincial, en la que viven casi 60.000 personas, pendula entre la mancedumbre del Río Negro que la recorre por sus bordes y el torrente de agua furioso que generó el vínculo entre José Luis Espert y Machado, pero que también tiene a otros personajes locales en el centro de la escena. Allí están el primo, Claudio Cicarelli, y la diputada de La Libertad Avanza y candidata a senadora, Lorena Villaverde. Un hilo que se hizo visible en el 2019 y que llega a estos días, incluso más allá del partido libertario.
El paredón de cemento deja ver una casa de grandes ventanales, rodeada de coníferas, eucaliptos y algún sauce. Y las imágenes áreas completan el cuadro: patios cubiertos y pileta. Allí vive el hombre que le entregó, al menos, 200.000 dólares al diputado y candidato de LLA, José Luis Espert. En el portón blanco de la entrada no hay garitas de seguridad, tampoco se ven móviles policiales en los alrededores. Tiene como “guardadoras” –es es el término jurídico– a su mamá, María Esther Ciccarelli, y a su media hermana, Malena Esther Igoldi. Ambas fueron designadas por la justicia para asistirlo, ya sea con la compra de alimentos o acompañándolo a rehabilitación kinesiológica, como en 2021 tras una operación de meniscos.
En septiembre de 2021, el juez federal de Neuquén, Gustavo Villanueva, le había denegado la prisión domiciliaria, pero revirtió la decisión tras una presentación de Machado ante Casación. En la resolución, el magistrado sostuvo que las condiciones psíquicas y físicas de Machado se habían agravado y que podrían empeorar. Hizo referencia a “la angustia y depresión que sufre el interno, con probables ideas suicidas”, que “obligan a la realización de un tratamiento psiquiátrico que no están en condiciones de proporcionar allí”. Algo que también sostuvo el Jefe de Seguridad del lugar de detención en Bariloche, que dijo que vio un proceso de “abandono personal, con escasa ingesta de alimentos y falta del aseo diario”. También argumentó condiciones físicas por los “fuertes dolores en la rodilla izquierda, que requiere una pronta operación de meniscos, agregando que la recuperación posterior, para completar el restablecimiento de la extremidad, no puede brindarse dentro de las instalaciones donde se halla alojado ni tampoco en la Unidad 12”. En la resolución del 2021, el juez le indicó a Cicarelli e Igoldi, “la obligación de acreditar mensualmente la realización del tratamiento psiquiátrico de Machado”.

Desde ese año cumple prisión en esa zona de Viedma, reservada para gente de gran poder adquisitivo, y fue incorporado al Programa de Asistencia de Personas Bajo Vigilancia Electrónica en coordinación con el Servicio Penitenciario Federal. La vigilancia está bajo la órbita del Instituto de Asistencia de Presos y Liberados, que depende de la Secretaría de Estado de Seguridad y Justicia, del Gobierno de Río Negro. Ese organismo hace visitas quincenales sin previo aviso y mensualmente eleva un informe al juzgado de Villanueva, en Neuquén.
El empresario exitoso
Hasta el año 2019, Federico Machado “estaba fuera de radar para la comunidad” –como lo define el periodista rionegrino Daniel Vila ante una consulta de ese diario–, no era un personaje de renombre. Recién en ese año se empezó a hablar de él como “un pibe que se fue a Miami para probar suerte y que hizo fortuna con una empresa área” y que venía a la Argentina a visitar a su madre y sus hermanos, además de otros viajes por negocios. Hasta ese momento, el apellido Machado era uno más en la ciudad. Pero todo cambió cuando en el 2021 el Diario de Rio Negro dio la primera noticia: “Un empresario de Viedma vinculado al narcotráfico”. Machado había vuelto al país en marzo de ese año y el 1 de abril se dispuso la orden de captura interna de Estados Unidos y el Ministerio Público Fiscal argentino cooperó para localizarlo. El 15 de abril, Argentina recibió el alerta roja con el pedido de detención internacional y el 16 se detectó una reserva a su nombre para viajar de Neuquén a la Ciudad de Bueno Aires fu, ese mismo día fue detenido en el aeropuerto neuquino y quedó a disposición de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, para luego ser trasladado a Bariloche. Luego de un año de prisión preventiva, Villanueva resolvió avalar la extradición, que fue apelada directamente ante la Corte Suprema.
Desde el peronismo provincial también vinculan a Cicarrelli con Juntos Somos Río Negro, el partido del gobernador Alberto Weretilneck, del que fue trabajador adscripto en la Legislatura provincial antes de convertirse en empresario en el rubro de la explotación minera y de arenas silíceas para fracking. En el bloque Fuerza Patria hacen foco sobre las concesiones mineras a las empresas de Cicarelli, primo de Machado y señalado como su testaferro, y del rol de Andrea Confini, que hasta el mes pasado tuvo a su cargo el área de Energía (que incluye Minería, Ambiente e Hidrocarburos), que fue designada como directora de YPF y que, además, es candidata a senadora nacional y pareja del gobernador.
El amigo Espert
Días atrás, Eduardo Feinman publicó un video en A24 en el que Espert está al costado de una pileta y se burla de la política económica del entonces presidente Mauricio Macri. Según indicó, fue grabado en el 2018 por el propio Machado en “Las Gringas”. Ayer, se conoció una entrevista de la periodista Jessica Gramajo en la que Machado reconoce su amistad con el diputado libertario. “En Argentina conocí a un asesor de quien es hoy presidente. A este señor, en ese tiempo, al igual que el señor Milei, solo lo conocía la familia. No sacó ni el uno por ciento de los votos. Lo llevé en un avión a mi pueblo a dar una charla y nos hicimos medio amigos, en el 2021. De la noche a la mañana, este hombre, igual que Milei, explota en popularidad, y la política sucia le saca la relación conmigo”, dijo en la nota que fue publicada en el sitio Perycia.
Machado también negó las acusaciones y dijo que son “fantasías”. “Lo de los vuelos narcos es un mito que se creó sin nada que lo fundamente”, agregó y criticó al periodismo: “Estoy en mi país a derecho. O sea, no estoy fugado ni escondido, y acá la bandera aún es celeste y blanca, no roja, blanca y azul con estrellas. Y a los medios argentinos no les crea nada de nada, porque acá sí que son buenos para escribir ficciones. Como buenos argentinos, agrandan todo al máximo nivel”.
Posiblemente parezca una ficción, nunca antes en la historia argentina se conoció un vínculo tan directo entre el narcotráfico, la justicia norteamericana y la política nacional, incluyendo en uno de sus episodios la inexplicable demora de la Corte Suprema de la Nación para resolver el pedido de extradición de Machado. Mientras tanto, en Viedma la incertidumbre hace mella en la población local. Cosas que suceden en la Argentina de Milei.
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