Israel y Hamás se han lanzado a una guerra abierta tras dos días de hostilidades generales. Al menos 53 palestinos, entre milicianos y civiles, y seis israelíes (entre ellos, una mujer de nacionalidad india) han muerto en alrededor de 500 operaciones de la aviación israelí y a consecuencia del disparo de un millar de cohetes de las milicias palestinas.
La escalada se desata el lunes tras el disparo de proyectiles sobre Jerusalén, en represalia a la feroz represión israelí a palestinos en dicha ciudad. Se ingresó así en perspectiva de guerra generalizada con bombardeos masivos del Ejército israelí, el derribo de edificios de varias alturas con los misiles de la aviación y asesinatos selectivos de jefes de las milicias islámicas de Hamás y la Yihad Islámica. Al menos media docena de comandantes han muerto en sus bases o domicilios por la ofensiva aérea. El Gobierno israelí ha declarado el estado de emergencia en la ciudad de Lod, a 15 kilómetros de Tel Aviv, ante los disturbios por las protestas de la minoría árabe contra la intervención militar. El enviado de la ONU para la zona, Tor Wennesland, ha manifestado que está trabajando con las dos partes para restaurar la calma.

Las infraestructuras básicas, como el Aeropuerto Internacional de Ben Gurion, al sur de Tel Aviv, están afectadas y también el oleoducto Eilat Ashkelon, alcanzado por cohetes lanzados desde la franja de Gaza.
La ola de violencia que durante el mes de Ramadán había estallado en Jerusalén, donde más de 300 palestinos resultaron heridos el lunes en choques con la policía en la mezquita de Al Aqsa, se ha extendido hasta el enclave de Gaza, que ha sufrido tres demoledoras contiendas desde que Hamás se hizo con el poder en el territorio en 2007. Junto con las protestas por las barreras policiales colocadas en Ramadán en la Puerta de Damasco, principal acceso al barrio musulmán de la Ciudad Vieja, la movilización ciudadana para detener los desalojos de Sheij Yarrah, que habían sido promovidos ante la justicia por una asociación de colonos ligada a la extrema derecha, estuvo detrás del origen del estallido en Jerusalén durante el mes sagrado del islam.