¿Cuántas veces uno va caminando por la calle y encuentra en las paredes frases o dibujos realizados con aerosol? La realidad nos demuestra que esto ocurre permanentemente.
Los denominados graffitis a veces pasan desapercibidos, otras son observados y, en ocasiones, son respondidos por uno nuevo. En San Juan, las paredes demuestran que el graffiti es una práctica que hoy sigue muy vigente en la sociedad. No importa en que rincón de San Juan nos encontremos, siempre va a haber una pared “rayada”.
El graffiti, termino que proviene del italiano sgraffio “arañazo”, ha existido desde el principio de la historia del hombre. A lo largo y ancho del planeta, el hombre siempre se las ingenió para ir dejando sus graffitis.
El graffiti se refiere a una variedad de expresiones artísticas que toma como lienzo las calles, los subtes, las paredes y diferentes superficies ubicadas en las ciudades, aprovechando las particularidades del terreno para acentuar el mensaje.
Los temas del graffiti están ligados a sus creadores por lo que pueden tener connotaciones directamente políticas o bien pueden orientarse al entretenimiento, reflexión, siendo una de sus prioridades la interacción con los transeúntes.
Por las mismas peculiaridades de producción, las cuales suelen estar cerca de la clandestinidad, este tipo de arte es hecho por individuos o grupos muchas veces anónimos, lo cual propició su asimilación como un acto de rebeldía así como una profunda identificación del creador con sus obras dando pie a lenguajes emotivos e iconografías personales que pueden volverse populares con el tiempo.
El origen del graffiti no está muy bien definido, es difícil conocer la fecha exacta de cuando comenzó este fenómeno. Algunos historiadores afirman que está ligado a la misma necesidad expresiva del hombre de las cavernas, ya que éstos aprovechaban los elementos del medio, como formas de las rocas o cúpulas de origen natural, para dar mayor realce a sus piezas. Otros historiadores consideran que el verdadero origen se encuentra en los primeros graffitis que datan del año 79 Antes de Cristo, como los hallados en la Ciudad de Pompeya, los cuáles incluían frases políticas pero también ilustraciones fálicas, un elemento que aún se puede ver de manera cotidiana en diversos lugares públicos.
Sin embargo, Egipto, Grecia, la Antigua Roma, China, La Cueva de Lascaux en Francia y La Cueva de las Manos en la Patagonia argentina fueron nombrados, por diferentes historiadores, como el primer antecedente del graffiti.
El Graffiti moderno.
El graffiti moderno estalla en los sesenta, con el Mayo francés de 1968 y el movimiento del hip hop que aparece en Nueva York a finales de esa década.
Francia 1968. Se vivían tiempos de cambio, de revolución. Los estudiantes, quienes comenzaron con la protesta, y luego gran parte de los trabajadores, lucharon por transformar el sistema establecido. Sus ideales apuntaban a cambiar el sistema universitario, el modo de producción laboral, la jerarquización en todo sentido, la función del estado, la familia, el sexo, entre muchos otros aspectos. La libertad era uno de los objetivos primordiales.
Durante el Mayo francés, el graffiti se convierte en el arma privilegiada de combate durante ese contexto convulsionado. En el período de la insurrección estudiantil en París, las paredes se convirtieron en el instrumento fundamental de comunicación utilizado por los estudiantes.
De esta manera, los reclamos de estudiantes y obreros se hicieron visibles ya que las pintadas inundaron las calles. Sin embargo, este acontecimiento ocurrido en Francia no sólo aparece como el gran antecedente del graffiti moderno, sino que también figura como el nacimiento de una técnica que hoy es muy utilizada por los graffiteros: el stencil.
Estados Unidos a fines de los sesenta y, sobre todo, en la década del setenta, plena Guerra Fría. Las comunidades afroamericanas, ubicadas en los barrios neoyorquinos más populares como Bronx, Queens y Brooklyn, vivían la cruda realidad de pobreza y discriminación.
El graffiti comenzó a desarrollarse a finales de la década de 1960 en Nueva York y Filadelfia, donde artistas como Taki 183, Julio 204, Cat 161 y Cornbread empezaron a pintar sus nombres en paredes o en las estaciones del metro de Manhattan.
A través de estos artistas callejeros, nació el graffiti americano y se extendió a lo largo y ancho del mundo.
América Central y América del Sur durante las décadas del setenta y ochenta. El graffiti se expande a través de los movimientos rebeldes y juveniles de los procesos revolucionarios que se desencadenaban. En aquellos años, el graffiti acompañó la expresión de la lucha popular y la resistencia contra los gobiernos totalitarios que azotaban en América Central y América Latina.
En los últimos años, el graffiti comenzó a encender la polémica en determinados sectores de la sociedad que no comprenden cómo los jóvenes son capaces de tomar una lata de aerosol y salir a “ensuciar” las paredes de la ciudad. Sin embargo, hay personas como Eduardo Galeano que reivindica el graffiti.
“Las paredes, me parece, opinan otra cosa. Ellas no siempre se sienten violadas por
las manos que las escriben o las dibujan. En muchos casos, están agradecidas. Gracias a esos
mensajes, ellas hablan y se divierten. Bostezan de aburrimiento las ciudades intactas, que no
han sido garabateadas por nadie en los poquitos espacios no usurpados por las ofertas
comerciales”.
Con información de : Máximo Randrup y Federico Ferraresi.