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Opinión

Gioja en línea con Orrego y Bullrich: ¿no se está almorzando la cena?

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NOTA DE OPINIÓN por Luis Hernández Monte.

El ex gobernador y actual candidato salió a criticar duramente a Uñac, dando muestras de un oportunismo no comprensible. Ha perdido dos grandes oportunidades de demostrar que está por encima de la situación como estadista, pero no. En esta, decidió golpear a su adversario político sin tener en cuenta de que al golpearlo le hace un agujero al propio bote donde está sentado. El que habla mal de otro habla más de sí, en su mensaje más que describir a Uñac se describe a sí mismo. Gioja pretendía evitar que se votara este domingo, ¿No es eso una “maniobra rastrera” y una pataleta por la “desesperación”? ¿No es esto lo mismo que hacen Orrego, el Pro y Bullrich?

El ex gobernador y actual candidato salió a criticar duramente a Uñac, dando muestras de un oportunismo no comprensible para la situación tremenda en la que se encuentra la provincia y con la repercusión nacional que tiene la decisión improcedente de la Corte. Ha perdido en los dos últimos meses dos grandes oportunidades de demostrar que está por encima de la situación, que tiene la altura política que el momento requiere y no mostrar una mirada al pupo.

En esta ocasión, en vez de criticar a la Corte Suprema por vulnerar el derecho de los sanjuaninos a ejercer el voto a la gobernación, o criticar a Bullrich por lo que ella identifica como “su victoria”, eligió solamente criticar al actual Gobernador.

Cuando tendría que haber salido a defender a todos los sanjuaninos, a defender San Juan y al federalismo, dando un mensaje de unidad, de que todos los sanjuaninos estamos unidos frente a este atropello. Incluso tenía la oportunidad de presentarse él, Gioja, como prenda de unidad del peronismo o referente, colocándose por encima de la situación y diciendo que entre todos vamos a enfrentar este nuevo desafío, lo cual le hubiese permitido ganarle terreno a Uñac. Por el contrario decidió golpear a su adversario político sin tener en cuenta de que al golpearlo le hace un agujero al propio bote donde está sentado.

/ Facebook: @joseluisgioja
*Pueden ver las críticas duras a Uñac.

Más allá de que esté de acuerdo o no con Uñac, la situación hoy es otra, la Corte Suprema ha tomado a último momento la decisión de suspender unas elecciones que teníamos previstas y preparadas para este próximo domingo.

Cuando el peronismo a nivel nacional señala y critica la decisión de la corte, José Luis elige tomar otro camino y situarse al lado de Orrego, usar las mismas críticas y haciendo bandera de una mezquindad que pretende señalar en otro, se alinea con la derecha porque tiene la ilusión de obtener beneficio personal.

La otra ocasión desperdiciada por el ya septuagenario político fue con el conflicto docente. En aquellos momentos en los que los autoconvocados se negaban a volver a las aulas tuvo la misma mirada chiquita que ahora. No se ofreció a mediar, lo que podría haberlo puesto en una posición diplomática, de responsabilidad, de gobernabilidad y de interés por la solución del conflicto.

Se escondió, tuvo silencio, mientras que por otro lado su gente participó activamente en los piquetes y actividades de los autoconvocados. En aquel momento también demostró que lo único que le interesaba era el rédito político o el supuesto beneficio electoral.

En el comunicado que ha hecho público “El Flaco” no hace otra cosa que pretender señalar la paja en el ojo ajeno y no viendo la viga en el suyo. Un intento rastrero de “hacer leña del árbol caído” pensará, pero se olvidan que no hay nadie caído aún y que los realmente afectados somos todos los sanjuaninos.

Gioja acusa de “capricho” a Uñac, pero en toda la actitud del ex gobernador no puede dejar de verse una especie de “vendetta” personal, un resentimiento y rencor que le guarda aún a Sergio Uñac, al que quiere señalar de pretender perpetuarse en el poder, cuando lo cierto es que quiere vengarse porque el pocitano le negó la posibilidad de que siguiera mandando cuando ya no era gobernador.

Además, todo esto solamente fideliza a la gente que ya tiene, a los fanatizados de “El Flaco”, pero no suma a nadie. Con esto no le va a alcanzar. Todavía es incierto todo, pero lo cierto es que aunque no se candidateara Uñac, no es que Gioja vaya a quedar solo frente a Orrego, sino que el oficialismo tendría un candidato.

Nada está decidido aún falta ver qué pasa el domingo, cuando serían las elecciones a gobernador, si Uñac puede o no presentarse. Como señalaba ayer, la razón por la que Gioja pretendiese evitar que se votara este domingo es porque realmente ninguno de sus candidatos a intendente o diputado tiene nada que aportar, más allá de compartir boleta con él. ¿No es eso una “maniobra rastrera” y una pataleta por la “desesperación”? ¿No es esto lo mismo que hacen Orrego, el Pro y Bullrich?

Los giojistas están encapsulados, con una visión de la realidad muy acomodada a lo que diga el ex gobernador. Una cápsula llena una atmósfera de fanatismo en la que ellos mismos se han metido y en la que consideran que es la única realidad.

Gioja no puede sacarse de la mochila que fue él quien reformó la constitución contra viento y marea para reelegirse y fue su vicegobernador a quien eligió de sucesor. Muchas veces el que habla mal de otro habla más de sí, en su mensaje más que describir a Uñac se describe a sí mismo.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

Opinión

Argentina: una política exterior sumisa y nociva

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NOTA DE OPINIÓN POR TELMA LUZZANI.

Sobreideologizada, muy limitada y antipragmática. Así es la política exterior del gobierno de Javier Milei. Entrevista con Carlos Raimundi. 

Con recetas radicales y comportamientos contradictorios (cuando no erráticos) el presidente Javier Milei, formado en Economía, tiene una visión hiperideologizada y, por lo tanto, muy limitada de la política internacional. Como en otros campos, su enfoque en relaciones exteriores no cruzó la barrera de los siglos ya que sus análisis parecen anclados en el mundo bipolar de la Guerra Fría al aludir a Rusia como un país comunista; o creer que todavía Europa o Estados Unidos tienen una economía pujante y son un modelo a seguir.

Parte de su estrategia comunicacional es mostrar una irreverencia extrema y un lenguaje sin censuras. Ambas conductas son, claramente superficiales ya que quedan en el mundo de los (malos) modales, pero no aplican a las decisiones esenciales que toma su gobierno, medidas neoliberales archiconocidas que, lejos de toda rebeldía, acatan el dictado de los poderosos y se ensañan con los más vulnerables.

La política exterior es una de las más dañadas. Milei insultó públicamente al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificándolo de “comunista y corrupto” y al de Colombia, Gustavo Petro, llamándolo “comunista asesino” en una entrevista para la CNN. A China no sólo la ofendió acercándose a Taiwán –una de las líneas rojas más conocidas de la diplomacia mundial- sino que, además, aseguró a la agencia Bloomberg: “La gente no es libre en China, no pueden hacer lo que quieren y cuando lo hacen, los matan”. Es sabido que Brasil y China son nuestros dos socios comerciales principales.

“El distanciamiento entre Argentina y Brasil es un enorme perjuicio para nuestro país, pero también para la geopolítica mundial”, reflexionó el ex embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi. “La fisura de la alianza estratégica entre Brasil y Argentina fue y sigue siendo un objetivo buscado por el capitalismo financiero globalizado para evitar el desbalance que podría producirse si se concreta la unidad latinoamericana. La fractura entre ambos países, lamentablemente, impide que, en un momento inmejorable, toda la región latinoamericana se convierta en un bloque de poder que tenga una voz propia en la disputa geopolítica. Imaginemos cómo se desequilibraría el mundo si la Argentina hubiera hecho sonar su voz de la misma manera que lo está haciendo Lula en relación a una necesaria paz en Palestina.”

El listado de “horrores” y errores de Milei y de su canciller, Diana Mondino, son tantos que no caben en un artículo periodístico, pero hay tres que pasan los límites: 1) despreciar la oportunidad de integrar los BRICS, organización que por su peso actual nos abría un enorme abanico de oportunidades; 2) el entreguismo en relación a las Islas Malvinas y la falta de reacción del gobierno ante las provocaciones británicas que incluyen no sólo la construcción de un puerto en el Atlántico sur sino la visita del canciller David Cameron a las islas y 3) la sumisión colonial a Estados Unidos al que se le permite instalar ingenieros del Pentágono en una de las cuencas de agua dulce más importantes del mundo: la Hidrovía Paraná-Paraguay, entre muchos otros sometimientos.

“Creo que uno de los posicionamientos más negativo de Argentina fue haber renunciado a la pertenencia al área de los BRICS que representa, a nivel mundial, el bloque de poder en ascenso no solo en el aspecto económico sino también político y tecnológico”, opina Raimundi.

“Se ha renunciado a esta pertenencia por acentuar su alineamiento, prácticamente incondicional, a un gobierno y a un país que representan significativamente la decadencia. Estados Unidos, a través de una apuesta a la guerra, a la militarización, al complejo militar industrial, está disecando las economías (tanto la doméstica como la de sus aliados de la OTAN). Y el gobierno estadounidense está representando, en este momento, la decadencia ética más inimaginable que podía sufrir la humanidad y esto es el genocidio que está perpetrando el gobierno de Israel en la Franja de Gaza.”

– ¿Se puede afirmar que la actual gestión de Diana Mondino ha roto con los principios históricos de la política exterior argentina? 

– Si respondiera en términos tradicionales diría que sí, que los ha roto, fundamentalmente, en materia de defensa universal de los derechos humanos, en defensa irrestricta a la soberanía argentina sobre Malvinas y a la posibilidad de comerciar con todo el mundo independientemente del signo político del gobierno que sea la contraparte. Pero creo que una etapa como la actual en Argentina no debe caracterizarse como un momento normal porque no se trata de un gobierno sino de un plan de negocios. Un plan de negocios que tiene, en espejo, una serie de enunciados en materia de política internacional que se reproducen a nivel de la política doméstica y que podría resumir como la entrega de todo el poder y todos los recursos a las grandes corporaciones.

– Con esta desatención a nuestro lugar como latinoamericanos y el realineamiento con el Norte ¿Argentina deja de ser una voz importante en la región?

– Por sus dimensiones, por su importancia, Argentina nunca deja ser una voz. El problema es en representación de cuáles intereses. El actual presidente se ha convertido en un  personaje muy conocido a nivel mundial y, por lo tanto, representa una voz, pero no en nombre de la dignidad o de los derechos humanos, sino de los negocios de las fortunas más estrepitosas del mundo, de los sectores más radicalizados de la ultraderecha. El ser una voz a favor de las actitudes violentas, misóginas, negacionistas tiene consecuencias graves porque, justamente, demoran la posibilidad de que Argentina se inserte desde otros valores como los antes mencionados al sistema internacional.

– Argentina ignora las organizaciones regionales orientadas hacia la integración como la CELAC y, en cambio, busca encolumnarse en otras en las que somos jugadores marginales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). ¿Qué opina sobre esto?

– A veces, se habla de organismos internacionales alternativos como CELAC, Unasur, que tienen que ir más allá de las ideologías (como se intentó originalmente con Unasur que congregó a gobiernos de derecha como fue en aquel momento el gobierno de Colombia de Alvaro Uribe o de Sebastián Piñera en Chile), pero eso no funciona. La última reunión de la Celac fue saboteada por los gobiernos de derecha y, en las anteriores habían concurrido, pero no se había podido llegar a grandes consensos. Es decir no se consigue una fortaleza de despliegue de esos organismos multilaterales alternativos. Yo creo en los grandes bloques que no expresan categorías ideológicas sino valores que puedan ubicar a nuestros países en un lugar propio y autónomo de decisión en el concierto mundial. Es decir, creo en organismos integrados por países que tienen una lectura similar de la agenda global, porque cuando se trata de grupos que en su interior equilibran dos lecturas antagónicas de la agenda mundial se gasta en vano mucho esfuerzo y eso termina en una parálisis.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

@ElDestape.

/Imagen principal: Archivo/

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Opinión

¿Para quién trabaja la inoperancia?

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NOTA DE OPINIÓN – Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Hay experiencias que quedan grabadas en la memoria personal o familiar. Así, un nacimiento, obtener un título o mudarse a una casa nueva forman parte de los recuerdos que disfrutamos; pero también dejan huella en el alma los hechos traumáticos como un accidente de tránsito, una enfermedad dolorosa, una traición. Otros acontecimientos, en cambio, son emblemáticos y pertenecen además a la memoria colectiva de un pueblo porque su impacto incide más allá de la cantidad de víctimas mortales y su entorno cercano.

La memoria de la sociedad acerca de un acto injustificable y tremendo como el atentado contra la Embajada de Israel es imprescindible. Sucedió el 17 de marzo de 1992, hoy hace 32 años. Aconteció en un lugar particular de una representación diplomática, pero la violencia se perpetró contra la Argentina en su conjunto, con víctimas argentinas y extranjeras que trabajaban allí, transeúntes, ancianas alojadas en un hogar en la vereda de enfrente, un sacerdote de la parroquia vecina… La muerte no seleccionó de acuerdo con pertenencias religiosas, oficios, edades o nacionalidades.

El atentado contra la Embajada debió haber sido tomado como una advertencia que al menos dificultara el llevado a cabo en puertas de la AMIA un par de años después, el 18 de julio de 1994. Sin embargo no fue así. Ambos acontecimientos nos hicieron tomar conciencia de modo dramático de uno de los fenómenos más terribles de la política mundial actual, como es el terrorismo internacional. Asistimos al fenómeno de la globalización del terror. En muchas ciudades del planeta crece la sensación del miedo a salir de casa y encontrarse con lo inesperado. Un recital, una obra de teatro, un partido de fútbol, una oficina, un centro educativo, el subterráneo… Para la violencia que irrumpe de modo insospechado nunca estamos suficientemente preparados.

La memoria reclama la Justicia. La incapacidad de la Argentina para completar una investigación seria, y encontrar y castigar a los culpables del atentado es algo que nos avergüenza. De este modo se ponen en evidencia desde otro ángulo las limitaciones de la Justicia en nuestro País. ¿Se puede aceptar que a 32 años no pase nada? ¿A quiénes beneficia la inoperancia? ¿Para quién trabaja la torpeza? La impunidad es una herida que nos duele profundamente a los argentinos. Algunos suman como “tercer atentado” el momento de la muerte sospechada de asesinato del Fiscal Alberto Nisman, rodeada de sombras de encubrimiento y signos de corrupción.

Es difícil pensar que el atentado no esté vinculado a la situación en Medio Oriente. Un conflicto que se extiende desde hace décadas y al que la comunidad internacional no ha podido o no ha sabido encontrarle solución. No desconocemos, sin embargo, el fabuloso negocio que significa para fabricantes de armas y traficantes de lo imaginable y lo increíble que el conflicto continúe y —de ser posible— se profundice. Siempre aparecen los que comercian para la muerte y se enriquecen con dinero que escurre sangre. Es claro que la solución no puede darse a través de la violencia, sino del diálogo y del esfuerzo por lograr una comprensión mutua. Todos los protagonistas deben llegar a reconocerse como hermanos más allá de las diferencias nacionales o religiosas. Debemos afirmar con claridad la inmoralidad intrínseca del proceder terrorista a nivel internacional y local. La violencia nunca conseguirá la paz y la justicia, como tampoco el robo, el despojo y el desprecio por la vida. Este proceder tiene algo de locura irracional y barbarie.

En la Argentina vivimos una situación excepcional que muchos no llegan a valorar pero que es un ejemplo para el mundo: la relación de respeto, amistad y hasta fraternidad entre distintas confesiones religiosas. La imagen de hace unos años del Papa Francisco abrazado a su amigo judío y a su amigo musulmán frente al muro del Templo de Jerusalén, se alza con un mensaje muy potente que demuestra que es posible superar las diferencias.

Francisco ha querido llevar esa experiencia al plano internacional. En su Encíclica Fratelli Tutti nos desafía a que “seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en palabras” (FT 6). Cada vez es más urgente la necesidad de “una nueva red en las relaciones internacionales, porque no hay modo de resolver los graves problemas del mundo pensando solo en formas de ayuda mutua entre individuos o pequeños grupos” (FT 126).

Es imperioso renovar el sueño del Profeta Isaías: “Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra” (Is 2,4). Jesús de Nazareth nos enseñó: “Felices los que trabajan por la paz” (Mt 5, 9).

Que las utopías de los buenos hagan retroceder a las fuerzas del mal.

/Imagen principal: Archivo/

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China no acepta disciplinamientos

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NOTA DE OPINIÓN – Por Jorge Elbaum.

La confrontación estructural que genera la actual Guerra Fría es el resultado de la incapacidad de Occidente para aceptar la soberanía plena de China y Rusia y su respectiva influencia sobre el resto del mundo. En el relato que Washington pretende difundir, a través de sus propaladoras de sentido, Beijing es una autocracia que desafía su hegemonía global y Moscú es un actor geoestratégico, que debe ser fragmentado y/o aislado. El G7, la OTAN y el AUKUS –creado en 2021– se articulan para reducir el liderazgo de los BRICS, demonizar a quienes desafían las actualizaciones del Consenso de Washington y sabotear las capacidades chinas de desarrollo económico, científico y tecnológico.

El 4 de marzo se inició en el Gran Salón del Pueblo, frente a la Plaza Tienanmen, el cónclave anual conocido como el de las Dos Sesiones, en el que se reúnen, por el lapso de una semana, los representantes de la Asamblea del Pueblo y quienes integran el Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política (CCPPC), un órgano asesor integrado por colectivos territoriales, profesionales, sindicales y militares. Durante el encuentro, se hace un balance respecto al año que finalizó y se plantean los objetivos del futuro inmediato.

El primer ministro Li Qiang (foto) fue el encargado de leer el informe frente a los tres mil delegados. Los ejes de su exposición se orientaron a impulsar “un mundo multipolar igualitario y ordenado” y “una globalización económica inclusiva”, en clara oposición al modelo pretendido por la OTAN y el G7, quienes insisten en imponer un modelo basado en reglas unilaterales sustentadas en prácticas “hegemónicas e intimidatorias”. El posicionamiento que Li Qiang detalló en su presentación prevé una mayor presencia de China a nivel internacional, promoviendo cambios en la gobernanza global.

El planteo de Li Qiang –segundo hombre de importancia después de Xi Jinping– incluyó observaciones respecto de la situación de Taiwán y el Mar de la China, ejes prioritarios de la política exterior de Beijing. El ministro de Exteriores Qin Gang advirtió recientemente que “si Estados Unidos no pisa el freno y sigue acelerando en el camino equivocado, no habrá barandillas suficientes para prevenir el descarrilamiento, que devendrá en un situación muy conflictiva”. Las palabras de los referentes chinos coincidieron en abordar tres ejes de la confrontación global, que se desarrollan en forma simultánea: el conflicto de Medio Oriente (con sede en Gaza, Israel Líbano, Siria, Irak, Irán y Yemen), el enfrentamiento bélico en Europa Oriental, y las provocaciones de Washington en el sudeste asiático.

El 15 de septiembre de 2021, Washington, Canberra y Londres formaron un triángulo militar denominado AUKUS (acrónimo de las iniciales en inglés de cada uno de sus tres miembros) con el objetivo de limitar y arrinconar a la República Popular China. En 2022, Nueva Zelanda y Canadá expresaron su intención de sumarse al AUKUS para profundizar las capacidades de defensa de los tres fundadores. La Alianza está abocada a facilitar la adquisición de cinco submarinos nucleares por parte de Canberra, dos Vanguard de origen británico y tres Virginia estadounidenses. Además planifican fabricar para 2030 uno prototipo denominado AUKES en territorio australiano.

Dos semanas atrás, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Mao Ning, acusó a Washington de promover el belicismo al impulsar una “Ucrania hoy, y un Taiwán mañana”. Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, advirtió que la transferencia de tecnología nuclear acordada por el AUKUS solo impulsará una carrera armamentista en la región. La razón de fondo de la provocación de Washington y Londres se debe a la doble estrategia que ha implementado Beijing: por un lado la asociatividad comercial –basada en la ingeniería reversa y la aplicación científico-tecnológica–, y por el otro la financiación del desarrollo de las regiones abandonadas (y despreciadas) por el Occidente opulento. Mientras los organismos internacionales (como el FMI o el Banco Mundial) se dedicaron a otorgar créditos leoninos para disciplinar a las economías en desarrollo –con el único objeto de hacerlas compatibles con las exigencias de las trasnacionales, los fondos de inversión y Wall Street–, China se abocó a financiar infraestructuras asociadas a la ruta de la seda y a diferentes países africanos, así como de América Latina y del Caribe.

La nueva Guerra Fría, que puede transformarse imprevistamente en nuclear, se desarrolla mediante formatos híbridos (informáticos, comunicacionales, satelitales y de promoción de informaciones falsas) y a través de los denominados conflictos bélicos subsidiarios (formatos proxy), que permiten utilizar territorios extrínsecos para emplazar operaciones militares. La guerra desatada por la OTAN contra la Federación Rusa tuvo a Kiev como títere. La Guerra Fría en el sudeste asiático tiene a Australia como su gestor. La crisis de la hegemonía de Occidente viene con ecos de guerra. 

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

@Página12.

/Imagen principal: AFP/

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