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Sociedad 

Febrero, mes del amor: la propuesta de matrimonio de Lautaro Martínez se viralizó.

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El campeón del mundo Lautaro Martínez y su pareja Agustina Gandolfo serán padre y madre nuevamente. Parece que Martínez decidió afianzar su familia con una tierna propuesta de matrimonio que recorrió rápidamente las redes sociales.

@RevistaPronto

Sociedad 

Un chofer grabó los daños en su colectivo tras recibir un piedrazo en Pocito

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Un trabajador de la empresa Mayo expuso en redes sociales el estado en que quedó la unidad que manejaba, tras recibir el impacto de un objeto contundente en Calle 6 y Lemos

Durante el pasado fin de semana, un chofer de la empresa Mayo compartió un video en redes sociales para mostrar los daños sufridos por un colectivo de la Red Tulum mientras circulaba por Pocito. El trabajador relató que el hecho ocurrió en inmediaciones de Calle 6 y Lemos.

En las imágenes, difundidas a través de TikTok, se aprecia cómo uno de los vidrios del colectivo quedó visiblemente dañado, generando preocupación tanto entre los trabajadores del transporte como entre los usuarios del servicio. 

Si bien no se brindaron mayores detalles sobre el incidente, el chofer explicó que, aparentemente, un objeto contundente fue arrojado contra la unidad en movimiento. Desde la empresa aún no emitieron un comunicado oficial.

/SJ8

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Actualidad

Estafas en viviendas del IPV: la Justicia investiga vínculos con el Ministerio de Familia

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La fiscalía profundiza la pesquisa ante la presunta venta de favores para sorteos de casas, que prometían cupos por sumas que alcanzaban los 400.000 pesos.

La causa por las presuntas estafas en el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) reveló nuevos detalles este martes. La denuncia, interpuesta la semana pasada en la UFI en Delitos Especiales y Estafa, fue presentada formalmente por el abogado Diego Agustín Mercado, jefe de asesores letrados del IPV, a partir de información recibida en el celular de la directora Elina Peralta. Los indicios iniciales, según lo manifestado por el fiscal Nicolás Schiattino en radio Estación Claridad, señalan que las personas sindicadas en la denuncia «serían del Ministerio de Familia y de Acción Social».

Según lo detallado por la titular del IPV, Elina Peralta, se han recabado entre tres y cuatro denuncias, con al menos dos casos documentados con facturas emitidas por 400.000 pesos con el logo de gobierno y la leyenda «Instituto Provincial de la Vivienda». Estas facturas corresponderían a la «venta dirigida del sorteo hacia un barrio específico», ofreciendo la posibilidad de «salir en el sorteo, dirigidos a un barrio». Una de las personas identificadas por los damnificados, quien modificaba su apellido en las facturas vistas por Peralta, sería una mujer de nombre Agustina.

Peralta ha sido enfática en descartar en radio Sarmiento que el personal del IPV esté involucrado en estas maniobras, afirmando que la gente del instituto es «responsable» y trabaja «codo a codo» con la dirección. Además, subrayó la imposibilidad de manipular el sistema de sorteo del IPV, ya que es un «procedimiento muy complejo» que se realiza en conjunto con la Caja de Seguros, lo que hace «inviable la posibilidad de que salga una bolilla dirigida a alguien».

Por su parte, el fiscal Nicolás Schiattino confirmó que la investigación se encuentra en una «etapa que se llama investigación previa a la formalización», lo que significa que aún no hay elementos suficientes para imputar a una persona. Para avanzar, será crucial la citación de la directora del IPV, Elina Peralta, a la UFI de Delitos Especiales para realizar una «copia espejo de los mensajes que le han llegado a su celular». Esto busca determinar la veracidad de los mensajes y si las personas mencionadas en ellos «efectivamente trabajan dentro del Estado o son personas que no trabajan en el Estado y usan los nombres de personas que sí trabajan».

El fiscal también señaló la complejidad del caso, dado que los «presuntas víctimas» que pagaron el dinero podrían no denunciar por haber incurrido ellos mismos en un delito de «cohecho activo». Hasta el momento, el único elemento probatorio en mano del fiscal es un «recibo» o «tipo de factura» con un monto de 400.000 pesos y una firma sin aclaración, sin poder determinar si es de quien pagó o de quien cobró. La investigación, que requerirá analizar cámaras, teléfonos y cuentas, se enfrenta al desafío de la falta de colaboración de los damnificados.

Mientras la justicia avanza en esta compleja investigación, el IPV ha alertado a la población sobre la inexistencia de mecanismos para dirigir el resultado de los sorteos de viviendas, que son un procedimiento transparente y aleatorio.

/DH

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Sociedad Cultura MGIMO

El samovar, símbolo de la tradición del té en Rusia

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El Samovar, un muy particular dispositivo para calentar agua para el té, evolucionó desde sus orígenes en el siglo XVIII hasta convertirse en una pieza de arte y status, con diseños elaborados por maestros como Carl Fabergé. Desde modelos monumentales hasta diminutas miniaturas, este icónico objeto ha sido testigo de la historia y la cultura rusa, manteniendo su lugar en la vida cotidiana y en las colecciones museísticas.

“Un recipiente de agua caliente para el té, en su mayor parte hecho de cobre, con una tubería y un brasero en el interior”. Así describía Vladímir Dal el propósito del samovar, un elemento clave en la tradición del té.

Los verdaderos conocedores aseguran que solo con este icónico recipiente se puede preparar una infusión genuinaNo solo permite obtener un agua más suave y sabrosa que la de una tetera convencional, sino que también se considera más saludable. Además, hierve más rápido, conserva mejor el calor y su diseño garantiza una mayor pureza del líquido: el pico del samovar se sitúa por encima del nivel donde se acumulan sedimentos y agua pesada, evitando que estas impurezas lleguen a la taza.  Un equilibrio perfecto entre tradición, comodidad y calidad.

Foto principal: samovar en el fondo de una ciudad rusa nevada. foto: N. Vinokúrov / banco de fotos Lori

Un dato curioso: el antecesor del samovar fue el sbítennik, un recipiente utilizado para preparar sbíten, una bebida caliente a base de miel y hierbas medicinales. Originario del siglo XVIII, algunos ejemplares de estos antiguos recipientes han sobrevivido hasta nuestros días.

En Rusia, el té del samovar era una costumbre arraigada, especialmente entre las familias de mercaderes, que solían dedicar varias horas al día a esta tradición. Reunidos en torno al samovar, cada miembro de la familia bebía entre cinco y seis tazas de esta aromática infusión, convirtiendo el momento del té en un ritual de convivencia y disfrute.

El té caliente se servía en tazas y, en muchas ocasiones, se vertía en platillos para ser bebido ruidosamente, acompañado de azúcar, priánik (un tipo de pan dulce ruso) o roscas.

Sin embargo, a diferencia de lo que muchos creen, el samovar no es una invención rusa. La primera “máquina de té”, como se la llamaba en Europa, llegó a Rusia desde Holanda gracias a Pedro I, conocido por su afición a introducir innovaciones extranjeras. Con el tiempo, se desarrolló una versión adaptada en Rusia, aunque el nombre samovar se popularizó más tarde.

El primer samovar ruso, fabricado en cobre, apareció en los Urales. Sin embargo, fue en 1778 cuando el armero Fiódor Lisitsyn fundó en Tula la primera fábrica especializada en su producción, marcando el inicio de una tradición que se extendería por todo el país.

Los samovares creados por la dinastía Lisitsyn destacaban por su diversidad de formas y diseños: desde modelos en forma de barril o jarrón con grabados hasta piezas más elaboradas, como los de silueta ovalada con grifos en forma de delfines o asas ornamentales. Cada modelo tenía un nombre propio, como “huevo”, “pelota”, “copita”, “jarrón” o “nabo”.

La creciente demanda de este artículo, convertido en un símbolo de la vida cotidiana, impulsó su producción en varias ciudades rusas, donde inicialmente recibió nombres distintos: en Kursk lo llamaban samoquipets (“que se hierve”), en Yaroslavl samogar (“que arde”) y en Viatka samogrey (“que calienta”). El negocio resultó tan rentable que muchos artesanos transformaron sus pequeños talleres en fábricas.

Con el tiempo, el samovar se consolidó como el centro de la tradicional hora del té en Rusia. Los modelos de cobre fueron reemplazados por versiones de aleación de zinc, mientras que las familias más acomodadas comenzaron a adquirir piezas de lujo fabricadas en plata o níquel.

Los samovares no solo eran un elemento esencial en los hogares rusos, sino que también se producían por encargo de los emperadores. Un ejemplo destacado es el lujoso samovar de Pablo I, decorado con oro, marfil, esmalte y gemas, que hoy se conserva en la Cámara de la Armería del Kremlin.

Para encender un samovar, se utilizaban leña y astillas de madera. Sin embargo, el combustible más apreciado siempre fueron las piñas, que ardían rápidamente y otorgaban al té un delicado aroma a pino, realzando su sabor.

Un dato curioso: en el siglo XVIII, en Rusia se fabricaban samovares-cocinas, una versión multifuncional de este icónico utensilio. Su interior estaba dividido en tres compartimentos: dos de ellos se usaban para cocinar alimentos, mientras que el tercero servía para hervir agua para el té.

Este ingenioso diseño hacía del samovar una herramienta indispensable para la preparación de comidas en el campo, combinando practicidad y tradición en una sola pieza.

En el siglo XIX, destacados artistas no solo decoraban los samovares, sino que también participaban en su diseño, elevándolos a la categoría de verdaderas obras de arte.

Los modelos más valiosos son, sin duda, los dorados o de plata, elaborados en los talleres de Carl Fabergé a principios del siglo XX. Sus creadores empleaban técnicas innovadoras como acuñado, perforado, fundición y tallado, dotando a cada pieza de un estilo único.

Hoy en día, el Museo de los Samovares de Tula exhibe ejemplos sorprendentes de este icónico objeto, fabricados con materiales tan inusuales como mimbre, corteza de abedul, arcilla, madera, porcelana, vidrio e incluso azúcar. Además, alberga algunos de los modelos históricos más emblemáticos de estas sofisticadas máquinas de té.

Un dato curioso: el samovar más grande de Rusia fue creado en 1922 en una de las manufacturas de Tula como un regalo para Mijaíl Kalinin, presidente del Comité Ejecutivo Central Panruso. Esta monumental pieza pesa más de 100 kilogramos y tiene una capacidad de aproximadamente 250 litros de agua. Aunque tardaba unos 40 minutos en hervir, el líquido se mantenía caliente durante varios días.

En el otro extremo, el samovar más pequeño mide apenas 1,2 milímetros. Según una broma popular, habría sido obra del mítico Zurdo para la diminuta pulga de la novela de Nikolái Leskov. Fabricado en oro, consta de 12 partes principales. Hasta su aparición, el récord lo ostentaba un samovar en miniatura de un centímetro de altura, con un peso de 16 gramos y capacidad para hervir solo cuatro gotas de agua.


Asesoría y Corrección: Bricslat (Argentina)

Fuentes:

  1. https://www.culture.ru/materials/76834/vodogreinaya-mashina-ili-simvol-russkogo-byta
  2. https://www.culture.ru/storage/images/92acd2d3-52cc-5aa1-ade5-620740504c5c/c_fill,g_center/1.jpg
  3. https://cdn.culture.ru/images/d5e1bdb9-f8fc-5d49-9ef0-ea1cc34efc99
  4. https://cdn.culture.ru/images/db367c9d-7349-5465-a7d8-7bb1ffd843bc
  5. https://avatars.mds.yandex.net/i?id=b00aeec436a728e88a1c9acc4566fe10_l-5661469-images-thumbs&n=33&w=813&h=1201

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