Alumnos de séptimo año de Electromecánica en la Escuela Rogelio Boero diseñaron y fabricaron un juego de ajedrez con fichas de damas para donar al Hospital Julieta Lanteri. El proyecto busca transformar lo aprendido en un beneficio para la comunidad.
Un grupo de alumnos de séptimo año, segunda división, de la especialidad Electromecánica de la Escuela Rogelio Boero, llevó adelante un proyecto tan creativo como solidario: diseñaron y construyeron un juego de ajedrez completo, acompañado también de fichas para damas, para donar al Hospital Julieta Lanteri, ubicado en Rivadavia.
El proyecto lleva por nombre «Dar de lo recibido», y no es casual. Según explicó el docente Matías Flores, profesor de Diseño, Programación y Manufactura Computarizada, la iniciativa nació en 2022 con el objetivo de que los estudiantes transformen lo aprendido durante su formación en algo concreto que beneficie a otras personas.
Ese año, el primer juego fue donado a la Residencia de Adultos Mayores Perón, y en esta nueva edición la entrega se destinó al hospital neuropsiquiátrico.
Los estudiantes elaboraron cada pieza desde cero: primero realizaron bocetos en papel, discutieron como equipo la simetría, el estilo y los detalles, y después avanzaron a la programación y el trabajo en las máquinas CNC. Las impresoras 3D también fueron clave para fabricar las fichas de damas y permitir que el mismo tablero funcione para ambos juegos.
Elías Palacios, uno de los alumnos que egresa este año, contó que uno de los principales cuidados fue redondear todos los bordes de las piezas para evitar que los pacientes pudieran lastimarse al manipularlas. También detalló que las piezas más complejas, como el rey, la reina y la torre, fueron terminadas en la fresadora CNC para lograr un acabado más preciso.
«Empezó como un simple boceto lleno de errores, pero logramos ponernos de acuerdo en todo el curso para que las piezas mantuvieran una misma línea», recordó Elías, quien formó parte del grupo que fabricó la torre.
Entre quienes acompañaron el proyecto estuvo Elena Boero, bisnieta de Don Rogelio Boero, referente histórico de la educación sanjuanina y nombre que lleva la institución. «Cuando supe que la escuela se llamaba así, dije: sí o sí tengo que estudiar acá», contó emocionada.
Elena fue parte del grupo que fabricó el rey y destacó la importancia de trabajar en equipo: «Fue hermoso que todo el curso se uniera para hacer este juego. Cuando lo entregamos y vimos la felicidad de quienes lo recibieron, fue un momento inolvidable».
La emoción también alcanzó a los docentes. «Se nos llenaron los ojos de lágrimas», reconocieron los profesores al ver la entrega formal del juego y la reacción de los pacientes del hospital.
Tanto Elías como Elena ya tienen su camino profesional definido: él comenzará Ingeniería Electromecánica, mientras que ella seguirá Bioingeniería. Varios de sus compañeros también se inclinaron por ramas de la ingeniería, un reflejo del impacto que tuvo este tipo de proyectos en su formación.
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