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Opinión

El tiempo del neocolonialismo se acaba.

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NOTA DE OPINIÓN por Dimitri Feoktistov, Embajador de Rusia en Argentina.

De los 17 territorios no autónomos del mundo, 10 siguen bajo dominio británico, incluidas las Malvinas. Las potencias colonizadoras se llevaban oro y plata; pero hoy, petróleo, litio, cobre y otros metales de uso electrónico y espacial. ¿Qué significa dolarizar una economía?

Vivimos en una época de cambio histórico global. Ante nuestros ojos, el Occidente colectivo, representado por los Estados Unidos y sus aliados, está perdiendo su dominio en el escenario internacional, cuyo sello distintivo era el robo y la explotación, por muchos siglos, de los países en desarrollo.

Esta tendencia nació ya en los años 1960 durante el proceso de la descolonización, en el cual participó activamente la Unión Soviética, que brindó apoyo a muchos países en formación de instituciones estatales y bases de la economía nacional, fortalecimiento de la defensa y capacitación de personal cualificado.

Por iniciativa de la Unión Soviética, en diciembre de 1960, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales, que permitió a decenas de colonias europeas (dominios, protectorados y territorios bajo mandato), principalmente en Asia y Africa, obtener su independencia política.

Sin embargo, el proceso de liberación de la opresión colonial aún no se ha completado.

Neocolonialismo en marcha

Todavía hay tierras que están controladas por las metrópolis. De los 17 territorios no autónomos del mundo, 10 permanecen bajo el dominio británico, incluidas las Islas Malvinas. Usando el monopolio del dólar y controlando su imprenta, la minoría privilegiada continúa robando a los países del tercer mundo, acaparando activos reales por billetes que no están asegurados por valores materiales.

Si antes se llevaban a las metrópolis principalmente el oro y la plata, hoy se valoran el petróleo, el litio (para desarrollar energía “verde”), el cobre (para producir turbinas eólicas) y otros metales raros (utilizados en electrónica y ciencia espacial).

No es casualidad que en los últimos tiempos frecuentan América Latina visitantes de alto rango de los EE.UU. y la UE, que no ocultan su interés por acceder a los recursos naturales estratégicos de la región. “A cambio”, se ofrecen nuevos préstamos (que luego deben reembolsarse con interés), inversiones condicionadas a diversos requisitos (incluyendo los de carácter político) y asistencia en organizaciones financieras internacionales

Toda esta “asistencia” conduce de hecho a la cementación de la posición subordinada de los Estados receptores y la pérdida de su independencia, incluso en el ámbito internacional. 

Es alentador que muchos países en desarrollo sean muy conscientes del verdadero trasfondo de tales enfoques puramente egoístas.

El tiempo del neocolonialismo se acaba

Con el modelo de desarrollo dependiente que está formando Occidente, las necesidades de la población de muchos Estados resultan profundamente secundarias en relación con los intereses de los colonialistas. 

De ahí surge el crónico atraso económico y un montón de problemas socioeconómicos como pobreza, desempleo, hambre, mala ecología, que se achacan hipócritamente en las capitales occidentales a la ineficiencia de la administración pública y la expansión de la corrupción.

De hecho, el mundo no se ha alejado mucho de la era colonial. Se ha preservado la división de la humanidad en un pequeño grupo de países ricos y “todos los demás”. Los objetivos de los amos del mundo siguen siendo los mismos, solo sus métodos han cambiado. Los que se adhieren firmemente a sus principios y no están dispuestos a soportar tal estado de cosas, están sometidos a restricciones comerciales, sanciones financieras y económicas, servidumbre por deudas, hasta operaciones de cambio de régimen e incursiones militares como en Irak, Libia y Siria. 

En el caso de Rusia, Occidente ha probado todas las herramientas disponibles y en última instancia ha apostado por un conflicto indirecto (proxy). Azuzando al régimen de Kiev contra todo lo ruso, provocó una reacción de parte de Rusia y ahora acusa de imperialismo al país que en realidad se está defendiendo de él.

Las reglas del neocolonialismo

Para legitimar las aspiraciones neocoloniales, se ha inventado y se está implementando el concepto de “orden basado en reglas”. Como señaló el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en realidad se trata de “una división racista del mundo en un grupo de ‘excepcionales’, que tienen indulgencia para cualquier acción, y otros países que están obligados a seguir el rumbo de la ‘mil millones de oro’ y servir a sus intereses”.

Porque estas “reglas” se inventan sobre la marcha para atender sus propias tareas geopolíticas, ellas no tienen nada que ver con el derecho internacional. 

En América Latina, muchos países independientes aún no se han olvidado de la Doctrina Monroe, que proclamó al Hemisferio Occidental como zona de influencia exclusiva de Estados Unidos. Es de destacar que Washington hasta el día de hoy llama arrogantemente a América Latina y el Caribe su “patio trasero”, señalando regularmente a los países ubicados allí cómo vivir y de quién ser amigos. Este es su orden mundial “justo”.

A los planes hegemónicos de Estados Unidos y sus aliados sirven también los intentos de re-ideologización de las relaciones internacionales sobre la base de la fórmula simplista de “democracias contra autocracias”. 

Al mismo tiempo, en la década de 1960, Washington hizo caso omiso a la solidaridad democrática con los latinoamericanosoptando por apoyar a los regímenes militares. Muchos recuerdan tal promiscuidad y no tienen prisa por encajar en el rumbo estadounidense, evocando la tradición estratégica de no alineación.

Más allá del Norte Global

Las consecuencias del colonialismo y la práctica viciosa de sus manifestaciones modernas representan unas de las principales causas de los graves desequilibrios en el desarrollo de los Estados. 

La evidencia de que la mayoría del mundo, incluso en el Sur Global, lo comprende está demostrada por los esfuerzos por reducir la dependencia del dólar estadounidense. Hoy no solo Rusia, sino también otros Estados están reduciendo paulatinamente la proporción de esta divisa en las transacciones financieras, trabajando para efectuar los pagos internacionales en monedas nacionales y creando sistemas alternativos de pago y logística. 

La vida demuestra que los intercambios tecnológicos hoy son posibles también más allá del Norte Global. Ha llegado el momento en que se presentan oportunidades reales para construir esquemas efectivos de interacción y desarrollo sin la participación de Occidente

Surgen las condiciones para finalizar definitivamente el proceso de descolonización y liberar las relaciones económicas internacionales del control del escaso grupo de Estados.

Hay quienes aún consideran más rentable para ellos seguir dependiendo de Estados Unidos y sus aliados. Están en su derecho. Es posible que a corto plazo esta táctica traiga ciertos dividendos. Sin embargo, estratégicamente, esos países pierden la oportunidad de convertirse en actores equitativos en el proceso de formación de una futura arquitectura política, económica y financiera internacional más justa. 

Además, la experiencia histórica muestra que nuevos miembros no son aceptados en el “club exclusivo” de los colonialistas. La libertad y la independencia deben seguir siendo los principios fundamentales para construir la estatalidad y preservar la identidad nacional. Hoy más que nunca es importante tomar la decisión correcta.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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/ Imagen principal: © Foto : Embajada de Rusia

Opinión

Jorge Elbaum cuestionó el apoyo de Javier Milei a Israel: “Está involucrándose de forma irresponsable”

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“En vez de ser neutral, está sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, añadió el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio.

El Presidente Javier Milei mostró su completo apoyo hacia Israel tras el ataque sufrido desde irán, sin embargo, hay varias cuestiones a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo lo que se refiere a un alineamiento bélico. Es por eso que para desarrollar este tema en profundidad, Canal E se comunicó con el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio, Jorge Elbaum.

“La justicia argentina, específicamente la sala de la Cámara de Casación, no se expidió sobre la causa del atentado, sino sobre la causa del ocultamiento del mismo, en el cual fue llevado a juicio y condenado el juez de instrucción de la causa Galeano”, comentó Jorge Elbaum. “Esa es la causa en la cual 3 jueces de casación se expidieron”, agregó.

No se llevaron a cabo las testimoniales del caso AMIA

Posteriormente, Elbaum planteó: “Uno de ellos sugirió, por fuera de la causa de su tratamiento, referirse a otra causa, específica del atentado, que no ha habido juicio hasta ahora porque no se llevaron a cabo las testimoniales de los 8 acusados”. Luego, manifestó que, “estamos viendo un alineamiento político estratégico muy irresponsable por parte del Gobierno argentino, ya que cualquier vinculación estratégica bélica tiene que ser decidida por el Congreso”.

El Gobierno argentino hace un alineamiento y una sobrevaloración muy irresponsable, llamando al representante diplomático de Israel a presenciar una reunión de gabinete, en el marco de un alineamiento que Argentina históricamente no posee”, sostuvo el entrevistado. “Argentina, tradicionalmente, busca la paz, ha sido un ejemplo de no alineamiento, salvo en la época de Menem”, complementó.

El desconocimiento de Milei sobre lo establecido en la Constitución

Por otro lado, el sociólogo señaló: “El tema no es si Milei toma la decisión como Presidente de hacer una alianza diplomática, el problema es que está participando de una situación de guerra y no estaría mal en el caso de que fuese una decisión tomada por el Congreso”. A su vez, remarcó que, “lamentablemente, el Presidente desconoce la Constitución y se toma atribuciones que tendrán que ser juzgadas”.

El Presidente no puede establecer los alineamientos que está realizando en términos bélicos, apoyando a aquellos países como Israel y Estados Unidos, que son los que votan en contra de Argentina en los foros internacionales relativos a Malvinas”, expresó Elbaum. “En vez de ser neutral, está involucrándose de forma irresponsable, sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, concluyó.

@Perfil.

/Imagen principal: Archivo/

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La misión es responsabilidad de todos. 

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Así lo entendieron y vivieron los primeros cristianos.

En la Biblia, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra a quienes abrazaban la fe poniendo todo en común y atendiendo a las necesidades de los más pobres y excluidos. El testimonio de vida acompañaba la predicación, ya que “la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos (…) Ninguno padecía necesidad”. (Hechos 4, 32)

Y esta práctica no solo era promovida entre las personas de la misma comunidad, sino también entre las de diversas geografías. De este modo, vemos a San Pablo organizando una colecta entre las iglesias ubicadas en ciudades más prósperas para auxiliar a las más pobres de Jerusalén.

Con el tiempo se ha ido perdiendo esa conciencia, junto al abandono de la intensa actividad misionera y la disponibilidad a la entrega generosa de la vida. Una manera más cómoda e inocua de vivir la fe en algunas regiones del mundo, fue reemplazando a la audacia y la confianza en la Providencia de Dios.

A los obispos, sacerdotes, diáconos y otros agentes pastorales nos cuesta hablar con franqueza de las cuestiones económicas. Nos da cierto pudor o vergüenza, pero tampoco damos cabida a los laicos para que lo hagan.

A esto se suma que más de la mitad de las Parroquias de la Arquidiócesis (me animo a decir que del país) no tienen formado el Consejo de Asuntos Económicos, y las que sí lo han convocado, no siempre logran que funcione de modo adecuado.

La falta de Catequesis sobre el Precepto del sostenimiento del culto hace que se instalen algunos mitos. Entre ellos, los más frecuentes son que los sacerdotes reciben su sueldo del Estado o del Vaticano; que las parroquias no tienen los gastos habituales de las familias en energía eléctrica, gas, internet y otros servicios; que los libros de catequesis son gratuitos; que el combustible que utilizan para recorrer las capillas va de regalo; y otras cosas más en las cuales no abundo en razón de la brevedad.

Una de las actitudes evasivas que a veces he escuchado es “que primero pongan otros”. La avaricia de los ricos no puede ser excusa que justifique la falta de compromiso personal.

Es bueno preguntarnos: ¿cómo es mi vínculo con el dinero?

San Pablo nos dice que debemos cuidarnos de la avaricia para no caer en la idolatría del dinero. Es bueno dejarnos interpelar por las enseñanzas en la Palabra de Dios acerca de lo económico. “Dios bendice al que da con alegría.” “Hay más alegría en dar que en recibir.” “Lo tenían todo en común.” “La avaricia es una idolatría.” “No se puede servir a Dios y al dinero.”

Este fin de semana en todas las iglesias de la Argentina estamos realizando esta campaña de conciencia y compromiso con el sostenimiento de la misión evangelizadora que todos tenemos por ser bautizados. Lo llamamos “Domingo del compartir”.

Como dice el mensaje de la Conferencia Episcopal para este año 2024, “es necesario fortalecer la pastoral económica en nuestras comunidades, impulsar la catequesis sobre el sostenimiento económico de la misión de la Iglesia, buscar una gestión eficiente de nuestros recursos y animar la transparencia y rendición de cuentas”.

Te propongo preguntar qué necesidad concreta hay en tu comunidad. 

Sostengamos entre todos lo que es de todos, compartiendo el compromiso por la misión evangelizadora de la Iglesia. 

Durante la semana que comienza estaremos reunidos en Pilar, Provincia de Buenos Aires, todos los obispos de la Argentina. Acompañanos con tu oración para que en las deliberaciones y decisiones nos dejemos mover por el Espíritu Santo.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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Las heridas abiertas de Jesús

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Rezamos en el Salmo 62: “Tengo sed de Ti como tierra reseca, agotada y sin agua”.

Todos tenemos heridas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Hablo de las del alma, aquellas que se producen por amar y no ser amados. Recuerdo la letra del tango tan expresivo: “de cada amor que tuve tengo heridas/ heridas que no cierran y sangran todavía”. (Julio Sosa, “Tarde”)

En este sentido, me conmueve también el poema de Miguel Hernández que con suma belleza y hondura nos comparte “llegó con tres heridas, la del amor, la de la muerte, la de la vida”.

Acojamos nuestras experiencias.
La herida de la soledad, del abandono.
Herida de la pobreza y el hambre del desamparo.
Heridas de la guerra que mutila, destruye y mata, no sólo los cuerpos; también los sueños, los proyectos…

Heridas en la familia por historias no resueltas, en que el egoísmo, la avaricia por la herencia, la traición, provocan golpes muy hondos y dolorosos.
Heridas en la Iglesia o con la Iglesia. No haber sido recibidos, ni acompañados, ni escuchados. Experiencia de negación de consuelo y aliento. Lo que te cobran en algunos lugares por bautizar un niño.
Heridas en la fe. Le pedí a Dios y no me respondió.
Heridas con los amigos porque juzgan sin escuchar.
La herida de la indiferencia y la no comprensión.

Y seguramente vos podrías sumar unas cuántas heridas más de tu propia vida, y realizar un largo elenco de las llagas que siempre quedaría incompleto. 

Sabernos heridos es algo muy común. Sin embargo, nos cuesta hablar de lo que nos lastima. Solemos conversar acerca de los logros, talvez de algunos fracasos, pero no de las heridas. Pensamos que nos hace vulnerables, débiles ante los demás.

Te comparto una experiencia que he atesorado especialmente en los Santuarios. Allí podemos acercarnos como peregrinos heridos o simplemente como turistas curiosos. Los peregrinos buscan consuelo y, si se puede, respuesta a cuestionamientos existenciales. 

En el Evangelio que proclamamos este fin de semana se presenta Jesús Resucitado ante sus discípulos, pero está ausente el Apóstol Tomás que se negaba a creer en el testimonio de los demás. Les dijo: “Si no veo la marcade los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. (Juan 20, 25) A la semana siguiente Jesús se aparece nuevamente y cumple el deseo de Tomás.

A Jesús lo encontramos vivo en sus llagas, ellas representan distintas formas de sufrimiento y exclusión. Por eso quise iniciar esta reflexión volviendo la mirada a nuestras heridas, para reconocer en ellas al Señor. Lo llamamos Jesús Misericordioso porque Él sabe lo que es sufrir, y se presenta mostrando sus heridas luminosas y su costado abierto por la lanza del soldado.

Miremos nuevamente a Jesús en la cruz. Recordemos sus Palabras.
Aparta de mí este cáliz. 
Uno de ustedes me entregará.
Tengo sed.
Por qué me has abandonado.
Todo se ha cumplido.

Te propongo que hablemos con los amigos más cercanos de las heridas que habitualmente escuchamos, que recibimos, ¿qué actitud tomamos? ¿Damos espacio? ¿Encontramos espacio? ¿Reconozco con humildad que soy indigente? ¿Qué me dice la fe?

Aprendamos, como nos enseña San Pablo, llorar con el que llora y reír con el que ríe. (Rm 12, 15)

Comentando el Evangelio de este domingo, nos dice San Agustín que Jesús “sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, y para sanarlas conservó las cicatrices de su cuerpo”.

Como canta Cristóbal Fones, “al final de la vida llegaremos, con la herida convertida en cicatriz”.

¡Feliz Pascua, nuevamente!


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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