Al retirar las tropas de Afganistán, la Bundeswehr tendrá que transportar de vuelta a Alemania no solo cientos de contenedores con armas y equipo militar, sino también las decenas de miles de litros de cerveza, las cajas de vino y el champán que sus soldados no consumieron.
Normalmente a los soldados alemanes en Afganistán se les permitía beber dos latas de cerveza al día, pero durante la última fase de la retirada de las tropas del país los efectivos tienen prohibido tomar alcohol. La decisión dejó 22.500 litros de bebidas alcohólicas sin usar que ahora están esperando su destino en las bases militares alemanes, escribe Der Spiegel.
El problema es que, por razones legales y religiosas, la Bundeswehr no puede vender sus reservas de alcohol en Afganistán, ni tampoco transferirlos al Ejército del país asiático. Como resultado, unas 65.000 latas de cerveza y 340 botellas de vino y champán deben ser transportadas a Alemania.
Der Spiegel señala que el consumo de alcohol entre los soldados alemanes en Afganistán fue inicialmente un tema controvertido. Y es que fue criticado por el contingente estadounidense, que tenía prohibido consumir bebidas alcohólicas. Los oficiales de EEUU se quejaban constantemente de que para la Bundeswehr el suministro de cerveza era más importante que la lucha contra los talibanes.
En el 2008, la Bundeswehr tuvo que admitir que sus soldados en Afganistán recibían un millón de litros de alcohol al año. Y sus hábitos dieron lugar a situaciones desagradables. Así, en el 2013, un grupo de soldados fue expulsado del país en medio de una serie de incidentes en estado de embriaguez.
