«Esperamos un mayor número de demandas cuando empiecen las clases. Se trata de las demandas de niños a través de la derivación de escuelas, algunos síntomas que pueden aparecer en niños, que no han sido detectados en el ámbito familiar pero que sí se detectan en el ámbito institucional», explicó la licenciada Cecilia Turiz, del área de Salud Mental.
«Se trata de una demanda que se genera cuando se ve que las cuestiones evolutivas no se están logrando, por ejemplo, que llega un niño a primer grado que no sabe hablar o de jardín, que se notan conductas de fallas en la socialización, de acuerdo a la edad, o que no se instaló el juego simbólico. Son cuestiones que según las etapas evolutivas no se han ido logrando, y que quizás no resaltan en el ámbito familiar pero que los docentes sí perciben eso», detalló.
Y agregó: «A veces son cuestiones de estimulación y otras de separación. Después de dos años alterados, en donde el primero estuvieron todo el tiempo en la casa con los padres, y el segundo con un proceso de separación más paulatina, este año es volver a circular en las instituciones fuera del hogar», explicó.
Cuando son derivados por la escuela hay un paso intermedio que es la valoración del gabinete, que según Turiz, «tiene fundamentalmente dos funciones, primero aclarar una demanda y segundo no generar diagnósticos sin ningún fundamento».
«Es una demanda de números muy altos; a veces hay casos de niños que han pasado desapercibidos por ejemplo, en el paso de nivel inicial a primer grado, donde se empiezan a notar ciertas falencias cuando comienzan con la lectoescritura, esos so casos comunes. De todos modos, por eso son importantes las valoraciones de los gabinetes porque en estos años, eso ha estado un poco desfasado», insistió.
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