Dos arquitectos sanjuaninos, Leonardo Correa Fili y Germán Moreno, presentaron un proyecto para rescatar las ruinas del antiguo templo de Trinidad y el conjunto religioso que lo rodea. La propuesta fue presentada en el Concurso Gubbio, que tuvo su jornada final la semana pasada en Buenos Aires.
En pleno corazón de Trinidad, en las calles General Acha (antigua calle del Cabildo) y Pedro de Valdivia, en Capital, sobreviven las ruinas del Templo de Trinidad – Oratorio de la Misericordia, una joya arquitectónica que resistió los embates del tiempo y cinco terremotos, incluido el de 1944. Abandonado después del sismo de 1977, este conjunto histórico —que también incluye el ex Asilo de Mendigos y Ancianos y el ex Convento de las Hermanas Vicentinas— pretende ser revalorizado por un proyecto de recuperación ideado por los arquitectos sanjuaninos Leonardo Correa Fili y Germán Moreno.
Ambos profesionales presentaron la iniciativa en la 9° edición del Premio Gubbio – Sección América Latina y El Caribe, que finalizó la semana pasada en la Ciudad de Buenos Aires. Este importante certamen internacional promueve buenas prácticas en la gestión de áreas patrimoniales urbanas.
“El trabajo se hizo cruzando información porque no se puede ingresar a las ruinas. Es un trabajo aproximado de lo que se puede hacer. Lo hicimos para seguir el trabajo que venimos desarrollando desde ACCODEPAS (Asociación civil para la conservación y la defensa del patrimonio sanjuanino)”, explicó el arquitecto Leonardo Correa Fili.
Y agregó: “Nos gustaría que el proyecto sea tenido en cuenta por el Gobierno Municipal y Provincial. Lo propositivo es pensar desde la profesión, con rigor y creatividad, lo que está a nuestro alcance para recuperar este espacio”.
La historia detrás de las ruinas
El complejo fue impulsado a fines del siglo XIX por el Deán Abel Balmaceda, quien donó las parcelas para que allí se establecieran las Hermanas Vicentinas, una orden religiosa fundada en Francia en el siglo XVII por San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac. Con el tiempo, se fueron construyendo el oratorio, el asilo y el convento, que conformaron un conjunto religioso de gran valor social y cultural.

Tras el terremoto de 1977, el oratorio quedó gravemente dañado y fue clausurado. Desde entonces, el abandono, el vandalismo y el expolio provocaron su deterioro. Sin embargo, su relevancia arquitectónica sigue siendo única: se trata del único templo anterior a 1944 que permanece en pie en San Juan, un ejemplo singular del estilo italianizante con detalles neorrománicos.
Una intervención con valor simbólico y urbano
El proyecto de Correa Fili y Moreno combina restauración, innovación y memoria. A nivel arquitectónico, se pretende que el oratorio sea consolidado estructuralmente mediante un sistema porticado y vigas pos tensadas que refuerzan los muros sin afectar los elementos ornamentales.

La idea es conservar todos los componentes originales —como el retablo y los frisos—, mientras que una “macro envolvente” contemporánea de líneas sobrias y parasoles metálicos cubriría el conjunto.
De noche, la capilla se transformaría en un “farol urbano”, iluminado por una piel de acero tipo corten con formas estrelladas que simbolizan a las 10.000 víctimas del terremoto de 1944. Las estrellas, de distintos vértices, representan la diversidad de quienes perdieron la vida: hombres, mujeres, ancianos, niños, nativos e inmigrantes.
“Queremos que el pasado vuelva a ser parte del presente, pero sin falsearlo. Recuperar el patrimonio es también recuperar la memoria colectiva de nuestra provincia”, indicaron los arquitectos.

Un nuevo polo cultural para el sur de la ciudad
A nivel urbanístico, el proyecto propone vincular el fragmento urbano mediante la nivelación de la calzada de Pedro de Valdivia, convirtiéndola en un pasaje peatonal que conecte la Avenida Mendoza con la Plaza Almirante Brown. Esta intervención reforzaría el carácter de la zona conocida como “las tres iglesias”, al integrar simbólicamente los templos cercanos y jerarquizar el entorno.
El plan contempla la creación de un complejo tripartito que incluiría:
- Un museo de sitio en el ex convento, donde se expondrá la historia y los restos arqueológicos del lugar.
- Un Centro Cultural Vicentinas, destinado a actividades educativas y exposiciones temporarias.
- Un Memorial 1944, en el oratorio, como espacio de reflexión y ceremonia, adaptable para eventos culturales y religiosos.

Con esta propuesta, los arquitectos aspiran a convertir el sur de la Capital en un nodo cultural y turístico, que sume identidad y valor a la red urbana.
El rescate del pasado como motor del futuro
Más que una intervención arquitectónica, el proyecto plantea un acto de reparación simbólica: transformar un sitio olvidado en un espacio de memoria, cultura y encuentro.
En palabras de sus autores, la recuperación de las ruinas de Trinidad es una oportunidad para resignificar la historia de San Juan, reinsertando su patrimonio en la vida contemporánea y consolidando la identidad de la ciudad.

El concurso
El 9° edición del Premio Gubbio – Sección América Latina y El Caribe fue organizado por la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, la Asociación Nacional de Centros Históricos y Artísticos (Italia), la Oficina del Historiador de La Habana (Cuba) y el CICOP (Argentina).

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