Opinión
EEUU-OTAN: armas, mercenarios e inteligencia a Ucrania y guerra comercial-financiera y cultural contra Rusia.
La intención de esta nota es exponer elementos que no son los más mencionados o conectados entre sí por los medios masivos de este lado del planeta.
Es una interpretación a partir de las noticias que pueden corroborarse desde varias fuentes y no sobre un evento particular por más impactante que sea y siempre entendiendo que hoy lo esencial es evitar que la crisis humanitaria se agrave aún más de lo que está, que se llegue a un entendimiento entre las partes y se encuentre el punto por el cual millones de personas se beneficien de un cese de hostilidades, a sabiendas que la paz definitiva y la vida normal tardarán en llegar.
Occidente es parte del conflicto.
Por las noticias que se difunden y siguiendo los acontecimientos por diversas fuentes veo que desgraciadamente todo eso ratifica cada una de las afirmaciones del título de este artículo. Veamos.
Un dato interesante y que se pasa por alto es que por parte de EEUU-OTAN, como co-actores y sostenedores necesarios de Ucrania en el conflicto con Rusia, no hay una sola propuesta desde antes del inicio la operación militar rusa hasta ahora que lleve a la desescalada, acuerdo de paz, negociación seria o garantías de seguridad para todo el continente europeo.
Las respuestas siempre han sido echar más leña al fuego, desoír de plano las peticiones rusas, presionar mediante sanciones comerciales-financieras y aumento del envío de armas, coordinación militar y despliegue de mercenarios a Kiev como respuesta para que Moscú haga un cese unilateral cuando desde el punto de vista bélico no está en una situación desfavorable.
Todo este paquete de medidas y presiones sería más que comprensible si estuviese la contrapartida: negociemos seguridad de todas las partes con un acuerdo o seguimos con las sanciones y el empeoramiento de la situación militar. Públicamente eso jamás estuvo sobre la mesa y por lo tanto Occidente actúa como lo que es: un actor principal y necesario y lo esconde con una enorme hipocresía.
Diferentes autoridades estadounidenses y británicas han revelado al periodismo que la inteligencia militar trabaja estrechamente con Ucrania, lo que implicaría que no únicamente le brindan información sino que coordinan las acciones militares con el apoyo de satélites, comunicaciones y otras acciones. Ya la parte rusa había declarado antes del conflicto que los militares ucranianos estaban integrados al mando de la OTAN.
Gran parte de los países de la OTAN junto a EEUU están enviando armas, especialmente antitanques y antiaéreas, junto a drones y otro material bélico. Este flujo se desarrolla junto al envío de mercenarios encubiertos como “voluntarios” con pagas alrededor de los 3000 dólares mensuales según se manifestó en diversos medios y dicho por el propio presidente ucraniano. ¿Quién paga esto?.
A diferencia de otros escenarios bélicos, aquí los mercenarios se enrolan bajo bandera, es decir serán oficialmente parte de las fuerzas armadas de Ucrania.
Estamos hablando de gente que va de diferentes partes del mundo, incluyendo quienes combatieron en Siria, Irak y Afganistán, por ejemplo.
Mientras, tanto desde la Unión Europea, EEUU y la OTAN dicen que no quieren enfrentarse a Rusia directamente, el riesgo de que algo salga de control es muy alto. Por ejemplo, hace un par de días un viejo dron soviético modernizado por Ucrania sobrevoló hasta caer en Croacia pasando sobre Hungría. Puede un misil de crucero ruso fallar, errar y caer en Polonia o Rusia atacar un convoy con armas de algún país europeo y que todo se termine de desmadrar. Ya advirtió que esos convoyes serán considerados objetivos militares.
El responsable de exteriores de la UE, Borrell, ya dijo que quieren ayudar a Ucrania todo lo posible pero hay que ver qué pasa si Rusia ataca a un país de la OTAN. Ya están planteando el tema.
El tema de los aviones reclamados por Zelensky, luego de que los rusos hayan aniquilado casi el 70% de su aviación y destruido la mayoría de sus aeródromos, es algo muy complejo. Si los aviones despegan desde una base de la OTAN y atacan a los rusos estos dijeron que devolverían el golpe y ya podemos imaginar lo que eso significaría: tercera guerra global.
El equilibrio es altamente inestable en cuanto a que el conflicto se restrinja a Ucrania y puede pasar cualquier cosa.
La enorme cantidad de sanciones sin registro alguno en la historia después de la segunda guerra hace que sea hasta imposible afirmar si hubo un área que no haya sido contemplada. Muchos dicen que la complejidad de su seguimiento es tal que es muy difícil que estas se cumplan y que eso ya ha sucedido.
Es sin dudas una guerra comercial y financiera contra Rusia, así lo entendieron desde el Kremlin según su vocero y el propio ministro de economía ruso aseveró que la mitad de las reservas están bloqueadas, unos trescientos mil millones de dólares. Está claro que impactan e impactarán en la economía y las finanzas, difícilmente Rusia logre el crecimiento que esperaba para este año y el incierto costo y destino de la guerra hace aún más indescifrable lo que sucederá.
Es importante decir también que no todos los países adhieren a estas sanciones y que varios buscan cómo mantener los vínculos comerciales o ampliarlos al ver una oportunidad de negocios ante la huida de Occidente del mercado ruso.
La historia siempre tiene dos lados, y así como hay crisis, también hay ventana para nuevos negocios. Es el caso del petróleo, puede Rusia vender menos, pero paradójicamente el desmedido aumento de los precios puede hacer que tenga mayor rentabilidad produciendo menos.
Las sanciones no siempre dan el resultado que se espera, los mercados tienen sus propias leyes en este caso. Por eso el presidente estadounidense, Biden, salió a pedir que los productores pongan más barriles de petróleo en el mercado para no beneficiar la maquinaria bélica de Putin con el alza de precios. Por eso ya negocian con Venezuela, además de Arabia Saudí y le piden a su pueblo comprensión por los aumentos.
En esta guerra, que es militar, financiera y comercial, no podía faltar el combate informativo y cultural. En este ámbito se pueden generar daños enormes a largo plazo, no por la propaganda de guerra y las noticias falsas que se diluyen cuando haya un “ganador”, sino por la elevación de discursos de odio étnico, con censura de medios y destrucción de todos los lazos con algo que sea ruso, incluida su cultura. Claramente esto lleva a potenciar un extremismo que se parece cada vez más con el totalitarismo fascista. El propio presidente turco dijo que es fascista el cómo se ataca la cultura rusa.
Que Facebook e Instagram permitan discursos de odio en Ucrania y otros países, que censuren todos los medios estatales rusos o que bloqueen o den de bajas cuentas no es precisamente algo que comulgue con la libertad de expresión y los pedidos de las Naciones Unidas de eliminar los discursos de odio. Es el camino elegido también por Google y Youtube. ¿Por qué impedir la transmisión de la televisión estatal rusa con canales como RT?. Existen miles de canales de youtube nazis y racistas y no pasa nada. ¿Es realmente porque Rusia es agresora o es algo más?. ¿Y la OTAN y EEUU en Afganistán, Yugoslavia, Siria, Libia qué fueron los agresores, qué pasó con sus medios ?.
Todo lo antedicho es para decir que este no es solamente un conflicto entre Rusia y Ucrania, sino que hay una guerra híbrida de Occidente con Rusia con un campo de batalla donde la sangre es rusa y ucraniana, pero no europea ni estadounidense.
Es como dice el presidente Serbio, el mayor conflicto bélico en Europa luego de la segunda guerra, pero no el mayor de ellos en el planeta. Hay que recordar que entre los mayores estuvieron Vietnam y Corea, también con EEUU como actor principal.
Catástrofe humanitaria
Todas estas cosas expresadas de los intereses en pugna no pueden soslayar la enorme catástrofe humanitaria con un flujo de refugiados nunca visto desde la Segunda Guerra. Hay al menos dos millones y medio de ucranianos que huyeron del conflicto ahora en Europa, colapsando todos los sistemas de países como Polonia o Moldavia, incluso la propia Alemania advierte que ya no puede albergar más y más refugiados. Se estima que esta cifra se duplicará.
Hacia Rusia se han evacuado al menos doscientas cincuenta mil personas sin contar los casi dos millones desde el 2014 cuando se inició la guerra civil. Denuncian que no es mayor la cifra ahora porque Kiev no abre y no deja que se abran corredores humanitarios a Rusia en el este ucraniano. Es una postura al menos cruel ya que una cosa es evacuar a unos pocos cientos de kilómetros y otra hacer deambular por las zonas de batallas por cientos y cientos de kilómetros a miles de civiles para que sigan en Ucrania. No puede ser esto visto desde la mirada de la ganancia política o militar, sino de lo mejor para salvar vidas humanas.
Es un tema tan espinoso que hay opiniones cruzadas donde ambas partes se echan la culpa. ¿Quienes pierden?.
Tres puntos que podrían haberlo evitado, que aún son posibles, y tres puntos que no permiten solucionarlo.
Si alguien se detiene un instante a mirar la película completa podrá ver que esta situación es muy posible que se pudiera haber evitado si se hubieran cumplido estas tres cosas:
1- Los tratados de Minsk sobre la guerra civil en Ucrania, que proponía autonomía a las repúblicas independentistas de Donetsk y Lugansk, reformar la constitución para ello, realizar plebiscito a tal efecto, retirar tropas y desmilitarizar el conflicto interno.
Kiev nunca hizo nada para cumplirlos, al contrario, desde hace 8 años los ultranazionalistas vienen atacando y bombardeando a los ucranianos rusoparlantes del Donbás. Ucrania ha prohibido el ruso, eliminado prensa opositora, cerrando canales, alimentando un discurso antiruso basado en lo étnico cultural.
2- EEUU y la OTAN se hubiesen sentado a la mesa con Rusia y acordar un planteo de seguridad global para Europa y Rusia, considerando las inquietudes de todas las partes. Planteo al que adhiere y promueve ahora China, además. Esto incluiría alejar las bases militares de las fronteras rusas, eliminar misiles, sacar armas nucleares estadounidenses y desactivar la respuesta militar rusa a estas cuestiones que ve como amenazas a su seguridad. La tan mentada expansión de la OTAN. ¿Se imaginan si Rusia quisiera poner bases y misiles en Canadá o México?.
3- Que Europa hubiese tenido dirigentes de la talla de Merkel y hubiese negociado con Rusia y no someterse completamente a los pies de EEUU. Hoy es una perjudicada donde el único beneficiario es el poderío estadounidense, no solo por la ocupación militar de hecho (hay 100.000 tropas en europa más misiles, aviones, etc) sino por aceptar seguir una serie de sanciones económicas que dinamitarán la economía europea en beneficio de la de EEUU. El mejor ejemplo de esta sumisión es Alemania, que siente que su competitividad se verá afectada porque no contará con la energía barata rusa y esto elevará los costos de producción. China en silencio está agradecida de este favor inesperado.
Como contrapartida a los tres puntos anteriores observo que EEUU plantea otros sin mucho disimulo:
1- Intensificar y prolongar las sanciones, que le costarán más a Europa que a ellos, con el doble objetivo de ralentizar o destruir la economía rusa y propiciar un ambiente de malestar interno que haga probable una desestabilización política en Rusia.
2- No quiere acabar con el conflicto militar, sino mantenerlo lo más posible, uno de mediana o baja intensidad como lo que hizo en Libia, Siria o Afganistán. Le sirve de control al desgastar a su “enemigo” (Así es como considera a Rusia oficialmente en su doctrina militar) y alimentar con mucho dinero a su complejo militar industrial. La guerra es un negocio gigante, desde las armas y la acción hasta la reconstrucción y el saqueo de recursos.
3- No implicarse directamente, sino usar a otros como carne de cañón (guerra proxy o subsidiaria). En este caso los ucranianos, meros peones sacrificables en esta disputa hegemónica y geopolítica. Algo debe quedar claro, esta no es una guerra ideológica, no es capitalismo vs comunismo o los sinónimos que les quieran poner.
A modo de corolario.
Todo indica esta parte del conflicto Rusia-Ucrania no se detendrá hasta que los objetivos militares de una de las partes se cumpla. Sea que Rusia termine su “operación militar especial” y logre sus objetivos declarados de “desmilitarización y desnazificación de Ucrania”, léase destruir las fuerzas armadas ucranianas, su complejo militar industrial y la eliminación de los grupos ultranacionalistas de neto corte nazi que están en el ejército y la conducción política.
Por el lado de Ucrania es que logre con el apoyo de Occidente empantanar el conflicto, generar la mayor cantidad de pérdidas rusas posibles, estirarlo y llegar a un acuerdo a partir de esa posición fuerza. Es decir, una cierta rendición rusa, que por ahora se ve poco probable.
Y desde Occidente que la guerra comercial y financiera haga sucumbir a Rusia de tal manera que tenga el mismo impacto que una derrota bélica.
Está claro que aún cumplidos cualquiera de esos objetivos, y esperando que no se desate un conflicto más grande, el problema entre Occidente y Rusia continuará hasta que no se encare una cumbre EEUU-Rusia donde se realice un acuerdo amplio con garantías a futuro y que este se ratifique legalmente en cada país. Sin ello no habrá paz y ambos deberán negociar, veo poco probable la rendición total de alguno de los dos. Mientras, China sigue mirando atenta con un ojo puesto en Taiwan.
¿En que nos impacta a nostros?
En todo lo imaginable. Sobre llovido mojado con una inflación en EEUU creciente, con aumento de todos los precios de materia prima, energía y transporte a nivel global por el conflicto. Sumemos lo que se asumió como compromiso con el FMI y tenemos un tablero muy complejo.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan
Opinión
Gusanos de Corrupción
NOTA de OPINION – Por Jorge Elbaum
El senador demócrata por New Jersey Robert Bob Menéndez (foto), responsable del hostigamiento y acoso a todos los regímenes populares, progresistas y de izquierda de América Latina y el Caribe durante las tres últimas décadas, se dispone a enfrentar a tribunal de Manhattan, acusado de enriquecimiento ilícito, recepción de soborno, tráfico de influencias y confabulación con un gobierno extranjero (Egipto) para posibilitar la exportación de armas. Las interacciones delictivas con el presidente egipcio Abdelfatah al Sisi fueron mediadas –según el Fiscal Federal de Nueva York Damian Williams– por el empresario Wael Hana, único exportador de carne halal estadounidense a Egipto.
Las imputaciones incluyen las evidencias de las requisas realizadas en la mansión del legislador donde se encontraron 480.000 dólares, tres kilos de lingotes de oro, valuados en 150.000 dólares, y un auto de lujo no consignado en las declaraciones impositivas del congresista, financiado por el empresario dominicano José Uribe, condenado por estafas ligadas a la comercialización de seguros. En la acusación impulsada por el Departamento de Estado se detallan los hechos de corrupción sucedidos entre 2018 y 2022, cuando Menéndez utilizó su influencia como presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Senadores para “proteger y enriquecer a empresarios amigos y apoyar al gobierno egipcio”, recibiendo a cambio dinero, oro y prebendas de distinto tipo.
Al impulsar la venta de armas a El Cairo, el Departamento de Justicia considera que el legislador violó la Ley de Registro de Agentes Extranjeros y la normativa que prohíbe taxativamente a los legisladores promover transacciones comerciales con intereses foráneos. La acusación incluye como cómplice a la esposa del senador, Nadine Arslanian, quien motorizó mecanismos de extorción para impedir que se sustanciara el juicio penal en su contra. Otro de los cargos presentados por la fiscalía del distrito, relevado por el FBI y la División de Investigaciones Criminales del Servicio de Impuestos Internos (IRS) es el tráfico de influencias impulsado por Menéndez –ante del Departamento de Justicia– para proteger al empresario Fred Daibes, un desarrollador inmobiliario de Nueva Jersey acusado de fraude crediticio contra el Mariner’s Bank, por un monto cercano a los dos millones de dólares.
La acusación describe el intento por promover la designación de su recaudador de fondos y letrado personal, Philip Sellinger, como fiscal federal de Nueva York, el procurador encargado de investigar las acciones más relevantes de la mafia y los casos de corrupción política. El Departamento de Justicia atribuye a Menéndez la intención de proteger a Daibes mediante la designación de Sellinger, con el objeto de garantizar la continuidad del lucrativo negocio de los bienes raíces desarrollados Edgewater, frente a Nueva York, por el que Menéndez obtenía beneficios indirectos. En total, la Unidad de Integridad Pública presentó 18 cargos en su contra, algunos de los cuales son penados hasta con 15 años de prisión.
El Centro de Estudios Legales y Políticos, institución dedicado al relevamiento de las irregularidades y los delitos de funcionarios y legisladores estadounidenses exigió en octubre la destitución del congresista por los 18 cargos y por los antecedentes de fraude previos. En dicha investigación realizada entre 2015 y 2017 el Departamento de Justicia consignó que Menéndez recibió alrededor millón de dólares del oftalmólogo Salomon Melgen para protegerlo de las pesquisas realizadas por la justicia. En esa oportunidad, además, el senador fue investigado por el tráfico de influencias en favor de dos banqueros ecuatorianos, los hermanos William y Roberto Isaías. Por esas asistencias políticas, Menéndez recibió 300 mil dólares que debió compartir con otros legislador conocido por sus posición anti cubana, el republicano Marco Rubio. Estas causas fueron llevadas a juicio en 2017 pero Menéndez y Rubio fue beneficiados por el entonces presidente Donald Trump quien le solicitó al juez del caso para que retirara todos los cargos.
Luego de las reciente acusaciones informadas el último 12 de octubre Menéndez se vio en la obligación de renunciar a la presidencia del influyente Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Sin embargo se ha negado a abandonar su banca pese a la exigencia de sus colegas demócratas de ambas cámaras. Menéndez es congresista desde hace 30 años y su más principal aportante de campaña es el fondo buitre NML liderado por Paul Singer, uno d ellos responsable de la sustracción de 15 mil millones de dólares a la Argentina. En el estudio letrado que defiende a NML se desempeñó su hijo Robert Jacobsen Menéndez Jr. antes de ser electo como legislador en el Capitolio desde 2023. Según el presidetne del Centro de Estudios Legales y Políticos las acusaciones contra Menéndez demuestra que “no es sólo un político de carrera sino también un criminal de carrera”.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.
@Página12
/ Imagen principal: Página 12 /
Opinión
El guion de Estados Unidos.
200 Años de la Doctrina Monroe. Con la frase «América para los americanos», la tesis se fue acomodando a la política expansionista de Washington y su control de la región. El desafío chino y la resistencia que subsiste.
NOTA de OPINIÓN – Por Telma Luzzani.
La Doctrina Monroe, formulada hace 200 años ante el Congreso de Estados Unidos por el presidente James Monroe, sentó las bases para que ese país llevara a cabo el objetivo imperial y expansionista que ha tenido desde siempre, desde sus orígenes, con la llegada de los peregrinos puritanos del siglo XVII a América del Norte, hasta hoy, cuando la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur, con temible sinceridad, habla de «nuestro litio» (aunque el yacimiento no esté en territorio estadounidense) y exige expulsar a China de la región.
Aquel 2 de diciembre de 1823, Monroe sintetizó la directriz político-estratégica de la doctrina en una frase: «América para los americanos» (es decir para los norteamericanos). El mensaje era doble: primero, para la Europa colonialista que, una vez derrotado Napoleón, estaba maquinando nuevas estrategias para reconquistar América y, segundo, para el resto de los habitantes del continente americano que tenían, con Simón Bolívar a la cabeza, sueños de verdadera independencia.
«Es la ocasión propicia para afirmar, como un principio que afecta a los derechos e intereses de Estados Unidos, que los continentes americanos, por la condición de libres e independientes que han adquirido y mantienen, no deben en lo adelante ser considerados como objetos de una colonización futura por ninguna potencia europea…», declaró Monroe. La Casa Blanca se comprometía a no meterse en los asuntos de Europa y a cambio exigía la no intervención europea en nuestros territorios.
EE.UU. estaba preocupado especialmente por España, Francia y la Rusia zarista que poseyó Alaska hasta 1867 y, en aquel momento, pretendía llegar hasta Oregón. Desconfiaba también del Reino Unido, por supuesto, pero con los británicos tenían diálogo y, de hecho, la idea de la «no intervención europea en América» había sido sugerida por Londres. Los británicos, que tenían intereses económicos en las antiguas colonias españolas, estaban muy interesados en expulsar a España, por lo cual, en agosto de 1823, el canciller británico, George Canning, le propuso a Richard Rush, embajador estadounidense en Londres, hacer una declaración conjunta antiintervencionista. «¿No ha llegado el momento de que nuestros dos Gobiernos puedan entenderse con respecto a las colonias de España en América?», le escribió Canning, en lo que puede considerarse el embrión de la Doctrina Monroe.
La sintonía con Londres y el hecho de que EE.UU. no tenía todavía el músculo militar necesario para imponer su doctrina a la fuerza explican por qué la Casa Blanca no dijo nada ante la ocupación de las Islas Malvinas (1833), el bloqueo anglo-francés a los puertos argentinos (1839-1840) y luego al Río de la Plata (1845-1850) y la ocupación de la Guayana Esequiba por parte de los británicos (1855), entre otros atropellos europeos.
Es muy importante recordar que, en la usurpación de Malvinas hubo connivencia (más que desentendimiento) por parte de Estados Unidos. Desde mediados de 1830 varios pesqueros norteamericanos provocaban abiertamente al gobernador Luis María Vernet (investido oficialmente como Primer Comandante Político Militar de las Islas Malvinas con sede en la Isla Soledad el 10 de junio de 1829) desobedeciendo las leyes argentinas que prohibían la caza de ballenas, lobos marinos y focas en la jurisdicción de las islas. A mediados de 1831, Estados Unidos declaró que el Gobierno argentino no tenía ninguna autoridad sobre las actividades de caza y pesca y que lo seguirían haciendo cuanto quisieran. La goleta «Harriet» desafió aún más la autoridad de Vernet y como respuesta, el 30 de julio de 1831, el gobernador la incautó y viajó a Buenos Aires para someter el caso a los Tribunales.
El cónsul norteamericano en Buenos Aires no solo desconoció el derecho argentino a regular la pesca, sino que le exigió al canciller Tomás de Anchorena la devolución del pesquero, una indemnización y enjuiciar a Vernet por pirata. Mientras tanto, el Pentágono ordenó a la fragata de guerra «USS Lexington» que formaba parte de su escuadra en el Atlántico Sur que se dirigiera a las islas.
El 28 de diciembre de 1831, la Lexington entró en la bahía Anunciación con bandera francesa e invitó a las autoridades argentinas interinas de las islas a «dialogar» a bordo. Una vez allí, fueron arrestados. Los estadounidenses de la fragata desembarcaron, incendiaron viviendas y propiedades, destruyeron cañones y artillería y saquearon lo que quedaba de las instalaciones militares. Los «prisioneros» fueron llevados hasta Montevideo, donde arribaron el 3 de febrero de 1832.
La controversia entre Washington y Buenos Aires siguió todo el año. Estados Unidos acusaba a los argentinos de «violar la libertad de pesca». Hecho el trabajo sucio por Washington, Londres ordenó a la corbeta HMS Clío «tomar el control de las islas y hacer efectivo el derecho de soberanía de Su Majestad Británica sobre ellas». El 2 de enero de 1833, el gobernador interino, capitán José María Pinedo, antepasado del actual dirigente del PRO Federico Pinedo, no presentó batalla y dejó las islas al mando del colono Juan Simón. El día 22, la Cancillería argentina presentó una protesta formal ante el funcionario británico y pidió a EE.UU. la aplicación de la Doctrina Monroe. El Departamento de Estado se negó como, un siglo y medio después, durante la guerra de Malvinas de 1982, rehusó aplicar el TIAR, tratado firmado por todos los países americanos que compromete, a todos, a la defensa mutua ante la agresión de una potencia extracontinental.
A lo largo de los años
En el año 1845, con la usurpación de la mitad del territorio de México por parte de EE.UU., quedó claro cuál era el significado de «América para los americanos». Juan Bautista Alberdi, entre muchos otros, lo denunció: «Si estos tres ejemplos –Texas, Nuevo México, California– no bastan para convencer a los sudamericanos de que el monroísmo es la conquista, su credulidad no tiene cura, y su desaparición como raza es su destino fatal».
La Doctrina Monroe fue acomodándose con las décadas –a veces de forma más evidente, a veces más subterránea– según los intereses de EE.UU. en cada momento. Un ejemplo entre muchos: en 1880, en plena etapa expansiva, se agrega el siguiente corolario: «Para evitar la injerencia de imperialismos extracontinentales en América, EE.UU. debe ejercer el control exclusivo sobre cualquier canal interoceánico que se construyese». Washington ya planificaba un paso con funciones comerciales y militares para abaratar los costos de traslado mercante y conectar con rapidez las flotas del Atlántico y el Pacífico en caso de amenaza. En la época la ruta de los barcos era a través del Cabo de Hornos, travesía que duraba 60 días. En 1914 se inauguró el Canal de Panamá.
A partir de 1945, durante la Guerra Fría y por su competencia con la Unión Soviética, la injerencia en los asuntos internos de Nuestra América adoptó un perfil más siniestro: instauraciones de dictaduras militares, Gobiernos títere, invasiones militares, operaciones de falsa bandera, asesinatos de líderes y dirigentes perpetrados por la agencia de inteligencia (CIA), etcétera.
En el siglo XXI, salvo un brevísimo período en el gobierno de Barack Obama, el monroísmo continuó como principal proyecto continental. Con la asunción de Hugo Chávez y otros líderes progresistas latinoamericanos, el sueño de Monroe peligró. La región se integró con tal fuerza que llegó a voltear la Asociación de Libre Comercio para las Américas, ALCA (un proyecto que convertía a todo el continente en un solo mercado sin fronteras bajo la ideología neoliberal) y obligó a la Casa Blanca a decir, en noviembre de 2013, en boca del secretario de Estado de Obama, John Kerry, «la Doctrina Monroe ha terminado».
El segundo gobierno de Obama y los de sus sucesores, Donald Trump y Joseph Biden, la restauraron. Se inició el período de los golpes blandos (y no tanto), las sanciones económicas, el lawfare y los intentos de magnicidio. Por si no estaba claro, en 2018, el canciller de Trump, Rex Tillerson, lo dijo con todas las letras: «La Doctrina Monroe es tan relevante hoy como lo fue en el pasado». El mismo Trump, durante su gobierno, hizo una férrea defensa de la Doctrina en un discurso ante Naciones Unidas.
Actualmente, en un proceso histórico de transición hegemónica y evidente pérdida de liderazgo global, EE.UU. necesita más que nunca fortalecer el control del continente. Los rivales son China, Rusia y una novedosa asociación internacional llamada BRICS. La resistencia al monroísmo se localiza fuertemente en Cuba, Venezuela y Nicaragua. El resto de Nuestra América pendulea entre restauraciones conservadoras y avances progresistas. Pero, mal que le pese a Monroe, la espada de Bolívar sigue viva en América Latina.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.
@Acción.Coop
/ Imagen principal: El expresidente Trump y una reivindicación de la Doctrina ante la Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2018 / Getty Images
Opinión
La sabiduría de la fragilidad.
Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo
Vivimos en un mundo competitivo en el cual se valora a los más fuertes y a los ganadores. Por el contrario, son dejados de lado los más débiles, los perdedores. Cuesta promover actitudes que logren una sociedad en la cual haya espacio para todas las personas, respetando su edad y condición.
Dios se hace cercano para mostrarnos quiénes somos los seres humanos.
Como expresa un hermoso documento del Concilio Vaticano II, “el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado” (GS 22). Es una consecuencia de la Navidad: “el Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con
corazón de hombre” (GS 22).
Estamos iniciando el Adviento, un tiempo que “nos invita a ponernos espiritualmente en camino” con la imaginación y el corazón hasta un lugar lejano en el tiempo y la cultura, para acercarnos a contemplar y gozar “atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. Y descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros podamos unirnos a Él” (Francisco, El hermoso signo de pesebre, 2019).
La celebración navideña “manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, siempre misterioso para nosotros, nos cautiva aún más viendo que Aquel que nació de María es la fuente y protección de cada vida” (Ídem).
El nacimiento de Jesús tiene un realismo inocultable. Esa fragilidad de Dios puede llegar a escandalizarnos. Es que “necesitamos” a un Dios que sea fuerte, poderoso, omnipotente, ante quien nada hay imposible. Y así es Dios. Pero en la Navidad se muestra de otra manera, que tenemos que arriesgarnos a contemplar aunque nos resistamos. Son los modos que Dios tiene para enseñarnos ese otro modo de actuar que muchas veces nos desconcierta.
Detengámonos un momento. La entrada del Mesías en la historia de los hombres no pudo haber sido más desconcertante. Nos cuenta el Evangelio que al recién nacido lo envolvieron en pañales. Eso es signo de la máxima fragilidad; de un bebé que debe ser atendido, protegido y ayudado. Y curiosamente este será el signo que tendrán los pastores para reconocer el Niño: ni más ni menos que ¡un signo de fragilidad!
Fijémonos en otro signo: el Niño fue recostado en un pesebre. Esto sí que está fuera de lo normal. El pesebre era el lugar donde comían los animales. Era un espacio inapropiado para un recién nacido. Este nacimiento sucede en un contexto de pobreza extrema. Paradójicamente, quien viene a salvar al mundo aparece ante el mundo como un necesitado de ayuda, de cercanía y de valoración.
En estos días el Papa debió suspender su viaje a Dubai donde tenía previsto participar de la Cumbre Mundial sobre el Clima. Qué importante hubiera sido hacer oír su voz en defensa del cuidado de la casa común en ese escenario global. “El médico no me dejó ir”, fueron sus palabras de explicación, unidas a un simple “no me da el cuero”. La sabiduría de la aceptación de la propia realidad, sin enojos o reclamos. Admitir el límite de la realidad es manifestación de reconocimiento de lo que somos.
En la Navidad celebramos que Dios asume nuestra condición; se hace uno igual a nosotros menos en el pecado. En otras palabras, asume la fragilidad y debilidad de nuestra carne, no sólo para hacerse igual a nosotros sino que, haciéndose frágil como nosotros, nosotros nos hacemos fuertes en Él.
Dios se hace cercano y frágil para que no le tengamos miedo. Tan pequeño como para que nos animemos a inclinarnos, tomarlo en brazos y, arrimándolo a la mejilla, sentir su calor y belleza. Preparemos el corazón para ofrecer a Dios nuestra vida. Él asume nuestras fragilidades, las trata con sumo cuidado y respeto, sabiendo que por el parecido con Jesús forman parte de nuestra historia sagrada. Contemplemos a la Virgen: “María quiere parir un mundo nuevo, donde todos seamos hermanos, donde haya lugar para cada descartado de nuestras sociedades, donde resplandezcan la justicia y la paz” (FT 278).
Hoy, 3 de diciembre, hace 41 años fui consagrado sacerdote. Doy gracias a Dios por sostener mis fragilidades con el don de su fidelidad.
@Monseñor Jorge Eduardo Lozano
/Fuente de imagen: Archivo Google
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