Distintas reuniones que mantuvo el ministro dan cuenta de que habrá cambios después de octubre. Buscan foto de Javier Milei con Bessent y Georgieva en diez días.
En un contexto de creciente tensión cambiaria y presión sobre los mercados financieros, el Gobierno enfrenta un delicado equilibrio entre sostener el límite superior de la banda de flotación del dólar y proyectar una flexibilización de su política monetaria tras las elecciones de octubre. Fuentes del sector financiero y empresario que participaron de algunos encuentros la última semana con funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central de la República Argentina (BCRA) revelaron posturas divergentes entre funcionarios clave, lo que generó incertidumbre en los inversores, mientras el país se prepara para cumplir con vencimientos de deuda externa superiores a los u$s6.000 millones hasta enero próximo.
La estrategia del Ejecutivo incluye un movimiento político de alto impacto: una foto del presidente Javier Milei junto a Kristalina Georgieva, directora del FMI, y Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos (EEUU), durante la gala del Atlantic Council, que buscará reforzar la confianza internacional en la gestión económica en un momento crítico para el riesgo país y los bonos soberanos.
El ministro de Economía, Luis Caputo, les transmitió a representantes de bancos que el Gobierno está comprometido en defender el techo de la banda cambiaria, fijado en torno a los $1.472, con el respaldo del FMI. Este mensaje fue respaldado por el viceministro José Luis Daza en una reunión reciente con un grupo reducido de inversores. Sin embargo, en esa línea, en encuentros con el presidente del BCRA, Santiago Bausili, fuentes que participaron de esa reunión sostienen que el funcionario abrió la puerta a una posible relajación del límite superior tras los comicios de octubre.
Estas señales -para algunos contradictorias- son cruciales para los mercados, que temen que una defensa a ultranza del techo de la banda agote las reservas necesarias para enfrentar los pagos de deuda, lo que podría disparar aún más el riesgo país y limitar el acceso a financiamiento externo. El dólar viene de trepar 7,4% en la última semana, alcanzando los $1.465 en el mercado minorista y $1.455 en el segmento mayorista. Este avance, que acumula un 40% en 2025 frente a una inflación del 20% en el mismo período, posiciona al billete estadounidense al borde del límite superior de la banda establecida en abril, que se ajusta mensualmente al 1%.
Analistas advierten que la defensa del techo de la banda podría comprometer las reservas de dólares, esenciales para los vencimientos de deuda. “El mercado está evaluando si el Gobierno priorizará la estabilidad cambiaria a corto plazo o preservará fondos para obligaciones externas”, señaló un operador de la plaza financiera.
Rumores indican que el BCRA y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) habrían vendido cerca de u$s300 millones el viernes, reduciendo el margen de maniobra. Esta semana, considerada un desafío crucial, se ve agravada por la volatilidad en los bonos y el riesgo país, que actúa como un barómetro de la percepción de solvencia del país.
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