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Sociedad Sucesos

Bombardeo a Plaza de Mayo: El mayor atentado terrorista.

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El 16 de junio 1955, sectores de la aviación de la Armada y de la Fuerza Aérea lanzaron bombas y ametrallaron zonas estratégicas con el objetivo de derrocar y asesinar al presidente constitucional Juan Domingo Perón. El ataque aéreo se realizó en sucesivas oleadas entre las 12.40 y las 17.40 y tuvo como blancos principales edificios del gobierno, como la Casa Rosada, el Ministerio de Ejército y la residencia presidencial, y las plazas de Mayo y Colón. Contaron además con el apoyo de tropas terrestres de la Marina y de grupos de civiles.

“Después ella se movió para irse. Fabricio la sostuvo fuerte del brazo, por encima del codo. Sentía la tela áspera del traje de tweed. Y entonces, en ese momento, los aviones empezaron a bombardear la plaza. Caían en picada y volvían a levantar y caían otra vez hacia la ciudad, rozando la Casa de Gobierno, ametrallando las calles. Una explosión extraña, sorda, se oyó en el borde de la Recova y el trole se quebró al recibir la bomba. La gente caía una sobre otra; se los veía por la ventanilla moverse y agitarse, lejanos, como suspendidos en el aire sucio. Los asientos vacíos arrancados. Una mujer abría y cerraba los brazos, gritaba, en silencio, del otro lado del vidrio. Todo sucedió en un instante. Elisa retrocedió, Fabricio no la soltó. La gente corría, el ruido era intermitente. Estaban sobre Paseo Colón, a resguardo. La arrastró hacia la Recova. El humo y los escombros ensombrecían el cielo. De golpe empezaron a sonar las sirenas de alarma. Recién en ese momento Fabricio supo lo que había venido a hacer.” (Del cuento Desagravio, de Ricardo Piglia).

Ahora se puede leer, se puede saber y se puede hablar, pero en ese momento ni siquiera el gobierno peronista se animó a mostrar escenas del bombardeo para no provocar represalias. Durante décadas se ocultaron. Fue el bautismo de fuego vergonzoso, en plan de acción terrorista, de la Fuerza Aérea y de la aviación aeronáutica. Hubo glorificación de los asesinos y silencio para las víctimas.

308 muertos, a los que debería sumarse «un número incierto de víctimas cuyos cadáveres no lograron identificarse, como consecuencia de las mutilaciones y carbonización causadas por las deflagraciones», según la investigación que hizo en 2010 el Archivo de la Memoria de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

De los más de treinta aviones que arrojaron trece toneladas de bombas aproximadamente, decía Gonzalo Chávez en su libro sobre los bombardeos: “El más perverso fue Carlos Enrique Carus quien tiró la última bomba y además arrojó los tanques suplementarios de combustibles sobre 30.000 trabajadores que estaban en la Plaza, para prenderles fuego”.

El informe del Archivo de la Memoria dice también que “entre las personas asesinadas fueron identificadas 111 activistas sindicales de la CGT, de las cuales 23 eran mujeres. También fueron identificados 6 niños y niñas muertos, el menor de ellos de 3 años. La mayoría de los muertos fueron argentinos, pero fueron también identificados 12 italianos, 5 españoles, 4 alemanes y 6 muertos de nacionalidades boliviana, chilena, estadounidense, paraguaya, rusa y yugoslava”.

Algunos nombres de los involucrados, algunos de ellos arrestados, por el mayor atentado terrorista de la historia argentina intervinieron en la vida política del país y muchos en la última dictadura. Los pilotos fugados a Uruguay fueron recibidos por Guillermo Suárez Mason, prófugo de la Justicia argentina desde su participación en el intento de golpe de 1951. Entre los pilotos y tripulantes de aviones estaba Máximo Rivero Kelly, quien luego fue acusado de delitos de lesa humanidad como jefe de la Base Almirante Zar de Trelew y de la Fuerza de Tareas 7 de la zona norte de Chubut; Horacio Estrada, jefe del grupo de tareas de la ESMA; Eduardo Invierno, jefe del servicio de Inteligencia Naval en la dictadura; Carlos Fraguio, jefe de la dirección general naval en 1976 con responsabilidad en los centros de detención como la ESMA y la escuela de suboficiales de la Marina; Carlos Carpintero, secretario de prensa de la Armada en 1976; Carlos Corti, su sucesor, y Alex Richmond, agregado naval en Asunción. De la Fuerza Aérea, Jorge Mones Ruiz, delegado de la dictadura en la SIDE de La Rioja y Osvaldo Andrés Cacciatore, futuro intendente de la ciudad de Buenos Aires. Los tres ayudantes del contraalmirante Aníbal Olivieri, ministro de Marina y jefe de la conspiración eran los capitanes de fragata Emilio Massera, Horacio Mayorga y Oscar Montes. Massera integró la primera de las Juntas Militares, a partir de 1976, Mayorga estuvo involucrado en la masacre de Trelew y Montes fue canciller de la dictadura. Lo que mostraron en esos años, lo fueron aplicando a lo largo de varias dictaduras con el beneplácito de una parte importante de empresarios y políticos.

Crecimos viendo los agujeros de metralla en los edificios que rodean la Plaza de Mayo. Pero misteriosamente había sido un bombardeo en el que más de 30 aviones arrojaron 13,5 toneladas de bombas sobre la población civil, además de ametrallarla, y nadie había visto imágenes de lo bombardeado. Seguramente habrá sido un bombardeo con la plaza vacía, se podía pensar. Porque todavía no se habían escrito cuentos y menos se había investigado o publicado y lo único que había era un boca a boca que cualquiera podía pensar que era exagerado.

Cuando en esos años posteriores a 1955 hablaban de la “Revolución Libertadora que había salvado a la Argentina de una tiranía”, se glorificaba a estos bombardeos y mostraban en la tele unos avioncitos dando vueltas en el cielo. Pero no mostraban lo que había pasado abajo. No mostraban el trolebús con los pasajeros destrozados, ni los autos incendiados con cuerpos sangrantes, ni los gritos de los heridos, ni la gente corriendo bajo la metralla.

Estos militares se autodefinían como republicanos y democráticos, odiaban a Perón, pero más odiaban a los peronistas. Porque el bombardeo a la población civil fue a conciencia, para amedrentar, para que los peronistas aprendieran a portarse como ovejas y agacharan la cabeza. Por eso Gonzalo Chávez dice en su libro que el más perverso de todos fue Carus, porque fue el último que sobrevoló la plaza, donde habían empezado a reunirse los obreros convocados por la CGT. El levantamiento ya había sido derrotado, los cabecillas habían huido a Uruguay, y a su avión se le había acabado la munición, pero decidió bombardear a los obreros con su tanque de combustible extra.

Hubo una generación que creció con muchas preguntas en la cabeza, con demasiadas paradojas entre dictaduras buenas y gobiernos populares malos.

El drama de las cientos de víctimas y sus familias, la enorme cobardía de esos aviadores y de sus jefes, fue tapada por la historia. Recién en 2008, la justicia determinó que se trató de delitos de lesa humanidad, pero el juez Rodolfo Canicoba Corral determinó que se había tratado de un “intento de magnicidio” y archivó la causa. Pasaron 68 años y esa masacre cobarde todavía se considera por algunos como “republicana y democrática”.

@Página12.

/Imagen principal: Archivo/

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Reportan más de 100 fallecidos en un accidente aéreo en la India

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Un avión de pasajeros se estrelló en una zona residencial cercana al aeropuerto de la ciudad de Ahmedabad en la India, informó el portal de noticias ‘ABP’. De acuerdo con autoridades locales, unos 242 pasajeros estaban a bordo. Según reportes, más de 100 personas se fallecieron.

El Boeing 787 Dreamliner siniestrado llevaba más de 200 personas a bordo, reportó la cadena NDTV. El avión, que supuestamente pertenece a la compañía Air India, realizaba un vuelo de Ahmedabad a Londres, pero se estrelló durante el despegue, detalló.

Según datos preliminares, al menos 133 personas murieron en el accidente aéreo. Hay sobrevivientes del accidente, informa el canal NDTV, publicando videos de las víctimas llegando al hospital.

Ente las víctimas mortales podrían estar más de 20 estudiantes, ya que la aeronave cayó sobre el techo de una residencia para médicos, precisa la agencia de noticias ANI.

«Se cree que más de 20 estudiantes murieron en un accidente aéreo en Ahmedabad. El avión se estrelló contra el edificio de la residencia de la Facultad de Medicina BJ», escribe la publicación.

Las autoridades de aviación indias confirmaron que 242 personas, entre ellas dos pilotos y 10 miembros de la tripulación, se encontraban a bordo. Los pilotos hicieron una llamada de auxilio al control aéreo, poco después del despegue, indicaron.

«Había un total de 242 personas a bordo del avión, incluidos dos pilotos y 10 miembros de la tripulación. El vuelo estaba comandado por el capitán Sumeet Sabharwal y el primer oficial Clive Kundar. El capitán Sumeet Sabharwal es teniente coronel, con 8.200 horas de vuelo. El copiloto tenía 1.100 horas de vuelo», informaron.

Mientras tanto, la empresa Air India confirmó que la aeronave accidentada le pertenece. A bordo del avión viajaban 169 indios, 53 británicos, siete portugueses y un canadiense, detalló la aerolínea.

La señal del avión estrellado desapareció «menos de un minuto» después del despegue, precisa el portal Flightradar24.

/Sputnik

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Picada mortal de Ruta 40: las cámaras del CISEM muestran la carrera ilegal y cómo pasa en rojo la conductora del auto

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La mujer que chocó con el motociclista Máximo Tanten, Natalia Colquer, será investigada por homicidio culposo agravado. Mientras que el otro motorista, Ezequiel Garay, por realizar picadas ilegales con la víctima fatal.

Un vídeo de las cámaras del CISEM confirma lo que los investigadores venían sospechando de la tragedia en calle Mendoza y calle 10 en Pocito. Esta tragedia ocurrió en medio de una picada ilegal. Dos personas quedaron en la mira de la Justicia: Natalia Colquer por el delito de homicidio culposo agravado por pasar en rojo. Mientras que, Ezequiel Garay, por hacer picadas ilegales.

Además de confirmar que se hacía una carrera ilegal, las cámaras también muestran que Colquer (conductora del Honda Fit) pasa el semáforo en rojo, es decir, que paso en un momento que no debía hacerlo.

/SJ8

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El hombre que protagonizó un violento choque en Circunvalación estaba al borde del coma alcohólico y había consumido drogas

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Se trata del conductor que chocó a una mujer el pasado sábado en Capital y que, tras el impacto, se negó varias veces a practicarse

Este martes al mediodía, Germán Guzmán, uno de los protagonistas del fuerte choque ocurrido el pasado sábado en horas de la siesta, en inmediaciones del anillo interno de Avenida de Circunvalación, a la altura de Matías Zavalla, en Capital, compareció ante el juez de Garantías para responder por sus reiteradas negativas a practicarse el dosaje de alcoholemia. 

La colisión ser produjo cuando Guzmán, que manajeba un Renault Megane, circulaba a alta velocidad por Circunvalación y embistió por detrás a una mujer de apellido Sanduay, que circulaba en el mismo sentido, a bordo de su Renault 6.  

La colisión ser produjo cuando Guzmán, que manajeba un Renault Megane, circulaba a alta velocidad por Circunvalación y embistió por detrás a una mujer de apellido Sanduay, que circulaba en el mismo sentido, a bordo de su Renault 6. 

Cuando la Policía llegó al lugar, les llamó la atención que la familia del conductor ya estaba allí, dándole, aguas, comida y café, por lo que los efectivos supusieron que Guzmán conducía bajo los efectos del alcohol. Inmediatamente, le pidieron que haga el dosaje de alcoholemia a través de la pipeta, a lo que el hombre se negó rotundamente en reiteradas ocasiones. 

Los uniformados preveían el estado de Guzman, ya que luego aseguraron que apenas podía ponerse en pie. Ante la negativa a realizarse el test, fue trasladado a sede policial para practicarle una extracción de sangre para hacer el dosaje, pero también se negó, por lo que las autoridades debieron recurrir a una orden judicial para realizar este examen. 

Dos horas y media después, se procedió a hacer el test de alcoholemia el cual arrogó 2,71 gramos de alcohol por litro de sangre, es decir, casi 6 veces más que lo permitido. Sin embargo, de acuerdo a las deducciones de Fiscalía, al momento del siniestro, Guzmán habría tenido 3,16 gl/s, o sea, 7 veces más que lo permitido y al borde del coma alcohólico. Ese era el resultado que habría arrojado en caso de haberse realizado el dosaje desde un primer momento. Además, el examen arrojó la presencia de cocaína en su organismo.

/0264

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